Los ataques contra los filtradores de los documentos de la NSA, y la realidad de la "democracia" bajo este sistema

29 de agosto de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

 

Esto no es un "estado de seguridad nacional" — es una dictadura de la burguesía.

Desde que Edward Snowden filtró la verdad sobre el espionaje sumamente invasor y masivo que lleva a cabo la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA), Estados Unidos y sus aliados han estado amenazando como un sicario no sólo al mismo Snowden sino a aquellos que ayudaron a este ex contratista de la CIA a sacar a la luz la información y a cualquier otra persona a que acusa de ayudarlo. El último episodio fue un escandaloso ataque contra Glenn Greenwald, el periodista, el primero que publicó las filtraciones de Snowden en el periódico británico, el Guardian. Detuvieron y hostigaron a la pareja de Greenwald, David Miranda.

Unos manifestantes contra la negativa del gobierno brasileño de otorgar exilio a Edward Snowden, São Paulo, Brasil, 18 de julio de 2013. Foto: AP

El 18 de agosto de 2013, Miranda iba en avión de Berlín, Alemania, a Rio de Janeiro, Brasil, donde vive con Greenwald. Había ido a Berlín para reunirse con una cineasta de documentales, Laura Poitras. Ésta y Greenwald eran los primeros a los que Snowden se acercó y a los que les encargó los hechos que quería compartir acerca de los programas secretos de la NSA. Según el Guardian, Miranda ayudaba a Greenwald y Poitras en su trabajo con los archivos de Snowden, de mensajero, ya que la comunicación electrónica entre los dos se había vuelto muy poca segura a raíz de las filtraciones de los documentos de la NSA.

Mientras Miranda pasaba por el aeropuerto internacional Heathrow de Londres, la policía lo detuvo bajo la Ley sobre el Terrorismo de Inglaterra. Esa ley represiva permite que la policía detenga a las personas por nueve horas sin cargos. Detuvieron a Miranda por las nueve horas y le interrogaron agresivamente, sin la presencia de ningún abogado, sobre las investigaciones periodísticas de Greenwald y Poitras. La policía amenazó con encarcelarlo bajo cargos de terrorismo y al final confiscó todo su equipo electrónico, incluidos la computadora portátil, el celular, unas memorias, devedes y consolas de videojuegos. Miranda dice que además lo coaccionaron para entregarles las contraseñas de sus cuentas de los medios sociales. Hasta ahora la policía no ha devuelto nada de su equipo electrónico.

El nuevo Centro de Datos de la Agencia de Seguridad Nacional, Utah, donde guardan y revisan millones de mensajes electrónicos. Foto: AP

La ley que invocaron para detener a Miranda es muy represiva. Le da a la policía poderes para detener a las personas sin ninguna evidencia y con sólo la supuesta sospecha de que tal vez estén "preparando, instigando o encomendando el terrorismo". Pero las autoridades de hecho actuaron en contra de sus propias leyes, en vista de que claramente sabían que Miranda no tenía nada que ver con ninguna organización o complot terrorista.

El gobierno de Estados Unidos estaba enterrado de antemano de esta acción de su íntimo aliado. Un portavoz de la Casa Blanca dijo que la administración de Obama recibió un aviso de la detención de Miranda. Un informe del servicio noticioso Reuters deja en claro el motivo del incidente: "Un funcionario de seguridad de Estados Unidos le dijo a Reuters que uno de los motivos principales de la detención e interrogación de Miranda por parte del gobierno británico era de darles un mensaje a los destinatarios de los materiales de Snowden, incluido el Guardian, de que el gobierno británico estaba decidido a tratar de parar las filtraciones".

En un artículo posteado poco después de que se enteró de la detención de Miranda, Greenwald escribió: "Obviamente esta situación es una profunda escalada de sus ataques contra el proceso de conseguir las noticias y el periodismo. Ya es suficientemente malo procesar y encarcelar a las fuentes. Peor aún lo es encarcelar a los periodistas que divulgan la verdad. Pero empezar a detener a los familiares y seres queridos de los periodistas es simplemente despótico…

"Si los gobiernos del Reino Unido y Estados Unidos creen que de alguna manera tales tácticas van a disuadir o intimidarnos para que no sigamos informando agresivamente sobre lo que revelan estos documentos, se están engañando muchísimo. En todo caso, sólo tendrá el efecto contrario: alentarnos aún más. Es más, cada vez que los gobiernos del Reino Unido y Estados Unidos descubren su verdadera naturaleza ante el mundo, cuando impiden que el avión del presidente de Bolivia vuele a casa seguramente, cuando amenazan con procesar a los periodistas, cuando se comportan como hicieron hoy, lo único que logran es ayudarnos a recalcar por qué es tan peligroso permitirles ejercer a escondidas sus poderes de espionaje enormes y sin controles".

Después de la detención de Miranda, el Guardian reveló otro incidente de intimidación flagrante. Un mes antes de la detención de Miranda en el aeropuerto Heathrow, unos agentes del Cuartel General Gubernamental de Comunicaciones (CGHQ, el equivalente británico de la NSA) acudieron a la oficina del Guardian para supervisar la destrucción física de los discos duros y los chips de memoria de los computadores en los que se guardaban los archivos encriptados de la información que Snowden había filtrado. Ello le siguió a semanas de amenazas de los funcionarios del gobierno británico con declarar ilegales y suprimir los artículos del Guardian sobre las filtraciones de Snowden (los cuales también sacaron a la luz los íntimos vínculos entre el CGHQ y el espionaje de la NSA). Un funcionario le dijo a la redacción del Guardian: "Ustedes ya se han divertido. Ahora queremos que nos devuelvan lo nuestro". El Guardian había señalado que les dijo a los agentes de seguridad que existían otras copias de los archivos de Snowden; por ejemplo los tenían periodistas del Guardian en otros países. Pero los agentes continuaron exigiendo que destruyeran los archivos si el Guardian no iba a entregárselos, lo que de nuevo dejó claro que su objetivo era hacerles una advertencia al estilo mafioso.

Para las personas con conciencia, queda en claro la posición básica que es importante tener acerca de las personas como Edward Snowden y Chelsea Manning (antes Bradley Manning): es preciso apoyar y defender a estos filtradores que denuncian los crímenes e injusticias llevados a cabo por el gobierno.

Aparte de las amenazas de los gobiernos de Estados Unidos e Inglaterra, también unas voces de los medios de comunicación y unos apologistas del imperialismo están atacando a Snowden y a aquellos que les ayudan a llevarle las revelaciones sobre la NSA al público. Jeffrey Toobin, un analista de asuntos jurídicos de la CNN, en el programa de Anderson Cooper comparó a David Miranda a "una mula" (un individuo que lleva alcaloide de un país a otro). Cuando Glenn Greenwald apareció en el programa Meet the Press de la NBC, el presentador David Gregory le preguntó: "¿Por qué, Sr. Greenwald, no deberían acusarle a usted de un delito?"

El título de un artículo de la página web del New York Times, de Richard Moberly, un profesor de derecho y experto académico sobre filtradores en el gobierno federal, describe a Snowden así: "Ningún héroe democrático. Él subvirtió el proceso". Dice: "Las tres ramas del gobierno aprobaron el programa [de la NSA]" y que Snowden "no tiene el derecho de usurpar el proceso democrático filtrando información de seguridad nacional".

Este argumento, de hecho, revela algo esencial acerca de la democracia en Estados Unidos y bajo el capitalismo-imperialismo en general (aunque eso no fuera la intención del articulista). Piénselo: Snowden vio que Estados Unidos llevaba a cabo un nivel de vigilancia masiva y sin precedente sobre las comunicaciones telefónicas y el Internet de cientos de millones de personas en Estados Unidos y en todo el mundo, y que el gobierno mantenía todo eso en secreto y le mentía al público al respecto. Snowden creía que el pueblo tenía el derecho de conocer todo eso y (estando plenamente enterado de los riesgos para su propia seguridad) asumió valientemente la responsabilidad de poner de manifiesto la verdad. Según los gobernantes de este sistema y sus defensores, Snowden "subvirtió el proceso democrático" y por ello es necesario considerarlo como un "delincuente". Lo que esto indica es la clase de democracia que existe en Estados Unidos y la naturaleza del sistema del que esta democracia es parte y al que sirve.

Como escribió Revolución en "Cinco puntos de orientación sobre las denuncias del espionaje del gobierno":

Todo este espionaje no simplemente monitorea la forma de pensar y acciones de todos (por horroroso que sea eso), se dedica a CONTROLAR la actividad, comunicaciones y forma de pensar de todos. Se dedica a tener la capacidad de aplicar todo el poderío del estado contra el pueblo con un instante de anticipación. Este sistema mata personas, ciudadanos estadounidenses inclusive, a la mera discreción del presidente. "Rinde" (entrega) las personas a "sitios negros" secretos por todo el mundo para que les apliquen una terrible tortura (y Obama se ha negado firmemente a denunciar o procesar a esos torturadores y a aquellos que les dieron las órdenes respectivas). Este sistema encierra en las prisiones a una proporción muchísimo mayor de su población que los demás países.

Pese a toda su cháchara sobre la democracia y los derechos, lo que ha salido a la luz hasta ahora son actividades que trituran los derechos fundamentales que supuestamente garantiza la Constitución estadounidense… Por ende, todo este espionaje no solo es inmoral e ilegítimo, para colmo, es ilegal. El que tan poquitos congresistas tengan siquiera la intención de dar señas de objetar esta situación y que tantos congresistas hayan desahogado su "justa indignación" mediante ataques a aquellos que han hecho las filtraciones, pone más al descubierto el hecho de que casi todos los sujetos de los altos niveles del gobierno dan por sentado lo que representa esta sociedad en los hechos, debajo de todas las promesas y democracia para todos: una dictadura de la burguesía sobre los demás.

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