Revolución #269, 20 de mayo de 2012


"En la era de Obama... Terror policial, encarcelamiento, falta de empleos, educación errónea: ¿Qué futuro hay para nuestra juventud?"

1300 asisten al diálogo entre Cornel West y Carl Dix en Chicago

7 de mayo, Universidad de Chicago. Cuando abrieron las puertas del salón Mandel, pronto se registró un lleno total para el diálogo entre Cornel West y Carl Dix, "En la era de Obama... Terror policial, encarcelamiento, falta de empleos, educación errónea: ¿QUÉ FUTURO HAY PARA NUESTRA JUVENTUD?" Los que no cabían en el salón fueron dirigidos al centro estudiantil donde el programa se transmitía en vivo, y aún así no había cupo para todos. Aproximadamente 1300 personas asistieron al programa.

Cerca de la mitad del público eran estudiantes de todas las nacionalidades y un sector importante de profesores. Un porcentaje significativo era afroestadounidense: estudiantes y gente de la comunidad de alrededor. A estos les sumaron otras personas de todos distritos de la ciudad y hasta de los suburbios.

Fue una cantidad sorprendente en vista de que la Universidad solo accedió a que el programa siguiera adelante la semana anterior. El intento de última hora de la Universidad de cancelar el diálogo solo se frustró gracias a los esfuerzos concertados de estudiantes y profesores, y después de que más de 500 personas firmaron una petición que instaba a permitirlo.

Un nutrido equipo de acomodadores marcó la pauta al vestirse de sudaderas con capucha, como una declaración sobre Trayvon Martin. Un estudiante postgrado y activista saludó a la muchedumbre invitándola a un programa para antes del diálogo, en que unos jóvenes hablaron sobre las luchas en que participaban: cerrar un centro de detención juvenil de triste fama, reabrir un departamento de urgencias en el hospital de la Universidad de Chicago, impedir que la municipalidad cerrara la mitad de sus clínicas de salud mental. La Sociedad Afiliada Platypus, la primera de lo que resultó ser un grupo anfitrión formado por una docena de grupos estudiantiles, incluida la Asociación de Estudiantes Negros de Derecho, convocó a una "continuación del diálogo después del diálogo". Un joven artista de palabra hablada recitó con vehemencia un número al cual le puso el nombre de la canción de Sam Cooke "A Change is Gonna Come" (Un cambio va a venir). El público se puso en pie de un salto, listo para el cambio. El director de la Facultad de Ciencias Políticas, Bernard Harcourt, moderó el diálogo y presentó a los oradores ante un estallido de aplausos, el primero de lo que serían muchos que salpicaban la noche.

Lo que seguía desafió la mente, el alma... y el potencial y las posibilidades de un cambio radical y hasta revolucionario. Carl Dix, un comunista revolucionario, y Cornel West, un cristiano revolucionario, hallaron muchas coincidencias en sus puntos de vista, mientras también delinearon y exploraron sus diferencias reales en torno a "qué futuro hay para nuestra juventud". Ambos hablaron muy apasionadamente acerca de la pésima situación que enfrentamos hoy y la urgente necesidad de actuar. Como si fuera para subrayar ese punto, tanto Dix como West habían llegado a Chicago directamente del juicio la semana anterior en la Ciudad de Nueva York por sus protestas contra el parar y registrar del Departamento de Policía de Nueva York (DPNY).

Dix comenzó, diciendo: "Hagan girar un globo terráqueo y párenlo con el dedo. Dondequiera que caiga el dedo, ahí encontrarán horrores indecibles, miseria enorme, hambre, tráfico de mujeres y niñas... Este es nuestro mundo".  Planteó que la causa de todos esos horrores es el sistema de capitalismo imperialismo en que vivimos. Se adentró en ese punto enfocando la situación que el pueblo afroestadounidense se enfrenta hoy. Señaló y explicó los elementos en común en la incesante brutalidad policíaca contra los jóvenes de minoría, desde la masiva campaña de parar y registrar del DPNY al asesinato reciente de Trayvon Martin. Dix se centró en la encarcelación en masa y dijo que se trata de una forma de "genocidio lento" de los negros que fácilmente podría convertirse en un genocidio rápido. Muchos presentes tenían puestas calcomanías que decían: "Encarcelación en masa + Silencio = Genocidio".

Dix no midió las palabras acerca de la solución revolucionaria que recomienda contra los horrores del mundo. "Sí, me entendieron bien. El Comunismo Revolucionario". Y pronto empezó a explicar de qué se trata, incluyendo el hecho de que Bob Avakian ha desarrollado más la ciencia del comunismo al sacar balance de las revoluciones del pasado y al describir cómo podemos hacerlas mucho mejor en el futuro.

Cornel West lanzó una crítica feroz contra los actuales valores y cultura capitalistas que enseñan a los jóvenes a ensimismarse en su propia vida, al bombardearlos con una hípercomercialización y "armas de distracción masiva". Frente a eso, West llamó a un "discurso intrépido, un discurso que no se intimida", en particular con relación a las condiciones de vida de los pobres y los trabajadores, quienes hoy nadie ni siquiera menciona. Instó al público a tener la valentía de "ir a contrapelo".

Luego West habló de lo que, en su opinión, la gente se enfrenta: "El problema fundamental hoy es la oligarquía y la avaricia desenfrenada. Tenemos que decidir de qué lado estamos". Planteó: "Se trata de encontrar cada quien su voz en medio de la cacofonía, el terror y la catástrofe". Advirtió contra el muy serio peligro que representa el auge de la derecha en este país, y exhortó a los presentes a actuar. "El futuro está en al aire y es totalmente impredecible.... Por el bien o por el mal, el futuro depende totalmente de las decisiones que tomamos ahora".

A eso le siguió una sesión de diálogo entre Dix y West. Aquí no hay espacio para captar la riqueza de la conversación, pero algo que brilló fue el profundo respeto que enmarcó sus discrepancias, a veces agudas. Entre los temas tratados: cómo evaluar el legado de Martin Luther King, Jr., cómo sacar balance de la primera ola de revoluciones comunistas, incluido Stalin y qué papel desempeña la política electoral hoy.

La sesión de preguntas y respuestas enriqueció más ese proceso. El público hizo preguntas sobre una amplia gama de temas: ¿Apoyan ustedes la lucha de la gente transgénero contra la brutalidad policíaca? ¿Dónde están las iglesias hoy en las luchas populares y "es necesario ocupar las iglesias para liberar a Jesús?" ¿Cómo evaluar la historia de la izquierda desde los años 1960? El programa terminó con un pedido de que West y Dix hablaran sobre su visión de cómo podría ser un futuro mundo.

En futuros números del periódico informaremos más sobre el evento y sobre las entrevistas al público. Pero estas respuestas de una madre y su hija dan una idea del tipo de noche que experimentamos.

La hija: "Me encantó. Me dejó sin palabras, no sé qué decir. Creo que lo que me impresionó más lo que señaló el Dr. West de que tenemos que ir más allá del odio y la furia. Que hay que canalizar eso hacia algo más, porque no son sostenibles en el largo plazo. El amor y la compasión, eso es lo que sostendrán lo que tratemos de hacer aquí".

La madre: "Para mí, pues jamás había escuchado a Carl Dix. De veras fue mi primera educación acerca del comunismo revolucionario como existe ahora. Y me dio algo en que pensar que en mi vida cotidiana jamás hubiera considerado. Así que estuve muy contenta por eso…Tal vez lo que me gustó fue que me hizo querer leer los libros en términos de lo que hemos aprendido y cómo eso podría funcionar en el futuro".

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