Revolución #265, 8 de abril de 2012


La Constitución de los Estados Unidos y la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto)

Dos constituciones, dos sistemas diferentes, dos futuros diferentes para el pueblo afroamericano

Primera parte: Una union de esclavistas

La Constitución de los Estados Unidos es la obra de esclavistas y explotadores, que la redactaron, la debatieron y la ratificaron. Esta es una profunda verdad acerca de la historia de los orígenes de los Estados Unidos; no obstante, muchas personas sostienen que esa Constitución ha protegido y ampliado los derechos civiles y políticos de un número cada vez mayor de personas, y que sigue representando el fundamento jurídico y la visión política para superar las desigualdades y las injusticias existentes. Sin embargo, este mensaje, de que la Constitución de los Estados Unidos establece una visión y una base para llegar a una sociedad en que "todos son iguales", es una profunda MENTIRA y concretamente hace mucho daño. Desde su redacción y ratificación, esa Constitución ha proporcionado el marco y las justificaciones jurídicas para una sociedad asolada por profundas desigualdades y para la preservación de todo el sistema económico y social en que una cantidad relativamente pequeña de personas gobierna sobre una sociedad explotadora y mantiene ese dominio.

En 2010 el Partido Comunista Revolucionario publicó la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto) (CNRSAN). Este documento visionario, basado en la nueva síntesis del comunismo desarrollado durante décadas por Bob Avakian, proporciona el marco para toda una sociedad nueva y representa un marco para avanzar a un mundo comunista: un mundo en que las personas ya no estarán divididas en grupos sociales antagónicos, pero al contrario vivirán y trabajarán juntas en una comunidad de seres humanos en libre asociación en todo el planeta.

Esta serie de artículos compararán y contrastarán la Constitución de los Estados Unidos con la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto), en relación a la esclavitud, la opresión y la emancipación del pueblo afroamericano. Instamos a las y los lectores a discutir y estudiar esta serie, a difundirla y compartirla entre amigos; a llevarla a las aulas, comunidades y prisiones; y a enviarnos sus comentarios. Véase en Revolución #264 la introducción a esta serie.

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La esclavización de los pueblos africanos y sus descendientes en Estados Unidos era un infierno interminable de trabajo, abusos, tortura, violación y denigración. Se impuso mediante latigazos, cadenas, escopetas y fieros sabuesos. La cultura y el punto de vista de la supremacía blanca empapaban todo aspecto de la vida de los Estados Unidos, tanto en el Norte como en el Sur. Y todo eso fue consagrado en las leyes nacionales, a partir de la Constitución estadounidense, el documento jurídico vinculante de la nueva nación.

La Constitución de los Estados Unidos se dedicó y se dedica a la defensa de los "derechos de propiedad privada" basados en la explotación, lo que durante ocho décadas incluía la esclavización de los negros. James Madison, el principal autor de la Constitución estadounidense, escribió que ante las leyes del país, los esclavos eran "habitantes, pero rebajados por la servidumbre a un nivel inferior al de los habitantes libres… La verdad de la situación es que tienen algo de estas dos cualidades: considerados por nuestras leyes, en algunos sentidos, como personas, y en otros sentidos como propiedad.... Tal es efectivamente su verdadero carácter. Es el carácter que les han asignado las leyes bajo las cuales viven; y no se negará que ellas son el debido criterio"1.

DAR UN PASO RADICAL AL FUTURO...
La presente Constitución (Proyecto de texto) ha sido escrita con el futuro en mente. Tiene la intención de plantear un modelo básico, y los principios y las pautas fundamentales, para el carácter y el funcionamiento de una sociedad y un gobierno radicalmente diferentes a los ya existentes: la Nueva República Socialista en América del Norte, un estado socialista que encarnaría, institucionalizaría y fomentaría relaciones y valores radicalmente diferentes entre las personas; un estado socialista cuyo objetivo final y fundamental sería lograr, junto con la lucha revolucionaria por todo el mundo, la emancipación de toda la humanidad y el inicio de una época completamente nueva en la historia humana —el comunismo— mediante la abolición final de todas las relaciones explotadoras y opresivas entre los seres humanos y de los conflictos antagónicos destructivos que surgen de esas relaciones.

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Aquí Madison defendía y abogaba por un principio jurídico que estableciera que los negros eran una forma de propiedad según las leyes estadounidenses.

"Habitantes, pero rebajados por la servidumbre a un nivel inferior al de los habitantes libres", es decir, que los esclavos no tenían derecho alguno según las leyes.

"Considerados por nuestras leyes, en algunos sentidos, como personas, y en otros sentidos como propiedad", es decir, que era posible comprarlos y venderlos en subasta, y que sus seres queridos les serían arrebatados cuando otro dueño los comprara.

"Es el carácter que les han asignado las leyes bajo las cuales viven", es decir, que se permitía hacerles trabajar como animales a latigazos, encadenados y perseguidos por perros si osaban escaparse; se permitía someterlos a condiciones de vida infrahumanas y los esclavos estaban plenamente conscientes de que el esclavista podía segarles la vida según sus caprichos.

Durante los primeros 70 años y más de la existencia de los Estados Unidos, la crueldad hacia los negros esclavizados, refrendada por la Constitución y aprobada por los tribunales, no tenía límites. El sistema de "justicia" que se desarrolló basándose en la Constitución estadounidense se dedicaba a sentar una base jurídica para el control total del esclavista sobre su propiedad humana. Para dar un ejemplo: "En un caso, un tribunal de Missouri vio el 'delito' de Celia, una esclava que mató a su amo en el acto de oponer resistencia a un ataque sexual. Según las leyes estatales, en tales circunstancias se consideraría que 'cualquier mujer' actuaba en defensa propia. Pero el tribunal dictaminó que Celia no era, hablando jurídicamente, 'una mujer'. Era una esclava y su amo tenía un poder absoluto sobre su persona. El tribunal la condenó a muerte. No obstante, como Celia estaba encinta, se postergó la ejecución hasta que naciera el niño, para no privarles a los herederos del dueño de Celia de sus derechos de propiedad"2

La esclavitud, la política y la Constitución

La esclavización de los pueblos africanos y sus descendientes era esencial para el desarrollo de lo que los europeos llamaron el "nuevo mundo" a partir de 1502. Cuando Estados Unidos declaró su independencia de Inglaterra en 1776, la esclavitud existía en todas las 13 colonias, pero se concentraba más en las colonias sureñas: Virginia, Maryland, Carolina del Norte y del Sur y Georgia, particularmente en las zonas de plantaciones de algodón y del tabaco.

En mayo de 1787, 55 delegados se reunieron en Filadelfia para redactar una constitución para la nación formada de las 13 colonias británicas que acaban de obtener su independencia. Desde su victoria en la guerra de Independencia, las otrora colonias habían mantenido una unidad tenue, bajo un poder central débil y en gran medida ineficiente.

No era cosa resuelta que esos delegados pudieran redactar y ponerse de acuerdo acerca de un documento que fuera adecuado para unir las colonias en un estado nacional cohesionado. Por más de cuatro meses, rugían debates duros y contenciosos que daban expresión a los intereses en conflicto de los representantes de diferentes estados, en particular los esclavistas del Sur y los capitalista mercantiles del Norte, antes de que todos los delegados redactaran y aprobaran un documento completo.

La cuestión de la esclavitud moldeó e impulsó gran parte de esa contienda. George William Van Cleve escribe en A Slaveholders' Union: Slavery Politics, and the Constitution in the Early American Republic, que para 1770 la esclavitud en las colonias estadounidenses "se había convertido en una institución económica central… los esclavos habían llegado a ser un activo económico de gran importancia, cuyo valor colectivo en el mercado se ha calculado conservadoramente en aproximadamente 14 millones de libras esterlinas (unos 2.4 mil millones de dólares hoy). Los esclavos constituían casi el 20 por ciento del monto de riqueza privada de las 13 colonias en 1774"3.

Dos delgados a la convención dieron discursos en que denunciaron la esclavitud. Pero aquí el debate en la convención constitucional no trató la moralidad de la esclavitud. No se dieron discursos apasionados que condenaron esa atrocidad bárbara heredada de un imperio colonial. No hubo demandas para su inmediata abolición. Los argumentos en torno a la esclavitud se centraron en varias cuestiones interrelacionadas: sería la propiedad o la población el factor principal en determinar la representación que se tendría en el congreso del nuevo gobierno, y cuánto poder tendría el nuevo gobierno central para controlar el comercio nacional e internacional, los tratados y, en particular, el comercio internacional en esclavos.

Una Constitución, dos sistemas económicos mutuamente dependientes

Los defensores de la Constitución de los Estados Unidos a menudo comentan que no contiene la palabra "esclavitud". Hay varias posibles razones por esa omisión, entre ellas la de que por lo menos algunos de sus autores y signatarios reconocían la contradicción de reconocer abiertamente la esclavitud en un documento que proclama representar y basarse en "el pueblo".

Pero es un hecho que dicha constitución, que es el máximo documento político/jurídico vinculante de los Estados Unidos, reconoció y defendió la "propiedad" directa de toda una categoría de seres humanos: los africanos y sus descendientes. Sobre ese fundamento constitucional, Estados Unidos, por medio de su aparato político así como su sistema de tribunales y leyes, mantenía e imponía ese estado de "propiedad" humana como categoría jurídica durante los primeros 70 años de su existencia.

La nueva nación estadounidense abarcó dos sistemas económicos coexistentes: el capitalismo y la esclavitud, dos formas de organizar la sociedad fundamentada en la explotación. Estos dos sistemas se dependían uno del otro mutuamente. Los mercaderes, abogados, traficantes en esclavos y amos de esclavos, banqueros, dueños de barcos y otros hombres adinerados que debatían y redactaron la Constitución de los Estados Unidos necesitaban forjar un marco en el que tanto el capitalismo como la esclavitud pudieran seguir desarrollándose. Necesitaban una estructura de estado central capaz de proteger sus intereses (que se contradecían a veces), y al mismo tiempo mantenerlos en un estado federal unificado. Necesitaban una constitución, o sea, un documento que estableciera las "reglas" jurídicas y políticos del nuevo país.

Desde el principio, formaron los Estados Unidos con el entendimiento de que se necesitaba tal estado unificado para forjar un nuevo país poderoso en el hemisferio occidental, un estado capaz de resistir la dominación o intervención de potencias europeas y un gobierno central suficientemente fuerte como para resolver las contradicciones entre los capitalistas del norte y los esclavistas del sur, especialmente en la expansión a los territorios del oeste. El "carácter pro esclavista" de la Constitución resultó de los esfuerzos de manejar esta contradicción. El Artículo I, Apartado 2 de la Constitución declaró que los esclavos valen tres quintos de un ser humano. De esta manera, valuaron la propiedad de los amos esclavistas, o sea los esclavos humanos en el sistema de representación política, lo cual benefició a los estados sureños en la Cámara de Representantes y el Colegio Electoral, al mismo tiempo que negaron a los esclavos sus derechos jurídicos como personas.

La esclavitud existía de forma concentrada en los estados sureños, pero dentro de una estructura económica mutuamente dependiente con el capitalismo mercantil dominante en los estados norteños y dentro de un marco político común. La esclavitud era decisiva para el crecimiento, la expansión y la prosperidad del país entero. El bienestar económico tanto de los amos de esclavistas del sur como de los capitalistas del norte dependía para cada uno de las actividades del otro. El algodón y otros productos agrícolas fueron procesados en las fábricas del norte y exportados desde puertos norteños, que también dominaban la mayor parte del comercio que entraba al nuevo país.

La Constitución que emergió de la Convención Constitucional en Filadelfia protegió tanto las formas capitalistas como las esclavistas de la explotación y el enriquecimiento por una cuantas personas y estableció un mecanismo para resolver sus divergencias, frecuentemente intensas. El marco que proporcionó la Constitución de los Estados Unidos para la cohesión y el desarrollo del nuevo país permitió que Estados Unidos en su conjunto, tanto los componentes esclavistas como los capitalistas, se expandiera dramáticamente en las décadas después de ganar su independencia.

Los "compromisos de Missouri"

Los años después de la redacción y adopción de la Constitución estadounidense eran años de rápida expansión hacia el oeste, hacia regiones que ahora conforman los estados de Ohio, Michigan e Indiana en el Norte, y Misisipí, Alabama y Tennessee en el Sur. Las campañas genocidas contra los indígenas que vivían en las zonas que los estadounidenses blancos codiciaban posibilitaron esa expansión. Y los acuerdos hechos en el Congreso, siguiendo las disposiciones de la Constitución, establecieron la base jurídica para que las regiones al sur del río Ohio se desarrollaran como territorios esclavistas, y pronto después en estados esclavistas.

Missouri, que queda mayormente al norte del río Ohio, se convirtió en un campo de batalla, pues para 1815 lo estaban poblando muchas fuerzas tanto esclavistas como antiesclavistas. La cuestión de qué tipo de estado iba a ser no se había determinado. Como observa Van Cleve: "la polémica de 1819 a 1821 en torno a Missouri fue una titánica lucha económica y política entre los diferentes sectores del país por la expansión hacia el oeste. La disputa enfrentó la esclavitud con una naciente ideología a favor del trabajo libre"4.

La resolución de esas "disputas" constituía una firme defensa de la base jurídica en la Constitución a la esclavitud como institución social duradera en Estados Unidos. Missouri se admitió a la unión americana como estado esclavista. A cambio de eso, el estado no esclavista de Maine se admitió también, para mantener así el "equilibrio" en el Congreso entre las dos regiones del país.

Ese equilibrio resultó ser frágil. A lo largo de los siguientes 40 años repetidas disputas estallaron entre los estados del Norte y del Sur, mientras el país continuaba extendiendo sus fronteras hacia el oeste. La cuestión clave, aún sin resolverse, de  permitir o no permitir la esclavitud en los territorios que se estaban abriendo a la expansión estadounidense, se discutía y se peleaba una y otra vez. Pero la decisión tomada en los compromisos de Missouri había fortalecido y envalentonado más a las fuerzas pro esclavitud y las llevó a presionar para una mayor expansión de los territorios esclavistas. También solidificó la constitucionalidad de la esclavitud en los nuevos estados y territorios y no solamente en los estados originales del país.

Desde la aprobación de la Constitución, en 1788, hasta 1821 cuando se formalizaron los compromisos de Missouri, tanto el número de estados esclavistas como la cantidad de personas esclavizadas habían aumentado por más del doble. Una proporción enorme de la riqueza nacional, en el Norte así como en el Sur, se había amasado gracias al trabajo agotador e inacabable de los esclavos: gente que no tenía derechos ni la capacidad jurídica de oponerse a su opresión; para quienes era costumbre hacerles trabajar hasta la muerte, venderlos y separarlos de sus familias y sus seres queridos, lisiarlos y torturarlos con crueldad y negarles sistemáticamente una educación. El aumento y la expansión de la esclavitud así como el derecho consagrado de los esclavistas y sus capataces de imponer sobre su "propiedad" cualquier castigo que se les antojara eran aspectos intrínsecos de la Constitución estadounidense y eran protegidos como tal.

Mientras en los corredores del Congreso se regateaba y se contemporizaba, mientras en la Suprema Corte se dictaminaban fallos, millones de seres humanos continuaban viviendo como "propiedad" en el sentido legal y constitucional, sin tener los derechos de un ciudadano. La sangre de innumerables esclavos era una argamasa que unía las regiones cada vez más conflictivas del Norte y Sur del país.

La Ley de Sabuesos (Ley del Esclavo Fugitivo)

"Las personas obligadas a servir o laborar en un Estado, con arreglo a las leyes de éste, que escapen a otros, no quedarán liberadas de dichos servicios o trabajo a consecuencia de cualesquiera leyes o reglamentos del segundo, sino que serán entregadas al reclamarlo la parte interesada a quien se deba tal servicio o trabajo".

— Constitución de los Estados Unidos,
artículo 4, sección 2

En términos sencillos, esa parte de la Constitución estadounidense decía que una esclava o un esclavo seguiría siendo la propiedad de su "dueño" dondequiera que fuera, incluso si fuera a una región que no permitía la esclavitud. Además estipulaba que los funcionarios de los estados no esclavistas, al encontrar a un esclavo que se había escapado, tenían la obligación de devolver esa "propiedad" a su "dueño legítimo". Para que todo quedara muy en claro, en 1793 el Congreso aprobó la "Ley del Esclavo Fugitivo" que requería la devolución de los esclavos que se habían escapado.

No obstante, para finales de los años 1840, los esclavos fugitivos estaban llegando a ser un gran problema para los dueños de los esclavos, en particular en las zonas que colindaban con estados no esclavistas. Una red de casas seguras y senderos secretos llamada el Ferrocarril Subterráneo, operada por personas negras y abolicionistas blancos, ayudaba a los esclavos fugitivos a llegar a los territorios no esclavistas en el Norte y en Canadá, y para los años 1840 y 1850 miles de negros estaban dejando atrás la esclavitud valiéndose de ese medio.

Además, varios estados del Norte habían promulgado medidas llamadas "leyes de libertad personal" con el propósito de invalidar la Ley del Esclavo Fugitivo e impedir que los cazadores de recompensas arrebataran a las personas negras de las calles de las ciudades norteñas para mandarlas a la esclavitud. En varias ocasiones, multitudes de abolicionistas blancos liberaron a la fuerza a los esclavos arrestados. Unos intelectuales y escritores muy conocidos, como John Greenleaf Whittier y Ralph Waldo Emerson, condenaron la ley y exhortaron a la población a desafiarla.

Por esos mismos años, se aprobó la Ley del Esclavo Fugitivo de 1850, llamada la Ley de Sabuesos por los abolicionistas debido al uso de perros sabuesos para rastrear a los esclavos, como otro "compromiso acomodaticio". Pero en realidad esa ley fue más allá de la original, pues requirió que los ciudadanos de los estados no esclavistas capturaran y devolvieran a los esclavos a sus "dueños legítimos", bajo penas severas de la ley.

Dred Scott y una crisis de legitimidad

El fallo relacionado a un esclavo llamado Dred Scott fue un ejemplo descarnado y concentrado de la lógica de la constitucionalidad de la esclavitud. Dred Scott era un hombre negro que nació esclavo y había servido como esclavo a un oficial del Ejército de Estados Unidos mandado a varios lugares del país. Cuando el oficial fue trasferido de Minnesota al estado esclavista de Missouri, Scott y su esposa entablaron una demanda en los tribunales federales para obtener su libertad, diciendo que esa libertad se había establecido cuando vivieron en los estados no esclavistas.

En 1857, la Suprema Corte de Estados Unidos falló que ni Dred Scott ni ninguna persona de "ascendencia africana" podía entablar una demanda ante un tribunal estadounidense, porque no se les permitía ser ciudadano estadounidense. Adujo también que no se podía establecer la libertad de Scott por el simple hecho de haber vivido fuera de los límites de una región de la esclavitud, pues hacerlo "le privaría al dueño de su propiedad".

Roger B. Taney, el magistrado presidente de la Suprema Corte, resumió su fallo con estas palabras infames: dijo que los autores de la Constitución, los "fundadores", consideraron e institucionalizaron bajo la ley que los negros eran "seres de un orden inferior y totalmente indignos de asociarse con la raza blanca, sea en relaciones sociales o políticas, y que eran tan inferiores que no tienen ningún derecho que el hombre blanco tiene la obligación de respetar".

El fallo de la Suprema Corte envalentonó a los dueños sureños de esclavos y enfureció a muchas fuerzas antiesclavistas por todo el Norte. Los dueños de los esclavos argumentaron que el fallo de la Suprema Corte esencialmente había anulado los compromisos de Missouri y así les iba a restaurar su derecho constitucional de llevar a sus esclavos por dondequiera en el país. Muchos norteños vieron en el fallo Dred Scott una culminación de una campaña de varias décadas para extender la esclavitud y juraron desafiarlo y oponérselo. Ya no era posible reconciliar las divergencias que tenían los dos lados.

Cuatro años después del fallo Dred Scott, se inició la guerra de Secesión.

Continuará

1. Citado en La Constitución de los Estados Unidos: Una visión de libertad según los explotadores de Bob Avakian. [regresa]

2. Forever Free: The Story of Emancipation and Reconstruction, de Eric Foner y Joshua Brown. [regresa]

3. A Slaveholders' Union: Slavery Politics, and the Constitution in the Early American Republic, de George William Van Cleve, página 6. [regresa]

4.  A Slaveholders' Union: Slavery, Politics, and the Constitution in the Early American Republic, de George William Van Cleve, página 225. [regresa]

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