Revolución #249, 6 de noviembre de 2011


Las voces de los que los que el sistema ha desechado

Revolución publicó una convocatoria en agosto a que las y los lectores respondieran a la cita 3:16 de Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian, "Un llamado a quienes el sistema ha desechado". Recibimos muchas respuestas escritas por aquellos que el sistema ha desechado así como de muchas otras personas. Publicamos unas respuestas de presos, un ex preso y estudiantes de secundaria de una comunidad oprimida en la edición impresa de Revolucion #247, y publicamos más en línea. A continuación unas nuevas respuestas.

"Parte de los salvadores humanos de la humanidad"

El Fondo de Literatura Revolucionarias para Presas y Presos (Fondo) recibió la siguiente carta:

"Nosotros los prisioneros, junto a todos los que no tienen trabajo ni techo, y los hambrientos, son la ‘basura humana’ que menciona Bob Avakian en Lo BAsico 3:16”.

4 de octubre de 2011

Estimado Fondo:

¡Saludos revolucionarios! Espero que esta carta encuentre a todo el equipo bien y lleno de energía revolucionaria.

Acabo de recibir el número 246 (25 de septiembre del 2011) del periódico Revolución. Estaba esperando ansiosamente este número la semana pasada. Cuando no lo recibí, sospeché que ahí debió haber habido una mención sobre la huelga de hambre de los prisioneros en California, la que se reanudó el 26 de septiembre. Los prisioneros que participaron en este justo acto de solidaridad acá en esta prisión (SATF- Corcoran) comenzaron a comer después de unos pocos días, pero estamos conscientes de que ésta es una lucha en marcha. Aparentemente, el personal de la prisión decidió retener este número hasta que empezáramos a aceptar comida, para que no nos sentáramos alentados por el apoyo que estamos recibiendo desde fuera.

El Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California (CDCR) ha tildado a esta protesta pacífica contra condiciones y políticas injustas "un disturbio de masas" y nos amenazó con "medidas disciplinarias" por participar. Un prisionero de este pabellón fue inmediatamente sacado del patio y metido al aislamiento por una sospecha sin fundamento de "liderar una huelga de hambre de masas". Lo metieron en un edificio separado de la Unidad de Segregación Administrativa, rodeado de presos bajo custodia protectiva y presos con enfermedades mentales, haciendo que no pudiera saber cuándo el resto de nosotros empezáramos a aceptar comida. Una vez que volvimos a comer, lo devolvieron al patio.

En este momento, me gustaría dejar claro que no hablo como parte de ninguna dirección de la Huelga de Hambre ni en su nombre. Yo soy solamente uno de los muchos miles de prisioneros que lo considerábamos importante participar en esta manifestación a nivel estatal, para llamar la atención sobre asuntos que nos afectan a todos de una u otra manera. Mis razones personales por participar tienen que ver con mi odio hacia la injusticia y el reconocimiento de la necesidad de estar junto a todos aquellos que protestan en contra lo que este sistema les hace. Nosotros los presos, junto a todos los que no tienen trabajo ni techo, y los hambrientos, somos la "basura humana" que menciona Bob Avakian en Lo BAsico 3:16. Es necesario que nosotros entendamos que el mismo sistema nos ha desechado a todos nosotros. Reconozcámoslo o no, nuestra lucha es parte de la lucha de clases. Nuestra lucha está en contra de las fuerzas opresivas de la clase dominante burguesa. La policía, que nos levantó en la calle, las cortes que nos sentenciaron y las cárceles que nos encierran son instrumentos del dominio de clase. Su función fundamental es el control social para reforzar las relaciones de explotación y opresión que causan la pobreza, indigencia, hambre y la miseria en general no solo en los barrios en los que crecimos, sino también en el tercer mundo. El mismo sistema que deja que la policía asesine brutalmente a gente pobre en el ghetto es el mismo sistema que suelta bombas sobre la gente pobre en Irak, Afganistán, Pakistán y Libia. El mismo sistema que tortura a prisioneros en Abu Ghraib y en Guantánamo. En Estados Unidos y en todo el mundo podemos encontrar a millones de víctimas de estas relaciones de explotación y opresión que el CDCR, la policía, las cortes, las fuerzas armadas y las burocracias tienen el propósito de reforzar. Cuando reconocemos al sistema capitalista imperialista como nuestro enemigo común, podemos unirnos no solo para desafiar su último ultraje, pero en un esfuerzo consciente para derrocarlo y deshacernos para siempre de todas las cosas contra las que la gente siente la necesidad constante de rebelarse o protestar.

Espero que a través de esta lucha, más gente reconozca la verdadera naturaleza de este sistema. Que cualquier "medida disciplinaria" tomada en contra de nosotros solo sirva para despertarnos del estupor complaciente en el que nos hemos visto durante demasiado tiempo. Que reconozcamos no solo la necesidad del cambio, sino que también nuestra capacidad colectiva llevar a cabo dicho cambio. Que levantemos nuestra cabeza, que aún más de nosotros nos unamos y lleguemos a ser "parte de los salvadores humanos de la humanidad". Hay sacrificios que hacer, pero hemos tenido muy poco que perder por mucho tiempo. Por mi parte, bienvenidos a la lucha por delante.

Gracias por su tiempo y su apoyo. Por favor continúen con su increíble trabajo.

En solidaridad

XXX

P.D.: También acabo de recibir ¡Fuera con todos los dioses! El sobre trae el franqueo postal del 22 de agosto del 2011. Gracias.

 

Carta de un maestro de secundaria

“Orgullosamente respondo al llamado para crear una nueva sociedad”

¿Qué más noble llamado existe para los oprimidos que lo de desafiar al sistema que los ha desechado? Como descendiente de esclavos, pienso en mis ancestros cuya sangre y sudor fertilizó el suelo que trabajaron por siglos construyendo esta sociedad. Fueron privados del tratamiento humano por más de un siglo después de la Proclamación de Emancipación. Linchados y ahorcados por la más ligera afirmación de su humanidad. Pienso que los habitantes originarios que poblaron esta tierra que fueron brutalmente eliminados o forzados a apenas sobrevivir en los campos de concentración llamados reservas. Desde el comienzo los arquitectos de la actual nación han visto a la mayoría de la población como desechable.

Las formas de explotación y marginación de grupos de personas solamente se han vuelto más sofisticadas con el tiempo y poco reducidas. Hoy vemos a millones de desechados. Una gran proporción de la población negra en Estados Unidos es considerada superflua. Incapaces de competir con los inmigrantes por trabajos de bajo salario y considerados inempleables, son pasto para el complejo industrial de prisiones.

Desde la primaria, a los jóvenes de nuestra sociedad, negros y latinos en particular, los encausan hacia la prisión por no encajar en los roles establecidos. Recortan los fondos que podrían dar una educación digna y son despedidos los maestros. Usan a los agentes armados de la policía para intimidar y coaccionar a nuestros niños en las secundarias en lugar de darles buena orientación de los adultos responsables. Ponen a los jóvenes en período de prueba o los envían a centros de detención por infracciones que anteriormente se consideraba solamente una conducta de “los chicos siempre serán chicos” como pelear, robar o posesión de pequeña cantidad de droga. Literalmente los ponen en el camino a la prisión, designados como “desechados”, antes de que sean lo suficientemente grandes para reconocer lo que les está sucediendo.

Este sistema zampa a millones de pobres y oprimidos en los calabozos donde los golpea, tortura y los pone a enfrentarse entre sí como animales. Los devuelve a sus comunidades como personas tachadas de delincuentes, con trato de parias, incapaces de encontrar trabajo u obtener vivienda, e inevitablemente vuelven a dar a la cárcel. Este ciclo continúa porque el complejo industrial de prisiones constantemente se come y regurgita su presa.

¿Qué tipo de sociedad libre y democrática es ésta en que el sistema de educación no educa, el sistema de correccionales no corrige y el sistema de justicia no imparte justicia? ¿En qué tipo de sociedad vivimos en que aquellos cuyo deber es proteger y servir pueden matar a balazos a los pobres de Estados Unidos como animales en la calle y el estado conscientemente asesina a los inocentes?

Existe una profunda indignación y una pérdida de fe en el sistema que nos gobierna. No pueden aplicar este tipo de tratamiento indefinidamente con impunidad. Estos problemas no resultaron de las elecciones, así que el sistema electoral no va a resolverlos. La Constitución no resolverá esos problemas. Solamente cuando la gente enojada, desposeída y desechada se ponga al frente, será posible poner este sistema al derecho. Orgullosamente respondo a este llamado para crear una nueva sociedad.

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