Informe sobre la protesta contra el asesinato policial de Antonio Zambrano-Montes

¡A paralizar Pasco!

2 de marzo de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Un(a) lector(a)

Un grupo de revolucionarios, juntos con familiares que perdieron a seres queridos por el asesinato policial, viajaron a Pasco, Washington, para un mitin el 21 de febrero contra el asesinato policial de Antonio Zambrano-Montes.

Antonio, de 35 años, era originario de Michoacán, México, y trabajaba en las huertas en esta zona suroriental del estado de Washington. El 10 de febrero, tres policías persiguieron a Antonio, que no traía ninguna arma — cuando él se detuvo, se giró y medio alzó las manos, los tres lo acribillaron en una ráfaga de balas.

La gente se lanzó a la calle inmediatamente tras el asesinato, y han hecho mítines y protestas cada fin de semana. También hay presencia todos los días fuera del palacio municipal de Pasco, organizada por Ocupar de Tri-Cities (Tri-Cities incluye Kennewick y Richland además de Pasco). Un hombre en uno de esos mítines dijo: “Cuando tres policías hacen lo mismo, es obvio que ¡los entrenaron a hacerlo!”

Protesta en Pasco, Washington por el asesinato policial de Antonio. Vídeo en español e inglés.

Las personas nos dieron una bienvenida cálida — nos albergaron en sus casas y apreciaron que hubiéramos viajado tan lejos y que les ayudáramos a no sentir tan aisladas y solas. Pasco es una comunidad agrícola de casi 70.000 personas. La mayoría de la población es latina, y muchos trabajan casi todos los días, son explotados muy duramente y obligados a trabajar tan intensamente que frecuentemente quedan lastimados. Oímos historias de inmigrantes que fueron amenazados con ser despedidos si reportaran lesiones, mientras compañeros de trabajo blancos recibieron un tratamiento médico muy diferente por las mismas lesiones. Una joven mujer que conocimos tiene dos trabajos, trabaja todos los días y estudia la secundaria en línea.

La tía de Antonio dijo que éste era muy trabajador, que había sufrido un accidente en el trabajo en que resultaron fracturados los dos brazos, y le tuvieron que meter tornillos en los brazos. Antes ganaba como $800 a la semana pero después del accidente, la compañía le daba $80 al mes. En el vídeo de su asesinato, se puede ver que sólo puede alzar las manos un poco. La gente nos dijo una y otra vez que la policía podía haber manejado esta situación sin matar a Antonio.

La policía a diario hostiga a mucha gente, que incluye a los jóvenes. Muchos dicen que la policía les para el carro sin ningún motivo en absoluto. En los Tri-Cities hay una pequeña extensión de la Universidad Estatal de Washington, pero la mayoría de los jóvenes ahí no tienen planes para estudiar en colegio o universidad. Su futuro es trabajar en el campo o en las plantas de procesamiento de alimentos.

Oímos historias de que la policía les apunta el arma a personas que simplemente están sentadas en el carro o están ayudando a personas discapacitadas en el trabajo. Algunas personas dicen que la policía es “de gatillo fácil”.

Una mujer nos dijo que al estar ella esposada en el asiento de atrás de la patrulla, un policía le echó gas Mace directamente a la cara. En otra ocasión, “[Un agente] me agarró por la vagina”. Dijo: “Tenemos que ponernos de pie, nada va a cambiar sin ponernos de pie, nada”. Trabaja en una planta de procesamiento de alimentos cortando el nudo y el tallo de cebollas todo el día: “Todos que trabajan ahí o están bajo un régimen de semi-libertad, o son inmigrantes o son viejos y nadie más quiere darles empleo. Les pagan 10.25 la hora. Una vez la alcantarilla se atascó, subieron las aguas negras, y nos dijeron que todo estaba bien, que siguiéramos trabajando. No nos permiten tomar el descanso a la hora correcta. Me duele la garganta, me duele la espalda”. Les dice a las personas que se pongan de pie y se expresen contra la brutalidad policial, pero dice que tienen miedo, especialmente de la deportación.

Una muchacha, cuyo padre fue deportado, dijo que en un mitin del Primero de Mayo, la policía amenazó con deportar a las personas si no dejaran de marchar, y trajo enormes autobuses policiales. Dijo que su papá recibió un trato horrible en un centro de detención migratoria, donde sólo les dieron de comer pan rancio dos veces al día, y que le dijo que tiraron bala a dos inmigrantes por tratar de meter comida.

Eso da un vistazo de lo que viven las personas en esta zona. Sienten amplia y profundamente que lo que le pasó a Antonio le puede pasar a cualquiera — que pudo haberles pasado a sus padres, sus hijos, sus hermanos y hermanas. A la luz de eso, es muy importante que un sector del pueblo, principalmente los jóvenes, hayan superado el miedo y hayan empezado a expresarse, a manifestarse, a bloquear calles e incluso a bloquear un puente importante. Rechazan aguantarlo un día más, y esa actitud empieza a conectarse con el llamamiento a paralizarlo todo el 14 de abril, que ya hace algo de ruido en el pueblo. Una persona dijo que tenemos que parar las actividades de costumbre, paralizar la ciudad entera, y que ellos son una parte importante de esta economía. También dijo que las cámaras corporales para los policías no ayudan para nada.

Nos cuentan que la policía regala calcomanías a los niños en las escuelas, pero los niños ya las rechazan, porque no confían en la policía. Un universitario que acudió desde un pueblo vecino dijo: “El sistema se basa en la opresión de nosotros, los negros y latinos. Sin oprimirnos, su sistema no funciona”.

Las personas expresaron su indignación en un mitin el sábado 21 de febrero. Los asistentes apreciaron mucho cuando se leyó una declaración del Tío Bobby, cuyo sobrino Oscar Grant fue asesinado por un policía de tránsito en 2009 en Oakland, California. Una mujer cargaba un cartelón con una foto ampliada de su esposo, al que lo mató la policía de Pasco, y a su lado traía a sus cuatro huérfanos de padre.

Joey Johnson (JJ), activista de la Red Parar la Encarcelación en Masa y revolucionario de larga trayectoria, habló de por qué él y un equipo de personas viajaron a Pasco desde Oakland para tomar partido con el pueblo. Dijo que millones de personas por todo el mundo han visto el vídeo del atroz asesinato de Antonio Zambrano-Montes por la policía de Pasco — de que era claro que Antonio no estaba racional y necesitaba tratamiento médico mental, pero en vez de dárselo, el sistema le mandó sus asesinos. Que ¡TRES policías sacaron las pistolas y llenaron su cuerpo de balas! JJ habló de la encrucijada en que se encuentra el movimiento contra el asesinato policial, de que el sistema trabaja para calificar de “¡fuera de lugar!” al levantamiento popular por todo Estados Unidos durante el otoño e invierno de 2014, y de meter el genio de la resistencia popular en la botella de nuevo. Explicó la importancia del 14 de abril para reconquistar la iniciativa e interrumpir la rutina normal del asesinato policial. También habló de que necesitamos la revolución para concretamente sacar de raíz toda esa locura y generar una nueva sociedad, donde el asesinato policial y todos otros ultrajes de este sistema queden en el pasado.

En la marcha después del mitin, pasamos por los barrios y llamamos a los residentes a salir de sus casas y tomar las calles. Los manifestantes hicieron simulacros de muerte en diferentes intersecciones. Al atardecer, salieron los jóvenes, entre ellos niños en bicicletas y patinetas, y nos dirigimos al puente grande, sus torres blancas resplandecientes en la puesta de sol. Coreábamos a todo pulmón al entrar marchando en el puente de suspensión grande que cruza el Río Columbia y conecta Pasco con Kennewick.

Estábamos coreando: “¿Qué queremos? ¡¡Justicia!! ¿Cuándo? ¡¡Ahora!!" "Antonio no tuvo que morir, todos sabemos la razón, ¡todo el sistema es culpable!” “¡Acusen, condenen, apresen a los policías asesinos! ¡Todo el maldito sistema es culpable, carajo! ¿Cuál es el problema? ¡El sistema, el sistema! ¿Cuál es la solución? ¡Revolución! ¡Revolución!"

También coreamos unas hermosas consignas que echan a volar la imaginación sobre el 14 de abril: “Pasco, ¡a paralizarlo! Seattle, ¡a paralizarlo! Los Ángeles, ¡a paralizarlo! Centros de detención, ¡a paralizarlos!” En el puente marcharon personas de todas las edades, hasta familias enteras con dos o tres niñitos con sus padres. Escuincles con sus cartelones. Hubo banderas largas de Vidas Robadas y muchas banderitas de la Unión de Campesinos (United Farm Workers Union). También asistieron unos blancos muy buena onda que odian la forma en que los negros y latinos son tratados. Nuevos líderes desde las bases se estaban formando en el acto para organizar y dirigir la situación. La marcha era algo muy, muy audaz, y obviamente sacó ímpetu e inspiración del brote de resistencia durante el otoño e invierno en el resto de Estados Unidos. Llevar la marcha al puente reflejó y desencadenó el espíritu e imaginación de la juventud.

Durante ese día unas personas que pasaban dijeron unas necedades racistas, y en una ocasión los policías trataron de joder a los revolucionarios por corear en una esquina antes de la marcha, pero en general la policía mantenía una actitud pasiva hacia la marcha. Quiere darle carpetazo a toda esta situación, y hay cierto sentido, que posiblemente surja del gobierno nacional y la dirección delegacional, de que duras represalias sólo atraerán más atención al problema.

La cuestión de hasta dónde llegará todo eso aún se plantea y se debate. ¿Quedará la indignación popular reprimida o desperdiciada en alguna reforma sin salida? ¿O se organizará la gente para ponerse de pie el 14 de abril para parar las actividades de costumbre, y se sumarán muchas más personas al movimiento para la revolución que sea capaz de terminar concretamente el asesinato policial y todas las horribles condiciones que viven las personas en Estados Unidos y por todo el mundo?

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