El parar y registrar es inmoral e ilegítimo
Que no lo compongan. ¡Acábenlo!
25 de agosto de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us
El 12 de agosto, la jueza Shira Scheindlin de la Corte del Distrito federal resolvió que:
- La política del parar y registrar de la Ciudad de Nueva York es "una política de etiquetación racial indirecta".
- Las "máximas autoridades de la ciudad se han hecho de la vista gorda ante la evidencia de que los agentes del orden paraban a las personas de una manera racialmente discriminatoria".
- "Es probable que los agentes del orden paren de manera selectiva a los negros en conformidad con un grado menor de sospecha fundamentada a los hechos que en el caso de los blancos".
- Los pretextos usados por los agentes del orden para parar a los negros y los latinos carecían de justificación: "El perfil de un objeto que el cual llevar las personas, como una billetera o teléfono celular, no justifica un parar y registrar ni el que un agente del orden palpe tal objeto cuando pare a un individuo durante un registro".
Además, la jueza dijo que los demandantes testificaron que debido a sus encuentros con la policía, tenían una sensación de que no pertenecieran en ciertas zonas de la ciudad. Caracteriza cada incidente del parar y registrar como "una experiencia humillante y denigrante".
La jueza rindió la decisión en una respuesta a la demanda Floyd v Ciudad de Nueva York, presentada por unas víctimas del parar y registrar del gobierno municipal de la Ciudad de Nueva York. Todo eso reivindica lo que millones de personas ya saben que es cierto.
Pero la decisión no pone fin al parar y registrar. Nombra a un abogado externo para monitorear al Departamento de Policía, junto con otras políticas como reuniones en las comunidades, a fin de pedir la participación de la población en la manera de reformar el parar y registrar. El gobierno municipal hasta se opone a estas reformas del parar y registrar y presentó un recurso de apelación en su contra.
Que no lo compongan. ¡Acábenlo!
Poco después del pronunciamiento de la decisión, Carl Dix lanzó una declaración, que dice, en parte:
"En primer lugar, digamos la verdad: el parar y registrar es lisa y llanamente el apartheid, es lisa y llanamente una práctica que singulariza a un grupo de personas (los individuos de tez negra o morena) mediante unas prácticas ilegítimas e ilegales represivas exclusivamente por el color de su tez. Las personas ya lo sabían desde antes de la demanda y la demanda cumplió un valioso servicio de hacer que esta práctica sea cien por cien innegable. Se reveló que el NYPD [Departamento de Policía de Nueva York] para y registra a cientos de miles de personas al año. Más del 85% de las víctimas son negros o latinos, Y ADEMÁS más del 90% de los mismos no hacían nada malo en absoluto. Pero resultó que los sometieron a la humillación, hostigamiento, brutalidad, arresto y a veces cosas peores bajo el parar y registrar. ¿Por qué poner en marcha un proceso para reformar una política que está tan jodida en lugar de eliminarla de plano?
"Además, el parar y registrar es solamente una práctica de todo un conjunto de prácticas (en una palabra, el Nuevo Jim Crow) que elaboraron para criminalizar a los jóvenes negros y latinos en una escala masiva de efectivo genocidio, en un momento en que este sistema capitalista ya no podía seguir explotándolos de manera rentable de la misma forma que lo había estado haciendo y cuando por lo tanto dicho sistema no les ofrecían ningún futuro real para millones y decenas de millones de estos jóvenes y por ende quería y necesitaba mantener bajo control a estos millones y decenas de millones de personas: acorralándolos, encerrándolos y matándolos.
"En segundo lugar, el principal motivo por el cual dejaron que se presentara esta demanda ante los tribunales y que ésta recibiera la cobertura que haya recibido era que existen fuerzas entre los de arriba que están muy preocupadas por la imagen que éstas prácticas dan acerca de los Estados Unidos, tanto en el territorio nacional como en otros países. He aquí a este sistema que se dice el más democrático sobre la tierra pero al mismo tiempo lleva la batuta en el mundo en materia de la encarcelación en masa, y una encarcelación en masa que singulariza tan desproporcionadamente a los negros y latinos —junto con la tortura, la detención indefinida (por ejemplo, en Guantánamo en ambas casos) y otras medidas represivas severas que infringen las normas internacionales— todo lo que hace que sus pretensiones democráticas en esencia se parezcan a una amarga broma en todo el mundo. Además, he aquí a un sistema en Estados Unidos cuyos defensores han manifestado una preocupación en voz alta de que las mismas personas en la mira del parar y registrar perdiera la fe en la legitimidad del sistema: es decir, en el DERECHO del sistema de gobernar sobre los mismos.
"Además, la lucha librada por la Red Parar la Encarcelación en Masa (con acciones de desobediencia civil en las que Cornel West y yo, y muchas otras personas, resultaron arrestados), junto con otras protestas y acciones tuvieron un rol importante para elevar la conciencia en general acerca de qué tan intolerable es esta práctica y qué tan urgente lo es oponerle resistencia….
"En tercer lugar, existe una fuerte contradicción en la decisión de la jueza. ¿Cómo es posible concluir que algo es 'inconstitucional' y que constituye la 'etiquetación racial', y a la vez resolver que solamente es necesario modificarlo? ¡No! De ser inconstitucional, es necesario deshacerse de la maldita cosa. A menos que lo que se dice sea lo siguiente: que Estados Unidos ni siquiera puede ofrecer los derechos constitucionales más básicos a decenas de millones de negros, latinos, amerindios y otras nacionalidades oprimidas porque eso implicaría que sus gobernantes no pudieran ejercer su dictadura de manera tan franca como quisieran y creyeran que necesitaran hacerlo.
"Pero he aquí una conclusión ineluctable: a pesar de toda la cháchara acerca de la democracia y los derechos constitucionales, cuando quiera que traten un asunto importante, y en particular cuando dicho asunto tenga que ver con estos grupos los que han estado mantenidos abajo, oprimidos y explotados de las formas más crueles y brutales desde la formación de Estados Unidos, éste está al centro de una dictadura ejercida por los capitalistas imperialistas en beneficio de los intereses de los mismos. Es posible ver cómo esto funcione ahora mismo en la heroica lucha contra la tortura librada por los prisioneros en California y en lo que está saliendo a la luz gracias a las denuncias de Bradley Manning y Edward Snowden, por lo que éstos son objetivo de viles persecuciones".
Por qué no puede haber un parar y registrar de neutralidad racial
La decisión de la jueza Shira Scheindlin sobre el parar y registrar tiene la virtud de dejar muy claro e innegable que la política del parar y registrar en Nueva York ha sido descaradamente racista e inconstitucional. Pero la jueza también deja claro que no está pidiendo que se ponga fin al parar y registrar. Al contrario, quiere que se aplique una "neutralidad racial" en la materia. Dice que quiere que el parar y registrar se conforme a la IV Enmienda de la Constitución de Estados Unidos y la XIV Enmienda (la cual prohíbe la discriminación por la raza).
¿Es posible hacer tal cosa? O sea, ¿es posible en Estados Unidos de hoy tener un parar y registrar que proteja los derechos fundamentales y, en particular, que no singularice a los negros, latinos y otros oprimidos?
Primero, veamos los antecedentes jurídicos subyacentes de POR QUÉ la jueza Scheindlin pudiera haberse visto ante presiones para conservar el parar y registrar. El texto de la IV Enmienda supuestamente protege a las personas "contra allanamientos e incautaciones fuera de lo razonable" y dice que las autoridades requieren de "causa probable" para hacerlo. En 1968, en el caso Terry v Ohio, la Suprema Corte rebajó esta norma la cual había estado en vigor a una según la que un agente del orden pudiera parar a alguien por "sospecha razonable". En dicha decisión, la Suprema Corte resolvió que los agentes del orden pudieran registrar a las personas por una "conducta inusual" que indujera a que el agente del orden creyera que "se estuviera tramando una actividad criminal".
Se pronunció dicha decisión en un momento en que el pueblo negro en particular estaba levantándose en rebelión contra este sistema, y dicho espíritu se había difundido a muchos otros sectores de la población y "la revolución estaba en el ambiente". Fue un momento cuando la clase dominante capitalista, mediante sus cortes y legislaturas, fortalecieron radicalmente los poderes de su aparato represivo (o sea, la policía, las prisiones, etc.) y desataron más la punta de lanza más aguda de ese fortalecido aparato contra los negros y otras minorías en particular.
En otras palabras, aunque Scheindlin hubiera querido personalmente ponerle fin al parar y registrar, habría tenido que ir en contra el precedente establecido por la Suprema Corte. Es cierto que pudiera haberlo hecho y hubiera sido bueno hacerlo, dado qué tan injusto es este precedente y la forma en que restringe y elimina los derechos fundamentales, pero eso hubiera implicado que fuera aún más probable que una instancia judicial superior hubiera desestimado su decisión.
Que quede claro: la Constitución de Estados Unidos —en sí redactada para servir de marco para la expansión del capitalismo y, al principio, la esclavitud— de ninguna manera es la visión más elevada de la libertad individual ni colectiva a la que uno debería aspirar. De hecho, la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto) expone una visión de los derechos cualitativamente más expansiva y mayor —tanto los derechos de las masas a gobernar y transformar la sociedad como los derechos de los individuos a la protección en ese proceso— en conformidad con la visión de la libertad radicalmente diferente y radicalmente más emancipadora en los cimientos del comunismo. Pero los gobernantes de la sociedad contemporánea de Estados Unidos ni siquiera pueden acatar con congruencia la versión de libertad sumamente limitada expuesta en la Constitución de Estados Unidos (al igual, también, que se puede ver en otras esferas, tal como el escándalo de la Agencia de Seguridad Nacional) — y eso es así sobre todo en términos de los más oprimidos en la sociedad. (Vea la serie "Dos constituciones, dos sistemas diferentes, dos futuros diferentes para el pueblo afroamericano", que se puede descargar en revcom.us.)
En los años desde la decisión, esta definición de "sospecha razonable" se ha vuelto aún más elástica y el precedente jurídico para la llamada "policía proactiva" (la que Scheindlin se esmera en defender en su decisión). En lugar de investigar y arrestar a las personas por delitos que efectivamente han cometido, ahora los agentes del orden solamente tienen que aseverar que "sospechan" que "se están tramando unos delitos"; y en lugar de tener una "causa probable" para arrestar a una persona, ahora solamente necesitan una "sospecha razonable" de que una persona esté involucrada en este delito que creen que "se está tramando".
¿Es posible que eso manifieste la "neutralidad racial"? Tomemos un ejemplo actual para ver por qué no lo es posible. Ahora mismo hay importantes medidas en curso para requerir que cualquiera que quiera empadronarse para votar tenga identificación con foto, expedida por el estado. Estas medidas no mencionan la raza y por eso al parecer, en la superficie, manifiestan una "neutralidad racial". Pero no lo hacen, pues estas nuevas leyes en su abrumadora mayoría implicarán que borren a los votantes negros y latinos de los padrones o impidan que se empadronen porque sus condiciones de vida tienden a hacer mucho más difícil que obtengan tal identificación. ¿Por qué? Porque es mucho menos probable que las personas de estas nacionalidades oprimidas tengan coche y/o carné de conducir, es mucho más probable que no puedan pagar lo que a menudo se requiere por una identificación expedida por el estado, es más probable que vivan lejos de una oficina que la otorga, es más probable que tengan discapacidades, por enfermedad no puedan salir de la casa o cuiden a unos dependientes y no tengan el tiempo libre, etc. En otras palabras, existen los factores de opresión y desigualdad profunda y estructuralmente arraigados en el tejido de esta sociedad los que garantizan que incluso la aplicación igual de la ley en abstracto tendrá consecuencias muy desiguales y opresivas en concreto.
En términos del sistema de la policía, las cortes y las prisiones (el brazo abiertamente represor del estado), este racismo estructural se vuelve aún más agudo. En efecto, es un hecho que hay más delincuencia en los ghettos y barrios, en gran medida por el hecho de que (a) durante muchas generaciones ya, han eliminado aún más fuertemente otras oportunidades para los jóvenes en esas zonas y la delincuencia ha llegado a ser, en las palabras de un teórico capitalista, "una opción racional" para los jóvenes negros y latinos; y (b) durante generaciones antes de eso y continuando hasta hoy, la policía canaliza y en general confina el narcotráfico, la prostitución en la calle, las bandas de robacoches, etc. en esas zonas y está involucrada profundamente en todo eso. Todo eso se refleja en las ideas que se fomentan y promueven, al extremo que un ex preso dijo en un programa reciente en California que de joven en su barrio todos los muchachos querían terminar en la prisión de Pelican Bay porque ahí estaban todos los pandilleros duros — en otras palabras, dado que los caminos al "éxito" estaban cerrados en su vecindario, eso era lo máximo al que muchos jóvenes podían aspirar. Hoy, esta situación está vinculada a lo que Michelle Alexander ha denominado el "Nuevo Jim Crow" de la encarcelación en masa, el que Carl Dix ha señalado en su declaración que es una respuesta sistémica de parte de los de arriba a una situación en que ya no era posible explotar de forma rentable a millones y decenas de millones de jóvenes negros y latinos y ahora era necesario utilizar otras formas para controlarlos.
Así que, no, el parar y registrar (y la política "proactiva" de la que es una parte) no puede manifestar una neutralidad racial; ni puede acatar, por lo tanto, las restricciones de la IV Enmienda (algo que pide la decisión de la jueza Scheindlin) porque en Terry v Ohio la Suprema Corte ya descartado esas restricciones para un sector entero de personas. En el mundo concreto, la decisión de Scheindlin —de no anularse— hasta en su mejor interpretación, solamente implicará que la policía se cuide más para enmascarar la forma racista en que lleva a cabo su represión.
Los últimos 50 años han demostrado, si es que lo hayan hecho, que no es posible eliminar mediante reformas la supremacía blanca en el tejido de este sistema capitalista imperialista, pues de plano le es una parte tan integral. La contradicción subyacente entre las masas negras y de otros oprimidos de las nacionalidades minoritarias, por un lado, y por el otro, el sistema del capitalismo —las formas en las que "insertan" (o meten a martillazos) a las masas negras, latinas, indígenas y otras oprimidas en las estructuras económicas, jurídicas, culturales y políticas de esta sociedad— se ha profundizado aún más. No es posible reformar estas estructuras, es necesario arrancarlas de raíz y ese proceso exige una revolución del tipo más profundo — una revolución comunista. Repitiendo, para ver cómo y por qué todo eso es cierto y cómo se podría transformar el mundo actual en un mundo emancipador, conozca la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto).
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Todavía es posible ver la verdad acerca de Estados Unidos en el mismo lenguaje que manejaron en la decisión sobre Dred Scott para defender el Acta de Esclavos Fugitivos previo a la guerra de Secesión, pero que también era de aplicación hace poco en la absolución de George Zimmerman: el negro no tiene ningún derecho que el blanco tenga que respetar.
Tal sistema clama por una revolución, por ésta y toda una sarta de razones adicionales, tan pronto como sea posible y además se requiere de la lucha más fuerte posible para unir a muchos millones de personas contra estos ultrajes, como la lucha que continúa para eliminar el parar y registrar y el programa general del Nuevo Jim Crow.
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