Reflexiones de un lector de Chicago:
Crisis en la cúpula del poder, indignación en la calle... y el potencial para la revolución total

16 de diciembre de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Abatieron a tiros a Laquan como a un conejo.

-un manifestante

Lo que nos sentimos en Chicago es el verdadero sentido del mismo Estados Unidos, y eso es la injusticia contra la gente de color.... Esto ha sido un problema en Estados Unidos desde que ha existido Estados Unidos. Laquan representa a miles de Laquans — la misma piel negra, la misma pobreza....

— Reverendo Marvin Hunter, tío abuelo de Laquan McDonald

Esta carta son unas ideas sobre cómo la crisis actual en Chicago, desencadenada por el video del asesinato policial de Laquan McDonald, podría contribuir a una potencial crisis de legitimidad, y sobre la relación entre una crisis de legitimidad y una crisis revolucionaria. En la crisis actual, existe un amplio cuestionamiento del uso legítimo de la fuerza por la policía contra las personas negras y otras minorías, y la ira y cuestionamiento profundos por el encubrimiento del asesinato de Laquan. “Sobre la estrategia para la revolución” habla de “sacudidas y fallas repentinas en el ‘funcionamiento normal’ de la sociedad, que estimulan a muchas personas a cuestionar y resistir lo que suelen aceptar”. Esta es una sacudida como tal. También habla de situaciones en que aparecen grietas en las estructuras e instituciones dominantes, las relaciones esenciales de opresión se ponen en evidencia de modo agudo, los conflictos entre los gobernantes se profundizan y no se resuelven con facilidad, y se hace más difícil que los poderes dominantes mantengan las cosas bajo su control y a la gente bajo su dominio.

El video de Laquan McDonald sacó a la luz no sólo los actos de un perro asesino que acribilló a 16 balazos al cuerpo de Laquan, y no sólo el inmediato y prolongado encubrimiento por parte del departamento de policía, sino también el hecho de que las principales instituciones de poder “civil” local se pusieron en marcha y jugaron su papel de proteger al policía asesino y encubrirlo todo. El hecho es que el asesinato se vio bien claro en el vídeo, no obstante se ha pasado más de un año durante el cual el departamento de policía, el fiscal del estado, el alcalde, la autoridad de revisión de la policía “independiente”, y el ayuntamiento TODOS intentaban encubrirlo.

La gente en las comunidades oprimidas, especialmente la gente negra, ha sabido por mucho tiempo que la policía actúa con impunidad, incluido el asesinato, y que no se va a encontrar la justicia en ninguna parte. Chicago se describe a sí misma como “la ciudad que trabaja”. Así es como trabaja y ha trabajado durante décadas. Así es cómo se llevan a cabo, encubren y justifican rutinariamente el asesinato policial, los tiroteos, la tortura y la brutalidad... esto es el pan diario en Chicago y en Estados Unidos.

Cuando esto se estalló, comenzaron a salir a la luz otros incidentes horrendos de asesinato y terror policial, incidentes que la gente ha tratado de sacar a la luz durante años, pero que fueron u ocultados o tratados de importancia mínima: Más videos que mostraron a los adolescentes disparados por la espalda mientras huían, los enfermos mentales asesinados por palizas y por pistolas Taser, los familiares de las víctimas del asesinato policial aterrorizados por la policía. Las pistolas colocadas como evidencia falsa, los encubrimientos y mentira tras mentira tras mentira, constantemente las mentiras.

Y ahora se ha dado a conocer en sectores mucho más amplios de la sociedad. Hay personas blancas en los suburbios discutiendo todo esto quienes normalmente hacen la vista gorda o culpan a las masas negras por sus condiciones. Algunos dicen que tienen miedo de las protestas y especialmente de los motines, pero al mismo tiempo quieren apoyar a las personas que protestan, incluso unirse a ellos, porque ven que hay un enorme problema con la policía y cómo tratan a la comunidad negra. Si usted es una de esas personas — ¡éntrele y únase a las protestas! Hace falta usted... y será bienvenido.

Vale la pena pensar en un punto que señala Bob Avakian (BA) en un artículo en el que se examina la relación de una crisis de legitimidad con el desarrollo de una crisis revolucionaria (“Crisis de legitimidad y crisis revolucionarias: La fuerza armada ‘legítima’ e ‘ilegítima’”, revcom.us). Si bien este artículo trata el papel del ejército en condiciones de guerra, tiene relación con el papel de la policía. BA cita del libro Experience of War [La experiencia de la guerra] de Martin Van Creveld: “Ninguna sociedad tolera la matanza a menos que la circunscriban minuciosamente normas que dicten lo que se permite y lo que no se acepta. En todos los tiempos y en todas partes, no se culpa a la gente autorizada a matar en circunstancias específicas y de acuerdo a ciertas normas; por el contrario, se la elogia. En cambio, los que matan violando las normas o pasándolas por alto generalmente reciben un castigo... Donde no se conserva esta distinción, la sociedad se desintegrará y la guerra será simple violencia indiscriminada”.

La legitimidad de la policía a los ojos de amplios sectores de la población se puede desenredar cuando esas personas ven a la policía como las fuerzas que matan de forma ilegítima e impunemente. Considere cuántas personas creyeron en un principio que el asesinato de Laquan era lamentable pero un acto necesario de violencia por parte del estado (basado en la historia oficial de que “Laquan tenía una mirada enloquecida en sus ojos, estaba arremetiéndose contra la policía con su cuchillo, la policía estaba bajo peligro”“), y luego ¡llegaron a reconocer que nada de esto sucedió! Y no sólo eso, sino que este asesinato a sangre fría lo encubrieron todas las autoridades dentro y fuera del departamento de policía. Además de vídeo tras vídeo de otros asesinatos policiales a lo largo del año pasado, la revelación de las mentiras y encubrimientos en torno al asesinato de Laquan McDonald está alimentando la creciente ira.

Como ha señalado la cobertura de Revolución / revcom.us de la crisis en Chicago, los gobernantes están asustados y maniobrándose para contener la indignación. Luchan para limitar cuánta información salga sobre los asesinatos y brutalidad policiales, con el fin de sofocar el cuestionamiento de la legitimidad del uso policial de la fuerza contra las comunidades oprimidas, y canalizar el furor en callejones sin salida. Las autoridades estaban aterrorizados de la reacción de las masas negras en los barrios —las que aterrorizan todos los días— que la gente se levante.

Una vez que un juez ordenó que se hiciera público el video del asesinato de Laquan, los gobernantes trataron de mantener todo bajo control. Pero es importante entender que cada paso que dieron para control de daños fue contraproducente y la gente se indignaba aún más. Por ejemplo, el alcalde convocó a ministros y líderes de la comunidad antes de que se hiciera público el video y los amenazó con la retirada de todos los fondos para sus programas y servicios si algo se saliera de control en los barrios. Respondieron a eso con el frío enojo. La mayoría se negó a jugar el papel de bombero, y algunos llamaron activamente a la gente a salir a las calles.

En la tormenta que siguió a la publicación del video, el alcalde Rahm Emanuel admitió que no se trataba de una única manzana podrida, sino de una falla sistémica, y despidió al jefe de la policía. Anunció la formación de un grupo de trabajo para “estudiar el problema”. Hillary Clinton y muchos otros pidieron que el Departamento de Justicia interviniera para una investigación a fondo. Al principio Emanuel dijo: “¡No!” Luego tuvo que dar la bienvenida al Departamento de Justicia como parte de “la solución”. Figuras claves quedaron expulsadas ​​o renunciaron. Entonces Emanuel dio el discurso de una vez en la vida, un discurso emotivo de “lo siento”. Muy poco, muy tarde. Y muchísima gente lo consideró totalmente falso. Inmediatamente, 1.000 personas salieron a las calles para exigir que se responsabilizara a todos los involucrados en el asesinato y encubrimiento. Decenas de médicos, residentes y estudiantes de medicina realizaron un simulacro de muerte de 16 minutos simbólicos en frente del ayuntamiento.

La principal expresión de todo esto es la exigencia de que renuncien el fiscal del estado Anita Alvarez y el alcalde. Si bien nadie puede decir dónde todo esto conducirá... tiene el potencial de salirse de esos límites. Y tenemos que luchar para que sí se salga. No podemos dejar que sólo le pongan un “parche” y vuelven a su rutina brutal.

Se traza una línea divisoria de que lo que se necesita es que todos los que eran parte del asesinato de Laquan McDonald y el encubrimiento, y los que son parte de TODOS los asesinatos policiales y encubrimientos (en todo el país), hasta las altas esferas del poder, queden ACUSADOS y CONDENADOS por asesinato y encerrados como parte de la lucha para PARAR EL TERROR POLICIAL. ¡Y lo que se necesita para parar toda esta locura y los siglos de opresión del pueblo negro una vez por todas es una revolución total!

El estallido de resistencia y la condena generalizada del papel de la policía de asesinar y maltratar la gente está afectando la moral de la policía de Chicago y agudizando las contradicciones en sus filas, así como entre la policía y las autoridades gobernantes locales y representantes de las agencias federales. Aunque la policía ha aterrorizado a barrios enteros durante muchísimo tiempo y salido con la suya, ahora está a la defensiva. Se filtran videos desde dentro del propio departamento. Varios del alto mando han dimitido / retirado, evitando las próximas investigaciones, dejando que sus subordinados se enfrenten a estas. Blogs policiales se quejan airadamente de que el alcalde no les respalda y les deja ser castigados, y piden a sus hermanos policías a no desempeña su “función policial” de ninguna manera que pudiera atraerles escrutinio o riesgo. (Por cierto: ¿Qué nos dice sobre el papel de la policía que si no les permiten asesinar descaradamente a adolescentes negros y salir impunes, entonces ellos no pueden ni van a hacer su trabajo? Nos dice que eso SÍ ES su trabajo.)

Vale la pena reflexionar sobre esto que dice Bob Avakian:

Lo fundamental de la dictadura —de toda dictadura y toda forma de estado— es el monopolio de la fuerza armada, que se legitima a través del sistema político y el "convenio social" prevalecientes, y las correspondientes "normas ideológicas". Así que, repito, cuando se cuestiona de manera contundente la legitimidad del monopolio de la fuerza armada, y sobre todo cuando la cuestionan amplias capas de la sociedad (no solo el proletariado y las masas populares, sino también importantes capas de la "clase media"), esto puede ser un aspecto crucial que estimule el desarrollo de un elemento clave de una lucha revolucionaria: el surgimiento de un pueblo revolucionario, de millones y millones de personas decididas a hacer un cambio revolucionario.

(de Grandes objetivos y gran estrategia: “Crisis de legitimidad y crisis revolucionarias: La fuerza armada ‘legítima’ e ‘ilegítima’”)

Una crisis de ilegitimidad no se convierte automáticamente en una crisis revolucionaria, pero si es un elemento clave de una crisis revolucionaria. La obra citada arriba de BA continúa para decir: “Eso nos lleva al tema de la agudización de las contradicciones sociales, y de las contradicciones al interior de la clase dominante, y su relación con las crisis de legitimidad y las crisis revolucionarias”.

La posibilidad de que surja una situación revolucionaria, y no en pequeña medida debido a la opresión del pueblo negro en Estados Unidos, es una posibilidad muy concreta — no una certeza pero sí una posibilidad, como BA y el PCR vienen señalando durante el año pasado. Apenas hace unas semanas, a raíz de De Pie en Octubre, los sindicatos policiales —incluyendo al Orden Fraternal de la Policía en Chicago— andaban pavoneándose y atacando a Quentin Tarantino por participar en De Pie en Octubre y por tomar una posición firme contra el asesinato policial. Desde octubre se ha visto la oleada de protestas estudiantiles empezando con la Universidad de Misuri (Mizzou); el campamento en protesta por el asesinato policial en Minneapolis y el ataque de supremacistas blancos con armas de fuego contra los manifestantes, y la protesta de miles en respuesta; la efusión de masas cuando se dio a conocer el video del asesinato de Laquan McDonald y el encubrimiento. En Baltimore ha empezado el juicio del primer policía por el asesinato de Freddy Gray. Y está pendiente la decisión del gran jurado en Cleveland sobre el asesinato de Tamir Rice de 12 años de edad. Esta contradicción en torno a la opresión del pueblo negro está agitando a la sociedad.

Hay que situar todo esto en el contexto internacional. A Obama le dieron el timón del imperio estadounidense principalmente para que este imperio recupere su posición en el mundo tras el debacle de Bush y la guerra de Irak — la que ha resultado en el enorme crecimiento en el mundo del fundamentalismo islámico y los problemas que le han agobiado a Estados Unidos y sus aliados a medida que intentan someter a la fuerza al Oriente Medio para forzarlo a cuadrar con sus objetivos estratégicos. (Ver la carta de Bob Avakian, “Obama: ¿Jugando su mejor carta?” escrita después de la primera vez que Obama fue elegido.)

Un factor secundario fue que, después del desmoronamiento de la economía en el 2008, Obama jugó un importante papel como válvula de escape con respecto a la comunidad negra, que fue y sigue siendo la más fuertemente impactada por la crisis económica. Actualmente en Chicago, hay un elemento importante de un sector del pueblo negro, especialmente de la capa media, que se siente traicionado por Obama tanto con respecto a la brutalidad y asesinatos policiales, así como con respecto al hecho de que la juventud no tiene ningún futuro. Hay mucha ira contenida contra el alcalde de Chicago, Emanuel, por implementar medidas de austeridad durante su primer turno como alcalde. Cerró 50 escuelas, las clínicas de salud mental, etc. Los maestros votan actualmente para autorizar una huelga.

Este es uno de esos momentos cuando nadie puede decir qué tan lejos podrían avanzar las cosas hacia una crisis revolucionaria — por la profundidad de la opresión del pueblo negro, la protección que le otorgan a la policía, su interrelación con tanto la situación internacional como los otros “5 ALTOS”, así como el lado fascista desatado y movilizado en torno al Partido Republicano en la campaña electoral. El revanchismo (represalias) en defensa de la supremacía blanca y el patriarcado se intensifica y se robustece. Todo eso es una señal de que las cosas pueden dar giros y saltos dramáticos.

En los últimos 16 meses, a nivel nacional, el problema del terror policial ha saltado a la palestra, desde Ferguson a Baltimore y demás lugares. Esto ahora se centra en Chicago, una de las principales ciudades de Estados Unidos. El alcalde Emanuel tiene lazos directos con la Casa Blanca. De hecho, la única razón porque Emanuel es alcalde es porque Obama lo instaló. En las recientes elecciones, que fueron muy cerradas, Obama hizo campaña a favor de Emanuel en contra de un demócrata “progresista”. El hecho de que Emanuel fue el Jefe de Gabinete de Obama y es una pieza clave de la campaña de Hillary Clinton por la presidencia, ha hecho a muchos preguntar con quién en la Casa Blanca consultó sobre cómo manejar la crisis sobre el caso de Laquan McDonald. Dado que tanto Obama como Clinton son oriundos de Chicagolandia, se han quedado muy calladitos sobre el asesinato de Laquan McDonald y el encubrimiento.

Fue impresionante que aun después del tiroteo en San Bernardino, que dominó las noticias a nivel nacional, las noticias de televisión y los periódicos en Chicago reportaron principalmente sobre el escándalo del Departamento de Policía de Chicago. Objetivamente, esto representa un enorme problema para la clase dominante de Estados Unidos si la población no acepta la mayor militarización de la policía, mayores poderes para la policía, etc. Ni hablar de la cobertura internacional de los asesinatos policiales de negros y latinos.

Estamos viviendo en un “momento”, uno que las autoridades quieren convertir en un camino largo, lento, sin rumbo, con quizás unos cambios pequeñitos y superficiales en la forma en que la policía funciona mientras mantienen intacto todo el sistema. Para el pueblo eso sería fatal. Y eso es precisamente el papel de las investigaciones del Departamento de Justicia.

La prensa caracteriza la situación en Chicago como una en la que el pueblo ha dejado de tener “confianza” en la oficina del alcalde y en el departamento de policía, el segundo más grande del país, y en la que hay que “restaurar esa confianza”. Algunos que han estado en las trincheras luchando para desenmascarar el asesinato de Laquan y los crímenes del Departamento de Policía de Chicago dicen que, ya que se ha escavado el fondo del problema y se ve lo feo que es, ha llegado la oportunidad para “un proceso de verdad y reconciliación… para avanzar de una sociedad que tolera la justicia tipo apartheid a una que garantice el tratamiento equitativo ante la ley”. Pero hasta que la gente entienda el verdadero papel de la policía en una sociedad capitalista, seguirá siendo las víctimas del engaño y del autoengaño insensato.

En Lo Básico 1:24, BA dice:

El papel de la policía no es de servir y proteger a la gente, es para servir y proteger el sistema que gobierna sobre la gente. De reforzar las relaciones de explotación y opresión, las condiciones de pobreza, miseria y degradación que el sistema ha impuesto sobre la gente y está determinado a mantenerla allí. La ley y el orden que representa la policía con toda su brutalidad y asesinato es la ley y el orden que refuerza toda esta opresión y locura.

Como dice el artículo de revcom, “El maldito Chicago, ¡carajo!”:

Ya es el momento de doblar los esfuerzos, de organizarse para una revolución concreta, organizando a todo aquel que sueñe con la justicia, la libertad, un mundo liberador radicalmente diferente. Significa ir a las comunidades de los oprimidos, aquellos cuyas condiciones de vida claman por la revolución, para organizarse y desempeñar un papel mucho mayor en la situación actual así como en unirse con diferentes sectores de la población, especialmente los jóvenes y estudiantes de todas las nacionalidades en la ciudad y los suburbios... haciendo todo esto para transformar el terreno y el pueblo, preparando el terreno HOY para la revolución. Los que normalmente no cuentan para nada en esta sociedad, lo que hacemos en esta situación puede contar mucho en poner fin a toda esta locura aquí y en todo el mundo.

Cualquier persona seria o que acabe de despertar tiene que saber que hay un líder revolucionario que salió de las grandes luchas revolucionarias en todo el mundo de la década de 1960, y tiene que entrarle a este líder. Dile a la gente que vaya a la página web www.revcom.us para obtener más información acerca de Bob Avakian y la revolución que necesitamos. Entrarle al movimiento para la revolución que el Partido Comunista Revolucionario construye, y Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución.

En este momento tenemos que estar en las calles como locos, haciendo alboroto y exigiendo justicia y al mismo tiempo dando respuestas concretas de POR QUÉ sucede esto y QUÉ podíamos hacer al respecto. No puede haber un camino medio — toda la verdad debe salir. A todos los criminales —los verdaderos criminales que están detrás de los crímenes cometidos en relación al asesinato de Laquan y el encubrimiento de ese asesinato, por tan altos los puestos que ocupen— hay que acusarlos, condenarlos y encarcelarlos por sus crímenes. Todos los demás asesinatos, torturas y tiroteos policiales que durante mucho tiempo estaban enterrados también deben salir a la luz.

Volviendo a donde empezamos: a través de todo esto tenemos que plantear ante todos el hecho que los monstruos que dominan esta sociedad, los que mandan, llevan a cabo, protegen y encubren a los asesinatos de gente como Laquan McDonald a diario, no tienen ninguna legitimidad, y que la fuerza y la violencia que usan son completamente ilegítimas y hay que oponerse a ellas… y que necesitamos un sistema completamente nuevo, una sociedad completamente nueva, en la cual los instrumentos del poder respalden a quienes trabajan para transformar la sociedad hacia la emancipación de TODA la humanidad.


1. Los “5 Altos” se refieren a las consignas que salen con regularidad en revcom.us:
¡ALTO a la genocida persecución, encarcelación en masa, brutalidad y asesinato policial de negros y morenos!
¡ALTO a la destrucción del planeta por parte del capitalismo- imperialismo!
¡ALTO a la satanización, criminalización y deportación de los inmigrantes y a la militarización de la frontera!
¡ALTO a las guerras de imperio, ejércitos de ocupación y crímenes de lesa humanidad!
¡ALTO a la patriarcal denigración, deshumanización y subyugación de todas las mujeres por todos lados y toda la opresión por razones de género u orientación sexual! [regresa]

 

 

 

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