Del blog de Fin al Patriarcado:
Igual de loca después de tantos años: Cómo me levanté del sofá y subí al Viaje por la Libertad Pro Derecho al Aborto
De una viajera por la libertad pro derecho al aborto de Minnesota | 18 de agosto de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us
Eso es el título de esa canción bien conocida de Paul Simon de 1975. Un crítico señala que esta canción describe la "rabia impotente" la que sienten muchos hombres y mujeres al envejecerse. Ven que el mundo les pasa de lado, están inconformes con el estado de las cosas pero se sienten muy alejados o quizás muy impotentes como para inquietarse mucho.
Las cuatro de la mañana
Desanimado y bostezando
Se me acaba la vida en el anhelo
Nunca me preocupo
¿Para qué?
En polvo quedará todo.
Podría ser yo la que vive esta canción de Paul Simon. Ya estoy pasando la mediana edad, he militado cómodamente en cuestiones a nivel local y estatal, y he cumplido con trabajos voluntarios en la comunidad. Ahora ya les toca a otros. Ya estoy vieja; que se inquieten los chamacos. Sí, hay cuestiones importantes que me inquietan, pero yo voto y dono algún dinero a las buenas causas. Sí me da coraje la injusticia que veo en el mundo, pero ¿qué tanto puedo hacer yo? Soy la definición de la "rabia impotente".
Pero ahora hace cuatro días que ando en el Viaje por la Libertad Pro Derecho al Aborto (VLDA) y tengo mucho más qué decir sobre nuestra capacidad de sacudir la apatía y de cambiar nuestro mundo.
Estos viajeros, que van del oeste hacia el este, son toda una inspiración. Hombres, mujeres, grandes o chicos de edad, están dando su tiempo y comprometiendo la vida a la lucha y al cambio. No es el cambio como yo me lo hubiera imaginado en el pasado. Es un cambio verdadero que urge darse para que logremos forjar una igualdad y justicia duraderas.
Se organizó este viaje con el fin de echar una luz sobre el estado de emergencia en torno a la cuestión del aborto. Las nuevas leyes que se están aprobando en un estado tras otro dan una vislumbre de una realidad escalofriante. Hace falta un proveedor de abortos en 97 por ciento de los condados rurales; cinco estados cuentan con una sola clínica del aborto en operación; y ocho proveedores del aborto han sido asesinados. A menos que la gente se exprese y oponga resistencia, van a arrebatar este derecho a la mujer sistemáticamente. Dormiremos en el año 2013 pero despertaremos en el 1953.
Pero este asalto contra el derecho al aborto es sólo una parte de un asalto mayor contra la mujer, que, a su vez, es parte de un asalto aún mayor contra la gente de Estados Unidos. Ya no podemos quedarnos sentados esperando que los líderes políticos nos saquen de la oscuridad. No podemos cruzarnos de brazos en espera de algún candidato o algún partido que pueda hacer retroceder el rumbo de este declive. Yo no puedo quedarme en la casa viendo el noticiero "bueno" mientras vilipendio el noticiero "malo", tragándome la rabia. No puedo quedar esperando que otro libre la batalla por mí. Tengo que levantarme del sofá y subir al autobús.
Me educaron a ser una buena partidaria de los demócratas y me he aferrado a la idea de que algún día los demócratas derroten a los malvados republicanos. Durante años he disculpado a los demócratas cuando han retrocedido sobre los derechos humanos. Me he mantenido fiel a los candidatos demócratas que dicen que van a luchar por el cambio pero ahoritita no... quizás en el mes que venga, o en la sesión que venga o durante su próximo mandato. Emprendí este viaje porque quiero parar el asalto contra la mujer. Continúo en este viaje porque me doy cuenta de que esta lucha tiene que surgir del pueblo. Ya no puedo más esperar que el cambio provenga del sistema político. Como dice el dicho, "la definición de la locura es hacer lo mismo una vez tras otra esperando resultados diferentes". ¿Por qué debo votar una y otra vez e ilusionarme de que quizás la próxima vez dé un resultado diferente?
Viajar por los estados del norte y centro del país con un creciente grupo de viajeros es, en todos los sentidos, todo un alucine. Conversamos constantemente sobre el alojamiento, la comida y la logística. No he andado en lo "comunal" desde hace mucho tiempo pero me lo estoy acordando. Trabajar por una causa y vivir con un grupo es, efectivamente, igual de loco después de tantos años. Pero por lo menos estoy manifestando mi coraje. Con la rabia ya no impotente, estoy emprendiendo un viaje importante. Si tú estás leyendo esto acomodado en el sofá, por favor, manifiesta tu indignación. No estás solo y no es demasiado tarde.
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