El funeral de Sandra Bland: La celebración de una joven mujer negra a que le importaba profundamente la justicia para el pueblo negro

5 de agosto de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Más de mil personas asistieron al velorio y funeral de Sandra Bland en la iglesia DuPage A.M.E. de Lisle, Illinois. Más de 150 familiares, 50 miembros de su hermandad femenina universitaria por todo Estados Unidos y centenares de feligreses de la iglesia se reunieron a las nueve de la mañana dentro de la iglesia. Afuera, centenares más, de quienes la mayoría no conocía personalmente a Sandra, hacían fila bajo el sol ardiente. Muchos dijeron que la historia de Sandra les conmocionó tanto que sentían una necesidad de solidarizarse con la familia y ponerse de pie por la justicia. La mayoría de los asistentes, aproximadamente el 95 por ciento, era negra. Los congregados incluían a parejas, padres que llevaron a sus hijos, grupo de mujeres jóvenes negras en sus veintenas que sentían la necesidad de demostrar su apoyo, y grupos de jóvenes hombres negros en camisetas que decían #SandySpeaks (Sandy habla). Mientras esperaban, las personas denunciaban las mentiras y las insinuaciones propagadas por los funcionarios del gobierno de Texas y los medios de comunicación, diciendo que no era posible aceptar eso. Al final, se permitía que todos vieran el funeral, pues se abrieron cuartos extras para los que no cabían en la iglesia misma.

Sandra Bland

Una hermosa foto de Sandra con su sonrisa radiante iluminó el santuario, en un contraste desgarrador con el cuerpo sin vida que estaba en el ataúd. En el programa impreso que celebraba sus 28 años de vida, resaltaban la vitalidad, la fuerza y las agallas alegres de Sandra en decenas de fotos: ella con su familia y sus amistades, sus años de atleta, de trombonista en la banda Marching Storm [Tormenta en marcha] de la Universidad Prairie View A &M, su hermandad femenina estudiantil, su graduación y sus actividades de iglesia. Se le pegó como un golpe al corazón: ella era tan llena de vida… y de repente se le cegó la vida en una parada de tránsito que nunca debiera haber ocurrido.

El funeral fue una celebración de quién era Sandra en realidad y qué tan querida era. Eso en oposición desafiante a la impugnación y la satanización de su reputación en los medios de comunicación y las redes sociales. Fue también una demanda por justicia. El reverendo Dr. James Miller dijo: “Díganle a esta nación que no estamos celebrando el funeral de una mártir ni una víctima, estamos celebrando una heroína… Ella era una mujer fuerte, una fuerte mujer negra, y las autoridades del condado de Waller, Texas, descubrirán que puede que le falte el respeto a una fuerte mujer negra, pero lo pagarán. El final es solo el comienzo”. Pidió que el Departamento de Justicia (DOJ) hiciera una investigación.

A lo largo del servicio quedaba patente que a Sandra le importaba profundamente la justicia para el pueblo negro y que su activismo reflejaba un “espíritu de abrir caminos” y un “espíritu apasionado para el cual no es necesaria ninguna disculpa”, en palabras de la declaración de su hermandad femenina universitaria, Sigma Gamma Rho. “Su sueño estaba a punto de realizarse: el de ser una esperanza para un sector marginado de la sociedad. ¡Diremos su nombre! ¡Su vida importaba!” Su muerte es una gran pérdida para la sociedad.

People waiting to go into the church for Sandra Bland's funeral

La fila para entrar al funeral.
Foto: Especial para revcom.us

La reverenda Theresa Dear dijo, antes de los servicios, que hay que celebrar a Sandra por haberse defendido: “Ella preguntó: ‘¿por qué debería yo apagar el cigarrillo?’ Preguntó doce veces: ‘¿Por qué me arrestan?’ Así que celebramos ese aspecto de su personalidad”.

Geneva Reed-Veal, la madre de Sandra, habló en medio de un dolor inmenso y defendió la razón de vida de Sandra. Sandra le había dicho una semana antes de su muerte: “Estoy lista para regresar a Texas para detener toda la injusticia contra el pueblo negro”. La madre de Sandra demandó que no se dejara piedra sin mover en los esfuerzos de llegar a la verdad sobre lo que le pasó a Sandra. “Voy a descubrir la verdad de lo que le pasó a mi hija. Mi hija ha hablado. Habla aún y, no, no se suicidó”.

El reverendo Dr. Byron T. Brazier dijo que hacía un mes Sandra le pidió urgentemente una reunión con ella para hablar del asesinato policial de Mike Brown y de muchas otras personas por todo Estados Unidos. “Ella sacó un cuaderno de tres pulgadas de grosor, con todas las investigaciones que ella había hecho. Estaba comprometido con la causa, #SandySpeaks, y ella ha hablado. Tenemos la responsabilidad de no permitir que su voz muera. Tenemos la responsabilidad de hablar por ella”.

En medio de todo esto salieron a flote la profunda indignación y qué tanto la gente se ha roto la cabeza para conocer por qué siguen tratando a las personas negras de esta manera, después de siglos de opresión. El reverendo dijo que “no se trata de una cuestión racial; es una cuestión espiritual entra algunas personas y Dios. Dios creó a todas las personas como iguales, pero la mitad de los firmantes de la Declaración de la Independencia eran dueños de esclavos, y los otros se conformaron con eso para poder crear esta nación… y cuando los estados sureños se separaron [de Estados Unidos], dijeron, así a secas, que ‘Dios creó a los hombres blancos para estar por encima de las demás razas’”.

Era significativo que tanto Dick Durbin, uno de los senadores de Illinois, como Bill Foster, representante del Congreso de las cercanías, se vieran obligados a asistir al funeral para responder a la ira generalizada por la muerte innecesaria de Sandra, mientras trataban de llevar a la gente a seguir buscando respuestas del mismo sistema que causa estos horrores. Durbin y Foster anunciaron una petición formal de que el DOJ realizara una “investigación justa y a fondo” del caso entero, ante los aplausos del público, de pie. Pero el hecho es que el DOJ absuelve a la abrumadora mayoría de los policías investigados, como hizo en el recién caso de Mike Brown, y no ha hecho nada para poner fin a la epidemia, que va en escalada, de asesinatos a manos de la policía.

La respuesta de Durbin y Foster refleja el enfoque entre ciertos sectores de la clase dominante de un problema para el cual no ofrecen ninguna solución fundamental. Sectores cada vez más amplios de la población, incluidos algunos de la clase media de las afueras de las ciudades, están cuestionando la legitimidad del papel de la policía como un brazo armado crucial de este sistema, en particular para mantener la opresión de las personas negras y latinas, con el resultado de que dicha legitimidad se está desmoronando. La muerte de Sandra suscitó un mayor cuestionamiento —acerca de qué está mal con Estados Unidos, por qué la policía asesina continuamente a las personas— y demandas por respuestas; y eso plantea la posibilidad de un escenario de creciente desafección, el cual podría ser una pesadilla para la clase dominante y abrir posibilidades revolucionarias.

Se pueden ver ambas cosas en las palabras de una artista negra de 34 años de edad: “Ir al funeral me hizo ver que Sandra Bland soy yo, yo soy ella. Desató mi furia, me hace querer hacer más para poner fin a esto. Dicen que ella era presumida; las personas negras que alzan la voz son presumidas. ¿Mereció ella la muerte, la merezco yo, por criticar y alzar la voz en las redes sociales? Un policía no debería dictarle si hay que apagar un cigarrillo o no, o qué actitud debería tener. A mí me ha pasado que la policía me hizo bajar del carro y luego me trató como si fuera un animal. Mi hijo tiene nuevo años y he tenido que decirle que la policía puede matar a las personas negras y salir impune. ¿Por qué permiten que eso continúe?”

Los gobernantes de este sistema y sus policías asesinos tienen las manos ensangrentadas. El asesinato de Sandra Bland es ya otra razón por la que la resistencia al asesinato y la brutalidad policiales tienen que continuar y ser aún más amplia y más decidida, y por la que hay que llevar esta lucha a un nuevo nivel con las protestas de De Pie en Octubre del 22 al 24 de octubre con el fin de PARAR estos ultrajes y PARALIZARLO TODO.

 

"¿Es esto el Estados Unidos en que usted quiere vivir?"

Los activistas de la Red Parar la Encarcelación en Masa recibieron este mensaje de una mujer, el día antes de que ella les acompañara al funeral de Sandra Bland:

"Voy a estar ahí, no porque quiero estar. Quiero esconderme, comer comida estúpida, mirar una película estúpida. Pero Sandra me está llamando, su fuerza me atraviesa en medio de un gran temor.

"Estados Unidos, estamos en guerra, y las bombas explotan en los cuerpos de niños negros, de madres y padres negros. Las bombas explotan en nuestros cuerpos, en nosotros, los blancos callados que somos cómplices. NOSOTROS somos los inhumanos; somos cegados por temor, sordos y mudos por haber tragado los mitos del racismo y la continua esclavización estratégica del pueblo negro.

"Hemos creado un infierno cómodo, pensando que éste es el sueño americano, otro bonito nombre por la privilegia blanca, por la autoridad de parar, arrestar, sentenciar, encarcelar, ejecutar a personas negras por ganancias, y ser ratificado al hacerlo.

"¿Es esto el Estados Unidos en que usted quiere vivir?"

 

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