Obama da un discurso en el foro sobre la policía:
Cambios cosméticos, represión intensificada

28 de octubre de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El 22 de octubre Barack Obama participó en un Panel sobre la Reforma de la Justicia Penal patrocinado por el Proyecto Marshall. Bill Keller, ex editor ejecutivo del New York Times presidió, y el panel incluyó a “agentes líderes del orden público”, el jefe de policía de Los Ángeles, Charlie Beck, y el fiscal federal de Colorado, John Walsh.

Se informó ampliamente que en sus comentarios Obama defendió el lema “La vida de los negros importa” y que recomendó reformas importantes en los métodos policiales y el sistema legal. Es verdad que Obama reconoció que lo que llamó “el problema de la justicia o injusticia racial en la sociedad” ha sido “un tema recurrente en la historia de este país durante largo tiempo”.

¿Cuál es la realidad aquí? ¿Cuál es el “problema específico”?

Obama sostiene que el problema es la necesidad por parte de la sociedad de “reducir el crimen y la violencia y hacer que nuestras comunidades sean seguras”. Habla de “la desproporcionalidad” del sistema de justicia penal que ha resultado en la encarcelación en masa de generación tras generación de jóvenes negros.

Pero ese no es el verdadero problema. ¿Por qué arrestan a tantos jóvenes negros? ¿Por qué encarcelan a cientos de miles de jóvenes negros? ¿Por qué la policía hostiga constantemente a las personas negras, deteniéndolas por infracciones menores, y por qué son obligadas a vivir en condiciones sociales empobrecidas donde se están desmoronando las escuelas, no hay puestos de trabajo y hay poca o mala atención de la salud, hacinadas en viviendas decrépitas?

A las personas negras las arrestan, condenan, brutalizan, asesinan, mantienen por meses y años en la cárcel del condado, y enviarlas a prisión por décadas en cantidades muy desproporcionadas en comparación con las personas blancas. La raíz del problema es que la pesadilla de 400 años de opresión brutal de la gente negra ha sido fundamental para Estados Unidos, desde antes de que fuera un país, hasta la actualidad. La verdad es que hoy en día la situación se ha intensificado al nivel de un genocidio lento que podría convertirse en un genocidio rápido.

Nada de lo que dijo Obama, incluidos los pocos cambios cosméticos que ofreció en cuanto a las sentencias y “la colaboración entre la policía y la comunidad”, en modo alguno enfrentó eso. De hecho, sus palabras y el programa que propone resultaría en todo lo contrario: fortalecer la capacidad de la policía para llevar a cabo la represión y la brutalidad sobre la gente a quién esta sociedad no ofrece ninguna vida decente, ahora ni en el futuro.

Obama y otros miembros de la clase dominante que él representa están profundamente preocupados por las revelaciones acerca de la policía y el sistema de INjusticia de este país, y están aún más preocupados por la resistencia contra ello que se han extendido por toda la sociedad. Les preocupan mucho que la imagen de Estados Unidos como la autoproclamada patria de “la democracia y la justicia” sea socavada en todo el mundo. En un período de creciente desafío mundial al dominio estadounidense, se ve que es una fuente inagotable de la flagrante discriminación, la impune violencia policial, y la sistemática persecución del pueblo negro avalada por la ley.

Un sector de los gobernantes está decidido a hacer algunos cambios cosméticos para poder llevar mejor a cabo un programa de la represión intensificada, la defensa bajo cualquier circunstancia de los policías asesinos y brutales, y un programa desenfrenado de encarcelación en masa de gente latina y negra. Obama y otros, principalmente demócratas, creen que hacen falta unos cambios en el adiestramiento de la policía y un conjunto de políticas legales no tan flagrantemente discriminatorias. Por otro lado, están los republicanos.

El programa de Obama incluiría la participación de “los líderes de la comunidad” en la elaboración de “soluciones” con la mismísima policía y funcionarios políticos que llevan a cabo los ataques contra la gente. Obama concluyó su discurso con: “Incumbe al activista a también tomar en serio el duro trabajo que hacen los policías. Y esa es una de las cosas que hizo el grupo de trabajo post-Ferguson. Unos activistas marcharon juntos con los jefes de policía de Ferguson y los agentes del orden público, reuniéndose con ellos y buscando soluciones”.

Eso pone las patas arriba en cuanto a la verdad. ¿Qué habría pasado si la gente en Ferguson no se hubiera levantado con valentía y rebelado y llamado la atención del mundo? Michael Brown sería un joven negro más asesinado por la policía, y olvidado por todo el mundo excepto su familia y amigos. ¿Y qué si la gente en Ferguson se hubiera reunido con los malditos policías asesinos para “buscar soluciones” con ellos en lugar de persistir en su reclamo por la justicia frente a los tanques, el gas lacrimógeno, la Guardia Nacional y los brutales ataques de la policía? ¿Habría sucedido las efusiones de masas en protesta contra la brutalidad policial que crecieron en oleadas por todo Estados Unidos por meses el año pasado? ¿Podría el mundo entero haber llegado a ver qué tan sistemática y profundamente arraigada es la brutalidad y asesinato de la gente negra en este país?

Cuando los jóvenes de Baltimore se levantaron para reclamar justicia para Freddie Gray, para que el asesinato policial de este joven negro no fuera fallado “justificado” como tantos otros asesinatos policiales, Obama los llamó “matones”. El hecho es que esos jóvenes hicieron más para lograr algo positivo respecto al terror policial y la encarcelación en masa que mil millones de pedidos a los gobernantes, ni hablar de marchar con los jefes de policía.

Obama asistió a este foro el día del vigésimo aniversario del Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial, la Represión y la Criminalización de las Generaciones y en medio de De Pie en Octubre para PARAR el terror policial. Lo que él hace es todo lo contrario de todo eso. Habló ante un público de funcionarios policiales y fiscales que han sido no sólo los defensores sino los arquitectos de un sistema de “justicia penal” que ha dado lugar a millones de personas encarceladas, miles asesinadas, y un sinnúmero de miles brutalizadas y aterrorizadas por la policía. Como dijo Radley Balko, autor del libro Rise of the Warrior Cop [El ascenso del policía guerrero], esto equivalía “convocar un panel de perros para discutir las amenazas para las ardillas”.

Obama estaba tratando de convencer al público de funcionarios policiales y judiciales a hacer unos ajustes en la forma en que imponen la opresión que se ve revelada cada vez más ante el mundo entero como la brutalidad sistemática y el asesinato descarado de la gente negra que es. También trata de convencer a las muchas personas de la clase media que se han despertado a cuestionar y protestar por la supremacía blanca y las injusticias que caracterizan a esta sociedad, a convencerles que él está actuando para hacer el sistema más justo y equitativo mientras que al mismo tiempo asegurándose que “la “seguridad” de ellas es de suma importancia. Él hace esto con el fin de sostener esta opresión, y este sistema.

No. La supremacía blanca es una parte profundamente integral de este sistema y su funcionamiento. Este sistema no tiene ninguna solución a la incesante opresión que ha impuesto durante desde hace cientos de años. No tiene ningún futuro para ofrecer a los jóvenes de hoy y las generaciones futuras. Sus líderes, sean Obama y los demócratas o los republicanos que se oponen a estos, no tienen ningún interés, deseo ni capacidad para cambiar eso de manera importante alguna.

Lo necesitado por parte de la gente no es que ayude a los que imponen la represión para que puedan llevar mejor a cabo un genocidio lento que podría convertirse en un genocidio rápido.

Carl Dix del Partido Comunista Revolucionario expresó enfáticamente lo que hace falta con urgencia: “Cuando enfrentas un genocidio, y eso SÍ ES lo que encaramos, no se les pide a los perpetradores del genocidio que hagan ciertos cambios cosméticos para que se vea mejor o se rebaje su intensidad. Hay que hacer algo para PARARLO”.

 

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