Lo que significa el cierre del agua para la gente de Detroit

8 de septiembre de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Al hablar de la situación que enfrentan los negros y latinos en Estados Unidos, o sea, la encarcelación en masa y el cauce de la escuela a la prisión, la criminalización y satanización de una generación entera de la juventud, el racismo abierto o apenas-debajo-de-la-superficie omnipresente en la sociedad, etc., Carl Dix del Partido Comunista Revolucionario ha dicho que lo que está pasando es un genocidio lento que rápidamente podría convertirse en un genocidio rápido. Esta columna regular recalca aspectos de este genocidio lento.

 

De unos distribuidores del periódico Revolución:

Probablemente usted se ha enterado del cierre masivo de servicios de agua en Detroit. Queremos contarle algo sobre lo que significa esto para la gente de Detroit.

Hablamos con una amiga que vive en el sector North End — un área donde las autoridades han anunciado la que planifican “desarrollar” como parte de su proyecto llamado, “Detroit Future Plan” [Detroit, Plan para el Futuro]. Llamaremos a nuestra amiga René. Su experiencia no es única — se estima que más de 150.000 familias, o sea 40 por ciento de los 240.000 hogares, se quedarán sin agua. Ochenta y tres por ciento son afro-americanos.

Una mañana bien temprano, René oyó un ruido frente a su casa. Miró por la ventana de su dormitorio y vio que estaban a punto de cerrarle el agua. Salió corriendo descalza, se paró sobre la válvula de agua y rehusó moverse. Desafiantemente anunció que NO le iban a cerrar el agua. Podían llamar a la policía, arrestarla, pero no iba a moverse.Tenía cinco niños en la casa y no podían vivir sin agua. Con este acto de desafío consiguió un indulto. Ese día no le cerraron el agua. Pero el camión siguió a la próxima casa, a la de en frente y a la al lado de esa. René siguió al camión a lo largo de la calle rogando sin fruto que no les cerraran el agua a los vecinos y pidiéndoles a los trabajadores que desafiaran sus órdenes. En unos 45 minutos, 70 por ciento de las casas con ocupantes dentro de un área de cuatro cuadras quedaron sin agua.

René reconoce que estaba atrasada en su cuenta de agua pero que poco a poco ella y su marido han estado pagando el balance. Pero el dinero está escaso. Hace varios años a su esposo le dieron de baja de su trabajo en la fábrica de autos y desde entonces ha tenido trabajo ocasional. Pero ésta no es la situación de todos los vecinos. El municipio dice que sólo le están cortando servicios a aquellos que tienen más de dos meses de retraso o deben $150 o más. Pero René mencionó varios vecinos que debían $120 y no se habían atrasado dos meses. También dijo que conoce de algunos que le cortaron el agua y estaban al día en la cuenta. Una de estas personas es la Sra. Jones. Es una maestra jubilada, tiene 85 años y lleva décadas viviendo en su propia casa. Diez días después de cortarle el agua, aun está sin agua. Ella está muy avergonzada por su situación. No puede vaciar su inodoro y el hedor en su casa es insoportable. Está usando panales porque no puede usar el inodoro. Su salud se está deteriorando a causa del estrés de tener que vivir sin agua. Se encuentra abrumada por la burocracia y los trámites necesarios para que le restauren el agua y le da miedo quejarse porque teme que los servicios sociales usen esto como pretexto para sacarla de su hogar y meterla en un asilo  —  algo que le aterroriza.

René habló con sus vecinos después del cierre del agua. Con lágrimas describió como la gente se sentía sola y aislada. Habló sobre la desesperación que sintieron al despertar y darse cuenta que no tenían agua. La mayoría no tienen recursos para pagar cuentas atrasadas para así volver a tener agua. Las tarifas para volver a conectar el agua pueden sumar cientos de dólares. El precio del agua ha subido en un 119 por ciento en los últimos 10 años a la vez que el desplome de ingresos, y el desempleo por las nubes. René describió que la gente se culpa a sí misma por haber sido irresponsable de “no haber manejado bien” su dinero — si por lo menos hubieran dejado de fumar y gastar menos en comida, o si hubieran decidido no haber reparado su carro — entonces hubieran podido pagar la cuenta de agua.

Nos contó sobre las condiciones horrendas bajo las cuales están viviendo sus vecinos. Sin agua, viven en condiciones insalubres. No pueden vaciar sus inodoros, lavarse, o limpiar sus casas. Aparte del agua, las necesidades más grandes son los desinfectantes de mano, blanqueador y toallitas para bebé. Señaló que sin agua no pueden cocinar ni lavar platos. La gente está consumiendo bocadillos y comida rápida y están empezando a enfermarse.

René nos contó de un hombre que vive en otro vecindario, el área de Brightmore de Detroit. Aun antes del anuncio por el municipio del cierre masivo del agua, ya le habían cortado el agua a este vecindario. Como la comunidad de René, de súbito temprano una mañana, el área de Brightmore se encontró casi completamente sin agua. Seis semanas después de que se quedaron sin agua, este hombre es el único que queda en su calle. Todos los vecinos se han mudado, abandonando sus casas porque no pueden conseguir que les restauren el agua y no pueden vivir sin ella.

René ha organizado su casa como un centro de distribución de agua. Voluntarios de otras partes de la ciudad y de los suburbios traen recipientes de agua y ella y sus niños los distribuyen a los vecinos.

Detroit está rodeado de la Cuenca de los Grandes Lagos la que contiene la quinta parte del agua dulce del mundo. Pero después que se limpia, se oxigena y se purifica, se convierte en una mercancía que solamente a la disposición de quien puede pagarla. Como lo ha dicho Bob Avakian:

Un ejemplo que he citado anteriormente… es la cuestión del “derecho de comer”. O sea, por qué en realidad, en este sistema, no existe ningún “derecho de comer”. Bueno, la gente puede proclamar el “derecho de comer”, pero no existe tal derecho dentro del funcionamiento de este sistema. En realidad no se puede ejercer eso como un derecho, dada la dinámica del capitalismo y la manera en la cual crea desempleo, como últimamente se nos ha demostrado de manera muy dramática. Crea y mantiene empobrecimiento en masa. (En cierta medida, si bien en los países imperialistas existe un nivel importante de pobreza, en cierta medida el nivel de parasitismo ahí lo ha contrarrestado y disfrazado; el imperialismo “se ceba de” la extrema explotación de la gente del tercer mundo en particular, y una parte del “botín” de esta “se filtra” de formas importantes a las capas medias en especial. Pero viendo el mundo en su conjunto, el capitalismo crea y mantiene muchísima pobreza).

Muchísimas personas no pueden encontrar lo suficiente para comer ni pueden comer de una manera que les permite estar sanas — y en general no pueden mantener las condiciones que les permiten estar sanas. Así que hasta en el caso de algo tan básico como “el derecho de comer”, la gente no tiene ese derecho bajo el capitalismo. Si se declarara como un derecho y la gente empezara a ejercerlo yendo a los lugares donde se vende comida como mercancía y diciendo “tenemos un derecho más fundamental que su derecho de distribuir las cosas como mercancías y acumular capital —tenemos el derecho a comer”— y si la gente empezara a llevarse la comida, pues sabemos lo que ocurriría y lo que ha ocurrido cuando la gente lo ha hecho: “saqueadores, mátenlos en la calle”.

Lo BAsico 1:20

 

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