Una situación de emergencia:

¡A actuar ahora para parar la encarcelación en masa y los asesinatos racistas de nuestros jóvenes!

Carl Dix | 19 de mayo de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Decenas de miles de personas encarceladas en este país están mantenidas en condiciones que corresponden a la definición internacional de la tortura. Aquellos en el aislamiento están encerrados en celdas pequeñitas sin ventana durante 22 horas al día o más, privados de la luz del sol, visitas de los seres queridos y los abogados y a menudo todo contacto humano. Acaban en aislamiento arbitrariamente y sin ninguna manera de apelarlo. Tienen que soportar estas condiciones por meses, años, hasta décadas. Es ilegítimo e inadmisible, y ¡hay que ponerle fin!


En la Unidad de Vivienda de Seguridad, Prisión Estatal Pelican Bay, California
Foto: AP

El asesinato de Trayvon Martin por George Zimmerman va mucho más allá que un justiciero vigilante racista solitario que decidió que un joven negro le parecía un criminal "que tenía pinta de sospechoso". Se trata de más que la policía de un pueblito sureño que liberó a un asesino racista. Concentra una fea realidad de Estados Unidos, que esta sociedad supremacista blanca ha puesto una diana sobre la espalda de los jóvenes negros; criminalizando y satanizándolos; anunciando la temporada abierta en su contra. Es ilegítimo e inadmisible, y ¡hay que ponerle fin!

La tortura generalizada en la prisión y el asesinato racista de Trayvon Martin representan un reto a todos los que odian lo que Estados Unidos les hace a los jóvenes negros y latinos. Es necesario actuar para declarar BASTA YA acerca de la tortura en las prisiones de Estados Unidos y BASTA YA acerca de los asesinatos racistas como el de Trayvon Martin.

Si no respondemos a este reto, los negros y latinos, especialmente los jóvenes, estarán solos para enfrentarse a la represión brutal que el sistema desata en su contra. Los gobernantes capitalistas seguirán saliéndose con las suyas, aplastando y encerrando a un sector del pueblo que odian y temen, debilitando las posibilidades de hacer la revolución para poner fin a todos los horrores que el capitalismo impone sobre la humanidad.

Pero si aceptamos este reto, si en verdad nos unimos y actuamos poderosamente en muchas formas para parar estos horrores, manifestaremos que existe un sector cada vez mayor de la sociedad que está poniéndose de pie y diciendo: ¡¡¡YA NO VAMOS A TOLERAR ESTO!!! Tales acciones deben ser un paso gigante para cambiar las ideas de la sociedad. Si queremos cambiar la forma de pensar de la gente, necesitamos los argumentos pero ¡¡¡¡también necesitamos la ACCIÓN!!!! Tenemos que movilizar a la gente que vive esta brutalidad para que se ponga de pie y oponga resistencia y tenemos que hacer que otros sectores del pueblo se unan a la lucha. La meta de nuestra resistencia tiene que ser PONER FIN a estos horrores, y no reformar o mejorarlos un poco, ni mencionar dejar las cosas como son.

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Lea, próximamente, en revcom.us:
"Estudiantes apoyan la huelga de hambre en Pelican Bay", Universidad de California-Berkeley
Foto: AP

La encarcelación en masa, la tortura generalizada en las prisiones, la discriminación abierta contra los ex presos y presas que ya han cumplido su supuesto deuda con la sociedad y la etiquetación racial que criminaliza y sataniza a los jóvenes negros y latinos tienen sus raíces en la supremacía blanca que es una parte integral del tejido de la sociedad estadounidense desde sus principios. Como lo ha expresado bien Bob Avakian:

El libro de Michelle Alexander, The New Jim Crow, Mass Incarceration in the Age of Colorblindness, ha arrojado una luz brillante y muy necesaria sobre la realidad de la profunda injusticia que se halla en el mero meollo de este país.

Lo que me lleva de vuelta a un punto muy básico:

¿Qué ha representado este sistema, en este país, en toda la historia de su tratamiento del pueblo negro?

En primer lugar, la Esclavitud… Luego, Jim Crow… la segregación y el terror del Ku Klux Klan… Y hoy, El Nuevo Jim Crow — la brutalidad y el asesinato por parte de la policía, la criminalización al por mayor y el encarcelamiento en masa y, una vez más, la discriminación legalizada.

Ahora le toca a este sistema: ¡Tres strikes y fuera!

Todo eso significa que existe una situación de emergencia. Millones de jóvenes negros y latinos en los barrios y ghettos marginados de las ciudades de todo Estados Unidos se enfrentan a un futuro sin expectativas, con la restricción de sus opciones a una "carrera" de empleo en la comida rápida, entrar y salir de la prisión o alistarse en el ejército para volverse una máquina de muerte para el imperio global de Estados Unidos. La respuesta de las autoridades a la falta de un futuro para estos millones de personas ha sido la de criminalizar, satanizar y suprimirlas.

Este es el telón de fondo de la encarcelación en masa y todas las consecuencias que llevan al quebranto de los cuerpos y los espíritus de innumerables millones de personas. Termina por ser un genocidio lento de los negros y los latinos al fondo de esta sociedad. Y como Bob Avakian dice en la película, ¡REVOLUCIÓN — NADA MENOS!: "Aquellos que el sistema ha desechado, aquellos que el sistema ha tratado como menos que humanos, podrían constituir la columna vertebral y la fuerza motriz de una lucha para eliminar su propia opresión y además eliminar por fin toda opresión y emancipar a toda la humanidad".


Marzo 2012, Houston, Texas, en una marcha en protesta por el asesinato de Trayvon Martin.
Foto: AP

Los gobernantes capitalistas de Estados Unidos están criminalizando y encarcelando a millones de personas con el fin de reprimir a sectores de la población a los que odian y temen. En efecto, están iniciando una contrarrevolución antes de que las masas tengan la oportunidad de alzarse y luchar por un cambio verdadero.

No podemos permitir que hagan eso. Tenemos que responder a los ataques lanzados en este frente con una lucha determinada capaz de contrarrestarlos; una lucha que puede poner al desnudo la ilegitimidad de esta sociedad que aplica la tortura en gran escala en las prisiones y les ha declarado la guerra a los jóvenes negros y latinos. Al construir esa lucha determinada, tenemos que plantear ante las personas la necesidad y la posibilidad de una revolución que tenga la meta de crear un mundo totalmente distinto y liberador, y presentarles formas de unirse ahora mismo a la lucha para ese mundo.

Miremos la lucha para poner fin a la tortura en las prisiones. El 8 de julio de 2013, miles de presos en las unidades de vivienda de seguridad (SHU) de las prisiones de California que este sistema ha condenado como los peores de los peores y ha encerrado en las condiciones carcelarias más represivas, tienen planes de reanudar la huelga de hambre de 2011, en caso de que las autoridades sigan rechazando la demanda de mejorar las condiciones en las SHU. No podemos abandonarlos a luchar solos contra esa tortura. Tenemos que unirnos a la lucha al lado de los de abajo que ya están luchando contra esa tortura y tenemos que atraer a muchas más personas de diversos sectores y enseñarles las injusticias muy reales que se cometen aquí.

Miremos la lucha para conseguir justicia para Trayvon Martin. Cuando su asesino salió libre, decenas de miles de personas en todo el país salieron a la calle en protesta y eso obligó al sistema a arrestar y formular cargos contra George Zimmerman. Ahora que el juicio contra Zimmerman está programado para comenzar el 10 de junio, se requerirá que miles de personas de todos los sectores reanuden sus acciones para que haya posibilidad alguna de obtener justicia en los tribunales.

Esos son unos ejemplos de lo que está en juego en este frente: ¿Lograrán los capitalistas reprimir a un elemento crucial de la columna vertebral, la fuerza que podría ser parte de hacer la revolución en Estados Unidos? ¿O logrará el movimiento para la revolución dar un gran salto adelante en cambiar las formas de pensar y actuar de las personas en una dirección más favorable a la causa de la revolución?

Existe el gran potencial para dar ese salto; el hecho de que los de arriba reconocen eso se puede ver en la brutalidad y la violencia de los ataques que lanzan contra millones y millones de personas. Se puede vislumbrar ese potencial en el despertar de una resistencia a esos ataques: las protestas generalizadas contra el linchamiento judicial de Troy Davis, la efervescencia en respuesta al linchamiento parapolicial de Trayvon Martin, la determinación de los presos encerrados en las SHU de California de jugarse la vida para demandar un trato humano y en la resistencia al asesinato policial en lugares desde Anaheim, California, hasta el vecindario de East Flatbush en Brooklyn, Ciudad de Nueva York.

Los Llamamientos, de la Red Parar la Encarcelación en Masa y de otros, a luchar para poner fin a la tortura en las prisiones y a movilizar protestas y actividades por todo el país el 10 de junio, el primer día del juicio contra el asesino de Trayvon, pueden conectarse con ese potencial y darle una expresión más amplia y más determinada. Al responder a esos llamamientos, al luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución, podemos dar grandes saltos hacia adelante en construir lo que la humanidad necesita en verdad: un poderoso movimiento para la revolución aquí en las entrañas del monstruo.

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