De Pie en Octubre:
Lecciones del trabajo entre los estudiantes, y mucho más
30 de septiembre de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us
Comandante estratégico — estadista comunista: Me propongo proceder desde este punto de vista. Como parte del equipo nacional estudiantil para De Pie en Octubre, he aprendido muy profundamente que a cada paso del camino, tenemos que trabajar contra los límites de lo que consideramos posible y al mismo tiempo activar la participación de muchas diferentes personas en el proceso de hacer una revolución y emancipar a la humanidad y movilizar y ejercer todos los factores positivos. Tanto para el objetivo inmediato de atraer a decenas de miles de personas para inundar las calles de Nueva York el 24 de octubre (y hacer avanzar la lucha para liberarnos) como en el sentido de largo plazo de sembrar organización revolucionaria que no se limite a luchar en un solo frente sino que luche por conquistarlo todo. Y creo que en eso existe una tensión: si no trabajáramos de manera plenamente materialista y científico, podríamos perder de vista el objetivo por el cual luchamos.
La primera semana
Como parte del equipo nacional estudiantil hemos establecido el objetivo muy necesario de movilizar e integrar (al menos) 500 planteles escolares. Si solamente vemos lo que nos queda en frente, ese objetivo parece imposible (o en el mejor de los casos, idealista). Pero, se procedemos a partir de la realidad y de las contradicciones turbulentas que nos impactan cada día (video tras video... estadística tras estadística…) de la ilegitimidad absoluta de este sistema (y específicamente de los agentes armados de este sistema), pues lo que objetivamente urge surgir es nuestra dirección.
¿Qué quiero decir con eso?
Mediante el proceso de la última semana, he tenido que aprender a dirigir y organizar a las masas sobre bases completamente diferentes. Quisiera compartir un par de historias que destilan lo que quiero decir.
Una joven que recién graduó de una universidad de élite caminaba por ahí cuando encontró en el suelo una tarjeta para De Pie en Octubre. Siguió sus convicciones y accedió a la página web y decidió comunicarse con la oficina nacional de la SMIN (la Red Parar la Encarcelación en Masa). Sin demora, nosotros conversamos por teléfono y ella describió que todo la causa angustia, que odia lo que la policía le hace a las personas negras (y a otras nacionalidades). Por lo que cuando vio la tarjeta en el suelo, la tomó como señal de que tenía que actuar. Le describí que hay muchos equipos por toda la Ciudad de Nueva York repartiendo materiales de información. Que quizás hubiera pasado por ahí el equipo de su área justo antes de que llegara ella. Ya para cuando hicimos ese contacto, ella ya había sacado una foto de la tarjeta y la había mandado a sus amigos (estudiantes) y quería la versión impresa. Dije: “cómo no”. Pero seguí para describirle en qué participaba yo y las metas urgentes para traer a decenas de miles de personas a la Ciudad de Nueva York el 24 de octubre (con mi énfasis particular en el estudiantado). Le planteé la realidad de que no hay nada más importante que ella podría hacer durante las próximas dos semanas que hacer realidad esta manifestación importante. Se quedó callada un momento y contestó: “Creo que tienes razón”. Con eso, hicimos planes iniciales. Ella tenía dos horas libres y se conectó con otro(a) voluntario(a) y pusieron afiches en todo el edificio al cual ella aún tenía acceso. Se ha mantenido en comunicación con el equipo estudiantil y se va a Filadelfia este fin de semana para conectarse con diversos estudiantes y amigos.
Durante esta experiencia, yo bien pudiera haberme conformado con darle los materiales que ella pidió o sugerirle unas ideas de acción en general. Pero, era necesario plantearle la muy concreta contradicción de que sin ella, De Pie en Octubre no va a ocurrir, y pedirle que se comprometiera a toda máquina. He tenido otras experiencias similares, en las que he planteado muy audazmente de que si tú en serio quieres PARAR EL TERROR POLICIAL, pues tienes que entrarle en serio en De Pie en Octubre. Y he tenido que dirigir a las personas de manera organizativa para que den los primeros pasos para realizarlo (lo que incluye actividades con las que no están familiarizadas, por ejemplo, hacer trabajo de divulgación en la sociedad, hablar de este día y discutir con otros estudiantes; y cosechar sus puntos fuertes). Además, he tenido que tener la imaginación muy ágil sobre la marcha: ¿hay redes que se entrecruzan?; ¿podemos cosechar las dinámicas de relaciones entre planteles?; ¿cómo aprovechar cada oportunidad (por menor que parezca)?
Agitación y organización
Yo había aprendido mucho de una estudiante de la NYU (Universidad de Nueva York) que organiza un evento ahí el 1º de octubre. Tiene una fuerte certeza moral de que estorban todas las cosas que se entrepongan en el camino de organizar para PARAR EL TERROR POLICIAL. Con ese modelo, hablé con un profesor que trabaja para organizar un evento en el plantel. Inmediatamente me nombró toda la lista de contradicciones logísticas concretas de qué tan difícil lo es lo de organizar un evento en ese plantel. Además de la realidad de que se han apagado las condiciones para hacer algo político o radical en el mundo académico. Pero, en vez de conformarme con “¡ah qué burocracia, imposibilita todo!”, tuve que retomar lo de por qué estamos haciendo eso. ¿Es cierto, o no lo es, que nos encontramos ante un vil sistema que sistemáticamente criminaliza, encarcela, maltrata y asesina a nuestra gente (principalmente las personas negras y latinas)? Y tuve que hacer agitación concreta (a esta persona que es simpatizante) de por qué eso es cierto y por qué no podemos perderlo de vista. De ahí, ahora bien, regresemos a la burocracia, sí, nos vamos a topar con muchos obstáculos pero tenemos que insistir en que las personas elijan un lado. Y poner nuevos términos: “¿Ustedes van a ser la institución educativa que impide el acceso de los estudiantes al conocimiento de por qué ocurre el terror policial y cómo actuar para pararlo? Y si sí, ¿qué es lo que implica eso sobre el tipo de mundo que protagonizan?” (Una nota seria: si eso ocurre, pues más vale que demos a saber que una universidad está censurando un programa.) El profesor no esperaba tal conversación. Al final de la llamada, él había cambiado de posición y dijo: “Tienes razón; no puedo aceptar que me digan ‘no’” y estaba decidido a apartar un salón y poner una fecha ya para principios de esta semana.
El carácter contradictorio de lo que piensan las personas
Tomé la palabra en un programa en una universidad planteando una pregunta seria al panelista sobre la necesidad de la revolución y le reté a ser parte de De Pie en Octubre. Por lo que, en el acto, una estudiante inmigrante de Rumania se me acercó y quería participar en De Pie en Octubre. Tenía mucho entusiasmo y se alegró de oír a alguien que planteara la necesidad de ACTUAR para PARAR EL TERROR POLICIAL. Ahí mismo hicimos planes iniciales de cómo ella podía empezar a organizar para De Pie en Octubre e intercambiamos información de contacto para darle seguimiento. Al otro día, llamé por teléfono. Ella puso los enlaces para De Pie en Octubre en las redes sociales pero recibió poca o nada de respuesta, lo que alimentó todas esas ideas que el sistema constantemente le mete en la mente a la gente de que no se puede hacer nada para eliminar los horrores de este sistema como el TERROR POLICIAL. De ahí que ella se puso a argumentar por qué nadie se interesa, “los blancos son tan pasivos” “no hacen nada porque este asunto no les afecta”... Yo podía haber dicho: “Sí, eso es cierto pero no obstante existe la base para cambiarlo”, lo que no hubiera sido tan mal. Pero más bien, le recordé cómo nos conocimos: “a ti te importan los demás, eres una persona que odia el terror policial” y le pregunté: “¿vas a ejercer esa realidad y retar a los demás a hacer lo mismo?” Y de ahí describí las cosas sencillas que ella podría hacer para movilizar a otras a actuar (vea riseupoctober.org/students [en inglés]). Ella se quedó callada un momento en el teléfono, y después contestó: “Pues, creo que tengo que intentar lo que dices”. Trabajamos en los planes para la semana que viene y para forjar un grupo en su universidad.
El odio...
Durante una reciente reunión del Club Revolución hablábamos con mucha seriedad sobre lo que está en juego y bregábamos con las transformaciones que hacen falta. En cierto punto, una persona dijo con mucha franqueza que unos odiadores la estaban atacando muy feo y que dudaba en decir las cosas con audacia por no caer en el estereotipo del cual acusan a los revolucionarios, de “sacar provecho, tomar el control”. Y correctamente concluimos que, al carajo eso, no podemos tener miedo de pisar callos o entrometernos en los espacios de otros, no podemos conformarnos con los términos que ponen los demás y no podemos temer que no nos quieran. ¿Por qué? Porque representamos los siete mil millones de personas sobre este planeta. Representamos la buena oportunidad de que la humanidad se libere. Sabemos que el mundo no tiene que ser así. Sabemos lo suficiente como para saber que son tonterías todas las cosas salvo una revolución. Y sabemos lo suficiente como para saber que existe la dirección (la de este partido y de BA) que se necesita para tener una posibilidad estratégica de ganar.
De nuevo, la orientación que nos hace falta en el trabajo
Tenemos que establecer los términos y volver a establecerlos durante todo el proceso, y sobre esa base cosechar los puntos fuertes y las contribuciones de las masas. Eso requiere trabajo pero es lo que hace falta, porque tenemos que dirigir y organizar a las personas para crear un mundo completamente nuevo sin esta opresión genocida, por medio de la revolución, y como una parte crucial de ello, tenemos que impulsar un poderoso De Pie en Octubre.
Se necesitan: Voluntarios para revcom.us y Revolución
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