Los motivos de la escandalosa decisión sobre la demanda contra el parar y registrar

4 de noviembre de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El 31 de octubre, un grupo de jueces del tribunal de apelaciones suspendió una decisión de primera instancia de que la política del parar y registrar del NYPD (Departamento de Policía de Nueva York) era inconstitucional tal como se aplica. Y el tribunal de apelaciones sacó del caso a la jueza Shira Scheindlin, supuestamente por meter el caso a su calendario como un caso relacionado y por no conservar la apariencia de imparcialidad. Las fuentes establecidas de noticias describen la decisión como "sorprendente". Es escandalosa.

Exactamente ¿qué hizo la jueza Scheindlin para que el panel de magistrados de la corte de apelaciones entrara en tal frenesí? La jueza Scheindlin ha estado viendo la demanda contra el parar y registrar durante más de una década. Presidió una componenda alcanzada con las autoridades municipales en 2003 en el caso Daniels y otros v el gobierno de la ciudad de Nueva York. El Centro pro Derechos Constitucionales, que representa a los demandantes en ese caso, presentó Floyd v el gobierno de la ciudad de Nueva York, que es el caso en cuestión en las decisiones recientes, y la jueza lo tomó como un caso relacionado.

En este caso, la jueza Scheindlin vio los datos sobre el número de incidentes del parar y registrar ejecutados por el NYPD — más de 4 millones en menos de una década; a quiénes paró —más del 85 % de las personas detenidas eran negra o latinas; y el resultado de esos incidentes: que se comprobó que más del 90 % de las personas detenidas no estaban haciendo nada malo. Revisó lo que decían los policías del porqué habían parado a cada persona. Escuchó el testimonio y las grabaciones de los agentes de policía que recibieron órdenes de que tenían que parar a cierta cuota de personas y cómo les cuestionaban cuando no lograron parar a dicha cuota. Se oyó a una serie de los demandantes hablar sobre las circunstancias de su encuentro con la policía de Nueva York a causa del parar y registrar; de que las formas en que la policía los paraba constituyeron puras razones necias y que estuvieron sometidos a malos tratos y la falta de respeto por parte de los policías que los pararon. En algunos casos, los demandantes hablaron de ser parados en varias ocasiones por nada. Un demandante había grabado uno de los incidentes cuando los policías lo pararon. Esta grabación documenta que los policías que lo detuvieron le llamaron "perro callejero" repetidamente y prometieron continuar deteniéndolo siempre que tuviera pinta de "loco".

Todo eso llevó a la decisión de la jueza Scheindlin de que la forma en que el NYPD realizaba su política de parar y registrar era inconstitucional y la imposición de remedios legales que constituían decretar cambios y poner en marcha un proceso de reforma y ajuste de la política. Los cambios incluyeron un proyecto piloto para tener a un pequeño número de policías que usaran cámaras de vídeo en el cuerpo para registrar sus interacciones con las personas que detengan. Un monitor también fue designado para supervisar el proceso de reforma.

En realidad esta decisión no soluciona el problema. El parar y registrar no es una táctica policial necesaria que el NYPD llevó a extremos. Es una política basada en perfiles raciales a personas, una que concentra la forma en que los negros y latinos, especialmente los jóvenes, han sido el objeto de la criminalización y satanización en la sociedad estadounidense. Bajo esta política, la policía para gente en el camino al trabajo o la escuela. ¡Acosan a personas que están sentadas en los bancos del parque a relajarse, juegan al baloncesto en el parque, visitan a un amigo o familiar en un proyecto de vivienda o incluso entrar o salir del propio edificio donde viven! Los jóvenes hombres negros han hablado de ser víctimas de esta política de manera regular, a veces por los mismos policías. El jefe de policía del NYPD, Ray Kelly, les dijo a tres funcionarios negros elegidos que quería que cada joven varón negro y latino temiera que el NYPD lo parara y registrara cuando se saliera de su casa por la mañana. (Kelly no niega el haber dicho esto. Al contrario, dice que citaron sus palabras fuera de contexto.) En 2011, el NYPD registró 150.000 casos de parar a hombres negros de entre 15 y 24 años de edad, aunque ¡hay menos de 150.000 hombres negros entre esas edades de la ciudad de Nueva York!

Se vio todo esto en la corte de la jueza Scheindlin mediante el testimonio en el caso. Y es aún peor que eso. A algunos del menos del 10% de las personas que el NYPD para y registra y que efectivamente arresta o multa tampoco estaban haciendo algo ilegal. De costumbre, los policías detienen a los jóvenes negros y latinos por preguntar por qué el arresto y el hostigamiento. Los policías también parar a las personas que no tienen identificación encima y las mantiene en la cárcel hasta que alguien traiga su identificación.

Todas estas cosas se combinan para crear una situación en la que los negros y los latinos reciben un trato como delincuentes, culpables hasta que se demuestre lo contrario, si pueden sobrevivir para demostrar su inocencia. Piense acerca de esta situación: los padres negros y latinos tienen que decirles a sus hijos lo que deben hacer y no deben hacer para tener la mejor oportunidad de sobrevivir en el caso de un encuentro con un policía. "Quédate tranquilo”, “No hables en voz fuerte”, "Dile sí señor y no señor", "Mantente las manos a la vista en todo momento". Aunque estos padres les den estas instrucciones, saben que su hijo aún podría terminar bajo arresto, trato brutal o incluso asesinado, ¡aun cuando siguieran sus consejos al pie de la letra!

Así el parar y registrar afecta la vida de muchas personas todos los días y el proceso de reforma que la jueza Scheindlin puso en marcha queda corto de lidiar con la esencia de lo que le hace a la gente y de eliminarlo. Como Carl Dix dice: ¡No es posible remendar el parar y registrar — Es necesario eliminarlo!

Una parte del telón de fondo de la resolución de la jueza Scheindlin y posiblemente un factor en la forma en que su decisión fue redactada, es la forma en que los tribunales de Estados Unidos, incluida la Suprema Corte, han triturado supuestas protecciones constitucionales contra registros sin causa probable. Un gran paso de este proceso de trituración fue el caso de 1968, Terry v Ohio, en el que la Suprema Corte resolvió que no existe ninguna violación de lo que se supone sea la prohibición de la IV Enmienda contra registros y allanamientos arbitrarios en el caso de que un agente de la policía pare a un sospechoso en la calle y registre a él o ella sin causa probable para hacer un arresto.

Estas decisiones tuvieron el efecto del mayor desencadenamiento de los policías para singularizar especialmente a los de abajo de esta sociedad, especialmente los negros y latinos. La decisión Terry v Ohio se pronunció en el apogeo de los años 1960 cuando los levantamientos de los negros contra su opresión hicieron que surgiera un movimiento revolucionario más amplio que sacudió e hizo que todo el sistema se pusiera a la defensiva.

Pero la decisión de la jueza Scheindlin efectivamente sí fue muy lejos según algunos sectores importantes de los poderes fácticos y según los tres jueces del panel de la corte de apelaciones. Ratificaron la petición del gobierno municipal para una suspensión de la resolución de la jueza Scheindlin y el proceso de reforma que ésta había puesto en marcha sin hacer referencia a ninguno de los argumentos esgrimidos por los abogados del gobierno municipal ni los contra-argumentos de los abogados de los demandantes acerca de por qué esta suspensión era necesaria. Y el panel fue más allá de eso y sacó a la jueza del caso por supuestas irregularidades al integrar el caso a su calendario y por no evitar la apariencia de parcialidad contra una de las partes (el gobierno de la ciudad de Nueva York y el NYPD) en el caso.

Aquí, el panel de la corte de apelaciones se refirió a las entrevistas que la jueza dio a los medios de comunicación. El telón de fondo de estas entrevistas era la racha de declaraciones públicas de funcionarios del NYPD y del gobierno municipal que se quejaban de parcialidad contra la policía por parte de la jueza. También dijeron en repetidas ocasiones que la jueza no sabía lo suficiente sobre la vigilancia policial como para tomar decisiones acerca del parar y registrar. En respuesta, la jueza Scheindlin concedió entrevistas para refutar estas acusaciones de parcialidad y falta de experiencia, pero no comentó el caso que en la actualidad estaba oyendo sobre el parar y registrar. En un artículo titulado "El absurdo retiro de la jueza Scheindlin", Jeffrey Tobin, un prominente comentarista en temas jurídicos y autor, dijo: "Scheindlin no hizo nada malo. Habló de su carrera judicial y su historia como jueza de una manera que iluminó el trabajo que todos los jueces hacen. En mi experiencia, es común que los jueces se quejan de que el público no entiende su trabajo y no le importa lo que hacen. La conducta de Scheindlin en este caso ejemplifica la tradición independiente del poder judicial. Ella ha de ser objeto de honra por ello, y no regaño".

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