Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar:
MSF toma posición contra la despiadada política de la Unión Europea cuando cantidades sin precedentes de refugiados enfrentan un mundo hostil
29 de junio de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us
20 de junio de 2016. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. Médicos Sin Fronteras (MSF) ha anunciado que a partir de ahora rechazará toda financiación de la Unión Europea (UE) y sus Estados miembros, “en protesta por la dañina política migratoria europea, basada en la disuasión y en alejar lo máximo posible de sus costas a quienes huyen de la guerra y el sufrimiento”.
La organización humanitaria —cuyo nombre desde el principio tuvo el propósito de describir el alcance internacional de su trabajo médico— hizo referencia específicamente al acuerdo de la UE con Turquía, según el cual la UE le pagará a Turquía por quitarle los refugiados de encima. MSF señala que la negativa de Europa a tomar en cuenta las solicitudes de asilo de personas que han llegado a sus costas va contra del derecho europeo e internacional, y hace añicos el principio mismo del derecho al asilo establecido por la Convención de Refugiados de 1951, creada tras la II Guerra Mundial. Esto se da en un momento en el que a nivel mundial hay más gente desplazada a la fuerza por guerra o persecución que nunca, aún más que durante y después de esa guerra, más de 65 millones de personas, según un informe de la ONU del 21 de junio de 2016.
Esta situación no es principalmente resultado de desastres naturales ni tampoco de la pobreza. La mayoría de refugiados que Europa quiere “apartar de su vista mediante disposiciones legales”, como plantea MSF, provienen de Siria, Irak y Afganistán, países con cuyas poblaciones tienen una deuda de sangre Estados Unidos y las potencias europeas que hicieron todo lo posible por atizar la guerra en Siria, e invadieron y ocuparon Irak y Afganistán.
MSF también alertó: “La semana pasada, la Comisión Europea [la entidad política central de la UE] dio a conocer una nueva propuesta para replicar la lógica del acuerdo con Turquía en más de 16 países de África y el Medio Oriente; estos acuerdos impondrían restricciones en los convenios de comercio y ayuda al desarrollo a los países que no frenen la migración hacia Europa o no faciliten los retornos forzosos, y premiarían a los que sí lo hagan. Entre estos socios potenciales se encuentran Somalia, Eritrea, Sudán y Afganistán, cuatro de los diez principales países de origen de los refugiados y solicitantes de asilo”.
Lo mismo sucede en Estados Unidos, donde el presidente Barack Obama, a pesar del contraste entre el “decoro” de su discurso y el de los líderes políticos abiertamente fascistas en su país y en Europa, ha deportado a más personas que cualquier otro gobierno anterior. Está en camino la deportación de casi tantas personas como las que fueron expulsadas de Estados Unidos durante todo el siglo 20: 2.5 millones desde 2009 cuando ganó la presidencia (cifras extrapoladas por Tim Rogers en fusion.net a partir del Anuario Estadístico de Inmigración de Estados Unidos de 2013). Muchos de estos refugiados provienen de países centroamericanos que Estados Unidos ha destruido como sin duda ha destruido Irak, Afganistán y ahora Siria.
Inclusive en esos países donde las potencias de Occidente no han intervenido directamente en los últimos años, el convulsivo funcionamiento del sistema imperialista globalizado viene desplazando a poblaciones en masa, por lo general dejando como resultado devastación, con conflictos políticos y guerras locales muy incrustados e impulsados por esta mayor maquinaria económica y política que se devora a la humanidad.
Un resultado directo del criminal acuerdo UE-Turquía —un verdadero pacto entre gángsteres— es que unos 8.000 refugiados están varados en Grecia, sin poder ir a otra parte de Europa y sin esperanza de asilo en Grecia. La policía griega los ha trasladado a campamentos en los que las condiciones están tan malas que constituyen una forma de castigo, con el fin de forzar a las familias a aceptar la deportación voluntaria. Para colmo, utilizando el acuerdo con Turquía para aceptar a estas personas como pretexto, líderes políticos en países como Francia han declarado abiertamente que no tienen ninguna obligación moral o legal de acoger a estos refugiados. Esta es una situación sin precedentes en la Europa moderna, un abandono de la careta “humanitaria” que Francia y otros países europeos han usado desde hace mucho para ocultar su horrendo pasado colonial y presente neocolonial.
Ya que el acuerdo con la UE ha puesto un tope al número de refugiados por los que le pagarán a Turquía, en una forma invertida del tráfico humano a un nivel nunca antes visto desde el comercio de eslavos, Turquía ya no necesita de los sirios. Hasta ahora Turquía ha mantenido abierta su frontera con Siria. El objetivo era servir como el principal cauce para armas y hombres a los diferentes grupos islamistas suministrados principalmente por los Estados del Golfo, Estados Unidos y la misma Turquía. Turquía esperaba poder utilizar su papel en la guerra siria para salir como una potencia islamista más poderosa en la región. Ahora construye un muro para impedir que la gente deje de huir de esa guerra.
Una vez más, el 19 de junio guardias fronterizos turcos mataron a tiros a once sirios que trataban de huir de un pueblo controlado por el Estado Islámico (ISIS o Daesh), mientras la coalición liderada por Estados Unidos redoblaba los ataques aéreos. En un incidente siete miembros de una familia, entre ellos tres niños, fueron asesinados junto con otros dos hombres, y cinco personas quedaron heridas. En otro incidente guardias fronterizos mataron a otras dos personas. En lo que va de este año Turquía ha asesinado a unas 60 personas en su frontera y ha golpeado a muchas otras, según informes de la Coalición Nacional Siria, un grupo de oposición que no puede ser acusado de sesgo anti-turco ya que tiene sede en Estambul y cuenta con el respaldo de Turquía, Estados Unidos y Europa.
Este es un resultado predecible de las políticas de la UE, mismo que los países de Occidente han optado por ignorar, y recalca la terrible realidad descrita por MSF: “De nuevo, la prioridad de Europa no es darles la mejor protección disponible, sino mantenerles bien lejos con la mayor eficiencia posible”.
Aunque MSF recibe la mayor parte de su presupuesto de donaciones privadas, esta valiente posición no se granjeará el apoyo de los gobiernos respaldados por Occidente que en los últimos meses repetidas veces ha bombardeado hospitales y personal en zonas de guerra, como también lo han hecho grupos armados islamistas anti-Occidente. Hasta el mismo secretario general de la ONU Ban Ki-Moon, que ha aprobado muchos crímenes de guerra de Occidente, ha advertido que la creciente “detención” y “criminalización” de refugiados amenaza la hipócrita retórica humanitaria que se utiliza para maquillar el violento orden mundial actual.
Las potencias imperialistas recurren con mayor frecuencia a “soluciones” extremas y hasta soluciones militares para una emergencia creada por su propio sistema, básicamente una irrupción a la luz del día de las consecuencias del reparto del mundo sobre los exportadores de capital imperialistas y sobre el resto del mundo del que se ceba su capital. Una “Fortaleza Europa” o un Estados Unidos no son sostenibles y nadie ha propuesto ninguna otra solución que sea tan realista como una revolución en todos los países en que sea posible y tan pronto como sea posible.
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