20 de diciembre: Los desafiantes de Ferguson se unen a la protesta en Cleveland

29 de diciembre de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

De un lector:

Cuarenta personas de Ferguson —junto con otros de Washington, D.C., Akron (Ohio), Misisipí y las universidades cercanas— se unieron a los 150 manifestantes en Cleveland para tomar partido con la familia de Tamir Rice y demandar un fin a los asesinatos por la policía. En noviembre, un policía de Cleveland mató a balazos a Tamir, un joven negro de 12 años de edad que estaba jugando con un arma de juguete.

Los jóvenes de Ferguson llevaban una pancarta enorme de muchos colores que decía “Ferguson está en todas partes” y tenía fotos de varias víctimas de todo Estados Unidos; ese mensaje caracterizó el día, pues por 10 horas se interrumpió la rutina habitual de la ciudad. Desde el comienzo hasta el final, se promovió fuertemente el mensaje de que vamos a realizar protestas hasta que se ponga fin al genocidio de los negros y los latinos, y todos sentíamos el impacto de la alta energía y la actitud militante que los desafiantes de Ferguson contribuían a la escena. Y las autoridades, su brazo ejecutor y los racistas sentían el espíritu de no rajarse que reinaba. De eso no cabe duda. 

La protesta duró 10 horas. Comenzó con un mitin en el parque donde Tamir fue baleado por tener un arma de juguete, luego fuimos a la comisaría del Primer Distrito (la comisaría en la cual trabaja el agente que asesinó a Tamir), y ahí los manifestantes se tomaron del brazo y bloquearon la calle durante casi una hora, coreando: “Tamir no tenía que morir/Nosotros sabemos por qué/Todo el sistema es culpable, carajo” y “Al carajo la policía”. También había una gran pancarta que decía: “¡No más asesinatos policiales/necesitamos la revolución!/revcom.us”. Dos hombres gritaban insultos reaccionarios mientras cada uno metió su camión contra la multitud. El conductor de un camión, al dar marcha atrás, sacó un arma. 

Marchamos a la comisaría, denunciamos el frío asesinato de Tamir e hicimos un simulacro de muerte ahí. Después marchamos por varias cuadras hasta llegar a un cruce muy transitado, el cual bloqueamos. La situación se puso muy intensa pues dos furgonetas empujaron presionándonos y una chocó con una mujer joven de Ferguson, que tuvo que ir al hospital. ¿Y qué hicieron los policías? Simplemente se quedaron mirándolo todo, e incluso cuando el vehículo chocó con la mujer, los policías no arrestaron al hombre responsable. 

Fuimos corriendo por dentro de una tienda Walmart, porque una tienda Walmart cerca de Dayton, Ohio, fue donde la policía había asesinado a John Crawford III por tener una pistola de aire que había seleccionado del estante de la tienda. Unas 50 personas íbamos por los pasillos de la tienda, coreando y llevando pancartas. Unos empleados nos apoyaron con el pulgar y muchas personas que estaban de compras mostraron apoyo a la protesta. Una mujer blanca con sus hijos nos dio una sonrisa de apoyo. En cierto punto, los trabajadores de seguridad de la tienda hicieron que los empleados se pusieran en fila, de modo que ya no podíamos andar por los pasillos. En ese momento, un manifestante pasó a lo largo de la fila, pidiendo que los empleados se unieran a nosotros, y les dijo a los empleados negros: “Éste podría ser su hijo.” Planteamos un verdadero reto, dentro y fuera de Walmart, para unirse a este movimiento para la justicia y poner fin al asesinato policial. Dos empleados dejaron su trabajo para unirse a nosotros. Con consignas y pancartas y nuestra determinación, logramos que algunas personas dejaran de pensar solamente en las compras de Navidad para considerar nuestro llamado a la acción para poner fin al asesinato policial.

Mientras coreamos “La vida de los negros importa”, un cliente en la cola para pagar gritó: “La vida de todos importa.” Una persona de Ferguson respondió: “La vida de todos importa, está bien — pero ahí se trata de una persona que no está saliendo para marchar con nosotros aquí, se trata de una persona que no representa lo que nosotros representamos. Ahora bien, él esta en la cola para pagar, y nosotros estamos gritando una consigna, y él está comprando algo. Así que cuando usted me dice que la vida de todos importa, eso significa que usted debe colocar ese artículo en el mostrador, mirar ese artículo y dejarlo ahí, y salga de este edificio. Porque quiero que todos capten que NOSOTROS importamos, aunque alguien le de una mirada mala… si usted mira por alrededor, tenemos aquí a personas de diferentes colores, yo creo que ¡todos somos humanos, creo que todos somos personas, todos representamos algo!”

Más tarde en la plaza Public Square (el mero centro de la ciudad) unas personas hicieron denuncias. Un vendedor de Revolución señaló que todo el sistema es ilegítimo, desde la encarcelación en masa hasta la destrucción del medio ambiente, y la revolución es la única solución. Una mujer, cuyo hijo fue asesinado por la policía, dijo que fue inspirada por la determinación de la marcha, y que éste era uno de los mejores días que había experimentado.

Fuimos a Tower City para trastornar las compras en ese lujoso centro comercial, pero la policía cerró el edificio y no dejó que nadie entrara ni saliera hasta que la protesta se fuera a otra parte. Hasta mantuvieron a un manifestante dentro del edifico por casi una hora. Después marchamos por el centro de la ciudad, trastornando y bloqueando el tránsito en el distrito teatral, inclusive con un simulacro de muerte, y eso captó la atención del público. Después de un descanso para comer, fuimos marchando por un multifamiliar, donde unas personas respondieron al llamado “¡Salgan de sus casas y únanse a nosotros en la calle!”, haciendo exactamente eso.  Varias personas se unieron a la marcha y algunas consiguieron copias del periódico Revolución. Una persona nos dijo que la gente de los multifamiliares siente muy aislada y rodeada y quiere ser parte de un movimiento para poner fin a los abusos que sufre a diario de parte de la policía de vivienda y la policía municipal. 

A lo largo del día, la policía estaba ahí para encerrarnos y bloquearnos para que no entráramos a la interestatal (como habíamos hecho hace unas semanas) ni a Tower City. Al comienzo del día, el jefe de policías le dijo a Tavon, el hermano de Tamir, de 16 años de edad, que la policía estaba ahí para mantener “seguros” a todos. Qué ultraje que el jefe de los puercos policías, Calvin Williams, le dijera eso cuando el hermano de Tavon fue baleado en un parque donde juegan los jóvenes. En realidad el parque ya no era seguro cuando los policías se le acercaron en su patrullero y uno baleó a Tamir a quemarropa en menos de dos segundos. ¿A quiénes están protegiendo? Seguro que no a los jóvenes negros y latinos.

A pesar de toda su palabrería acerca de “proteger” al pueblo, sabemos por los hechos que, como dijo Bob Avakian (Lo BAsico 1:24): "El papel de la policía no es de servir y proteger a la gente, es para servir y proteger el sistema que gobierna sobre la gente. De reforzar las relaciones de explotación y opresión, las condiciones de pobreza, miseria y degradación que el sistema ha impuesto sobre la gente y está determinado a mantenerla allí. La ley y el orden que representa la policía con toda su brutalidad y asesinato es la ley y el orden que refuerza toda esta opresión y locura".

A lo largo del día, los desafiantes de Ferguson prendían a la muchedumbre: que nuestro lado tiene la razón y vamos a establecer los términos, o sea, que vamos a poner fin al genocidio de los negros y los latinos, y no simplemente hacer que nuestras voces se escuchen. Los desafiantes ayudaron a añadir la revolución a la mezcla de ideas. Las consignas como “No se puede parar la revolución” y “¿Cuál es la solución? ¡¡La revolución!!” resonaban clara y rotundamente durante el día. Se portaron muchos afiches de revcom.us, como "Organícense para una revolución concreta". Se distribuyeron varias veintenas de copias del periódico Revolución y también invitaciones a la Cena de celebración de BA en Todas Partes el domingo.

Como me dijo una persona que participó en la marcha durante todo el día: “Sentí la determinación del pueblo tan indignado y tanto queriendo conseguir justicia. Parecía que esto no es el fin, sino el comienzo”.

 

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