De un/a lector/a, 12 de julio de 2015:
Reflexiones tras una conversación sobre Bernie Sanders con un estudiante de pensamiento revolucionario
5 de agosto de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us
Recientemente tuve la oportunidad de hablar con un joven estudiante Afro-Americano que ha estado considerando seriamente unirse a BA y la revolución. Él arde con el deseo de terminar con toda la opresión con que este sistema sofoca a la gente y ve claramente la necesidad de una revolución, y está también ansioso por aprender más acerca de cómo hacerlo. Así que el otro día cuando Bernie Sanders se convirtió en el tema de la conversación, él me dijo que él se siente confundido cuando piensa acerca de Bernie Sanders. Por un lado, él sabe que Bernie Sanders no es un revolucionario y que necesitamos de una revolución para acabar con todos los horrores que son resultado del capitalismo. Pero por otro lado, este estudiante me dijo que él se halla a sí mismo atraído hacia algunas de las cosas que Bernie Sanders dice, como por ejemplo seguro de salud gratis, educación para todos y acabar con la desigualdad. Así que me preguntó si no podría ser algo bueno de apoyar a Bernie Sanders. Buena pregunta, le dije. Le respondí que, primero, mientras las cosas que Bernie Sanders dice y que le gustan al estudiante son preocupaciones importantes, esas no son las preocupaciones más esenciales que necesitan de nuestra atención. Le hice notar que había que deshacernos de la supremacía de los hombres y de los blancos, terminar con el saqueo del mundo a manos de los Estados Unidos y acabar con la destrucción del medioambiente. Todo tiene que ser transformado o no vamos a llegar a ninguna parte. Incluso si uno pudiera hacer algún progreso por algún tiempo con algunas de las cosas que Bernie Sanders defiende, el sistema capitalista en su totalidad todavía estaría en control, promoviendo la competencia por lograr más ganancias a como dé lugar en un ambiente de “este perro se come al otro perro”, y todavía seguiría aplastando vidas y destruyendo espíritus. Y todo “progreso” hecho en los Estados Unidos se haría realidad a costo de gran sufrimiento de los oprimidos del mundo.
El estudiante me dijo que apreciaba la explicación porque, aunque él de alguna manera ya la sabía, era importante oírla de nuevo. Yo le dije, entonces, que todavía había una pregunta no contestada, y ésa era porqué él se sentía atraído por lo que Bernie Sanders decía, y que yo creía que era, en parte, porque se trataba de un punto de vista “político” que lo reduce todo a necesidades materiales, como los salarios, los servicios sociales, las protecciones legales, etc. Yo le expliqué que este punto de vista tiene una larga y problemática historia dentro de la izquierda y hasta con los comunistas. No es que estas cosas no sean parte de lo que la revolución necesita confrontar. Son necesarias, pero no son suficiente. Si las necesidades materiales son todo lo que la revolución aborda, dejaría insatisfechas muchas necesidades culturales e ideológicas. Este enfoque básicamente reduce a la gente a “estómagos ambulantes”, en lugar de seres humanos completos que necesitan ser emancipados en todos los sentidos. Este es un punto que BA aborda en el Diálogo con Cornel West, cuando dice que aunque él no es religioso, él está de acuerdo con Cornel en que “el hombre no sólo vive de pan”. Y BA, entonces, reafirma la importancia que la revolución tiene para satisfacer las necesidades de todos los seres humanos de sentirse atraídos por el arte y la cultura, y de experimentar admiración y asombro.
Volviendo a Bernie Sanders, yo también le hice notar al estudiante que NINGUNA cosa buena puede salir de apoyarlo, sólo un gran daño. Esto le hizo levantar las cejas [en sorpresa]. ¿Gran daño? ¿A qué se refiere?
Le expliqué, entonces, que uno tiene que ser científico y volver atrás la mirada al rol que muchos candidatos parecidos a Bernie Sanders jugaron en un sinnúmero de décadas, sosteniendo al sistema capitalista-imperialista: Eugene McCarthy, Ralph Nader, Bill Bradley y Dennis Kucinick, para mencionar a unos pocos. Mientras que sus programas diferían, dadas las distintas condiciones de sus respectivos tiempos, todos ellos tuvieron algo en común. Todos ellos atrajeron a la gente progresista que está harta de la “política de siempre” y les prometieron que por lo menos algunas de sus preocupaciones podrían ser satisfechas a través del proceso electoral (y por lo mismo, siguiendo las reglas del sistema capitalista-imperialista). De esta manera, mucha, mucha gente que estaba perdiendo la fe en este sistema y potencialmente pasándose al lado de un cambio más radical, ha dado un paso atrás hacia las mortales fronteras del sistema, trabajando y apoyando a algunos de estos “candidatos del pueblo” y reavivando la ilusión de que algo bueno puede venir de ello.
En un reciente editorial del New York Times, Todd Gitlin (uno de los fundadores de SDS (Estudiantes por una Sociedad Democrática) allá por los 1960s) trazó algo de la historia de Bernie Sanders y sus predecesores y los elogió como “la izquierda de lo posible” (usando una cita del activista Michael Harrington). Esta cita explica exactamente porqué candidatos como Bernie Sanders juegan un rol perjudicial. Esta cita da a entender (sin ni siquiera tener que decirlo) que lo único que es posible es lo que ya existe, el sistema capitalista-imperialista. Y que lo mejor que uno puede hacer es tratar de reformarlo, lijándole algunas de sus asperezas. Pero eso es una mentira, una enorme mentira que se cierne sobre la humanidad y la sofoca en una nube de gas venenoso. El capitalismo-imperialismo NO es todo lo que es posible. Hay toda otra manera en que el mundo puede ser, y hay un camino revolucionario, trazado por BA, por dónde la humanidad puede llegar hasta allí. El problema es que mucha gente todavía no lo sabe. Y en lugar de desafiar a la gente a levantar la mirada y enterarse y participar con BA y su liberadora nueva síntesis del comunismo, campañas como la de Bernie Sanders atraen la mirada de la gente hacia abajo, en nombre de ser “prácticos” y “realistas”, arrastrándola de nuevo a seguir viviendo de acuerdo con las reglas de este sistema opresivo.
Seamos honestos, si bien hay mucho engaño por parte de la clase dominante de este país en permitir la creación de espacios para que candidatos como Bernie Sanders siembren sus ilusiones, hay también mucho en ENGAÑO DE SI MISMOS de parte de los “progresistas” que apoyan a estos candidatos. ¿Cuántas veces han de ser decepcionados por estos candidatos (recuerdas a Obama y su “esperanza en la que puedes creer”), o verlos rechazados por “no viables” a medida que las elecciones se acercan a su final, para que se den cuenta de que la clase dominante está jugando con ellos? ¿Cuántas veces más antes de que se den cuenta de que después de todos estos años de elegir candidatos progresistas, el sistema capitalista-imperialista no sólo sigue firmemente en el control, sino que se ha vuelto todavía más opresivo, explotador y destructivo a escala mundial?
La gente “progresista” me recuerda a una referencia que BA hizo de una de las tiras cómicas de Charlie Brown, donde Lucy dice que ella va a sostener el balón para Charlie mientras éste trata de hacer un gol de campo. Pero justo cuando Charlie se aproxima al balón, Lucy lo retira y Charlie se cae de trasero. La tira cómica repite la escena vez tras vez. Cada vez que Lucy promete no retirar el balón, Charlie le cree. Pero Lucy sigue retirando el balón y Charlie sigue cayéndose de trasero.
¡Ya es tiempo de que muchos de los progresistas dejen de ser como Charlie Brown y despierten! Este sistema no tiene soluciones para los profundos y cada vez más agudos problemas que enfrenta la humanidad. La revolución sí las tiene. No empieces con cómo te “gustaría” que las cosas cambien. Echa un honesto vistazo a cómo este sistema en realidad funciona y lo que esto significa y lo que es necesario para cambiarlo. ¡Deshazte de tus anteojeras y éntrate a BA! Un mundo enteramente mejor es posible y tú necesitas ser parte de la solución y no, como Bernie Sanders, parte del problema.
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