Multifamiliar Jacob Riis, Loisaida. Manhattan

3 de noviembre de 2012 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Fuimos los dos al multifamiliar Jacob Riis en la avenida D en la Loisaida de la Ciudad de Nueva York para entrevistarle a la gente ahí, el miércoles, después de la tormenta. Este multifamiliar plurinacional está a dos manzanas del río Este en un barrio alejado de las tiendas y bulla del East Village, y a casi tres manzanas de la planta generadora de luz de la empresa Con Ed la que se cayó durante la tormenta. Hablé con dos latinos y dos latinas que estaban indignados por las condiciones que la gente tuvo que soportar durante la tormenta y que sigue aguantando. Dijeron:

Al comienzo de la tormenta, el agua subió a casi metro y cuarto y cubrió los coches estacionados en el multifamiliar. La gente salió para sacarlos del agua, y otros salieron a colaborar. Algunos coches flotaban en distintos lugares. El agua del río anegó la avenida D y más al este a la avenida A o la avenida 1. Vimos algunos hombres limpiando y sacando cosas de sus coches y no les di mucha atención pero había algo más debajo de la superficie. Por lo normal, las ratas se comen pedazos del piso de los coches estacionados alrededor del multifamiliar a fin de meterse. Después de la tormenta, encontraron ratas y hojas de árboles en algunos coches y estos hombres limpiaban los coches en los cuales el agua del río se había metido adentro. Ayer sacaron los cientos de grandes ratas ahogadas de los alrededores del multifamiliar. Tomé una foto de una que seguía ahí. Mientras conversábamos, algunos tipos se acercaron para preguntar dónde cargar sus móviles y las mujeres los remitieron a un coche cercano.

Al otro lado de la calle, algunos asiáticos y latinos llenaban cubetas y jarrones de plástico desde una boca antiincendios, agua que iban a llevar a sus departamentos en los edificios de unas 15 plantas sin ascensores que funcionaban. Antes de abrir la boca, la gente solamente podía conseguir agua de una llave pequeñita al costado de este edificio. Al darnos vuelta a la izquierda de la entrada, las mujeres indicaron un socavón provocado por la tormenta. Cuando le cuestionaron al área de mantenimiento del edificio si el socavón afectara los cimientos del edificio, no confiaron en la respuesta de que no se preocupe, que no se basaba en el dictamen de unos ingenieros estructurales.

Las dos latinas hablaban de las personas que se ayudaban entre sí y de la colectividad. Durante la tormenta, éstas y otros fueron tocando de puerta en puerta cada dos horas para cerciorarse de que la gente estuviera bien. Como no había luz, las personas preparaban la comida antes de que se echara a perder y recorrieron los apartamentos para compartirla. Algunos no tienen comida y ésta es la única manera que tendrían de comer. Además, mencionaron algunos tipos enmascarados que iban tocando las puertas de unas gentes de tercera edad para robarles, cuando éstas les abrieran la puerta. Ahora hay un gran problema porque el gobierno municipal informa que la luz no volverá sino en cuatro días. ¿QUÉ LE PASARÁ A LA GENTE QUE NO TIENE COMIDA, AGUA NI LUZ? Además, están preocupados porque ya es el fin del mes y cómo podrán acceder a sus pagos por discapacidad u otras fuentes de ingresos y siquiera ir a un banco para retirarlo.

Se nos unió un latino mayor que barría las hojas regadas por la anegación. Mencionó que cada edifico tiene algunas personas que respiran con tanque de oxígeno. Donde él vive, el oxígeno de una mujer casi se agotó y por tanto su hijo fue el vecino hospital Bellevue para conseguir más. Cuando volvió, su mamá ya se había muerto. El compañero de depa de este hombre, porque le amputaron un pie, depende del oxígeno. Fue a Bellevue y le dijeron que fuera al Centro Médico Beth Israel a poca distancia. No tiene noticias de su amigo desde entonces y la pila de su móvil ya está descargada. Estaba indignado porque la gente está muriéndose y estará muriéndose por falta de tanques de oxígeno. Además, cargó sobre el hombro a una mujer de 75 años de edad hasta el piso 12, al depa de ella, y luego le subió unos galones de agua.

En el caso del huracán anterior, Irene, evacuaron los inquilinos a la secundaria Seward Park. Ahora, ni eso ofrecieron. ¿Por qué?

Las personas estaban encorajudas porque viven a tres manzanas de la central eléctrica de Con Ed pero no puede conseguir luz. No sólo en sus departamentos sino en los corredores y escaleras no tienen luz en absoluto. Mencionaron que habían visto las luces en Battery Park City y que bajo este sistema, no importan los pobres. Lo que les dificultará más la vida futura será el cierre del mercado Path Mark más al sur (un mercado frecuentado por muchos inquilinos que compran comida ahí y llevan sus carritos para cargarla), para abrir espacio para otro proyecto de construcción del requeterecontra-ricachón Donald Trump. Así, no habrá buenas alternativas para comprar comida.

En este multifamiliar en la últimas dos marchas, se terminó el 22 de octubre, el Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial, la Represión y la Criminalización de una Generación. Los entrevistados recuerdan la marcha y al señalar la portada del periódico, decían que apoyaban el fin al parar y registrar. Un hombre preguntó “¿qué se puede hacer?” ante esta situación. Les hablé de la necesidad de poner demandas sobre comida, servicios médicos, luz… Él mencionó los años 60 y de querer el espíritu de dicha época contra la mentalidad yo, yo, yo de la juventud que pide que sus padres les compren tenis de cien dólares en lugar de pagar la renta. Él participó en el grupo Young Lords en los años 60 y concluye que los líderes de ese movimiento o se vendieron o se rajaron para tomar trabajo en los medios de comunicación. Le dije a grandes rasgos que eso no es cierto y mencioné la vida de BA y su dirección de la revolución y pedí que leyera en voz alta el texto de la página dos del periódico Revolución “¿Quién es Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario?” Al leer la parte “…luchar en serio para ganar”, hizo una pausa y dijo: “Eso es hermoso”. Dijo que le gustaba mucho el texto y estaremos en comunicación.

Por otro lado, de todas las noticias que he leído, ninguna ha informado sobre las personas que viven en los multifamiliares ni los pobres. Los inquilinos de Jacob Riis están varados sin recursos adecuados.

Al irme, una mujer dijo: “Muchas gracias por ser nuestra voz”.

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