Lo que revela el ataque contra el derecho de votar

25 de agosto de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 


1963, Birmingham, Alabama. Foto: AP

Una de las características del siglo de la vil segregación del Jim Crow en Estados Unidos después de la guerra de Secesión, reforzada mediante el terror policial y las turbas de linchamiento, fue que le privó a los negros del derecho de votar. Las medidas tales como requerir que las personas aprobaran exámenes de alfabetismo o pagaran una cuota en las urnas antes de echar la papeleta impusieron barreras al voto de los negros, aunque la XV Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, ratificada después de la guerra de Secesión, supuestamente garantizaba que el gobierno federal o los gobiernos de los estados "en los Estados Unidos no pueden impedir a un ciudadano votar por motivo de su raza, color, o condición anterior de servidumbre". Solamente en 1965, con la ratificación del Acta del Derecho de Votar, se eliminaron las barreras al ejercicio del derecho de votar de los negros.

A casi 50 años de distancia, el derecho de votar de los negros así como de los latinos está bajo fuerte ataque. El mayor golpe hasta ahora ha sido la decisión de la Suprema Corte de junio de 2013 que suprimió una importante sección del Acta del Derecho de Votar, lo que en esencia la destripa. Por lo tanto, se abrieron las compuertas para las leyes y medidas al nivel estatal y local, en los anteriores estado esclavistas del Sur así como en todo el país, lo que efectivamente limitan el derecho de votar de los negros y latinos.

Una clase común de ley para suprimir el derecho de votar requiere que las personas presenten una identificación con aval oficial antes de que puedan empadronarse. Pocas horas después de la decisión de la Suprema Corte de junio, el procurador general de Texas anunció que la ley del estado que requiere una identificación para votar "entrarán en vigor de inmediato". Anteriormente, un tribunal federal había bloqueado esta ley bajo el Acta del Derecho de Votar por discriminar contra los negros y latinos. Carolina del Norte le siguió con una ley que dicta límites aún más estrictos sobre la clase de identificación que se considerarían válidas para empadronarse. Están contemplando o están entrando en vigor leyes semejantes en diversos estados por todo Estados Unidos.

Al igual que en los tiempos de las barreras al derecho de votar bajo el Jim Crow, aquellos que están promoviendo las nuevas leyes que requieren una identificación para votar no dicen abiertamente que se proponen impedir que voten los negros y otros oprimidos. Al contrario, dicen que se proponen impedir "el fraude electoral". Pero en realidad, por las relaciones opresivas de profundo arraigo en esta sociedad, en general es mucho más probable que los negros y latinos sean pobres y no tienen los medios para conseguir una identificación con aval oficial tal como un carné de conducir o sortear las dificultades en la adquisición de tales documentos. Los estudios han demostrado que el efecto de los requisitos de identificación y otras medidas para suprimir el derecho de votar es efectivamente impedir que un número desproporcionado de los negros y latinos (así como jóvenes, personas de tercera edad y discapacitados) se empadronen para votar o que resulten borrados de del padrón electoral. Además, existen esquemas, tales como manipular el mapeo de los distritos electorales en detrimento de los negros y latinos.

Otra forma de privar a millones de personas del derecho de votar son las leyes de varios estados que privan a las personas del derecho de votar cuando tengan un antecedente penal, no sólo durante su estancia en las prisión sino incluso después de salir en libertad. Para repetir, estas leyes no mencionan la raza, por lo que dan la apariencia de no usar el color de la tez como criterio. Pero en vista de que las leyes y la policía de este sistema singularizan injustamente a los negros y latinos, lo que hace que un número desproporcionado de negros y latinos están en las prisiones y en las garras del "sistema de justicia penal" en general, en comparación con los blancos. El efecto concreto de las leyes para suprimir el derecho de votar es de singularizar a aquellos sectores de la población. Por eso, existe una situación en que el 13% de todos los hombres negros, por ejemplo, han perdido el derecho de votar.

Bien, es importante tener en claro otro aspecto importante de la realidad: no se ha obtenido ni se obtendrán ningún cambio político o social serio mediante las elecciones bajo este sistema. El propósito del voto y del proceso electoral en general es de atraer a las personas hacia los mortíferos confines de este sistema capitalista imperialista, y dejar que los gobernantes proclamen que están actuando a nombre del "pueblo estadounidenses" al llevar a cabo una brutal explotación, guerras, asesinatos y otros crímenes en todo el mundo. (Vea más análisis del voto y las elecciones en la película Habla BA: ¡REVOLUCIÓN — NADA MENOS! Bob Avakian en vivo, en particular el segundo disco, capítulo "El chanchullo de las elecciones: 'Si ellos logran hacer que uno participe, ganarán'".)

En el Sur del Jim Crow, los negros, junto con otras personas, lucharon con resolución y valor por el derecho de votar y algunos luchadores perdieron la vida sobre la marcha. Esa encarnizada lucha, y la lucha y auge popular entre los negros y en toda la sociedad en ese entonces así como el impacto de todo eso sobre el mundo, obligaron a la clase dominante de Estados Unidos a otorgar concesiones en la forma del Acta del Derecho de Votar. El actual ataque al derecho de votar de los negros y otros oprimidos es parte de continuar así como, de muchas maneras, intensificar la opresión general y la vil reafirmación de la supremacía blanca que es un elemento tan fundamental de Estados Unidos. Si bien es importante no tener ilusiones sobre la actual naturaleza del voto y las elecciones bajo este sistema, es necesario oponerse al ataque al derecho de votar de los negros y latinos y luchar en su contra — como parte de luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución, y no con el propósito de desarrollar un "nuevo movimiento de derechos civiles".

En representación de la mayoría en la decisión de la Suprema Corte que destripa el Acta del Derecho de Votar, el magistrado en jefe John Roberts dijo que el Acta no refleja "las condiciones actuales". En otras palabras, Roberts (y unas poderosas fuerzas en la clase dominante) afirman que la sociedad hoy es "post-racial" y "ajena al criterio del color" — que la discriminación y las injusticias contra los negros y otros oprimidos son cosa del pasado. Durante los argumentos orales, Antonin Scalia, otro magistrado de la mayoría de la Corte, declaró que en el caso de marras, el Acta del Derecho de Votar constituía un "privilegio racial" — o sea, que le daba un tratamiento preferencial a los negros.

Considérese el hecho de que estos hombres que vomitan tal porquería de la supremacía blanca en efecto son una parte de la "máxima corte de la patria" la que ahora ha abierto las compuertas ampliamente para la supresión generalizada del derecho de votar de los oprimidos, una supresión que supuestamente se prohibió hace casi 50 años — y que otras personas de la cúpula de la estructura del poder, como Barack Obama, "discrepen" de manera educada con estos derechistas pero nunca los tacharían de reaccionarios racistas a los cuales es necesario denunciar y desenmascarar. Como Carl Dix, del Partido Comunista Revolucionario, dice (vea la página 3): "Estados Unidos ya tuvo sus oportunidades de hacer lo correcto por el pueblo negro. Primero, en la guerra de Secesión y la Reconstrucción (del Sur), y luego durante los años 1960 cuando la gente luchó poderosamente contra la opresión horrorosa del pueblo negro. Y cada vez, Estados Unidos cambió las formas de la opresión pero la mantuvo en efecto. ¿Qué es la situación hoy día? El Nuevo Jim Crow. Más de dos millones de personas en las prisiones; y más de cinco millones de ex presos discriminados al buscar empleo y con prohibiciones de vivir en la vivienda pública o recibir préstamos gubernamentales. La etiquetación racial, el parar y registrar y el cauce de la escuela a la prisión. El robo del derecho de votar. Ya es hora y más que hora de decir: '¡Ya estuvo con este sistema! ¡Se le acabó el tiempo!'"

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