La masacre de My Lai

"Matar a cualquier cosa que se mueve: La verdadera guerra estadounidense en Vietnam"

24 de febrero de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Un monumento inscrito con los nombres de 504 personas se encuentra en el pueblo vietnamita llamado Son My. El 16 de marzo de 1968, a 504 personas les tocó una muerte súbita y violenta a manos de la "Compañía Charlie" de la División Americal del Ejército de Estados Unidos. Casi todos los muertos eran mujeres, ancianos y niños (incluidos bebes). Muchas de las mujeres fueron violadas, y los cuerpos de muchos fueron tan mutilados que ni se pudiera reconocerlos.

Decenas de personas fueron obligadas a tenderse en zanjas donde fueron rociadas por fuego de armas automáticas. Las personas fueron asesinadas con bayonetas, y por granadas lanzadas en sus hogares. Siete mujeres que se negaron a desnudarse fueron abatidas a fuego de armas por los soldados de la Compañía Charlie. Un muchacho joven que ya tenía uno de sus brazos medio volado recibió un disparo en la cabeza a quemarropa. Todo el ganado de la aldea de My Lai, que forma parte del pueblo Son My, fue muerto a balazos. Los hogares y las existencias de granos en el pueblo fueron quemados. La orgía de destrucción continuó durante dos días, incluyendo la aldea de My Khe.

El autor Nick Turse escribió sobre My Lai: "En más de cuatro horas, los miembros de la Compañía Charlie metódicamente masacraron a más de 500 víctimas no armadas, matando a algunos solitos o en pares, otros en pequeños grupos, y juntaron a muchos más en una zanja de drenaje que se convertiría en un infame campo de muerte. No enfrentaron ninguna oposición de los aldeanos. Incluso se tomó un descanso tranquilo para almorzar en medio de la carnicería. A lo largo del camino también violaron a las mujeres y niñas, mutilaron a los muertos, sistemáticamente quemaron los hogares y ensuciaron el agua potable del pueblo".

El general estadounidense William Westmoreland, el comandante en jefe de las fuerzas de Estados Unidos en Vietnam, comenzó lo que sería un año de encubrimientos, felicitando a la Compañía Charlie por un "trabajo extraordinario" en la masacre de My Lai. Colin Powell, en ese entonces uno de los principales encargados de investigar algunos de los cargos iniciales de la extensa brutalidad de parte de los soldados de la División Americal contra los civiles vietnamitas, resumió en su informe: "En directa refutación de esa versión está el hecho de que las relaciones entre los soldados de la División Americal y la gente de Vietnam son excelentes".

Por fin, en noviembre de 1969, los reporteros pusieron las primeras noticias de la masacre de My Lai a la vista del mundo, a año y medio después de lo que había sucedido. El nombre de My Lai fue grabado a sangre y fuego en la mente de millones de personas en todo el mundo. My Lai era, y sigue siendo, sinónimo de atrocidades, de los monstruosos crímenes de guerra cometidos por los Estados Unidos contra el pueblo vietnamita.

Si se enseñara la verdad acerca de los Estados Unidos en las clases de historia en Estados Unidos, todos los estudiantes de secundaria hoy conocerían el nombre de My Lai.

Una doctrina militar de matanza en masa

Matar a cualquier cosa que se mueve: La verdadera guerra estadounidense en Vietnam, un reciente libro de Turse, denuncia el detalle horripilante y contundente de que My Lai era, como dice Turse al citar a un soldado: "Una operación, y no una aberración".

Turse desenterró unos documentos que habían permanecido sin tocar en el Archivo Nacional de Estados Unidos en Washington, D.C. durante décadas. Los documentos habían sido elaborados por un grupo de trabajo militar secreto llamado el "Grupo de Trabajo sobre Crímenes de Guerra en Vietnam", que se había establecido, como Turse dijo en una entrevista de radio, ya que el comando del Ejército de Estados Unidos "tenía un verdadero interés en averiguar qué acusaciones de atrocidad podrían filtrarse a la luz y luego encubrirlas y taparlas siempre que fuera posible".

My Lai fue una brutal concentración de la forma general en que los Estados Unidos libró una guerra injusta contra el pueblo de Vietnam. La matanza en masa de los vietnamitas fue la política, la doctrina militar de la guerra que los Estados Unidos libró en Vietnam.

Ocurrieron miles de My Lai en Vietnam. Algunos a mayor escala, algunos en menor escala. Ocurrieron todos los días durante los 14 años que las tropas estadounidenses estaban en Vietnam.

Las patrullas estadounidenses, como la Compañía Charlie, regularmente mataron a todos y todo en las aldeas agrícolas. Las fuerzas de Estados Unidos rutinariamente asaltaron y mataron a los vietnamitas que encontraron, diciendo que si los vietnamitas huyeran, lo hicieran porque eran luchadores de liberación, y si no huyeran, lo hicieran porque estaban dispuestos a luchar. Un sinnúmero de mujeres y miles de niños y niñas fueron violados y obligados a prostituirse.

Las zonas rurales y agrícolas fueron bombardeadas regularmente con fuego de artillería, desde los pesados cañones con base en tierra y mar. Los aviones B-52 soltaron los llamados "bombardeo de saturación", mismos que podían cubrir cada centímetro de una zona de 3 km de largo y 1 km de ancho con bombas de 500 libras (227 k), y destruir todo ser viviente dentro de ella. El presidente estadounidense Richard Nixon ordenó lo que se conoció como el "bombardeo de Navidad" en las ciudades de Vietnam del Norte de Hanoi y Hai Phong, soltando más de 20.000 toneladas de bombas en 12 días, y matando al menos 1.600 civiles.

Los helicópteros de combate artillados sobrevolaron las personas que trabajaban en los arrozales, disparando miles de balas de ametralladora por minuto y grandes cohetes sobre ellos. De rutina las fuerzas estadounidenses soltaron napalm (la gelatina incendiaria que se incendia a más de 1.093ºC) sobre el pueblo vietnamita, la que le quema sus tejidos hasta el hueso, causa un dolor agonizante y la muerte casi segura. Las fuerzas de Estados Unidos lanzaron 373.000 toneladas de napalm contra el pueblo de Vietnam.

Más de 20 millones de galones de un defoliante químico altamente tóxico llamado "Agente Naranja" fueron rociados sobre los bosques y tierras de cultivo para destruir la capacidad de los campesinos vietnamitas para mantenerse a sí mismos y a sus familias. El gobierno de Vietnam estima que 400.000 personas fueron asesinadas por el Agente Naranja. En agosto de 2012, la CNN informó que un millón de vietnamitas siguen siendo víctimas de "discapacidades y otros problemas de salud asociados con el Agente Naranja". Al día de hoy, los niños siguen naciendo con graves problemas de salud a causa de la amplia presencia de residuos del Agente Naranja en todo de Vietnam y el daño genético que eso causa.

Las bombas de dispersión ("una matanza, cargada en pequeños botes con lanzador") llovieron sobre la gente en las zonas rurales de Vietnam. Un bote llamado "piña" fue tirado desde los aviones y se calibró para detonarse al nivel de la rodilla o la cintura en forma de 250.000 bolitas de acero mortales; un bombardero B-52 podía soltar mil de estas "piñas". En los años 1964-1971, los Estados Unidos ordenó del fabricante 37 millones de estas bombas de dispersión piña y 285 millones de otros tipos de bombas de dispersión para utilizar contra el pueblo de Vietnam y los países vecinos de Laos y Camboya.

En 1995, el gobierno de Vietnam dio a conocer unas cifras, diciendo que estima que cuatro millones de civiles y un millón de soldados perdieron la vida durante la guerra. Estas cifras no han sido impugnadas.

Sin embargo, a pesar de este terrible ataque multi-dimensional que duró más de una década, los Estados Unidos perdió la guerra.

El ejército y el sistema

Un ejército es una extensión, una concentración, del sistema social por el que combate. Los Estados Unidos desató su poderío militar en Vietnam, ya que temía el ascenso de las luchas de liberación revolucionarias que en ese entonces crecían en todo el sudeste de Asia y temía que se extendieran por la región la influencia de China, un país socialista revolucionario bajo la dirección de Mao Tsetung. Los Estados Unidos justificó su guerra totalmente injusta y criminal contra Vietnam con la "teoría del dominó", afirmando que los países de Asia caerían como fichas de dominó y se zafarían de su dominio imperialista si Vietnam fuera liberado.

Los soldados estadounidenses fueron entrenados a ver a los vietnamitas como menos que humanos y a tratar a todos los vietnamitas como el enemigo. El Westmoreland mismo justificó la matanza en masa cuando le dijo a un reportero: "El oriental no le pone el mismo alto precio a la vida al igual como un occidental. La vida es abundante; la vida es barata en el Oriente. Y como la filosofía del Oriente lo expresa, la vida no es… no es importante". Los altos "conteos de cuerpos" de los vietnamitas muertos no eran sólo aceptables para el comando de Estados Unidos, se alentaban y se esperaban. Cualquier crueldad infligida sobre ellos fue objeto de pretextos, alabanzas y premios con medallas. La avanzada tecnología y poderío industrial de los Estados Unidos se utilizaron para desarrollar formas cada vez más macabras de matar a grandes cantidades de personas. La doctrina militar guía en el terreno era "buscar y destruir".

Se necesitan con urgencia: Una claridad moral y la convicción de actuar

A los Estados Unidos le gusta presentarse como los "chicos buenos" del mundo. Se dice su ejército y sus agencias de espionaje llevan a cabo el necesario "trabajo sucio" para "mantener el mundo libre y proteger la democracia".

Durante la guerra de Vietnam, millones de personas en todo el mundo, incluyendo a millones en este país, reconocieron la esencia de esta mentira. Un poderoso apoyo para la lucha de liberación del pueblo vietnamita sacudió a los países de todos los continentes.

Las cuestiones básicas de lo que es correcto e incorrecto, de tener la moral y la convicción para mirar de frente al mundo y de ver en la injusta guerra que los Estados Unidos estaba librando el monstruoso crimen contra la humanidad que era, imbuían a millones de personas. Millones actuaron según esas convicciones y asumieron la responsabilidad de enfrentarse al imperialismo y su monstruosa maquinaria de guerra y cambiar el mundo.

Las personas en toda la sociedad de Estados Unidos rechazaron el modo de pensar de los estadounidenses y rompieron con los puntos de vista mortíferos que justifican la agresión militar del capitalismo-imperialismo, como "Mi patria, tenga razón o no" y "Yo sólo obedecía las órdenes".

La situación del mundo de hoy es muy diferente. No se extienden unas luchas de liberación por todo el mundo. No existen países socialistas. Pero el imperialismo de Estados Unidos sigue siendo la bestia depredadora y asesina de siempre.

Y el punto de vista y espíritu antiimperialista que caracterizaron los movimientos de la era de Vietnam son agudamente necesarios hoy. Los Estados Unidos de rutina comete atrocidades tan horribles y criminales como la masacre de My Lai.

Los ataques con aviones no tripulados estadounidenses han matado a miles de personas y aterrorizan a millones más. Es muy probable que dichos aviones lluevan muerte sobre la gente en Yemen o Pakistán mientras usted lee este artículo. Millones de personas han sido asesinadas y desterradas por las guerras que los Estados Unidos ha librado en Irak y Afganistán. Los Estados Unidos tiene más de mil bases militares fuera de su territorio, según un artículo publicado en la revista Mother Jones. Cuenta con una red de cámaras de tortura que se extienden sobre todo el planeta.

Desde hace mucho tiempo ya es hora para que la gente en Estados Unidos se despierte y se oponga la aceptación de estos crímenes, a este mundo grotescamente desequilibrado entre la riqueza extrema y la pobreza extrema avalado por la abrumadora fuerza militar, como "así es la vida". Desde hace mucho tiempo que ya es hora de que la gente deje de pensar que de alguna manera lo que las fuerzas armadas de Estados Unidos y sus organismos de espionaje hacen es "proteger la vida de los estadounidense" y "defender la democracia contra los malhechores", cuando en realidad brutalmente refuerzan y protegen un sistema de brutal explotación y opresión sin límites. Ya es hora de dejar de dejarse convencer por la incesante oleada de películas, programas de televisión y comerciales que defienden todo eso.

Ya es hora de dejar de pensar como estadounidenses y pensar acerca de la humanidad. Y ya es hora de actuar en consecuencia.

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