San José, California: Una justa protesta contra el mitin fascista de Trump
15 de junio de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us
De militantes del Club Revolución del Área de la Bahía de San Francisco:
El jueves 2 de junio, el fascista Donald Trump, promoviendo con cada suspiro la intolerancia y el chovinismo yanqui, espiró su hedor repugnante y desató a sus partidarios en el Centro de Convenciones de San José. La respuesta fue una furia indignada y justa de parte de una multitud joven y de varios sectores sociales.
Protesta versus mitin de Trump, San José, 2 de junio. Foto: revcom.us/Revolución
Cuando llegó el Club Revolución, los partidarios de Trump formaban colas, y estaba sólo una que otra persona opuesta a Trump con sus pancartas improvisadas. Los reunimos a varios de los manifestantes, incluidas tres latinas de preparatoria que se turnaron portando, a lo largo de la protesta, una enorme ampliación del retrato de Trump con capucha del KKK y bigote de Hitler con las palabras, en español e inglés: “Mein Trumpf: Un cerdo fascista cien por ciento estadounidense”, la portada de un número del periódico Revolución. También llevamos la manta del Club Revolución: “Ya es hora de organizarse para una revolución CONCRETA. Únete al Club Revolución” y empezamos a distribuir el Mensaje del Comité Central del PCR (se repartieron cientos a lo largo del día).
Por varias horas, los partidarios de Trump iban entrando al mitin, con unos 40 a 50 de nosotros afuera protestando. Los militantes del Club Revolución hicieron agitación con un altoparlante, dirigieron a los otros a corear consignas y animaron a los jóvenes a declarar en voz alto por qué habían asistido a la protesta. Dijimos: “El hecho de que Trump sea un candidato político legítimo en este sistema demuestra que todo el sistema es ilegítimo”. Entonces el grupo empezó a corear espontáneamente: “Todo el sistema es ilegítimo”. Hicimos agitación acerca de la verdadera historia de este país, remachando el mensaje de que Estados Unidos JAMÁS fue grandioso.
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Escuche el audio en inglés del Mensaje, grabado por unos miembros del Club Revolución
Dentro de poco, cientos de personas estaban en las calles alrededor del Centro de Convenciones. La mayoría eran estudiantes latinos de prepas y universidades, así como otros de “organizaciones del barrio”, a quienes se unieron personas de todo sector social. Sindicalistas, maestros, partidarios de Bernie, una multitud multinacional. Un pequeño grupo izaba una manta que decía: “Que Estados Unidos vuelva a ser INDÍGENA”. No había muchos grupos organizados, pero sí muchos individuos y grupos de amigos convocados por la ira.
Un joven blanco dijo que su mamá estaba enojada con él por ir a la protesta en vez de ir a una obligación académica, pero él le contestó: “Hay cosas que uno tiene que hacer porque es lo justo. Hay cosas que no se pueden permitir. El que venga aquí Trump es una de estas”. Después de tomar esa posición y dar ese breve discurso, su mamá lo entendió y, conmovida, anunció con orgullo en Facebook que ese día su hijo estaba haciendo lo correcto al enfrentarse a la intolerancia.
Llegó un grupo de adolescentes latinas con toga y birrete. Les preguntamos, “¿Se acaban de graduar?”, y nos dijeron que no, ¡que estaban en camino a la graduación, pero primero tenían que ir a la protesta contra Trump! Otra joven llevaba una pancarta que decía: “A ESTO LLEVA EL ODIO” con fotos con leyendas de: el genocidio de los pueblos indígenas, la esclavitud, los campamentos de internamiento en que retuvieron a los japoneses, y otros crímenes de Estados Unidos. Un joven nos dirigió en corear una consigna que se oyó mucho durante la protesta: “¡1 2 3 4: Slavery, genocide and war! 5 6 7 8: America was never great!” [¡1 2 3 4: esclavitud, genocidio y guerra! ¡5 6 7 8: Estados Unidos nunca fue grandioso!”]
En cierto momento, después de ser provocados por los partidarios de Trump que llegaban por el mitin nazi, la gente congregó en masa ante la entrada del Centro de Convenciones. Docenas de policías se movilizaron en la entrada para repelerles. La ira era palpable. Todos corearon con una sola voz: ¡QUE TE VAYAS AL CARAJO, TRUMP! El Club Revolución comenzó a hacer agitación sobre el sistema que engendra a tipos como Trump, que lanza a su policía contra aquellos que se oponen a su intolerancia, y leímos en voz alta el llamamiento para organizarse para una revolución concreta. Muchas personas que escucharon nuestra agitación o vieron, al correr por entre el caos, la llamativa consigna YA ES HORA DE PREPARARSE PARA UNA REVOLUCIÓN CONCRETA, nos arrancaron de las manos el Mensaje. Les brillaban los ojos. O dijeron entre dientes “Sí, carajo” o se les dibujó una amplia sonrisa mientras consiguieron el Mensaje y navegaron entre la multitud. También coreamos: “How do we get out of this mess? Revolution, nothing less!” [¿Cómo salimos de este lío? ¡Revolución, y nada menos!], y la multitud lo repitió y otros lo corearon asimismo durante toda la protesta.
Protesta versus mitin de Trump, San José, 2 de junio. Foto: revcom.us/Revolución
Al volver a la calle, la protesta bloqueó el tráfico. Muchos chóferes tocaron la bocina en apoyo y levantaron el puño, unos hasta bajándose y uniéndose a la protesta. En la calle estaban todos mezclados los partidarios de Trump, los policías y los manifestantes. La policía trató de rodear el cruce y por arriba zumbaron helicópteros mientras brotaron choques entre los partidarios de Trump y los manifestantes. Ante el escarnio y la engreída ignorancia y arrogancia de Trump y sus partidarios, los jóvenes se plantaron valiente y justamente. Los partidarios de Trump, los que acababan de salir del mitin en que Trump los había incitado con el odio racista, desfilaron por la calle con sus pancartas y camisetas con las consignas: “Que Estados Unidos vuelva a ser grandioso” y “La mayoría silenciosa apoya a Trump”. Como parte de rebelarse contra Trump y todo el chovinismo de Estados Unidos Número Uno, los manifestantes quemaron sombreros con “Que Estados Unidos vuelva a ser grandioso” y banderas estadounidenses.
De vez en cuando alguien gritaría que la ira no es la solución, y en respuesta muchas personas lo criticarían de modo amable. La ira de los manifestantes es justa. Trump por sí mismo, y este mitin fascista en San José en particular, es una provocación. A los trabajadores inmigrantes y otros los tratan como perros todos los días, y ahora este pendejo llega vomitando su odio con su desfile fascista. ¿Cómo no va a estar encabronada la gente? Un joven preguntó: “Entonces, ¿esa es la solución — la ira?”, a lo que alguien contestó, “No es toda la solución, pero, joder, es definitivamente una parte de ella”.
En cierto momento cuando las cosas estaban un poco dispersadas, el Club Revolución marchó en formación por la calle coreando “We are the revcoms, mighty, mighty revcoms” [Somos los poderosísimos comunistas revolucionarios], repartiendo copias del Mensaje del PCR. Un hombre con tatuajes que le cubrían la cara y que había portado una ampliación de la imagen de Trump con la capucha del KKK y el bigote de Hitler marchó y coreó con ellos, y de todos los lados llegaron jóvenes para conseguir el Mensaje. Cuando el Club Revolución coreó “¿Cómo salimos de este lío?”, muchos contestaron: “¡Revolución, y nada menos!”.
En plena calle organizamos mítines para que la gente pronunciara sus ideas, en los que los jóvenes expresaron su furia así como su orgullo y amor por sus familias, a las que Trump sirve de paladín para deshumanizar y criminalizar. Algunas personas corearon: “¡Homosexuales contra Trump!” y la multitud lo adoptó, coreándolo. Muchos jóvenes querían desahogarse y gritar, “¡Que te vayas al carajo, Trump!” y en esa ira se expresaba mucho amor por los que son tratados en Estados Unidos y bajo este sistema como si fueron menos que humanos: los latinos, la gente gay, las mujeres, los musulmanes y otros.
A lo largo de la protesta se entablaron conversaciones breves y enconadas sobre el problema y la solución, y se hizo agitación que denunciaba todo el sistema y retaba a las personas a que no confiaran en los demócratas y en particular en Bernie, ni en cualquier otro gobernante ofrecido por este sistema, el cual es el problema, sino que lucharan por la revolución y un mundo mejor, y que se conectaran ahora con la dirección de Bob Avakian: Sé un emancipador de la humanidad.
Un señor latino en un coche parado preguntó por quién iban a votar los revolucionarios. Ellos contestaron: “No votamos por este sistema, nos esforzamos por derrocarlo” y él se quedó sorprendido. Dijo que no podía votar y no podía creer que alguien que sí podía votar decidiera no hacerlo. Dijo, “No votar es como abandonar su voz”. Le respondimos, “Lo que tenemos que hacer es abandonar este sistema y dejar de jugar según sus reglas, y en vez ser parte de la lucha para cambiar el mundo a través de la revolución”.
Por lo general, la protesta marcó otra oleada del descontento y espíritu revoltoso de la gente ante el descarado programa fascista del cerdo Trump. Esta resistencia debe crecer de manera exponencial, y cada vez más personas deben llegar a reconocer que la fuente de todos los Trump es el capitalismo-imperialismo, y que la solución es la revolución — no para un sector del pueblo, sino para todo el mundo, aquí y alrededor del mundo.
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