El plan de acción para el clima de Obama: Una farsa ante un desastre climático

Orpheus Reed | 12 de agosto de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El 2 de agosto Obama anunció un plan para el cambio climático en que las centrales de energía estadounidenses reduzcan la emisión de gases del efecto invernadero 32% debajo de los niveles de 2005 antes de 2030. Obama y la prensa grande han dicho que este plan es el paso más significativo que jamás ha tomado Estados Unidos para “combatir el cambio climático”. En una declaración de video grabada Obama dijo: “El cambio climático no será problema para otra generación, ya no más”.

El científico del clima James Hansen sobre el plan de Obama

El reconocido científico del clima James Hansen dice que las "medidas de Obama son prácticamente en vano… No hacen nada para atacar el problema fundamental".

MSNBC informó:

"'Me estás tomando el pelo', escribió él (Hansen), cuando le preguntaron si el plan de Obama hacía innecesario el activismo en torno al clima. Agregó que el plan de Obama, y por supuesto el plan propuesto por el principal candidato democrático Hillary Clinton, 'es como el tipo que camina al trabajo en vez de manejar y piensa que está salvando el mundo'".

Algunos importantes comentaristas sobre el ambiente dicen que el plan de Obama podría ser un “punto de viraje”, hasta “un momento definitivo”. Otros como Naomi Klein dicen que Obama ahora está “hablando como líder del medioambiente” pero que todavía tiene que demostrarlo y “portarse como líder del medioambiente”. Ambos puntos de vista reflejan profundas ilusiones sobre la realidad de lo que este plan en realidad significa para el medioambiente, porqué Estados Unidos está haciendo esto y qué intereses se beneficiarán de este plan.

Sencillamente: 1) lo que esas reglas se proponen lograr son una migaja ante la crisis del medioambiente que encara la humanidad; 2) es casi cierto que esas reglas enfrentarán oposición en los tribunales, el Congreso y a nivel de los estados, y de parte de poderosas fuerzas de la clase dominante, así que lo más probable es que ni siquiera las implementen en su forma actual; y 3) el plan de Obama incluye seguir y no alejarse del programa de energía y de los intereses del sistema capitalista-imperialista que están destruyendo el planeta.

La realidad detrás del plan de Obama

En Estados Unidos, las centrales eléctricas emiten un tercio de los gases del efecto invernadero. Por tanto, si se la implementara plenamente, la propuesta de reducir las centrales eléctricas por 32% viene a ser aproximadamente solo el 11% del total de recortes en comparación con 20051. Esto, supuestamente, es parte de un plan global de Obama que se propone recortar el monto de emisiones por 27% antes del 2025. Los científicos dicen que se necesita recortar mucho más, en los países desarrollados se recomienda recortes de posiblemente 60% por década. Así que los recortes propuestos por Obama ni se asemejan al nivel de recortes que se requiere para abordar seriamente la crisis del medioambiente. Los recortes han sido diseñados para “manejar” la crisis, pero hacerlo de tal manera que no perjudique a los intereses capitalista-imperialistas de Estados Unidos.

Además, los datos oficiales de Estados Unidos y otros países desarrollados encubren la verdadera cantidad de la que estos países son responsables. Las grandes potencias han trasladado la producción a países como China porque la explotación de la mano de obra allá es más rentable, y no tienen que preocuparse de reglamentos para la protección del medioambiente, etc. Por ejemplo, se ha calculado que el 50% de las emisiones de China viene de la producción de bienes destinados a países “desarrollados”. Por tanto, todas las grandes potencias están “descargando” las emisiones sobre los países más pobres o “en desarrollo”. Según el periódico Guardian, si se tomaría en cuenta las emisiones en otros países, al total de emisiones de Estados Unidos en el 2011 habría que agregarle un 8,4%.

Además, no cuentan como parte de las emisiones de gases del efecto invernadero de Estados Unidos lo que emiten sus fuerzas armadas, el mayor consumidor institucional industrial de petróleo en el planeta. Unos cálculos asientan que las emisiones de estas fuerzas armadas podrían responder por el 5% del total de emisiones en el planeta. Estados Unidos no publica tal información. En las pláticas internacionales sobre el clima, ¡Estados Unidos insiste que se excluya del total de sus emisiones lo que emiten sus fuerzas armadas! ¡Se calcula que la guerra de Estados Unidos en Irak produjo más gases del efecto invernadero de lo que emitieron 139 países! Eso encima de otras devastaciones del ambiente causadas por otras guerras estadounidenses y operaciones militares. Todo eso ha continuado bajo Obama.

Algunos alegan que el plan do Obama “clausurará cientos de centrales eléctricas de carbón en Estados Unidos”. Y es muy probable que muchas centrales de carbón tengan que cerrar. Pero esa ha sido la tendencia desde que el carbón empezó a estar menos rentable en Estados Unidos debido al repunte del gas natural extraído con el método de fracking. Bajo Obama, Estados Unidos se ha convertido en el mayor productor de petróleo y gas natural del mundo. Y usa estos combustibles y la ventaja que tiene en tecnología de fracking como armas en su contienda con otros competidores capitalistas, incluyendo para presionar a Rusia en la guerra de Ucrania. No solo eso, si bien Estados Unidos ha dejado de usar tanto carbón, la exportación de carbón ha duplicado desde 2008, el año que Obama asumió la presidencia. En Wyoming, Obama ha autorizado la producción de carbón en enormes partes de la región del río Powder. La parte Oeste de Estados Unidos tiembla con el estrepitoso sonido de trenes rumbo a puertos desde donde la mercancía será enviada a Asia, para lo cual también se planea la construcción de muchos más puertos para facilitar la exportación del carbón, el gas y el petróleo. Obviamente, ninguno de estos cambios efectuados por Obama concuerda con la “lucha contra el cambio climático”.

El verdadero récord de Obama, el tal “presidente ambientalista”

Estas son solo algunas de las cosas que Obama ha hecho con respecto al medioambiente:

  • Extendió la explotación petrolífera en el golfo de México, donde en el 2010 se dio el mayor derrame de petróleo en la historia de Estados Unidos, un derrame que sigue causando estragos a los ecosistemas del golfo.
  • Apenas unos pocos años después del derrame del golfo, Obama autorizó la explotación petrolífera y de gas en el océano Atlántico, en la costa este. En el 2013, realizó 30 ventas de contratos para la producción de petróleo y gas en 5,7 millones de acres de territorios federales. No se habían visto ventas de ese calibre en décadas.


  • Obama y su administración han puesto el Ártico a la disposición de las compañías petrolíferas, han aprobado contratos y permisos para Shell Oil, que abre brecha en esta región natural sumamente rica para la explotación petrolífera y la extensión del poderío militar estadounidense. Estas decisiones procedieron a pesar de la alta probabilidad de un derrame petrolero devastador como ha dicho el propio buró oceanográfico de Obama, y a pesar de las advertencias de científicos del ambiente de que quemar petróleo del Ártico no cuadra con mantener el cambio climático dentro de límites seguros. Mientras que se ha forjado una feroz resistencia de activistas valientes contra las maniobras de Shell, el Guardacostas de Obama trabaja con la policía local y jueces federales para reprimir a quienes tratan de rescatar el Ártico, y al mismo tiempo protege a quienes lo quieren destruir. Obama no ha dicho ni una palabra contra esto.
  • Bajo Obama, al igual que los demás presidentes estadounidenses, las negociaciones internacionales sobre cambios climáticos han sido saboteadas y/o convertidas en farsas sin sentido. Desde que se dio a conocer públicamente el peligro al ambiente en las décadas de los 70 y 80, ningún presidente estadounidense, ni ningún otro líder mundial, jamás ha hecho algo por pararlo. En vez, la emisión de gases que producen el efecto invernadero ha seguido aumentando a niveles sin precedente y ha llegado a tal punto que ahora amenaza el futuro del planeta.
     

¿Qué es lo que le hace falta al planeta?

De: “Algunos principios claves del desarrollo socialista sustentable”, en el número especial de Revolución sobre el estado de emergencia con respecto al medio ambiente:

Ésta es nuestra orientación. La revolución hace posible vivir una vida digna del ser humano y proteger el medio ambiente. Por eso la revolución socialista y la creación de un nuevo estado socialista en un país o varios países tendrían un impacto increíble sobre el mundo. Establecer incluso un solo nuevo estado socialista —especialmente en un país importante en términos de geografía y población— cambiaría dramáticamente los alineamientos políticos internacionales. Daría esperanza e inspiración a la gente por todo el mundo. Eso intensifica nuestra decisión de hacer esa revolución y llamar a los demás a sumarse y contribuir a este proyecto de la más vital importancia.

Parece que lo que hasta hoy ha sido una emergencia acelerada del clima está dando saltos peligrosos, posiblemente llevando al desenlace del planeta. El ritmo de la aceleración y el cambio es asombroso: en el 2015 se batió todos los récords de temperatura; hay estudios que dicen que ya hemos entrado en el período de la sexta extinción masiva de especies en la historia de 4 mil millones de años que tiene la Tierra; sequías sin precedente e incendios forestales que azotan toda la costa oeste de Norte América hasta Alaska; estudios señalan que el anteriormente aceptable aumento de 2 grados Celsius (3,6 grados Fahrenheit) en la temperatura podría resultar en que el nivel del mar suba 3 metros durante este siglo, lo cual peligraría el futuro inmediato de muchas ciudades; este verano, el 80% del salmón rojo murió debido a que el río Columbia estaba muy caliente como para sobrevivir; indicios de que por todo el mundo los océanos están en aprietos y ruina, y se podría dar un desmoronamiento de ecosistemas que podría durar millones de años. Ojo: estas son apenas algunas de las revelaciones recientes.

 Lo que el planeta necesita hoy mismo es: inmediatamente imponer medidas de urgencia para recortar drásticamente la emisión de gases que producen el efecto invernadero, alto a la destrucción de los bosques tropicales, enormes esfuerzos para sembrar y regenerar bosques por todo el mundo para consumir el carbón dióxido, el inicio de esfuerzos urgentes para transformar prácticas agrícolas que dañan el medioambiente, así como transformaciones radicales con respecto a la fundación enérgica del planeta, promover formas de energía verdes, sin carbón, el abandono inmediato del uso de combustibles de fósil y dejar en las entrañas de la Tierra los combustibles de fósil que quedan.

Eso es lo que requiere la actual crisis climática y del medioambiente. Y es lograble. Existe el conocimiento científico y técnico para llevarlo a cabo. Y existe un plan para un nuevo sistema con principios que podría hacer real esas grandes necesidades. (Ver “Algunos principios claves del desarrollo socialista sustentable”).

Para avanzar hacia eso, es indispensable romper con el enfoque de ligar nuestra lucha al intento de hacer que los que gobiernan este sistema caníbal escuchen la razón. Necesitamos el tipo de lucha en la que la gente cumpla con sus creencias, y que no se detenga ante todo lo que le caiga encima, hasta parar esa destrucción. Ese tipo de lucha, que vaya incorporando hasta millones de personas, tiene la mejor posibilidad de obligarle al sistema a frenar su asquerosa destrucción. Podría cambiar el sentir de millones y verdaderamente impactar el curso de las cosas, de tal manera que ni todos los esfuerzos por presionar a Obama u otros como él para que “hagan lo justo” lo podrían hacer. Y al conectarlo con la construcción del movimiento por la revolución, puede ayudar a preparar el terreno para una revolución y un nuevo sistema socialista, lo único que fundamentalmente puede salvar a nuestro planeta.

Estados Unidos: El mayor destructor del planeta

El plan de Obama ni siquiera está a la altura de lo que se necesita de urgencia. Su propósito es encajar una crisis sumamente grave en la caja de herramientas “manejable” de los intereses imperialistas de Estados Unidos. El plan ha sido ingeniado como parte de un esfuerzo de Obama y poderosos intereses de la clase dominante, incluyendo sectores de las fuerzas armadas del imperialismo estadounidense, para procurar “manejar” y “mitigar” la crisis ambiental para lidiar con lo que cada vez más les parece ser una amenaza al poder estratégico de Estados Unidos y su dominio del planeta. Obama dice que su plan es otro ejemplo de cómo Estados Unidos “está a la cabeza” con respecto a los “cambios climáticos”, en medio de la rebatiña entre Estados Unidos y otras potencias en anticipación de la cumbre sobre cambios climáticos en París en diciembre de este año.

La realidad es que lo único que Estados Unidos ha “encabezado” con respecto a cambios climáticos es la lista de mayor destructor del planeta y mayor productor de gases que producen el efecto invernadero en la historia.

A veces, los activistas del movimiento ambientalista no saben qué pensar de algunas de las maniobras de Obama, les parece contradictorio e inexplicable que parece que recorta las emisiones de una manera sustancial o que protege ciertas regiones silvestres, y entonces abre el Árctico a la perforación. Pero todas estas medidas, inclusive los recortes relativamente pequeños que ha pedido para las centrales de energía, forman parte de una estrategia coherente para promover los intereses del imperialismo estadounidense, tal y cómo los perciba su sector de la clase dominante. Es posible que hayan procedido aceptando la realidad de los cambios climáticos, a diferencia de los derechistas cavernarios que como idiotas niegan esta incontestable realidad. Pero no por eso deja de cuadrar con los intereses del sistema ni de partir de los intereses de ese sistema que es responsable de esta crisis y no la puede resolver. Su plan se basa en querer seguir dominando el mercado de combustibles fósiles, y de usarlos como armas de contienda y rivalidad para mantener el poder estratégico estadounidense, y fundamental para su posición de poder es tratar de controlar esta crisis y al mismo tiempo dar la impresión de que la está combatiendo. Quieren ganarse la opinión pública mundial al lado de Estados Unidos, y defender la legitimidad de este sistema, a pesar de que este mismo sistema es el principal responsable de que al mundo le está arrastrando a un precipicio catastrófico.

Nos pongamos de pie para parar esta locura y horror, antes de que sea demasiado tarde.

 

1. Estados Unidos ha decidido medir sus emisiones con el año 2005 sólo porque ese fue uno de los años con los niveles de emisión más altos en la historia de Estados Unidos. Por tanto, los recortes que haga ahora, en comparación con ese año, serían relativamente pequeños. Un ejemplo: en comparación con el año 2005, las emisiones de Estados Unidos hasta el 2013 bajaron 9%, ¡pero si se las compara con el año 1999 (el que la mayoría de países usa), las emisiones hasta 2013 de hecho han aumentado 5%! [regresa]

 

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