Por qué un desastre natural se convirtió en un desastre social, y por qué no tiene que ser así: Reflexiones sobre el huracán Sandy y la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto)

Raymond Lotta | 4 de noviembre de 2012 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El huracán Sandy ha devastado partes de la costa este de Estados Unidos. Más de cien personas han muerto. Al cierre de esta edición, dos millones de personas en la zona metropolitana de Nueva York y Nueva Jersey no tienen luz. Unas partes del Bajo Manhattan siguen anegadas.

De las unidades habitacionales públicas siguen saliendo informes de los inquilinos de tercera edad y muy pobres que no tienen comida, medicamentos ni medios de transporte. En las afueras, donde las violentas ráfagas del viento y lluvia literalmente se llevaron a los vecindarios, la autoridad ha dejado a las personas a su suerte.

Son tiempos de enorme sufrimiento y necesidad. Pero en el caso de las autoridades gobernantes, ¿cuál fue la prueba decisiva para poner la ciudad de pie de nuevo? Que se vuelva a abrir Wall Street, que los engranajes de las finanzas sigan rodando para la incesante acumulación de capital. Mientras tanto, y a sola unas manzanas de distancia, estaba trabado el suministro de emergencia de agua y alimento para los necesitados. En Nueva Jersey las autoridades actuaron con el mismo afán wallstreetiano para reabrir los casinos de juego.

En duras circunstancias, las personas intentan lidiar con los problemas y solucionarlos colectivamente. Pero no existen mecanismos institucionales para nutrir dicha cooperación. Lo que más le interesa a la autoridad gobernante es mantener a las personas en la pasividad, en su lugar y bajo control. Las personas han estado en la oscuridad de los apagones pero la autoridad las mantiene en la oscuridad sobre lo que pasa. En lugares como Coney Island, las personas no tienen luz ni calefacción y la policía profiere amenazas y toques de queda.

Éste es un sistema en que una pequeña clase poseedora de capitalistas imperialistas controla las palancas y recursos económicos de la sociedad. Reina la ganancia. Utiliza el poder estatal para conservar y extender la explotación y miseria en el mundo y reprimir la resistencia.

Pero la situación no tiene que ser así.

Pero, veamos el panorama más amplio y examinemos las tres dinámicas esenciales de este desastre social y natural.

1) El capitalismo y el cambio climático

Como explica el artículo “La supertormenta Sandy y el cambio climático” (próximamente en español), la ferocidad del huracán Sandy está muy relacionada con el cambio climático. Las masivas emisiones de CO2 están provocando deshielos y colapsos del Ártico, el calentamiento de los mares y más humedad en el aire. Todo ello causa huracanes más severos y frecuentes. Además, el cambio climático global hace subir el nivel del mar que ha puesto en mayor peligro de anegaciones a las ciudades costeras del mundo densamente pobladas.

El capitalismo-imperialismo está muy relacionado con el cambio climático. El petróleo, el gas natural y el carbón, los combustibles que más causan el aumento del nivel de CO2 en el atmósfera que contribuye al cambio climático global, son un elemento esencial y fundamental del funcionamiento rentable de este sistema. Consideremos el hecho de que en los últimos años, siete de los diez mayores corporaciones del mundo son las empresas automotrices y petroleras. O que las fuerzas armadas estadounidenses son el mayor consumidor de petróleo en el mundo.

Consideremos las tendencias. En 1997, Estados Unidos prometió reducir las emisiones de gases del efecto invernadero en un siete por ciento por debajo del nivel de 1990. Pero para 2009, ¡las emisiones de CO2 causadas por Estados Unidos ya habían subido casi 7%! Ésta es la lógica de las ganancias y el maniobreo de las grandes potencias. Existe una aguda competencia por participaciones en el mercado y ventajas estratégicas en la economía mundial. No existe ningún “incentivo” para transformar radicalmente la producción de energéticos y el consumo de energía. Se trata de expandirse o morir. Tiene que perforar en busca de petróleo y gas natural en el Ártico… y en África occidental, o saldrá vencido por algunas corporaciones rivales y potencias rivales.

Mientras tanto, se calienta el planeta.

2) La naturaleza de la metrópoli capitalista

Una ciudad como Nueva York desempeña un papel determinado en el funcionamiento y gestión del imperio estadounidense. Se trata de una especie de centro financiero-administrativo de mando, control y comunicaciones para el capital imperialista globalizado. Es profundamente parásito. Las finanzas son el motor del crecimiento económico. Se encauzan los recursos hacia los bienes raíces, la construcción especulativa y el desarrollo.

Es una ciudad de extremos: trabajos de alta paga y la concentración de riqueza, en un polo, y en el otro, vastas extensiones de pobreza, trabajos de baja paga, índices crónicamente altos de desempleo, educación desigual y el parar y registrar en los barrios oprimidos. Depende de enormes reservas de mano de obra inmigrante super-explotable.

La ciudad depende del transporte intensivo en carbono para alimentos. Sus edificios son grandes fuentes de emisiones de gases del efecto invernadero. Y se ha vuelto más vulnerable a tiempos extremos.

El New York Times sacó un artículo hace poco sobre el hecho de que, durante más de una década, los científicos hacían advertencias sobre los peligros del creciente nivel del mar en la ciudad y la manera que la ciudad resultaría inundada. Pidieron la construcción de barreras contra tormentas y la fuerza del mar. Otras comisiones especiales tomaron una posición más amplia: pidieron medidas para proteger las frágiles costas y repensar la densidad y los patrones del desarrollo urbano.

Pero dichas advertencias y propuestas cayeron sobre oídos sordos. Estas medidas protectoras y largoplacistas chocaron directamente con los horizontes cortoplacistas del capitalismo. Tenía más urgencia y prioridad expandir el desarrollo lucrativo de propiedades que invertir en barreras contra tormentas y proteger y expandir los humedales que absorben las crecidas del mar. Según, tuvo más “sentido de negocios” que las empresas de luz y gas mantuvieran sus inversiones en mantener al mínimo el mantenimiento y actualización del tendido eléctrico y otra infraestructura.

Pero, las advertencias de los científicos acerca de la susceptibilidad de la ciudad a la creciente fuerza del mar por las tormentas dieron fruto con el huracán Sandy.

3) La manera en que el sistema suscita la atomización de las personas

La situación está muy aguda. Los trastornos del transporte y luz, los servicios básicos desbaratados y el hecho de que la ciudad se paralizó cuando las personas ya no pudieran ir a trabajar pusieron al descubierto lo densamente interconectadas que están las actividades de la vida social y económica de una gran ciudad como Nueva York. Pero la ciudad y la sociedad más amplia no están organizadas de un modo que corresponda a dichas interconexiones. No existe ninguna planificación social consciente para satisfacer necesidades humanas, movilizar para emergencias ni proteger ecosistemas vitales.

El propio funcionamiento del sistema suscita la atomización de las personas. Éstas están orilladas a competerse entre sí por empleo, vivienda y educación superior. ¿Por qué? Por la propiedad y control privado sobre los medios de producir la riqueza y sobre los recursos de la sociedad. Se trata de un sistema que obliga a las personas a vender su mano de obra para sobrevivir. Al mismo tiempo, el sistema promueve su etos de cada quien por su cuenta y opone unas personas contra otras.

Las personas tienen un gran deseo de unirse a tomar acciones durante crisis como Sandy. Pero este sistema frena y trunca dicho potencial.

Una sociedad radicalmente diferente: Un socialismo viable y visionario

La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto), del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, expone una visión y un plan para construir un sistema económico, político y social muy distinto. Esta Constitución se basa en la nueva síntesis del comunismo de Bob Avakian, la cual abre el camino hacia un mundo en que los seres humanos podrían florecer en verdad.

Esta Constitución es un plan para un nuevo poder estatal que protegería los derechos de las personas, que capacitaría a las personas para participar en la gestión y la transformación cabal de la sociedad y para desarrollar la revolución hacia un mundo sin clases.

Esta Constitución expone los principios y los mecanismos para tener una economía liberadora que satisfaría las necesidades básicas del pueblo, como la superación de las desigualdades entre las nacionalidades, entre la mujer y el hombre, entre aquellos que trabajan principalmente con las manos y aquellos que trabajan principalmente en la esfera de las ideas. Ésta sería una sociedad y una economía que promoverían la revolución mundial a fin de emancipar a toda la humanidad de la explotación y la opresión. Ésta es una sociedad y una economía que trabajaría para componer, proteger y realzar los ecosistemas del planeta.

En una palabra, esta sociedad sería lo contrario de lo que vivimos hoy.

En una sociedad socialista, los medios de producción (las fábricas, el transporte, las telecomunicaciones, la tierra, la materia prima, etc.) ya no serían la propiedad de un grupito de explotadores pero estarían bajo un sistema de propiedad estatal-pública. De esta manera, la sociedad podría utilizar estos recursos para lo que sería útil e importante para el mejoramiento de la humanidad. Las personas tendrían trabajo garantizado; y a diferencia de una actividad monótona, el trabajo contribuiría al desarrollo de la sociedad y a las capacidades polifacéticas de las personas.

La nueva sociedad socialista desarrollaría una economía que ya no dependería del petróleo y otros combustibles fósiles y sistemas de distribución que recorren largas distancias. Para ello, se requerirían innovaciones y esfuerzos extraordinarios, pero sería una prioridad. La nueva sociedad tendría por objeto crear ciudades sustentables, con mayores capacidades de producir las necesidades básicas, como la comida.

Éstas serían las ciudades donde los anteriormente oprimidos, en lugar de estar aislados y acorralados, podrían interactuarse entre sí de maneras constructivas, organizarse en lo político, crear y disfrutar la cultura y forjar una comunidad dinámica. En estas ciudades, caerían las barreras entre las masas básicas y los artistas e intelectuales, donde las personas con distintas condiciones sociales, experiencias y destrezas se interactuarían de manera dinámica entre sí y aprenderían entre sí como parte del largo proceso de crear las condiciones sociales y materiales en las cuales todos podrían trabajar de manera productiva y en la esfera de las ideas.

El ejército y las fuerzas del orden ya no reforzarían el imperio global y la ocupación de las zonas urbanas marginadas. Las nuevas fuerzas de seguridad servirían al pueblo, protegerían a sus derechos y ayudarían a las personas a determinar y solucionar sus diferencias.

Una sociedad socialista ante una crisis como el huracán Sandy

La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto) recalca que es necesario apoyarse en la actividad consciente de las masas populares para solucionar los problemas y desarrollar la revolución. Además, recalca que la sociedad combinaría la planificación centralizada y la asignación de los recursos con la iniciativa descentralizada y la creatividad.

En una crisis como el huracán Sandy, el estado socialista asignará los necesarios recursos, como alimentos, refugios provisionales, materiales de construcción y equipo y maquinaria donde más se necesitarían. No sería necesario torear la mezcolanza y los canales contendientes de la propiedad privada y control que existe en la sociedad capitalista. La asignación de recursos no estaría sujeta a la conservación de la propiedad privada y el sistema de ganancias.

El estado revolucionario haría todo a su alcance para conectarse con el anhelo de las personas y de desencadenar dicho anhelo de ponerse en pie y ayudar en muchos frentes. Apoyarse en las masas estaría al centro de todo que se hiciera en las secuelas de un desastre semejante.

En una sociedad socialista ante un desastre natural del calibre de Sandy, se establecerían las prioridades de emergencia; por ejemplo, se identificaría a los sectores más vulnerables de la población, se ayudaría a las comunidades o zonas de mayor devastación con opresión histórica y degradación ambiental y se restaurarían los eslabonamientos críticos de la economía. Se pediría voluntarios y se proporcionarían los medios para que éstos participaran en las labores de socorrismo. Se enviaría al personal médico, los maestros, los ingenieros, los estudiantes, etc. donde fueran necesarios.

La centralización supone la dirección y coordinación general, y prestarle atención a las prioridades sociales esenciales, como la eliminación del legado del racismo y la subordinación de la mujer.

En una situación como Sandy, se harían esfuerzos de educar a las personas sobre la escala y los desafíos de la situación. Se popularizarían los conocimientos especializados de los expertos entre amplios sectores de la población; por ejemplo, las ciencias ambientales, la ingeniería civil, etc. Pero estos expertos también aprenderían de los conocimientos y de la experiencia directa y de las aspiraciones de las masas básicas y de la juventud. Los arquitectos y los planificadores llevarían a cabo investigaciones entre las personas. El personal médico obtendría un sentido más profundo de las condiciones y necesidades locales y capacitarían a paraprofesionales.

Se desencadenaría una increíble iniciativa y experimentación local. No existen las mismas condiciones en todas partes. ¿Cómo sacar el mayor provecho del equipo viejo? ¿Cómo conservar los recursos limitados? ¿Cuáles son las prioridades locales en la reconstrucción? Misiones investigativas. Discusiones y debates en grupos barriales. Una administración agilizada. Transmitir ideas y críticas a niveles superiores de dirección.

Los medios de comunicación del gobierno y otros organismos del estado difundirían la experiencia avanzada de lidiar con la crisis y los nuevos conocimientos y análisis obtenidos, con lecciones sobre la superación de las barreras entre las personas y la contradicciones en el seno del pueblo.

En semejante emergencia, se presentarán grandes interrogantes y controversias. Sí, habrá agudas necesidades cortoplacistas de dar refugio, alimentos y servicios médicos y de reconstrucción. Pero no es posible satisfacer éstas descuidando los efectos largoplacistas sobre los ecosistemas. Habrá desacuerdos sobre políticas específicas. En tiempos de desastre, algunas personas forcejearán intensamente sobre el rumbo general de la sociedad.

Habrá necesidad de movilizar la actividad y el conocimiento de las personas para lidiar con las circunstancias extraordinarias tal como el huracán Sandy y unirse. Pero surgirán diferencias, y debates. Eso es bueno. La Constitución reconoce la importancia del disentimiento y protesta bajo el socialismo. En una crisis como ésta, habrá contienda y lucha. Este proceso, al manejarlo correctamente el liderato de la sociedad, realzará tanto el conocimiento como el análisis de la realidad de la sociedad en su conjunto y servirá para forjar unidad sobre una base nueva y más fuerte.

Bob Avakian enseña que no sólo se debería permitir el disentimiento sino se debería alentar y valorar. Eso es parte del proceso de llegar a la verdad de la sociedad y del mundo, de promover el pensamiento crítico y de capacitar a aquellos sectores que anteriormente estuvieron en los escalones inferiores de la sociedad para que comprendieran más profundamente y transformaran más profundamente el mundo.

Conclusión

Esta sociedad socialista, para la que esta Constitución es el marco, haría que los seres humanos pudieran lidiar con una crisis como Sandy. Haría que las personas se desarrollaran como los guardianes del planeta. Haría que se pudiera hacer nacer un mundo nuevo, acercarse hacia el comunismo, una comunidad de humanidad mundial.

Por Bob Avakian y el trabajo que ha desarrollado para forjar la nueva síntesis del comunismo encarnada en la Constitución, existe una salida de la locura y la miseria de este sistema. Existe una solución concreta. Existe una dirección comunista y visionaria para la revolución que necesita la humanidad. Cuando las personas responden a los desafíos de movilizarse para luchar por las necesidades básicas del pueblo ante ese desastre, podrán elevar y también tienen que elevar su vista hacia lo que es verdaderamente posible.

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