De diario digital de Fin al Patriarcado (StopPatriarchy.org):
Lo que tiene de mal una prohibición del aborto a las 20 semanas: "Porque quiero y me preocupo por la salud de las mujeres..."
MaryLou Singleton | 15 de septiembre de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us
Lo que sigue es la trascripción de la intervención de MaryLou Singleton, una proveedora de la salud de la mujer y firmante de la declaración Aborto a solicitud y sin disculpas, pronunciada el 20 de agosto de 2013 en un mitin en Albuquerque, Nuevo México para protestar contra la Operación Rescate. La publicamos aquí debido a su explicación clara y muy útil sobre los peligros de una prohibición del aborto a las 20 semanas. A partir de ahora, ocho estados han aprobado leyes que prohíben el aborto a las 20 semanas.
Quiero agradecerles a todos ustedes que se han presentado hoy en apoyo de las mujeres, los proveedores de servicios de salud y la comunidad judía. Estoy hablando hoy como proveedor de servicios de salud de la mujer y como persona que se crió en el movimiento anti-derecho a decidir. Mis padres eran los co-presidentes de los Pensilvanianos por la Vida Humana y trabajaron sin descanso para privarles del derecho legal a elegir el aborto a las mujeres estadounidenses. Mi hermana era un miembro de la Operación Rescate. Conozco los pormenores de los argumentos anti-derecho a decidir debido a que los puntos de su argumentación eran el discurso cotidiano en mi familia mientras crecía. Al igual que los adolescentes que llegaron a nuestra ciudad y acosaron a las mujeres en las clínicas, acosaron nuestro museo del Holocausto y aterrorizaron a la familia de un médico en su residencia particular, de niña yo también creía lo que mis padres y otras figuras de autoridad me decían sobre el aborto.
Luego crecí. Y me convertí en una partera. Y empecé a comprender la compleja realidad de la vida concreta de las mujeres. Más de un tercio de las mujeres que he atendido como partera en algún momento habían tomado la decisión de hacerse un aborto. Y todas tenían muy buenas razones para tomar esas decisiones. Y, obviamente, no eran asesinas. Ellas eran personas cariñosas, compasivas, inteligentes que habían tomado la decisión adecuada para sí mismas y sus familias.
Porque quiero y me preocupo por la salud de las mujeres, quiero hablar con ustedes sobre el aborto. Quiero explicarles que la proposición que están promoviendo en las urnas electorales en nuestra ciudad los extremistas religiosos de fuera del estado perjudicará la vida de las mujeres. Esta proposición se ha anunciado como un referéndum sobre el "aborto tardío", pero cualquier mujer que se haya embarazado le puede decir que el momento a las 20 semanas de un embarazo no es de ninguna manera "un aborto tardío". Veinte semanas es la mitad de la gestación, la que dura un promedio de 40 semanas. Veinte semanas es también el punto en el embarazo en el que las mujeres que llevan fetos con problemas a menudo comienzan a enfermarse mucho, porque los embarazos enfermos con frecuencia resultan en madres muy enfermas. Algunas de estas mujeres se enferman tanto que sea necesario interrumpir el embarazo para salvar su vida. Si se aprobara esta proposición en las casillas, las mujeres se verían obligadas a continuar estos embarazos potencialmente mortales.
Veinte semanas es también el punto en el embarazo donde se hace posible diagnosticar defectos congénitos graves y a menudo mortales. En múltiples ocasiones he sido la partera para una mujer que acaba de descubrir que a su muy deseado bebé le falta un cerebro o los riñones o los pulmones, y no sobrevivirá durante más de unos pocos minutos fuera del útero. Me he sentado con estas mujeres y les he consolado mientras éstas tomaban la dolorosa decisión de qué hacer en tales circunstancias horribles. Si bien la decisión de cada mujer puede ser distinta, puedo decir desde lo profundo de mi corazón que nadie tiene el derecho de tomar esta decisión, salvo la mujer que lleva el embarazo.
Si se aprobara esta iniciativa de ley, nuestra ciudad habría decidido que obligaremos a estas mujeres a llevar embarazos que terminarán inevitablemente en la angustia y la tragedia por un total de otros cinco meses. Veremos casos como el de El Salvador en la primavera del presente, cuando a una mujer con lupus que llevaba un bebé sin cerebro le negaron un aborto a pesar de que el embarazo fue lo que la hizo entrar en la insuficiencia renal. Al igual que la iniciativa electoral promovida en nuestro pueblo, la ley de El Salvador establece que los médicos deben trabajar tan duro para salvar la vida del feto como la vida de la madre, incluso en los casos en que se sabe que el bebé morirá inmediatamente después del nacimiento.
Esta iniciativa electoral pondría en peligro la vida de las mujeres de maneras que deberían aterrorizar incluso a las mujeres que creen que personalmente nunca elegirían hacerse un aborto. Si se aprueba la proposición, a las mujeres les negarán los servicios sanitarios para salvarles la vida al sufrir un aborto espontáneo a las 20 semanas y el feto todavía tiene un latido del corazón. Lo que esto significa es que las mujeres se morirán. El mundo presenció una muerte semejante el año pasado, cuando una dentista de 31 años de edad de Irlanda murió debido a las leyes del país que eran similares a esta iniciativa electoral que prohibían que los médicos intervinieran mientras ella sufría un aborto espontáneo. Si se aprueba esta iniciativa electoral, a las mujeres también les podrán negar la quimioterapia y la radiación en caso de una diagnosis de cáncer a más de 20 semanas de embarazo. El año pasado, una adolescente embarazada en la República Dominicana, otro país católico que prohíbe el aborto en todos los casos, murió de leucemia después de que le negaron el tratamiento por el cáncer con el argumento de que eso iba a perjudicar al feto que llevaba. Estas leyes son horribles.
Les pido a todos ustedes que trabajen juntos para echar abajo esta proposición electoral y protejan la vida de las mujeres. Es preciso no tomar las decisiones médicas en las urnas.
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