Iniciadora de #ShoutYourAbortion (Grita Tu Aborto) forzada a abandonar su hogar por odiamujeres "pro-vida"
Sí, HAY una guerra contra la mujer, ¡y tenemos que contraatacar!
Sunsara Taylor | 7 de octubre de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us
El 19 de septiembre, Amelia Bonow y Lindy West, dos mujeres jóvenes, iniciaron el hashtag de Twitter: #ShoutYourAbortion (Grita Tu Aborto), para desafiar el estigma y la vergüenza asociados con el aborto. Hoy en día, Amelia Bonow ha sido obligada a abandonar su hogar por amenazas de muerte y hostigamiento de los autoproclamados tipos “pro-vida”. Eso le dice todo lo que necesita saber sobre la lucha en torno al aborto. No tiene nada que ver con “bebés”, siempre ha tenido que ver con el control, y el odio, hacia la mujer. Y ahora que el derecho al aborto está bajo ataque como nunca antes, es hora de ponerse de pie y luchar por la vida de las mujeres.
¿Qué precisamente dijo Amelia Bonow que provocó todo eso? Frustrada por la caza de brujas contra Planificación Familiar (Planned Parenthood) que dirigen politiqueros fascistas cristianos que amenazan con clausurar el gobierno, Ms. Bonow se dio cuenta de que jamás había hablado abiertamente de su aborto incluso ante sus amigos que fuertemente favorecen el derecho al aborto. Así que decidió hacerlo. Lo hizo por medio de Facebook, y concluyó con esta franca declaración: “Tengo un buen corazón y el aborto me hizo feliz de una manera totalmente no calificada. ¿Por qué no estar feliz de no haber sido obligada a ser madre?” Poco después, su amiga Ms. West, retransmitió su Tweet con el hashtag #ShoutYourAbortion.
En contestación recibió más de 150.000 tuits. Mujeres que jamás habían hablado en público de su propio aborto mandaron tuits diciendo que si no hubiera sido por el aborto todavía estarían con parejas abusivas, violadores, o simplemente en relaciones nada complacientes. Dijeron que eran demasiado jóvenes, demasiado pobres, enfermadas o no listas. También dijeron que simplemente no querían un hijo y no se arrepentían. Y escucharon el relato de la otra. Se enteraron de que sus amigas y madres también se hicieron abortos. Se enteraron de que desconocidos en otras partes del país tuvieron precisamente las mismas experiencias y emociones. Se dieron cuenta de que cargaban un fardo pesado por no hablar públicamente del aborto y lo empezaron a descartar.
Lo hicieron como reto a los cristianos fascistas del Partido Republicano, pero también lo hicieron como reto —objetivamente, aunque no siempre intencionalmente o conscientemente— al Partido Demócrata, que desde hace décadas viene pregonando que el aborto debe ser “seguro, legal, y raro”. Al insistir en que el aborto sea “raro”, estos demócratas han capitulado y ayudado a fomentar este clima y esta cultura en los que incluso la palabra “aborto” es rara vez pronunciada, y que lo consideran como algo vergonzoso y malo, cuando en realidad no hay nada en absoluto malo con un aborto y se lo debe hacer cada vez que sea necesario sin ninguna estigma ni vergüenza.
¡Estos tuits sobre el aborto, sencillos, que no piden disculpas, fueron refrescantes y muy necesitados! Fue absolutamente correcto, sano y moral.
Sin embargo, como todo lo que tiene que ver con el papel de la mujer en la sociedad, hubo un contraataque inmediato y venenoso. Fanáticos contra el aborto, fascistas religiosos y odiamujeres de todo tipo se volcaron contra el hashtag para vomitar odio y vergüenza. Quienes comentaron con mucha valentía sobre su aborto en tuits fueron agredidas de la misma manera que las mujeres son agredidas a diario cuando entran en una clínica que practica abortos. Las llaman “asesinas” y “egoístas” y “putas” y demás veneno que vomitan los odiamujeres y que me niego a escribir. Comparan los fetos con los judíos, y a las que se hacen abortos las comparan a Hitler, denigrando a la mujer y menospreciando los horrores del Holocausto al mismo tiempo. Michele Bachman, que una vez se postuló para la presidencia, se unió al coro de quienes condenaban y avergonzaban a las que tuiteaban #ShoutYourAbortion. Luego, los fanáticos que se oponen al aborto publicaron el domicilio de Amelia Bonow y enseguida ella empezó a recibir amenazas de muerte y amenazas de violación de un movimiento que ha vandalizado cientos de clínicas y asesinado a 8 personas que participaban en proveer abortos.
¿De qué se trata todo eso? Tiene que ver con defender y seguir promoviendo esa vergüenza y ese estigma contra la mujer. De decirle a la mujer que “se quede en su lugar” y que “se quede callada” mientras te quitan a ti y a mujeres por todo el país sus derechos. De castigar como ejemplos a unos para advertir a los demás de que ni se atrevan. Hay que dar una respuesta. Una respuesta que sea más desafiadora y que incluya a mucha más gente. Una respuesta de quienes están a favor del derecho a escoger que incluya la defensa de Amelia Bonow y Lindy West y todos los médicos y personal que practican abortos y de quienes han demostrado valentía al expresarse, al defender a las clínicas que practican abortos, y que han dicho clara y públicamente que no tienen vergüenza y no tienen por qué pedir disculpas por haberse hecho un aborto. Tiene que ser una respuesta que haga aún más, que vaya más allá de las redes sociales y llegue a la plaza pública — a la calle.
Todo esto hace aún más urgente la convocatoria de StopPatriarchy.org por masivas protestas en Washington, DC y San Francisco, California el 22 de enero de 2016, con motivo del aniversario de la decisión Roe v. Wade que despenalizó el aborto. Cada año decenas de miles de personas desfilan contra el aborto. No deben ser la única voz. Defiende a la mujer: ¡Aborto a solicitud y sin tener que pedir disculpas!
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