Después de años de indignación y protesta, la abogada del pueblo Lynne Stewart está en libertad
9 de enero de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us
6 de enero de 2014. Presionados por la indignación en todo el país y sin querer que Lynne Stewart se muriera bajo su custodia, los tribunales federales dieron un giro repentino de 180º y pusieron en libertad a Stewart la víspera de Año Nuevo. Stewart, quien estaba encarcelada en un hospital penitenciario en Texas, voló de regreso inmediatamente a Nueva York con su esposo, Ralph Poynter, para estar con su familia.
Stewart tiene 74 años de edad y tiene el cáncer terminal y ha sido el objetivo constante de la campaña vindicativa del gobierno contra cualquiera que ofreciera ayuda legal a aquellos que, por diversas razones, se encontraban en la mira del imperio de Estados Unidos y su masivo aparato de espionaje y represión. También ha inspirado un movimiento nacional por su liberación del encarcelamiento especialmente cruel e injusto.
El fiscal federal, en representación al gobierno, ha presentado una petición que pide que la sentencia de Stewart, a quien puede le quede sólo unos meses de vida, sea reducida a tiempo cumplido más una libertad supervisada de cinco años “en caso de que el acusado sobreviva más allá de la actual esperanza de vida”.
La detención, juicio y encarcelamiento sin compasión de Lynne Stewart ha sido un ultraje desde el principio. Ella se ha dedicado la vida a la defensa de los oprimidos, a las personas que opusieron resistencia a la injusticia y a las personas cuya defensa criminal no la tocarían otros abogados. Stewart fue condenada por hacer básicamente lo posible para defender a un controvertido acusado egipcio — en particular, divulgó en público un comunicado de prensa que indicó la continua oposición de su cliente al régimen egipcio de Hosni Mubarak. El gobierno interpretó eso como una ayuda material a un terrorista, mientras que el gobierno estadounidense continuaba su muy concreta ayuda material al ejército egipcio — mismo que ahora utiliza esa ayuda para mantener su dictadura militar en Egipto.
Por eso, condenaron inicialmente a Stewart a 28 meses de cárcel. Sin embargo, un tribunal federal de apelaciones anuló esa sentencia por ser demasiado indulgente, y como resultado ella fue condenada a una nueva sentencia de 10 años de cárcel. El tribunal estaba muy enterado de que ella tenía cáncer del mama y que su condena terminaría efectivamente su tratamiento médico.
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