A un año del asesinato de Trayvon Martin
Es necesario que pongamos fin a esto, de una vez para siempre
24 de febrero de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us
El 26 de febrero:
A un año del asesinato de
Trayvon Martin
Un día de remembranza,
desafío y determinación
Un linchamiento
estadounidense de hoy día Nosotros decimos
"¡BASTA YA!"
El 26 de febrero se cumple un año desde que el vigilante racista George Zimmerman mató a balazos a Trayvon Martin, 17, en Sanford, Florida.
Está programadas para esta fecha protestas para exigir justicia. Se necesitan. Zimmerman enfrenta cargos penales hoy únicamente porque hace un año, las personas de todas partes se tomaron las calles, se pusieron sudaderas con capucha, cargaron pancartas "Yo soy Trayvon" y obligaron al sistema a hacer algo que muy raras veces hace: procesar al asesino racista de un joven hombre negro.
Pero todavía no hay justicia. Otra vez la gente tiene que estar en la calle.
Los linchamientos del pasado y del presente
Una Declaración del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, lanzado en 2012, dice:
"El hecho de que puede darse otro incidente al estilo de Emmett Till —que para colmo, que puede darse otro ultraje de esta clase— hoy, a más de 50 años desde el original linchamiento de Emmett Till y que este asesinato de Trayvon Martin no es un incidente aislado sino solamente el último de un sinfín de tales actos que perpetran, condonan y encubren las autoridades, demuestra muy poderosamente que, en este caso, no debemos aceptar nada menos que el fin de estas cosas de una vez para siempre — tenemos que construir un movimiento para poner fin en realidad y por fin a este y un sinfín de otros ultrajes que vomita este sistema, deshaciéndose de este sistema mediante una revolución. Eso es sumamente serio y tenemos que asumirlo con gran seriedad". [Se puede descargar la declaración completa en revcom.us.]
¿Quién era Emmett Till? En 1955, fue golpeado y muerto a balazos, golpeado tan feo que ni su madre pudiera reconocerlo. Un muchacho de 14 años de edad linchado por silbarle a una mujer blanca (vea "Emmett Till y los linchamientos, del pasado y del presente", de Bob Avakian, en revcom.us).
Ahora nos encontramos aquí, más de 50 años después. Y Trayvon Martin, un joven que andaba en lo suyo, que volvía a su casa tras comprar unos Skittles, es objeto de una persecución, cacería y asesinato de parte de un vigilante racista. Y el homicida todavía anda libre.
¿¡Qué clase de sistema es éste!?
Piense en el último año en el mundo, desde el asesinato de Trayvon Martin. Este sistema ha seguido destrozando vidas en Estados Unidos y por todo el mundo. Continúa el genocidio de los asesinatos de los jóvenes negros y latinos y la encarcelación de millones de personas… los aviones no tripulados de Estados Unidos matan por todo el mundo… está la destrucción del medio ambiente… sigue ardiendo la guerra contra la mujer. Otro año bajo este sistema. No ha habido justicia y continúa la escalada de grandes crímenes contra la humanidad.
Nada menos que una revolución es lo que se necesita para poner fin a todo eso. En vista de eso, tenemos que exigir justicia para Trayvon y librar esa lucha como parte de forjar un movimiento para la revolución.
El linchamiento de Emmett Till y el asesinato de Trayvon Martin tienen dos cosas en común: en primer lugar, son parte de una interminable tradición estadounidense de linchar a los negros. En segundo lugar, dado que la gente se negó a callarse, se negó a dejarse intimidar, se negó a hacerle caso a las llamadas "voces de la razón" que predican tener fe en el sistema de (in)justicia… y únicamente por ello… los de arriba se vieron obligados a levantar cargos penales contra los homicidas.
Pero aunque, en esos casos poco comunes, cuando aquellos que matan a negros y latinos, mismos que traen una placa o una sábana del Klu Klux Klan o son vigilantes racistas, van a juicio, casi siempre salen en libertad. O, tal como en el caso del perro policía que mató a Oscar Grant en el andén del metro de Oakland, California, donde se grabó el asesinato en video, estos homicidas solamente pasan un ratito en la cárcel. Además, se da una señal a otros de que hay luz verde para matar a los jóvenes negros y latinos.
El sistema maniobra para dejar en libertad a Zimmerman
Hoy existe el peligro de que el sistema judicial deje en libertad al asesino de Trayvon Martin. El asesino ha invocado la tristemente célebre ley "Mantenerse Firme" de Florida. Según esta ley, se justifica el uso de la fuerza letal de parte de un individuo y éste no tiene la obligación de retroceder si "Él o ella cree, de manera razonable, que la fuerza sea necesaria para impedir la muerte inminente o gran daño corporal a sí mismo o a sí misma o para impedir la perpetración inminente de un delito grave con violencia".
De hecho, antes de todas las protestas, los policías y los fiscales de Florida decían que, según la ley, Zimmerman tenía el derecho de matar a Trayvon Martin. Bajo la presión de las protestas, los fiscales de Florida cambiaron de posición, al menos de manera formal y oficial, y hoy sostienen que dicha ley no es de aplicación.
En una sociedad empapada de pies a cabeza de la supremacía blanca, estas leyes Mantenerse Firme envalentonan a los racistas para que maten a los negros y los latinos.
Además, George Zimmerman ni remotamente puede afirmar que, al bajarse de su vehículo en desobediencia de la recomendación de la operadora del 911 y al perseguir, confrontar y matar a Trayvon Martin, hacía todo lo que fuera necesario para impedir su muerte inminente o un delito grave con violencia. Si Zimmerman hubiera percibido que existiera un peligro para sí mismo, pudiera haberlo evitado simplemente siguiendo su camino en su vehículo. No tenía bases razonables para creer que Trayvon Martin estuviera a punto de cometer un delito grave con violencia.
Por último, nadie debería contentarse con la idea de que estos mismos fiscales, quienes tan rápidamente justificaron el asesinato de Trayvon Martin bajo la ley Mantenerse Firme y quienes sirven al mismo sistema que meten a cientos de miles de jóvenes como Trayvon a la cárcel, vayan a sostener en serio que la ley no es de aplicación y que el asesino de Trayvon debería ir a juicio. Al menos eso es lo que va a suceder si ¡el público no alza la voz con suficiente fuerza, lo que no solamente incluye a los jóvenes negros y latinos sino una gran diversidad de personas de la sociedad!
Pero por el mero hecho de que esta ley Mantenerse Firme es injusta y que en este caso no debería de ser de aplicación, no implica que el sistema no la utilizaría para dejar en libertad a Zimmerman. Piense en todos los pésimos pretextos que han sacado para justificar el asesinato de los negros en Estados Unidos. En la Ciudad de Nueva York, la policía le pegó 41 tiros y mató a Amadou Diallo por tener un teléfono celular en la mano en la entrada del edificio de apartamentos donde vivía. En la misma ciudad, le pegaron 31 tiros a Sean Bell y sus compañeros por salir del espacio de estacionamiento de un centro nocturno. Y así sucesivamente. Y los asesinos siguen en la calle.
Para repetir, en los muy raros casos en que procesan a los asesinos racistas, colaboran para negar la justicia el sistema entero y los fiscales que presuntamente los procesan, los jueces, la selección del jurado y la forma de cobertura mediática que fija el ambiente para el proceso.
Todo eso sucede hoy, en el caso de Trayvon Martin.
En octubre de 2012, una corte falló que el equipo defensor de Zimmerman pudiera ver el expediente escolar y los registros del Facebook de Trayon Martin, pretextando que Zimmerman tiene el derecho de "investigar la propensión a la violencia de la víctima". Además, la corte le dio el derecho de mandar presentar los registros de Facebook y otros medios sociales de la amiga de Trayvon Martin. El defensor de Zimmerman ha dicho que existe evidencia de que Martin practicaba las artes marciales mixtas, lo que afirma que presuntamente demuestra la "violencia" de Trayvon.
Los medios de comunicación han jugado su papel propagando información que es mentira o que no debería tener ninguna relevancia en absoluto por lo que se refiere a los hechos en este caso: que suspendieron a Trayvon en la escuela, que éste hizo pintas en un casillero, que faltó a clases y que llegó tarde a clases. ¡Como si dichas cosas, si es que ocurrieran, justificaran que un racista lo matara en el camino hacia su casa después de comprar unos Skittles!
Si alguien procurara decirle a usted que ya ha pasado el momento para las protestas y que ya es hora de "dejar que el sistema de justicia funcione", dígale que dicho sistema efectivamente funciona, funciona de la debida manera, para reforzar un sistema global de explotación y opresión y que una gran parte de sus cimientos es la opresión del pueblo negro.
De nuevo, el asesino de Trayvon enfrenta cargos en primer lugar únicamente porque la gente se tomó la calle. En las universidades y en los barrios, las personas se pusieron sudaderas con capucha y dijo "Yo soy Trayvon". Sobre todo pero no limitado a los jóvenes negros y latinos. Las valerosas protestas fueron un reto para que otros alzaran la voz, por ejemplo los jugadores de la Liga Nacional de Baloncesto y otros que tuitearon o postearon mensajes de apoyo a la lucha.
Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución
Tiene que haber justicia para Trayvon Martin. En este sistema de asesinato policial, racismo, pobreza y encarcelación en masa, sería algo muy malo si se diera un mensaje de que cada racista con un fusil pudiera salir a matar a cualquier hombre negro con una sudadera con capucha.
Si de veras vamos a cambiar algo, la lucha por la justicia tiene que estar conectada con el movimiento para la revolución. De modo que a 50 años desde hoy, nuestros hijos o los hijos de éstos no tienen que lidiar otra vez con esta asesina locura.
¡Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución!
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