Realidades genocidas

 

Los horrores de la encarcelación en masa

16 de marzo de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Artwork: Mass Incarceration + Silence = Genocide

Encarcelación en masa + Silencio = Genocidio

2.4 millones de prisioneros

Crédito: Obra de arte especial para Revolución del prisionero Larry James DeRossett

 

Palizas mortíferas en Attica

Al cierre de esta edición (1º de marzo de 2015), el título superior en la primera plana del New York Times es “Una paliza brutal despierta fantasmas de Attica”. El 9 de agosto 2011, tres guardias y un sargento en la Correccional Attica golpearon a George Williams hasta que no pudo mantenerse de pie. Lo esposaron y lo empujaron por un tramo de escaleras. El guardia a cargo de la Unidad Especial de Vivienda (SHU), donde luego llevaron a Williams, dijo: “No podemos traerlo aquí viéndose de esta forma”. (El énfasis es nuestro.)

Williams terminó en un hospital en Búfalo, a 80 k de distancia, después de haber sido llevado a la enfermería de la prisión, y luego a un hospital local. Su hombro estaba roto, al igual que las dos piernas y el hueso que rodea uno de sus ojos. Varias de sus costillas estaban fracturadas. Los médicos tuvieron que alinear una de sus piernas, usando una placa de metal y seis tornillos.

El 2 de marzo, el sargento y dos de los guardias irán a juicio por asalto en primer grado, la presentación de informes falsos, y manipulación de pruebas. Las autoridades estatales le dijeron al Times que ésta es la primera vez  que “cargos criminales se habían presentado contra funcionarios de prisiones por  un asalto no sexual de un preso”. Un prisionero dijo, y muchos otros estuvieron de acuerdo: “¿Lo que hicieron? ¿La forma en que brincaron encima de ese tipo? Eso era normal. Sucede todo el tiempo”.

Attica Correctional Facility es el nombre oficial de la prisión estatal de Attica, en Nueva York. El ochenta por ciento de los presos de Attica son negros o latinos. Casi todos los guardias son blancos. Attica se hizo conocida en todo el mundo cuando, en el otoño del 1971, 1.200 presos se levantaron y tomaron el control de la mitad de la prisión. Lea el artículo en Revolución el 11 de septiembre de 2011, “Aniversario 40 de la rebelión de la prisión Attica: ‘No somos bestias y no queremos ser golpeados o arriados como tal’”.

La brutalidad, la indignidad y la inhumanidad contra cuales los hermanos en Attica se rebelaron continúan allí y en todas las demás prisiones y cárceles en los Estados Unidos. El artículo del Times habla sobre “agentes policiales corruptos” protegidos por su sindicato y sobre una serie de personas, incluyendo a un ex jefe de correcciones del estado, diciendo que Attica debe cerrarse. Pero lea con atención. La prisión estatal de Attica en sí, las prisiones y cárceles en general, la brutalidad de los guardias son partes esenciales del poder estatal burgués, herramientas para reforzar al sistema capitalista imperialista.

(Las citas vienen del artículo “A Brutal Beating Wakes Attica’s Ghosts” (Una paliza brutal despierta fantasmas de Attica), New York Times, 28 de febrero de 2015 [versión impresa, 1º de marzo de 2015].)

Asalto y asesinato por guardias en la cárcel de Rikers Island de Nueva York

En septiembre de 2014, cuatro guardias golpearon a José Guadalupe  dejándolo inconsciente en su celda de la cárcel de Rikers Island, el principal complejo carcelario de la ciudad de Nueva York. Guadalupe tuvo una conmoción cerebral tan severa que después de que fue devuelto del hospital a Rikers, pasó las siguientes tres semanas en una silla de ruedas.

En octubre de 2014, guardias de Rikers esposaron a Pernell Griffin y le cayeron a puñetazos en la cara, rompiéndole la mandíbula tan severamente que tuvo dos cirugías, incluyendo un trasplante de médula que duró nueve horas, para repararlo. Autoridades de Rikers pusieron a Griffin en una celda de aislamiento, dos días después de la cirugía.

La misma semana en octubre, siete guardias le rompieron el brazo izquierdo a Rauf Yearde cuando le halaron hacia atrás de las manos que estaban esposadas.

Rikers Island es un complejo carcelario de 162 hectáreas en la ciudad de Nueva York. Alberga alrededor de 11.000 prisioneros, por lo menos el 90 por ciento de los cuales son negros y latinos. La gran mayoría, el 85 por ciento de los presos, están allí en espera de juicio — no han sido declarados culpables de nada.

Once veces al día, en promedio, los guardias de Rikers Island rocían con spray de pimienta o golpeaban a los presos. Según los datos reportados por el Departamento de Correccionales de la Ciudad de Nueva York, hubo 4.074 casos en los que los guardias utilizaron fuerza física contra los presos durante 2014. Esto es más alto que en cualquier otro año en los últimos 10 años a pesar de que el promedio diario de la población en Rikers Island  ha bajado de 14.000 a 10.000 en la misma década. Los estudios realizados por el New York Times y otros han encontrado encubrimientos generalizados de asaltos a los prisioneros por las autoridades, lo que significa que, de hecho, hubo muchas más golpizas que los 4.074 reportados. (“Even as Many Eyes Watch, Brutality at Rikers Island Persists” (A pesar de que muchos ojos miran, la brutalidad de la Isla Rikers persiste), New York Times, 21 de febrero de 2015.

El New York Times investigó 62 de las palizas y encontró que el 70 por ciento resultaron en lesiones en la cabeza y que más de la mitad de los internos sufrieron fracturas de huesos. En algunos episodios, guardias rompieron huesos de la mano y de los dedos mientras infligían lesiones sobre la cabeza de los prisioneros.

Aparte de las palizas, hay muertes, muchas por el descuido deliberado a los presos con enfermedades mentales. Algunos de ellos fueron:

  • En febrero de 2014, la policía detuvo a Jerome Murdough por entrar sin autorización. Lo pusieron en una celda en Rikers, donde la siguiente semana, la temperatura se elevó a 38.3ºC, lo que horneó a Murdough hasta que muriera.
  • Víctor Woods desangró hasta morir en Rikers en octubre de 2014, mientras que un guardia se posaba sobre él tomando café.
  • Bradley Ballard murió de sepsis en Rikers en 2013. Estaba en aislamiento solitario y se le había negado la atención médica y psiquiátrica.

Asesinados por insolación en las prisiones del Estado de Texas

Por lo menos 14 presos han muerto a causa de la exposición al calor extremo en las cárceles del Estado de Texas desde 2007. A pesar de que algunas áreas de las prisiones estatales de Texas tienen aire acondicionado, a los reclusos casi nunca se les permiten entrar. Al contrario, los prisioneros se cocinan a temperaturas de 32+ o 37+ grados centígrados en los veranos sofocantes de Texas. La temperatura de las prisiones de Texas frecuentemente ha registrado un índice de calor de más de 37 grados C a las 8:30 de la mañana. La exposición al calor extremo se considera “un castigo cruel e inusitado” según las normas internacionales de derechos humanos y el derecho constitucional estadounidense. (Ver “Deadly Heat in Texas Prisons” (El calor mortífero en las prisiones de Texas), informe de abril de 2014 de la Clínica de Derechos Humanos de la Universidad de Texas, Escuela de Derecho.)

Si bien hay aire acondicionado en las oficinas y armerías, casi no hay aire acondicionado en las áreas donde viven los presos. El Departamento de Justicia Criminal de Texas (TDCJ) dice que no puede costear la instalación de aire condicionado en sus prisiones, según “El calor mortífero en las prisiones de Texas”, que albergan a unos 150.000 presos, el 69 por ciento de los cuales son negros o latinos. Al parecer de las autoridades penitenciarias, los cerdos —el animal de cuatro patas— merece más trato humanitario que se les da a los seres humanos en la cárcel: En 2014, TDCJ se suscribió un contrato de $750.000 para el control del clima del área donde se lleva a cabo su programa de cría de cerdos. El TDJC entrena a los empleados en manejar factores de riesgo y admite que el riesgo de insolación puede comenzar a los 33 grados C de temperatura. Su circular sobre gestión de riesgos hasta ofrece consejos sobre cómo proteger del calor extremo a las mascotas. No hay medidas de protección contra el calor extremo a la disposición de los presos.

Las personas mayores y aquellos que reciben medicamentos para condiciones psiquiátricas e hipertensión son especialmente vulnerables al calor extremo, pero no hay consideración para esos presos.

El calor extremo en las prisiones de Texas causó la muerte de  Douglas Hudson en julio de 2011, Kenneth James en agosto de 2011 y Robert Allen Webb, también en agosto de 2011. Cuando Rodney Adams murió de insolación un día después de que llegó a una prisión de Texas en agosto de 2012, su temperatura interna era de 43.3ºC. Larry Gene McCollum murió de insolación en julio de 2011, un mes después de llegar a una cárcel  estatal de Texas. Cuando llegó por primera vez, los guardias lo habían saludado con “Bienvenido al infierno”. (Ver “Inmate Families Sue Over Heat-Related Prison Deaths” (Familias de reclusos presentan demanda por muertes relacionadas a insolación en la prisión), Texas Tribune, 14 de junio de 2013.)

37½ años en aislamiento por postear en Facebook en una prisión de Carolina del Sur

En Carolina del Sur, donde el 65 por ciento de las personas encerradas en las prisiones estatales son negras, algunos presos han sido condenados a años en régimen de aislamiento por haber posteado en Facebook u otros lugares de las redes sociales o porque sus familiares o amigos lo han posteado en su nombre.

La Fundación Libertad Electrónica (EFF) encontró que: “Desde que se implementó la política [en 2012], el SCDC [el Departamento de Correccionales de Carolina del Sur] ha presentado 432 casos disciplinarios contra 397 reclusos, de los cuales más de 40 reclusos han recibido más de dos años en confinamiento solitario”. Las prisiones de Carolina del Sur han condenado a 16 prisioneros a más de 10 años en” detención disciplinaria”. Un hombre lleva 37½ años en aislamiento por haber posteado 38 veces en Facebook, otro recibió 34½ años por postear 35 veces y un tercero, casi 27 años por postear 25 veces. Cada una de estas personas perdieron el derecho de poder hacer llamadas telefónicas, visitas y privilegios de tienda y perdieron el poder de acumular “crédito por plazo cumplido” (días por buen comportamiento que pueden disminuir el tiempo dedicado a estar encerrado).

Va más allá que Facebook. El informe del EFF dice: “La política también es increíblemente amplia; se puede aplicar por cualquier razón que un preso le pida a alguien afuera que acceda al Internet para sí mismo, tales como hacer que un miembro de la familia maneje sus asuntos financieros en línea, trabajar con activistas para organizar una campaña de defensa jurídica en línea, enviar cartas a los sitios de noticias en línea o simplemente mantenerse en contacto con familiares y amigos para crear el apoyo de la comunidad que es crucial para reintegrarse a la sociedad”.

Y no solamente ocurre en Carolina del Sur. En Nuevo México los familiares de un preso accedieron a Facebook en su nombre. Él recibió 90 días en aislamiento solitario. Alabama tiene una nueva ley que estipula que es un delito menor postear en el Internet a nombre de un prisionero. (Vea “Hundreds of South Carolina Inmates Sent to Solitary Confinement Over Facebook” (Cientos de reclusos en Carolina del Sur enviados a confinamiento solitario a causa de Facebook), por la Electronic Frontier Foundation, 12 de febrero de 2015.)

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