El Estado de Arkansas prohíbe la igualdad para la gente LGTB

2 de marzo de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

 

23 de febrero de 2015. La semana pasada, un proyecto de ley fue aprobado en Arkansas, la "Ley de Fomento del Comercio Intraestatal", que en efecto impide la aprobación de leyes contra la discriminación en ese estado que protegen los derechos de las personas gay. ("Arkansas wants to attract businesses by allowing them to discriminate against gay people” [Arkansas quiere atraer a empresas al permitir que discriminen a las personas gay], Washington Post, 17 de febrero de 2015). Si bien el proyecto de ley hace unas maromas jurídicas a fin de evitar decir lo que en efecto es su contenido (sus partidarios afirman que se trata de atraer a las empresas y mantener la compatibilidad de las leyes de Arkansas entre los diferentes condados), lo que ahora se aplica es una medida preventiva para asegurarse de que no se pueda garantizar los derechos básicos para las personas gay. De hecho, se presentó el proyecto de ley cuando algunas personas en la ciudad de Fayetteville trabajaron para que se aprobara una ordenanza de derechos para la gente gay. Esa ordenanza fue anulada en diciembre de 2014 en una reñida votación que incluyó una gran movilización de parte de los fascistas cristianos y el decano del campus de la Universidad de Arkansas que suspendió los autobuses que facilitaban el que los estudiantes acudieran a las urnas para votar.

Esta ley es a la vez totalmente inaceptable y muy reveladora.

De hecho, en 2015, sólo un pequeño número de estados aún tienen leyes contra la discriminación que protegen los derechos de las personas gay, transgéneras o de personas no conformes con el género. En 2015, se han ampliado entre muchas personas el reconocimiento y la aceptación de la existencia de las personas gay y otros que no se ajustan a las tradiciones arcaicas de género, y se ha luchado por todo ello mediante una decidida resistencia como Stonewall, ACT UP y el Orgullo Gay. Sin embargo, en 2015, todavía es perfectamente legal en vastas regiones de este Estados Unidos de la llamada "igualdad de derechos" que se despida a una persona de su trabajo, expulse a una persona de una tienda, desaloje a alguien de su casa o apartamento o prive a una persona del derecho a ser tutor legal de sus propios hijos, simplemente porque no se ajusta a los roles de género rígidos que dicta este sistema patriarcal.

Esto se debe a que en 2015, pese a mucha lucha y algunos cambios, todavía vivimos bajo un sistema que tiene al patriarcado empotrado en cada una de sus funciones, y en el que se vienen resucitando los represores "valores familiares tradicionales" que durante tantísimo tiempo han dictado que las mujeres son propiedad y que definen la "hombría" como la crueldad, la dominación y la agresión. En todo Estados Unidos, el derecho de las mujeres al aborto está bajo un embate sin precedentes: las clínicas se cierran a un ritmo récord, se adoptan prohibiciones para puntos más y más tempranos del embarazo. Se han integrado en la cultura general una industria multimillonaria de la pornografía cada vez más degradante que promueve la violación, la violencia y la humillación de las mujeres por los hombres como una forma legítima de actividad sexual.

Mediante la expansión mundial de este sistema capitalista imperialista y la resistencia de las personas a la opresión, en varios sentidos el mundo ha cambiado. Las tradiciones represivas del patriarcado a la vez son objeto de desafíos y de reafirmaciones violentas: las mujeres que quieren tomar sus propias decisiones sobre su futuro y quieren ser algo más que una madre, una esposa o un objeto sexual; los hombres que se salen de su rol prescrito como "guardianes" de las mujeres y promotores de necedades machistas; y cualquier persona de cualquier género que no "encaja" en la receta patriarcal de dominación, sumisión y procreación no tienen cabida ni derechos en esta llamada "tierra de la libertad". Esta contradicción se agudiza en el Sur estadounidense en particular, en el que un creciente número de personas gay y de personas no conformes con el género exigen sus derechos, y el Estado de Arkansas, junto con otros estados que vienen adoptando una agenda de la Edad de las Tinieblas, maniobran para conservar un nivel de deshumanización de lo que es la "normalidad", y para seguir contribuyendo a un clima de odio y opresión para los que se atreven a amar fuera de los anticuados mandatos bíblicos textuales y de otra índole.

El mismo sistema que no puede prometer un futuro para los jóvenes o ni siquiera un puesto de trabajo, sino que criminaliza, mata a balazos y apresa a millones de negros y morenos, un sistema que fomenta separaciones entre seres queridos y destroza la vida mediante la deportación de los inmigrantes a la vez que los explota en masa, un sistema que no se preocupa para nada por el futuro del planeta, pero sólo por sus ganancias, un sistema que fomenta un ambiente general de odio hacia las personas LGBT y les priva de derechos básicos, puede decir lo que quiera sobre la "igualdad", pero he aquí la verdad: Éste es un sistema del pasado, un sistema que se define por las divisiones innecesarias de personas entre amos y esclavos, entre seres humanos y subhumanos. Lo que se necesita en este momento es mucho más resistencia resuelta tal como la que ganó cualquier reconocimiento a las personas LGBT en el comienzo y a largo plazo, como se dijo en el periódico Revolución #310, 14 de julio de 2013 en el artículo "Decisiones hitos sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo… La lucha tiene que continuar”: “Lo que demuestran… la verdadera historia de la gente LGBT en esta sociedad y en lo más fundamental la verdadera naturaleza de este sistema es que nos hace falta una revolución y un sistema socialista radicalmente nuevo y diferente como parte de una transición a un mundo comunista. Contamos con la oportunidad de ser parte de una revolución para deshacernos de TODA opresión e injusticia. ¿Quién quisiera contentarse con menos?”

 

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