Informe del diálogo entre Cornel West y Carl Dix sobre la encarcelación en masa
16 de junio de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us
De un lector:
Una noche tipo veraniega en la Ciudad de Nueva York, más de 400 personas se congregaron en el Upper West Side para escuchar e interactuar con Carl Dix y Cornel West en un diálogo titulado "Encarcelación en Masa + Silencio = Genocidio — ¡Tomar acción para PARARLA ahora!"
Se celebró este evento (un acto de recaudación de fondos para Libros Revolución y la Red Parar la Encarcelación en Masa) unos días después del anulación por un "tecnicismo" de los cargos contra el policía que mató a balazos a Ramarley Graham, no armado, en su hogar en El Bronx en 2012 y en medio de la demanda colectiva civil que se veía en contra del parar y registrar. Este ambiente cargado parecía realzar con urgencia adicional lo que les inquietaba a las personas. Éstas estaban ansiosas y tenían ganas de escuchar las palabras de los ponentes y simplemente el anuncio del título al principio del evento suscitó una larga ovación (la primera de muchas).
La diversidad del público ilustró que muchas personas diferentes están interesadas e indignadas por la encarcelación en masa y su efecto sobre la vida de millones de personas. Había integrantes preadolescentes de una compañía de danza (junto con otros integrantes de diversas edades), unos veteranos de las luchas de los años 1960, como la pareja mayor con colas de cabello canoso igualitas, y un hombre quien se identificó como un participante de la rebelión de la prisión de Attica de 1971. Acudieron un número importante de jóvenes veintiañeros y treintiañeros, mujeres y hombres por igual, de distintas nacionalidades, tales como ocho estudiantes de una clase universitaria cuya profesora les animó a asistir. Cuando el co maestro de ceremonias Jamel Mims describió el "Día de los Silbatos", algunos integrantes del Club Revolución hicieron acto de presencia para ilustrar la forma de sonar los silbatos para advertir contra la presencia de la policía.
El público parecía arder una seria determinación de parar este programa genocida. Desde el comienzo, el ánimo del salón era de unirse no sólo para escuchar acerca de los horrores de la encarcelación en masa sino de unírsele a la lucha para terminarla. Ambos ponentes recalcaron una y otra vez que se trata de una situación de emergencia y que únicamente con acción ya y con el valor de plantarse ante los "vientos imperantes" en la sociedad, en los sentidos ideológico, cultural y político, se podría vencerla. También recalcaron que es posible terminarla. Cuando cada orador por su parte trataba la importancia de la participación para pararla ya, el público respondió con ovaciones y coros de asentimiento.
Carl Dix empezó con unas vívidas descripciones de la tortura del aislamiento en las prisiones, el asesinato de Trayvon Martin y la cruel golpiza a un latino por la policía de Bakersfield, California. Habló de la importancia de ponerse de pie contra la injusticia refiriéndose a algo de su propia experiencia: de desobedecer órdenes de ir a combatir en los años de la guerra de Vietnam. Describió la manera en que la encarcelación en masa constituye "un genocidio lento, lo que podría convertirse en un genocidio rápido". La describió como una "estrategia de contrainsurgencia sin una insurgencia": la forma en que los gobernantes utilizan estos métodos de forma preventiva para reprimir y destruir lo que podría llegar a ser el sector más volátil de la sociedad. Agregó que las personas tienen que ponerse en acción en torno a esto: "Al salir de esta iglesia esta noche, ustedes tienen que volverse participantes. Pues, como dije, no estamos luchando sobre un problema aquí y otro allá; estamos luchando contra la encarcelación en masa y nos proponemos pararla. Hay que ver cada quien pueda contribuir a ganar esta lucha". Luego, dijo: "Ustedes irán reconociendo la humanidad de aquellos que el sistema ha sometido y en ese proceso reclamarán su propia humanidad".
Además, habló de la manera en que esto podría encajar en la construcción de un movimiento para eliminar todo esto de una vez para siempre: "Yo participo en esto como un comunista revolucionario, alguien que ve que la encarcelación en masa y los demás horrores cometidos por este sistema contra el pueblo en Estados Unidos y en todo el mundo están arraigados en la propia naturaleza de este sistema capitalista y en su etos de perro-come-perro. Esta represión es una parte integral del propio tejido de esta sociedad". Agregó: "No habrá ningún salvador caído de los cielos ni de la Casa Blanca que puede hacer o haría algo al respecto. Para eliminar este horror y los demás horrores cometidos por este sistema, se requerirá una revolución y nada menos". Comparó el rol que desempeñan los agentes armados de esta sociedad, de aterrorizar y asesinar a las personas, sobre todo a los oprimidos, a fin de defender un sistema criminal, con el rol que la policía podría desempeñar en otra sociedad, una que se concibe y se basa en la nueva síntesis del comunismo desarrollada por Bob Avakian en la que las fuerzas del orden público actuarían en beneficio de los intereses de la gran mayoría de los miembros de la sociedad, tal como se describe en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto), la que Dix invitó al público a conocer.
Cornel West, que se autodenomina un "cristiano revolucionario según la tradición profética cristiana", empezó por contar la historia radical y rebelde de los negros contra la injusticia, invocando a W.E.B. Debois: "¿Cómo se mantiene la integridad ante el engaño?" Agregó: "Nos encontramos en un estado de emergencia. Nos hace falta un sentido de emergencia". Señaló que las personas "son objeto de un bombardeo diario por parte de los medios informativos corporativos que crea 'armas de distracción masiva' culturales, lo que dificulta ocuparse de las cosas que importan de verdad. Para colmo, estamos presenciando una escalada de la complacencia, la conformidad y la cobardía, sobre todo en nuestras clases profesionales, a medida que se vayan embriagando tanto de la riqueza, el poder y el estatus que no sólo se han acomodado tan plenamente con la injusticia sino que se han adaptado tan plenamente a la indiferencia, y procuran decirles a los jóvenes que el propósito y objetivo de la vida es simplemente tener éxito por igual".
Hacia el fin de su presentación, se dirigió a los jóvenes: "¿Qué les decimos a los jóvenes? Vamos a decirles que les amamos, que nos importan y que estamos dispuestos a ir a dar a la cárcel por ustedes. Queremos moldear su conciencia, queremos mostrarles que hay unos hermanos y hermanas de la vieja escuela dispuestos a correr riesgos y hacer sacrificios por ustedes, porque otras personas hicieron lo mismo por nosotros. Nos hacen falta más personas, sobre todo de los jóvenes. El hermano Carl llevan décadas en esto y él ya no puede bailar break como antes".
El joven revolucionario Noche Díaz también dio una corta presentación y habló por los jóvenes que han empezado a ponerse en pie y pidió que otras personas hicieran lo mismo. Dijo: "He aquí el mensaje: habrá personas que van a estar luchando contra esto y cuando se inspiren y organicen a otras personas para ponerse en pie contra esto y acarrean a la furia del sistema, no van a estar solas. Ante esos ataques y las actividades para silenciar y desorientar a las personas y aplastar la resistencia, nosotros vamos a cobrar fuerza, y vamos a cobrar fuerzas al plantarse a esos ataques. El parar y registrar está en los juzgados hoy debido a lo que hizo la gente en las calles".
Casi la mitad del público se quedó para la sesión de preguntas y respuestas y la corta presentación de conclusión sobre las formas de participar. Al final, un buen sector del público que quedaba, incluyendo muchos jóvenes, conversó con los ponentes y organizadores. Este sector ya estaba listo para actuar y buscaba formas de participar y quería conocer y contribuir a crear los planes para posterior al programa, oponerse a la encarcelación en masa.
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