Revolución #234, 29 de mayo de 2011


Sr. Netanyahu: ¡Abajo el muro!

Surca y zigzaguea a través de 640 kilómetros millas de Cisjordania, o sea, cuatro veces más largo que el Muro de Berlín. Cercena un territorio que es el hogar de 2.500.000 palestinos.

Alcanza ocho metros de altura. Está construido de grueso hormigón gris con torres de vigilancia al estilo de prisión, sensores electrónicos, aparatos de captación de imágenes térmicas, cámaras de video y torres de francotiradores. Separa unos vecinos de otros, a los agricultores de sus parcelas, a las personas de las escuelas, los hospitales o el trabajo. Soldados ocupantes lo patrullan y aviones sin tripulación lo monitorean y ellos refuerzan una zona “prohibida” de 25 metros en contra de la población civil. Proteja a los ilegales colonos fanáticos y religiosos, los cuales tienen muchas armas.

Se trata del Muro, lo que los palestinos llaman (con razón) el Muro del Apartheid de Israel, invocando la segregación brutal del racista régimen de apartheid de Sudáfrica. Protege y hace respetar el dominio de un país construidos sobre las tierras robadas a los palestinos y que desempeña un papel único y terrible como sicario y agente de la opresión, en el Medio Oriente y más allá.

En toda la cobertura de los medios informativos establecidos sobre la visita del primer ministro israelí Netanyahu a Estados Unidos, han tapado, negado y mentido acerca del Muro.

Vivir a la sombra del Muro

A las 5:00 de la mañana del 21 de agosto de 2003, 15 buldózeres y muchas tropas israelíes atacaron la aldea palestina de Nazlat y demolieron más de 100 tiendas y cinco casas para dejar espacio construir El Muro. Destruyeron la mitad de las tiendas del mercado de la aldea, el centro comercial de toda la región en la Cisjordania ocupada por Israel. (Vea “Largest demolition in years: Israel destroys entire commercial market in one day”, The Palestinian Environment NGO Network (PENGON) Anti-Apartheid Wall Campaign/La Red Palestina de ONG Ambientalistas (PENGON) —  La campaña Detengan el Muro del Apartheid).

Es correcto llamarlo el Muro del Apartheid de Israel porque refuerza una vil sociedad de dos escalones que definen todo aspecto de la vida en la Palestina ocupada por Israel, de dónde uno puede conducir e ir a la escuela a si uno puede recibir servicios médicos o no. Un relato habla de “informes regulares de la muerte de personas gravemente enfermas en ambulancias detenidas en los retenes mientras interrogan, registran, amenazan, humillan y agreden a los conductores y paramédicos. Toman a los hombres heridos en las ambulancias a los retenes y los mandaron directamente a la prisión. Había casos en que obligan a los conductores de las ambulancias a servir de escudos humanos contra los lanzapiedras. [Nota de la redacción: Durante décadas, los manifestantes palestinos han lanzado piedras contra el aparato militar israelí, oponiéndose a los soldados fuertemente armados que disparan balas reales.] En otras ocasiones, los soldados israelíes han requisado ambulancias para transporte. Los disparos de las IDF [Israel llama a su ejército “Fuerzas de Defensa Israelíes”] siguen dándole en las ambulancias” (palestinemonitor.org).

El Muro es un icono, un símbolo y una concentración del encarcelamiento de un pueblo entero, cuyas tierras han sido robadas y cuyas protestas se topan con la respuesta de prisiones y fusiles. (Ver las páginas centrales de este número de Revolución.) Y la manera en que El Muro aísla y divide a este pueblo, refuerza la deshumanización y denigración de este pueblo y se combina con la detención y la represión violenta es un fuerte recordatorio de los ghettos amurallados en que los nazis encerraron a los judíos de Europa oriental.

La lógica que motiva El Muro

Israel fue construido encima de las aldeas, las granjas y los huesos del pueblo palestino, que dentro de sus fronteras y en el exilio, jamás ha aceptado el robo de su tierra natal. Por eso, Israel mantiene un agresivo reino de brutalidad y terror en constante expansión. El Muro es un elemento clave de todo eso.

Más del 80% del Muro serpentea por comunidades palestinas y las rodea. Como tal, Israel aprovecha El Muro para expandir el territorio que ha tomado y para hacer insostenible la vida para la población palestina y expulsarla.

De la mano con El Muro, Israel ha instado a los colonos dentro de Israel y de otras partes a dividir y ocupar regiones de Cisjordania. Estas comunidades fortificadas de colonos, junto con zonas de separación militarizadas, carreteras exclusivamente para los colonos y El Muro, han creado una situación en que los palestinos no pueden acceder a casi el 40% de Cisjordania, lo que está sofocando la agricultura y el comercio palestinos (cifras: Monitor Palestino).

Una sombra sobre el Medio Oriente

La existencia del estado de Israel proyecta una terrible sombra sobre todo el Medio Oriente. Israel siempre se ha adjudicado el “derecho” de invadir, bombardear, bloquear, llevar a cabo asesinatos y en general sembrar terror en los países y territorios más allá de sus fronteras formales. Israel ha estado en un estado de guerra con sus “vecinos” casi desde su fundación: por ejemplo, invadiendo al Líbano en 1978 para expulsar a las fuerzas de la resistencia palestina; de nuevo en 1982, cuando Israel orquestó la masacre de civiles en los campamentos de refugiados de Sabra y Chatila; otra vez, de 1982 a 2000; y de nuevo en 2006.

Más allá de eso, como esbozan las páginas centrales del número actual de Revolución, Israel sirve de perro de ataque para los intereses del imperialismo estadounidense en todo el mundo, apuntalando al régimen de apartheid de Sudáfrica, jugando un papel central en la matanza genocida de casi 200.000 campesinos guatemaltecos y su ominoso e imponente arsenal nuclear. Por eso, Estados Unidos, desde el comienzo de los levantamientos en el Medio Oriente y el norte de África, ha sermoneado severamente a los pueblos de la región que no aceptará a ningún régimen nuevo que no apoye a Israel y que esa condición no es negociable, lo que da un mensaje de que cualquier régimen nuevo debe observar esas reglas, porque si no....

Hasta ahora, al menos, se ha perdido de vista la naturaleza y rol de Israel en los levantamientos muy positivos que han sacudido al Medio Oriente y al norte de África. Pero no existe ninguna forma de “evitar” la presencia de Israel por lo que se refiere a liberar al pueblo de la región o del mundo. Por ejemplo, el hecho de que el “nuevo” régimen egipcio ha continuado la vergonzosa traición de los palestinos y que atacó, detuvo y arrestó a los manifestantes ante la embajada israelí el 15 de mayo, demuestra qué tan poco ha cambiado overall en Egipto en general desde la caída de Mubarak.

“¿Dónde están los millones?”

Un acontecimiento muy inspirador sucedió el 15 de mayo cuando decenas de miles de manifestantes se congregaron en la frontera israelí y en algunos casos la cruzaron heroicamente, desde Siria, el Líbano, Cisjordania y Gaza para conmemorar con protestas valerosas la Nakba (la limpieza étnica sobre la cual se fundó Israel en 1948). Las tropas israelíes abrieron fuego contra esos manifestantes no armados y mataron por lo menos doce de ellos en las fronteras libanesa, gazana y siria.

Al escribir sobre la confrontación en la frontera libanesa, donde las fuerzas israelíes mataron al menos diez personas, un participante dijo:

“Yo crecí en el Líbano durante la guerra civil y la ocupación israelí del sur. Durante ese tiempo se oía constantemente una canción revolucionaria de Julia Butros ‘Wayn al-Malayeen?’ (¿Donde están los millones?). Pero de niño nunca entendí lo que quería decir ella cuando cantaba “¿Dónde están los millones? ¿Dónde está el pueblo árabe?.... El pasado domingo, de camino a la frontera, el conductor del autobús puso esa canción. A la luz de las revoluciones árabes que están tomando lugar ahora, millones de árabes se han tomado las calles en demanda de su libertad, de sus derechos y de expresar su opinión por primera vez (al menos desde que estoy con vida). El 15 de mayo esos mismos millones se tomaron las calles, esta vez solamente para exigir la liberación de Palestina: su libertad y sus derechos” (“Thousands at the border”, de Moe Alí Nayel, The Electronic Intifada, 17 de mayo de 2011).

En las valientes movilizaciones en la frontera de Israel, se puede ver la semilla de esos “millones”, la fuerza potencial de los pueblos del mundo.  Además, en esas protestas y levantamientos sin precedentes en todo el Medio Oriente y el norte de África, se puede ver cómo es posible desafiar en efecto el orden “incuestionable” de ayer, incluso cuando el resultado final de esas luchas y levantamientos está por definirse.

Para que haya un cambio real en la región, tiene que haber un liderato que esté basado en un análisis profundo de los orígenes de la opresión y una solución real y que le ofrezca ese análisis y solución al pueblo. Una parte importante de este desafío es darle a la gente un análisis integral del rol histórico y actual que desempeña Israel como sumamente importante “puntal” y agente armado de la dominación imperialista de Estados Unidos sobre el pueblo en toda la región (y en el mundo). Israel no está separado de alguna manera de la opresión de las masas populares en todo el Medio Oriente y el norte de África. Todo lo contrario: la opresión de los palestinos es un aspecto central de todo el sistema que mantiene a los pueblos de la región (y de otras partes) empobrecidos, oprimidos y brutalmente reprimidos. Un criterio esencial para evaluar los objetivos y los logros de los levantamientos en la región es el grado en que se alineen con el pueblo palestino y verdaderamente le ayuden.

Sr. Netanyahu: ¡Abajo el muro!

Un comentario de Revolución sobre el Muro que Estados Unidos está construyendo en la frontera mexicana observa: “¡La actual frontera entre Estados Unidos y México no tiene nada de sagrado ni permanente y no tiene nada que respetarle!”

Y señaló: “En la guerra fría de la década de 1980, el presidente Ronald Reagan fue al Muro de Berlín, símbolo de la aguda contienda de la época (con la amenaza de guerra nuclear) entre los bloques rivales de gángsteres imperialistas encabezados por Estados Unidos y la Unión Soviética. Como representante del gobierno estadounidense, Reagan lanzó un reto al jefe soviético: ‘Sr. Gorbachov: derribe el muro’. Unos años después, los imperialistas estadounidenses salieron triunfantes de esa contienda.

“Desde una perspectiva de clase diametralmente opuesta y con una misión histórica completamente distinta, contra la mortífera ofensiva anti-inmigrante de Bush y su clase, el proletariado revolucionario declara: ‘¡Abajo el muro!’”.

El Muro del Apartheid erigido por Israel y la continua e intensificada opresión del pueblo palestino que éste expresa y defiende tampoco tienen nada de “sagrado” ni permanente. Todo eso está del lado equivocado de la moralidad y del lado equivocado de la historia. Y desde la perspectiva de alcanzar un mundo sin explotación y opresión, los pueblos del mundo deben declarar: Sr. Netanyahu, ¡Abajo el muro!

 

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