El discurso de Obama sobre la Agencia de Seguridad Nacional:
Los ESPÍAS y las MENTIRAS del imperio
3 de febrero de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us
Hace siete meses, los impactantes informes de los medios de comunicación comenzaron a salir sobre cómo la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) gestiona la operación de espionaje electrónico más grande e invasora en el mundo y en la historia. Estas revelaciones se basan en documentos filtrados por Edward Snowden, el ex contratista de la NSA que valientemente se puso al frente como filtrador de secretos oficiales con el fin de hacer que la gente tome conciencia de la existencia de este vasto espionaje secreto de Estados Unidos (y su aliado más cercano, Gran Bretaña).
Los programas de la NSA incluyen la recolección a granel de la información en cada llamada de teléfono en Estados Unidos acerca de quién está llamando a quién, la duración de las llamadas, etc. (conocido como "metadatos", que se puede utilizar para extraer los vínculos entre distintas personas y los patrones de las acciones y como esquema para identificar a individuos específicos y el contenido de sus llamadas telefónicas); aspirar datos directamente desde los servidores de los principales proveedores de Estados Unidos, como Google, Microsoft, Yahoo y Facebook; el espionaje masivo en las comunicaciones telefónicas y de Internet en todo el mundo, la vigilancia a las personas ordinarias así como a los funcionarios del gobierno, no sólo a los rivales de los Estados Unidos pero también a los aliados como Alemania y organizaciones como las Naciones Unidas. La NSA espía a literalmente miles de millones de personas en Estados Unidos y en todo el mundo.
Nuevas revelaciones seguirán saliendo a la superficie. Entre las últimas: la NSA y su homólogo británico han estado desarrollando su capacidad para recoger datos de los usuarios de aplicaciones de los teléfonos inteligentes ampliamente utilizados, como Google Map e incluso juegos como el "Pájaros enojados", no sólo los códigos de identificación de teléfono y detalles de la ubicación pero también el "alineamiento político", la "orientación sexual" y otra información de los usuarios. Otra reciente denuncia fue que en 2009, la NSA espió a funcionarios de varios otros países en la conferencia mundial sobre el cambio climático en Copenhague, Dinamarca.
Al arrojar luz sobre el increíble alcance del espionaje de la NSA y a medida que millones de personas venían cuestionando la legitimidad de la intrusión masiva del gobierno en los detalles de su vida, Obama respondió el 14 de enero de 2014 con un discurso para anunciar "reformas concretas y sustanciales" en relación con la NSA y otros organismos de inteligencia. Obama empezó el discurso diciendo que había "potencial de abuso" en la vigilancia del gobierno y terminó reafirmando en términos básicos las actividades de la NSA y otros organismos de inteligencia del gobierno estadounidense, con algunas modificaciones insignificantes. (Vea el artículo en línea en revcom.us, "'Reformas' dedicadas a conservar el espionaje masivo".)
Un Estado que ve amenazas potenciales en todas partes
Es necesario desenmascarar y oponerse a la desorientación y mentiras de Obama sobre las "reformas" de la NSA. Pero lo que es aún más crucial es desafiar y romper con todo el marco impulsado por Obama, cuyo objetivo es conducir a las personas a que piensen de una determinada manera: que el espionaje llevado a cabo por el gobierno de Estados Unidos se trata (o debería tratarse) de fortalecer la "seguridad nacional" y mantener a la gente "segura" y que la vida de los estadounidenses es más valiosa que la vida de la gente de otros países del mundo.
Los activistas de libertades civiles, periodistas de investigación y otros han hecho un trabajo muy importante de hacer ampliamente accesible lo que se ha descubierto mediante los documentos filtrados por Edward Snowden, y con razón se oponen a la masiva vigilancia descaradamente ilegal de la NSA, en vista de las amenazas e intentos del gobierno de suprimir las denuncias. Pero muchos de éstos también argumentan que este espionaje no es "efectivo", por ejemplo, los programas como la colección de metadatos de teléfono no han "detenido los ataques terroristas" y en realidad nos hace "menos seguros". La ACLU (Unión Estadounidense de Libertades Civiles) dice que lo que se necesita es "frenar el Estado de vigilancia". De acuerdo con esta noción de un "Estado de vigilancia" (o de un "Estado de seguridad nacional"), el problema es que existe una burocracia que se ha salido de control. Estos puntos de vista no van a la esencia de lo que está pasando y en realidad terminan por llevar a la gente en la dirección equivocada.
El espionaje masivo contra muchas diversas actividades de las personas en todo el mundo no es un resultado de la "burocracia que se ha desbocado". Los de arriba en Estados Unidos, o sea, los capitalistas imperialistas, se enfrentan a muchísimos desafíos complejos y crecientes a su imperio mundial. La exigencia de responder a dichos desafíos es lo que en lo fundamental los impulsa a espiar de manera tan intensa, sobre sus rivales, sobre sus aliados y sobre miles de millones de personas comunes y corrientes.
Es necesario entender un punto básico: las actividades represivas de la NSA y otros organismos de inteligencia revelan el funcionamiento de un sistema, el sistema de capitalismo-imperialismo. La NSA es parte de un Estado que refuerza los intereses de la clase dominante capitalista imperialista, es decir, la dictadura de la clase dominante, de la burguesía.
Este Estado tiene varias funciones, pero ante todo y sobre todo, utiliza el monopolio del uso de la legítima violencia y represión para promover los intereses de la clase imperialista estadounidense en su conjunto, en contra de las potencias rivales y contra las masas populares, en Estados Unidos y en todo el mundo. Y la NSA y otros organismos de inteligencia son una parte esencial de esta función del Estado burgués.
Como escribimos poco después de que las filtraciones de Snowden salieron por primera vez: "Este sistema capitalista imperialista esclaviza a los trabajadores en sus maquiladoras en Bangla Desh y en sus yacimientos de petróleo de Arabia Saudita. Ha creado un planeta de ciudades miseria y devastación ambiental, y su moral y cultura han producido una epidemia de violaciones. Este sistema libra constantes guerras en todo el mundo contra amenazas de rivales o fuerzas reaccionarias menores y descarga una violenta represión sobre la legítima protesta y oposición a sus crímenes. Por eso, este Estado ve en la abrumadora mayoría de las personas sobre el planeta, o sea, miles y millones de personas, amenazas potenciales, y por eso mantiene un espionaje tan intenso y extenso. Por eso, el aparato del Estado, la dictadura de la clase capitalista imperialista (la burguesía), hace lo que le hace al pueblo" ("Cinco puntos de orientación sobre las denuncias del espionaje del gobierno" en revcom.us).
Las divisiones en la cima, sobre la mejor manera de mantenerse en el poder
El Estado capitalista también tiene otra función importante: mediar los conflictos entre distintos bloques de capitalistas imperialistas en nombre de los "intereses mayores" de su clase. Entre estos conflictos figuran los intereses económicos contendientes, pero principalmente abarcan conflictos políticos. Los distintos representantes políticos de la clase capitalista imperialista tienen distintas ideas sobre la manera en que deberían dirigir a las masas a pensar y actuar, cómo redactar e interpretar las leyes, cuáles deberían ser los "límites aceptables" del discurso político y otros asuntos. A veces estas diferencias se pueden agudizarse mucho.
Respecto al escándalo de la NSA, podemos ver cómo las divisiones al interior de la clase dominante se han intensificado mucho, en el contexto del cuestionamiento de amplios sectores de la población acerca de la legitimidad del espionaje y la creciente desconfianza al gobierno. En una encuesta realizada en octubre de 2013, el 51% de los encuestados aceptan que Snowden es "un héroe al que hay que alabar" y un porcentaje mayor en otros países, lo que llama la atención en vista de las repetidas denuncias en su contra por "traidor" de parte de altas figuras políticas y mediáticas estadounidenses y graves cargos penales entablados en su contra de parte del gobierno de Obama bajo el Acta de Espionaje.
Una señal de estos conflictos en la clase dominante es que en diciembre de 2013, dos tribunales federales dictaron decisiones opuestas sobre la recolección de datos de teléfono a granel de la NSA; uno dijo que era muy probable que fuera inconstitucional y el otro dijo que claramente cumplía con las normas constitucionales.
Estas diferencias entre los gobernantes NO se tratan principalmente de preocupaciones sobre la violación al por mayor de los derechos básicos y la privacidad de las personas. Se disputan sobre la mejor manera de defender los intereses generales de su clase, ante la gran tormenta desatada en la sociedad y en todo el mundo debido a las filtraciones de Snowden — acerca de cuáles "reformas" es necesario hacer a fin de calmar la tormenta, a la vez que componer la legitimidad del Estado a los ojos de la población, y a la vez salvaguardar la capacidad del aparato de inteligencia de Estados Unidos.
Además, está la cuestión de en qué medida diferentes sectores de la clase dominante estadounidense están preocupados por la posibilidad de que las técnicas de espionaje de alta tecnología de la NSA las utilicen en su contra otros sectores de la misma clase dominante. Bien, es cierto que los gobernantes constantemente violan sus propias leyes a fin de mantener abajo a la gente. Simplemente veamos la manera en que desatan a sus policías para etiquetar racialmente, golpear, encauzar a las prisiones y a menudo matar a los jóvenes negros, morenos y de otro color. O la manera en que las operaciones del COINTELPRO de su FBI en los años 1960 sirvieron para atacar al Partido Pantera Negra, incluyendo mediante el asesinato. Pero es importante para sus intereses de clase en general que entre sí obedezcan ciertas reglas. Si un sector de la clase dominante actúa para violar dichas reglas, por ejemplo al utilizar los organismos de espionaje del Estado para husmear en contra de otros integrantes de su clase, eso podría afectar seriamente el funcionamiento de su Estado. Y cuando los gobernantes mismos ya no pueden ponerse de acuerdo sobre las reglas, esto podría conducir a grietas en el "supersticioso respeto al Estado" que las escuelas y los medios de información inculcan en la gente, o sea, podría convertirse en parte de una crisis de legitimidad.
Además, existen muchas reglas que se supone se obedezcan entre los aliados imperialistas, como Estados Unidos y Alemania. El espionaje de la NSA sobre la cancillera alemana Angela Merkel y funcionarios de otros gobiernos aliados, y el espionaje sobre objetivos económicos y las actividades para romper códigos de encriptación, han suscitado un enorme barullo y ha afectado las relaciones del imperialismo estadounidense con sus aliados en un momento de crecientes desafíos y amenazas en el mundo.
La función mediadora del Estado también supone dejar que las masas realicen algunas acciones de reforma para lidiar con lo que consideran como malo, pero de modo que su propósito sea conservar la legitimidad general del Estado a los ojos de la gente y mediante el encauzamiento de sus aspiraciones e ideas y forma de pensar hacia la manera de mantener en marcha en lo fundamental el sistema explotadora e injusto, en lugar de derrocarlo.
Los intereses de los gobernantes NO son los nuestros
Es importante entender cómo se desarrollan estas contradicciones entre los de arriba. Pero no podemos dejarnos llevar pos los términos del respectivo marco de los gobernantes. Los intereses y objetivos de los gobernantes NO corresponden a los intereses de la gran mayoría de las personas en Estados Unidos y en el mundo.
Examinemos lo que aquellos desde Obama hacia abajo quieren decir en realidad cuando declaren que tratan de "mantener a la gente segura" en contra del terrorismo. Lo que les interesa no es la vida de las personas en Estados Unidos y claramente no en el resto del mundo. De hecho, hay un choque entre los imperialistas estadounidenses y los jihadíes islámicos. Pero Estados Unidos no se opone a los fundamentalistas islámicos debido al reaccionario programa e ideología de éstos que representan una pesadilla para el pueblo. Lo que está impulsando las acciones de Estados Unidos es que estas fuerzas representan un obstáculo para los intereses y planes mundiales del imperialismo estadounidense. Los gobernantes estadounidenses están preocupados por potenciales ataques de parte de aquellas fuerzas al interior de Estados Unidos, pero eso se debe a que están preocupados porque si amplios sectores de la gente empiezan a considerar que el gobierno no sea capaz de "protegerlos", eso suscitará grandes dudas acerca de la legitimidad del Estado. De fondo, la preocupación fundamental de los gobernantes es conservar su imperio, y lidian con la cuestión de la "seguridad" así como lo demás en ese contexto.
NO corresponde a los intereses del pueblo ayudar a Estados Unidos a vigilar de forma más eficaz a aquellos que tacha de "enemigos" en países como Yemen o Pakistán con una tecnología avanzada y matar con aviones no tripulados a las órdenes del presidente Obama, lo que a menudo mata a muchos otros en la zona. En realidad, son las acciones mismas de Estados Unidos en su guerra por el imperio (bajo la fachada de la "guerra contra el terror") las que están poniendo bajo riesgo a las personas, en diferentes partes del mundo y dentro de Estados Unidos. En esta contienda entre los dos polos reaccionarios del imperialismo estadounidense y la jihad islámica (y de los dos polos, Estados Unidos claramente ha hecho más daño y representa el mayor peligro para el pueblo), si se toma partido con un lado en contra del otro, se termina por reforzar ambos lados.
Además, he aquí un punto fundamental de la moral; "La vida de los estadounidenses no es más importante que la de la gente de otros países" (Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian, 5:7).
Los gobernantes estadounidenses están preocupados por las amenazas a su imperio global de parte de sus rivales actuales y potenciales y por lo que se refiere a sus aliados, Estados Unidos confía en éstos como un jefe de la mafia confía en sus subordinados. Esta es una parte de lo que impulsa el espionaje mundial de Estados Unidos. El espionaje de la NSA sobre la citada conferencia sobre el clima mundial tiene que ver con la creciente contienda férrea entre diversas potencias sobre los recursos y las ventajas económicas/geopolíticas, con implicaciones para la posición de superpotencia que ocupa Estados Unidos, aun cuando se cierna una catástrofe ambiental global. ¡Es importante que no tomemos partido en esta lucha entre mafiosos grandes y pequeños!
Y los gobernantes capitalistas imperialistas estadounidenses se ven impulsados a ampliar sus capacidades para monitorear y reprimir la resistencia y levantamientos de masas contra el vil funcionamiento de su sistema, en Estados Unidos y en todo el mundo. Esto tiene que ver no sólo con lo que está pasando en este momento, pero con los disturbios y revueltas que podrían brotar en el futuro, y es una gran parte de lo que está impulsando su espionaje contra un número tan amplio de personas. El espionaje no se trata solamente de monitorear las ideas y forma de pensar de todos ahora e intimidar a la gente con el poder del Estado burgués (por horrible que lo sea). Se trata de tener la capacidad de aplicar rápidamente la fuerza represiva total de ese Estado contra la gente, cuando los de arriba vean una amenaza para su dominio.
¡ALTO al masivo espionaje!
Éste es un sistema que maneja un aparato de espionaje enorme, junto con las fuerzas armadas, la policía y otros instrumentos de una dictadura. Pero no es todopoderoso. Se trata de un sistema lleno de contradicciones las que sus gobernantes no pueden resolver, un sistema impulsado por su propia naturaleza a reforzar la miseria y el sufrimiento y a pisotear los mismos derechos que supuestamente lo diferencian como el "país más libre del mundo". El funcionamiento de este sistema conduce a repetidos ultrajes y crisis, atrayendo a millones de personas al cuestionamiento y la oposición.
El que Obama y los gobernantes de Estados Unidos puedan aplacar la tormenta sobre el espionaje de la NSA no es una cuestión resuelta. Las diferencias en la clase dominante sobre cómo obrar pueden arder con aún más fuerza. Lo que hizo Edward Snowden al actuar según su conciencia y lo que otros han hecho para expresar su oposición al espionaje, ya han cambiado el panorama político, y más denuncias a partir de los documentos filtrados podrían intensificar aún más el furor en todo el mundo.
Hay una justa demanda de poner ALTO al espionaje masivo del gobierno de Estados Unidos. A los revolucionarios que se unan en la lucha con todos los que están indignados y se niegan a aceptar lo que ven como algo malo, les corresponde una responsabilidad de ayudar a la gente a romper con el marco mortal que los de arriba están tratando de imponer. Además, existe una oportunidad y un reto de poner de manifiesto con mucha claridad la ilegitimidad de todo el maldito sistema, y la posibilidad de crear un mundo radicalmente diferente y mucho mejor por medio de una revolución.
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