Bigelow, emocionada, acepta el premio Leni

7 de abril de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Domingo 24 de febrero, Hollywood: Miles de personas de todo el mundo atascaban las aceras, mientras las estrellas llegaron para la ceremonia de los premios Oscar. En medio de vallas de dos metros de altura, barricadas de hormigón y policías en las aceras, las calles y los tejados, las personas se esforzaban para ver a las estrellas que manejaban por el bulevar. Al lado del Paseo de la Fama, con la acera como escenario, se desenrolló otra alfombra roja. La vitrina de Frederick de Hollywood, una celebración de la cosificación y la denigración de la mujer, servía de telón de fondo. La presentación del premio Leni estaba a punto de comenzar.

El premio, que lleva el nombre de la cineasta pro nazi del Triunfo de la voluntad, Leni Riefenstahl, fue el otorgado por el Comité para Embellecer los Crímenes de Lesa Humanidad en las Películas.

Los transeúntes se detuvieron a escuchar y tomar fotos mientras que dos presos con capuchas negras y trajes anaranjados representaban un paseo de modas y luego se arrodillaron junto al podio al lado de grandes carteles del premio Leni, una estatuilla de oro con una capucha y los electrodos colgantes. El Tío Ray tomó el micrófono y presentó una de sus reseñas de cantina de la película de tortura de la CIA "La noche más oscura", dirigida por Kathryn Bigelow, la única nominada para el Leni. Un hombre filipino se detuvo y denunció crímenes de los Estados Unidos en todo el mundo.

Alguien que se identificó como John Yoo, el brillante abogado quien se le ocurrió una justificación jurídica para la tortura, incluyendo el submarino o ahogamiento simulado de los presos, entregó el premio codiciado. Bigelow estaba ocupada más adelante por la calle, pero su amiga intima, Elmira, La Matriarca del Lado Oscuro, lo aceptó por ella. Mientras los espectadores se tomaron la foto en frente del escenario en la acera, Elmira leyó una carta que supuestamente era de Bigelow, que dice en parte: "Permítanme hablar con palabras de cariño. Leni Riefenstahl amaba a su país y se sentía una obligación sagrada de dejar las cosas en claro en un momento en que una buena parte del mundo estereotipaba y denunciaba injustamente a Hitler y a los nazis, fuera de contexto y sin tener en cuenta la complejidad de la misión nazi. De repente todo el mundo olvidó esas valiosísimas palabras de sabiduría heredadas de los siglos anteriores. De hecho, creo que fuera Atila el Huno, el primero en usarlas: no se puede tener un omelet sin romper algunos huevos. Leni lo tomó muy a pecho y se dispuso a ayudar a crear un omelet para el mundo".

La carta de Bigelow continúa: "Siempre me pongo un poco lloroso aquí... yo comparto una misión con Leni, un amor por la patria y el sentido del deber patriótico y además, el deseo de dejar las cosas en claro, para corregir las conclusiones instintivas que se hacen pasar por la historia en estos días. Soy una artista y me dedico a la verdad en mi arte. Eso es el eje de mi película La noche más oscura, y déjenme decirles que por eso he retratado la tortura con tanto amor en mi película. Sucedió, se necesitaba, se necesita más en el mundo de hoy y transformó a la agente de la CIA, Maya, en una heroína extraordinaria. Como he dicho tantas veces, la mera presentación no es lo mismo que la aprobación. Ahora, hablando en serio, que siempre tengamos presente que se prepara un omelet rompiendo los huevos, tenemos que romper los huevos y tal vez la gente no quiera ver que se rompan los huevos, de seguro quieren comer el omelet. Y considero que llevar el amor y el respeto que necesitan y merecen los 'rompe-huevos' del mundo es una misión de Dios.

"Como dije al principio de esta carta, el Comité para Embellecer los Crímenes de Lesa Humanidad en las Películas no sólo ha devuelto el honor al legado de Leni Riefenstahl, se ha inculcado un sentido completamente nuevo de propósito, de misión, de vuelta a mi vida y mi obra. Me fascina la musa del cine verdaderamente grandioso: las ideas están saltando de mi cabeza y unas cuantas de éstas han recibido la luz verde, así que búsquenlas en el futuro muy cercano: Mi cena con Adolfo, La gloria de las cámaras de gas, Los días de delirio del Holocausto y La belleza desconocida de la Inquisición, por nombrar algunos. Así que, para repetir, muchas gracias a todos y salgamos a romper tantos huevos como sea posible. Pues tenemos un mundo que alimentar".

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