Ferguson y San Luis: Al día siguiente del anuncio del gran jurado: Continúan las protestas decididas en las calles
Larry Everest | 28 de noviembre de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us
25 de
noviembre: El golpe que representa la decisión del gran jurado de permitir
que Darren Wilson, el asesino de Michael Brown, saliera impune, continúa
provocando indignación y protestas en Ferguson y la zona metropolitana de
San Luis en general.
Cerrando la carretera
interestatal
44, centro de San Luis, Misuri.
Alrededor de las 2 de la tarde, de 300 a 400 personas marcharon a la vía de
salida de la elevada carretera interestatal 44 en el mero centro de San
Luis. La policía cerró la autopista en ambas direcciones, y quedó cerrada hasta que los
manifestantes bajaron
marchando 40 minutos después. Luego los manifestantes bloquearon el tránsito
brevemente en el puente Martin Luther King que lleva al Este de San Luis.
La
protesta empezó cerca del mediodía cuando unas 500 ó 600 personas se
reunieron en la plaza Kiener en el corazón del centro de San Luis para
celebrar un mitin y marcha desafiantes, convocados por FergusonAction.com —
#shutitdown. La multitud era diversa pero en su mayoría joven, con una
presencia significativa de jóvenes oprimidos. Había estudiantes de la
Universidad de Misuri en Columbia, la Universidad de Webster, la Universidad
de San Luis, la Universidad Washington y su la Facultad Brown de Trabajo
Social, y otras universidades. Participaron cleros y activistas de clase
media. Conocimos a personas de Arkansas, Michigan y Chicago que habían
viajado a Ferguson-San Luis para protestar contra la decisión de gran
jurado.
El
ambiente rebosaba de calidez... e indignación. La protesta se concentró en
la injusticia del asesinato de Mike Brown y la negativa a acusar al policía
asesino, y no en los llamados malos manifestantes y “saqueadores” que no
dejan de ser el centro de atención de los medios burgueses. Distribuimos
unas 500 copias de la nueva declaración de Carl Dix: “Wilson
sale impune ¡AMÉRIKKKA TIENE QUE PARAR EN SECO! ¡¡¡HAY RESISTENCIA JUSTA Y
USTED TIENE QUE SER PARTE DE ELLA!!!” a un público receptivo. Ampliamente existe un sentido de que la opresión
de los negros tiene profundas raíces y requiere algún tipo de cambio radical
sistémico. Se promocionó ampliamente el “Fin de semana de Viernes Negro: A
boicotear y protestar!”. ¡No se vayan de compras — a protestar!
Durante un
mitin, las personas marcharon al edificio de la Corte Federal principal, y
rompieron a empujones la barricada policial para enfrentarse a los agentes
que custodiaban el edificio. Echaron sangre falsa en la calle. Se escribió
con tiza “¿Por qué se derrama la sangre en nuestras calles?” Corearon: “¡Yo
soy Mike Brown, todos somos Mike Brown! ¡Las vidas negras importan! ¡No se
puede parar la revolución!”
Luego las
personas marcharon a la carretera interestatal.
7 a.m.—Clayton.
Unos cleros y otros se reunieron delante de la oficina de la fiscalía del
condado, que había cerrado para el día, para protestar contra la decisión
del gran jurado de no formular una acusación contra Darren Wilson. Alrededor
de las 7:30 a.m., la multitud guardó silencio durante 4.5 minutos, un minuto
para cada hora en que Michael Brown yacía muerto en la calle. Luego, unas
150 a 200 personas marcharon por el centro de la ciudad. En algún momento,
se tendieron en la calle.
Ferguson, martes por la noche.
Fuimos a la esquina
de Chambers y West Florissant como a las 9:15 p.m. West Florissant es la
calle que conduce a los edificios Canfield Apartments, donde Mike Brown
vivió y fue asesinado, y era la escena de una fuerte resistencia la noche
del anuncio del gran jurado, y antes durante más de 100 días. Esta noche
estaba en vigor el nuevo protocolo policial del estado y ni siquiera era
posible ir por la Florissant más hacia el sur, pues había una barricada de
policías y patrulleros, con más policías y vehículos Humvee de la Guardia
Nacional al otro lado de la calle. Ésta es
una situación horrible para los residentes de la
calle Florissant, como
los que viven en los edificios Canfield Apartments, porque ahora están casi
encerrados dentro del complejo de departamentos, y como muchas tiendas están
cerradas es difícil comprar alimentos.
Pero un
grupo de unas 60 personas, jóvenes negros en su mayoría, se había juntado al
norte de la calle Chambers, frente a la barricada policial. Estaban gritando
contra los policías; su indignación no había amainado. Cinco minutos después
de que llegamos, no sé qué pasó —quizás alguien tiró una botella de agua
hacia la calle— pero la policía respondió inmediatamente por el
altoparlante, declarando que las personas que estaban en la esquina formaban
una “reunión ilegal” y ordenando que se dispersaran inmediatamente. Todos
sabían que era posible una descarga de gas lacrimógeno sin previo aviso, así
que la mayoría empezaba a retirarse. Luego la policía cargó
contra la mediana de la
calle. Dentro de poco, la mayoría había salido, pero era una ilustración de
la actuación policial “más agresiva” del estado... y la manera en que se
está haciendo trizas a los derechos básicos del pueblo. “¡Al carajo la
policía, al carajo la policía!” Eso es lo que muchos jóvenes gritaban.
Acto
seguido, fuimos en carro por la Chambers hacia la Florissant Sur, donde se
ubica la comisaría. Esta vez la Guardia Nacional, vestida con ropa de
camuflaje, vigilaba la pocilga, y muchos policías más ocupaban la calle. Aún
así, una multitud de 250 y tal vez 300 personas estaba delante de la
comisaría. De repente, una marcha se arrancó por la calle hacia la Chambers.
Un grupo dio una vuelta brusca por la derecha en la Church y se dirigió al
ayuntamiento. Antes de que nosotros llegáramos, los demás nos adelantaron
corriendo a toda prisa. Al parecer, se había volcado e incendiado un
patrullero. Unos cinco minutos después, otros patrulleros pasaron ululando a
todo volumen, yendo de la comisaría hacia el ayuntamiento; poco después,
todas esas calles estaban bloqueadas y la policía estaba lanzando gas
lacrimógeno. A pesar de eso, los manifestantes continuaban avanzando y
retrocediendo, eludiendo a la policía, y después montando una movida de
resistencia contra la policía —de un lugar al otro— en una especie de
protesta y resistencia guerrillera. (Esto incluía los automóviles también,
pues las personas subían a sus carros de un salto para escapar del estado,
se reagrupaban, y regresaban, utilizando sus carros como parte de la
protesta, inclusive como plataformas móviles.) Estaban descubriendo las
formas de expresar su furia e indignación, frente a la gran presencia
agresiva de la policía y la Guardia Nacional.
De nuevo,
toda la palabrería de los oficiales, de los alcaldes a los gobernadores al
presidente mismo, acerca de que iban a proteger el derecho de expresión y el
derecho de protestar de las personas, se había desvanecido en el humo de gas
lacrimógeno. Asesinan a las personas, y después ni siquiera permiten que la
gente exprese su indignación totalmente justificada.
Sin
embargo, frente a todo eso las personas estaban descubriendo las formas de
oponer resistencia al sistema que asesinó a Mike Brown y a tantos jóvenes
más, y de contraatacar justamente. ¡Todo eso en menos de una hora esta
noche!
El estire
y afloje entre la gente y el estado continuaba hasta mucho después de la
medianoche. El cotidiano St. Louis
Post Dispatch, en un reportaje a las 12:40 a.m. la mañana de miércoles,
dijo que la policía todavía estaba tratando de dispersar a una muchedumbre
de hasta 500 personas. Se realizaron adicionales protestas en el distrito
Shaw de San Luis, donde un policía había asesinado a Vonderrit Myers Jr. en
octubre, y también en Richmond Heights (cerca de Clayton). Sesenta y ocho
personas fueron arrestadas la noche de martes, de éstas 45 en Ferguson. De
acuerdo al Post Dispatch, los funcionarios del estado habían triplicado la
presencia de la Guardia Nacional a 2.000 soldados, alegando que la
“intensidad de las revueltas” la noche de lunes “habían sobrepasado por
mucho lo que se había previsto ".
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