Informe desde Newark, Nueva Jersey

1 de noviembre de 2012 | Periódico Revolución | revcom.us

 

31-10-2012. A esforzarnos para responder al último llamamiento del periódico Revolución, unos amigos revolucionarios y yo de la Ciudad de Nueva York decidimos aventurarnos al otro lado del río a Nueva Jersey y descubrir lo que pudiéramos sobre lo que le pasa a la gente, conectarnos con las actividades de responder a las necesidades de la gente y conectar todo eso con el movimiento para la revolución. Decidimos, para este viaje, ir a una zona en Newark, Nueva Jersey y sus cercanías, que tiene una gran concentración de negros así como inmigrantes de América Central y Europa, y algunos blancos. Por lo que se refiere a lo que pudimos descubrir, esta zona no estuvo afectada por fuertes anegaciones. Los efectos sobre la población aquí se deben a los fuertes vientos y principalmente un apagón casi total.

Una gran parte de Nueva Jersey no ha tenido luz por dos días ya, junto con las zonas costeras que padecieron la violenta incursión de las aguas de la tormenta y el mar. Se restablece la electricidad a varias zonas

En un pueblito vecino de Newark llamado Harrison, con muchas personas de América Central y Sur, junto con gente de la India y blancos de la clase obrera, no ha habido luz por dos días enteros en toda la zona. Hablamos con las personas en una cola fuera de una escuela que esperaban tener acceso de media hora al enchufe eléctrico (para cargar sus teléfonos; las escuela tiene un generador de emergencia). Merodean los policías y la gente nos dijo que éstos patrullan las zonas diciéndoles acerca del toque de queda de 6 pm a 6 am y nosotros vimos patrullas de oficiales por ahí durante nuestra estancia. Hasta vimos a un helicóptero Halcón Negro sobrevolando. Nada en los caminos impide el paso. Pero ninguna autoridad de ninguna clase en absoluto ha hecho nada para explicarle a la gente sobre la situación ni qué esperar, los recursos disponibles, ni hablar de movilizarse para satisfacer las necesidades de la gente. En Harrison y Newark, hablamos con unas personas que no tenían idea de lo que ocurrió fuera de su experiencia inmediata. Tenga en mente que no hay luz y con la tecnología de hoy día, muchos no tienen radios potenciados con pilas. Varios mencionaron que no había escuchado noticias desde domingo antes de la tormenta y no sabían qué tan grave estaba la cosa fuera de su zona.

En Harrison, nos contaron que no hay autoridad, ninguna comunicación salvo anuncios de toque de queda. Nadie sabe qué mal están las cosas ni qué esperar. No se ven anuncios acerca de dónde encontrar recursos. No se ha asomado el alcalde por ningún lado. Vimos un volante de la alcaldía que le decía a la gente que echara a la basura la comida que llevara 24 horas sin refrigeración. Las personas planteaban la pregunta de rigor: ¿así que qué debemos comer luego? La comida en las refritas comienzan a echarse a perder; los mercados están cerrados. Un tipo dijo que las personas preguntaban por qué tenemos que aceptar esta situación, que la única ocasión en que se presentan las autoridades es para pedir votos, pero cuando la gente las necesita para protección, no se asoman por ningún lado. Un tipo que había escuchado las noticias dijo que éstas informaban que tal vez no hubiera luz por diez días, pero nada sobre lo que se supone que la gente deba hacer en el mientras tanto. La gente mayor no tiene manera de salir afuera, conseguir comestibles ni nada. La carga de media hora para los móviles no duraría lo suficiente. Los centroamericanos y sudamericanos tienen familiares que no tienen idea de lo que pasa ni cómo están. Un tipo dijo que éste es el segundo Katrina, que las autoridades no tienen ningún plan y que éstas han dejado la gente a su suerte.

Un tipo dijo que alguien tiene que hacer algo para el pueblo y que tenemos que hacer una revolución, la única manera de lograr algún cambio. Hablamos con él y otros sobre la forma en que las demandas en el llamamiento a la gente de parte del periódico Revolución pueden y tienen que cobrar fuerza para lidiar con la situación y su papel en ello. Durante el día distribuimos 30 ejemplares de Revolución y cien copias del Llamamiento a aquellos que están en las zonas afectadas por el huracán Sandyde Revolución que teníamos impreso para este viaje.

En Newark principalmente hablamos con personas negras. La luz sí volvió en el centro el martes por la noche y los negocios y tiendas se abrieron. Recorrimos la ciudad en coche a ver qué onda y nos llamaba la atención qué tan desiertas estaban las calles. Las personas nos comentaron que simplemente se quedaban en casa, sentadas con familiares y amigos en la oscuridad.  En una parte de la ciudad, nos comentaron que la policía había anunciado un toque de queda de las 4 pm para el martes, a fin de evitar robos. Todos decían que aún no pasan penurias, ni tampoco sus vecinos, y esperaban que se compusiera la luz para el fin de la semana. Pero en el centro, un joven dijo que en su casa empezaba a escasear la comida para él y su mamá, así que ¿qué se supone que deba hacer?

En Newark hay autobuses del gobierno municipal y empresas privadas de autotransportes de pasajeros. Según la gente, los autobuses privados ya empezaron a funcionar, pero los municipales no. Hablamos con algunas personas que habían caminado kilómetros desde las afueras de la ciudad al centro para conseguir dinero y pagar cuentas. Una tipo acudió para pagar la cuenta de la luz, aunque no tienen luz. Dijo que le había tocado la fecha de corte, y por eso tuvo que ir a pagarlo.

El mensaje de parte de todas las autoridades y su respuesta a las necesidades de las personas, hasta ahora, ha sido en esencia: “Nosotros no podemos ayudarles y quédense en casa”.

Descubrimos que al menos ahora, en su mayoría las personas están a la espera, con expectativas de que pronto se vuelva la luz. En esas zonas que no tienen luz y como resultado, muchos no tienen calefacción (le temperatura cayó hoy a 5 a 7ºC), han tenido agua y suficiente comida… hasta ahora.

Un tendero de Newark dijo que en Atlantic City, Nueva Jersey, un centro de casinos y diversiones hacia el sur en la costa, está totalmente cerrado, nadie entra ni sale. Este lugar fue golpeado por la anegación así como el resto de la tormenta. Hubo una evacuación pero no todos se fueron. La gente que nos comentó esto no sabía qué enfrentaban ahora las personas que permanecían ahí.

Mientras tanto, esta noche el miércoles, se informa desde la “Sala de Situaciones” de la CNN acerca de un lugar en Nueva Jersey llamado Seaside Heights, donde se fue el gobierno municipal, con los bomberos inclusive, al parecer antes de la tormenta, y así dejaron a su suerte a los habitantes. Según el informe, unas personas de tercera edad no querían evacuar porque los albergues no permiten tener mascotas ahí y ahora corren peligro y solo hay socorristas voluntarios sin recursos.

 

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