A nivel mundial
El suicidio es la primera causa de muerte de mujeres de 15 a 19 años
16 de junio de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us
De un(a) lector(a)
De vez en cuando tomo clases de formación continuada en línea como parte de mantener mis licencias médicas. Estuve cursando una clase medio somnámbula cuando una frase particular despertó bien mi atención. “A nivel mundial... para muchachas de las edades de 15 a 19 años, [el suicidio] es la primera causa de muerte”.
Para leer este folleto: Una declaración: Por la liberación de la mujer y por la emancipación de toda la humanidad, haga clic aquí.
Imagínense el dolor, la degradación, la angustia y la violencia contra las mujeres que concentran solamente en este dato escueto. Imagínense las muchachas cuya desesperación y desesperanza de escaparse de la violencia y degradación descargadas sobre ellas les llevan a quitarse la propia vida. Figúrense en un sistema global de explotación, opresión y dominación del hombre a la mujer que abarca y amplia este sufrimiento, un sistema que tiene tentáculos en cada país del planeta.
A ver si cualquier persona pueda concebir una razón por tolerar un momento más la existencia de semejante sistema. Nadie que cuente con un sentido de decencia mínima debe tolerar condiciones de tanta desesperanza para tantas muchachas a nivel mundial.
La vida de Ashley Billasano, de 18 años, en Texas, era una pesadilla de abuso sexual, violación y prostitución forzada. Denunció el violador ante un maestro de su escuela y la policía. El día antes de su muerte posteó más de 144 tuits que describieron sus sufrimientos, a manos del violador y también de las autoridades que no le creyeron. Una amiga de ella dijo, “la policía y CPS [Servicios de Protección de Niños] se portaron como si fuera una cosa nada. Ella dijo que parecía que no quisieron creerle. Pues, el seguir viviendo mientras alguien le hacía daño, mientras nadie hacía nada para defenderla — a ver, ¿no te volvería loco? Que las personas que debían de ayudarte no te hacen caso. Era una locura. Ella contaba con mi apoyo y el de mi novio y su mamá de ella, pero no se le hizo justicia”.
Moldova es uno de los países más pobre en Europa Oriental. También es una de las principales fuentes de la “trata de personas” en el mundo. Miles de mujeres han sido secuestradas y vendidas para la prostitución en Europa Occidental y el Medio Oriente. Una muchacha que se llama Ángela dijo a un reportero: “Yo no quería trabajar como prostituta. Me puse a llorar y dije que quería regresar a casa, que no quería trabajar. Me dijeron, ‘Si no trabajas, terminarás muerta y enterrada en la arena del desierto’. Me dio miedo, y fui con ellos. Desde las 9 de la noche a las 3 de la mañana, tuvimos que trabajar en una discoteca. Todo el día, nos encerraron en una casa. Si no teníamos suficientes clientes, nos pegaban y nos echaban llave hasta las 9. Cuando yo no quería trabajar, me tenían bajo llave durante una semana y me golpeaban. Tenía bien mucho miedo, y traté de tomar pastillas para que me sacaran de la casa [a un hospital]. Pero simplemente me vendieron en otra ciudad”. Ángela sobrevivió esa pesadilla — pero muchas otras jóvenes de Moldova no.
En el campo de China, Liu Xiufang bebió pesticida para escaparse del abuso constante de su esposo y su suegra. La maltrataron porque dio a luz a dos hembras pero ningún varón. El esposo la asaltó cuando ella trató de usar contraceptivos. Luego casi la mata cuando tuvo una tercer niña. Poco más de tres meses más tarde, Liu Xiufang ingirió el veneno que le terminó la vida. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2009, alrededor de 500 mujeres se suicidaron a diario en China en 2009, la mayoría campesinas que bebieron pesticida.
¡Esta pesadilla es intolerable! ¡Un sistema que no tiene ningún futuro para decenas de millones de mujeres jóvenes es completamente anticuado! ¡Un sistema que tiene tan aterrorizadas a las masas de mujeres que se ven obligadas a matarse para no continuar con el horror de sus vidas ha perdido toda legitimidad!
Violencia arraigada
Otro informe que publicó la OMS el año pasado dice que el suicidio representa el 71 por ciento de las muertes violentas de mujeres a nivel global. Estos datos son difíciles de cuantificar con exactitud, por varias razones. Como reconoce el informe de la OMA, “es muy probable [el suicidio] sea subreportado”.
La opresión violenta y arraigada de la mujer y la negación de sus derechos más básicos como plenos seres humanos antedatan el capitalismo. Es arraigada en las culturas que abarcan el planeta. Se expresa en muchos idiomas. La justifican creencias religiosas y costumbres sociales. La consagra y la codifica la ley. Y se ha fortalecido y se ha ampliado hasta dimensiones monstruosas en una época en que el mundo entero se ha globalizado y se ha transformado por el marco mayor de la dominación del sistema capitalista.
El sistema ha cambiado e incorporado algunas de las formas que oprimen a la mujer a nivel mundial de forma tan horrorosa. Pero no ha cambiado esa opresión y no puede hacerlo. De hecho, la perpetúa y la ha intensificado.
Bob Avakian ha tratado esta cuestión profundamente. En su discurso Habla BA: ¡REVOLUCIÓN — NADA MENOS! (en inglés), dijo:
...la división de la sociedad en amos y esclavos, en diferentes clases, se desarrolló junto con la opresión de la mujer. Estas divisiones se entrelazaron muy estrechamente en su desarrollo histórico y han continuado así durante el curso de la historia desde ese entonces, mediante diferentes tipos de sociedades. Hoy podemos ver las muchas maneras en que el funcionamiento de este sistema capitalista imperialista sigue cebándose de la opresión de la mujer — no solamente en un país particular sino a escala mundial. Aparte de que la opresión de la mujer en el tráfico sexual, la prostitución y la pornografía es sumamente lucrativa, como he señalado, generando muchos miles de millones de dólares, pero el atraso impuesto y mantenido por el funcionamiento y el poderío militar de los países imperialistas en todo el tercer mundo crea una situación en que muchas mujeres están marginadas, desesperadas y altamente vulnerables a la explotación en esa vasta red de talleres de superexplotación que es parte de los cimientos del capital imperialista en el mundo actual.
Pero sí hay una salida, y es la revolución, una revolución concreta, que derrumbe las instituciones de la opresión, que saque de raíz las condiciones económicas en que se arraigan, que transforme las relaciones sociales que fortalecen dichas condiciones, y que revolucione el modo de pensar de la gente. Más que nada eso significa romper el control sofocante del capitalismo imperialismo sobre el mundo.
El mundo necesita urgentemente la más radical de las revoluciones. Tal revolución es posible, y Bob Avakian ha desarrollado una nueva síntesis del comunismo que provee la arquitectura y el método para hacer esa revolución.
¡A ROMPER LAS CADENAS! ¡DESENCADENAR LA FURIA DE LA MUJER COMO UNA FUERZA PODEROSA PARA LA REVOLUCIÓN!
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