Bob Avakian escribe que una de las tres cosas que tiene “que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor: Las personas tienen que reconocer toda la historia propia de Estados Unidos y su papel en el mundo hasta hoy, y las correspondientes consecuencias terribles”. (Ver "3 cosas que tienen que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor").
En ese sentido, y en ese espíritu, “Crimen yanqui” es una serie regular de www.revcom.us. Cada entrega se centrará en uno de los cien peores crímenes de los gobernantes de Estados Unidos, de entre un sinnúmero de sanguinarios crímenes que han cometido por todo el mundo, de la fundación de Estados Unidos a la actualidad.
La lista completa de los artículos de la serie Crimen Yanqui
El crimen:
Entre 1932 y 1972, el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos (PHS, por las siglas en inglés) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estudiaron la progresión de la sífilis no tratada en un grupo de hombres afroamericanos rurales en el estado de Alabama bajo el pretexto de proporcionarles atención médica gratuita. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, les dijeron a los hombres que les trataban por “la mala sangre”.
Inscribieron en el estudio a un total de 600 aparceros afroamericanos del condado de Macon, Alabama. De ellos, 399 habían contraído la sífilis antes del comienzo del estudio, y los otros 201 no tenían la enfermedad. Reclutaron a estos sujetos empobrecidos y a menudo analfabetos con promesas engañosas de “tratamiento gratuito especial”, lo que en realidad eran punciones lumbares realizadas sin anestesia con el fin de estudiar los efectos neurológicos de la sífilis, inscribiendo a los hombres sin su consentimiento informado (nunca les dijeron el nombre del estudio). Les dieron, gratis, atención médica, comida y seguro de entierro para conseguir que participaran en el estudio. La pobreza y el racismo eran tan profundos que los aparceros negros jamás habían visto tales beneficios por lo que constituían un gran incentivo para que accedieran a participar en el estudio.
A ninguno de los hombres infectados le dijeran que tenía la enfermedad y a ninguno le trataran con penicilina, incluso después de que el antibiótico llegó a ser el tratamiento estándar de la sífilis en 1947 — 25 años antes de que terminara el estudio de Tuskegee. Veintiocho de los hombres murieron directamente de la sífilis, otros 100 murieron de complicaciones relacionadas, 40 de sus esposas se infectaron, y 19 de sus hijos nacieron con sífilis congénita.
Los criminales:
El Servicio de Salud Pública de Estados Unidos comenzó el experimento bajo la administración del presidente Hoover en conjunto con la Universidad de Tuskegee en Alabama, y continuó hasta el régimen de Nixon.
La coartada:
El objetivo del estudio era el de documentar la historia natural de la sífilis entre la gente negra. Llamaron el estudio el “Estudio Tuskegee de la Sífilis No Tratada en el Varón Negro”, y cuando empezó no existía un tratamiento seguro y eficaz para la sífilis.
El verdadero motivo:
El propósito de este estudio racista era descubrir cómo la sífilis afectaba a negros en comparación con blancos. Creían que los blancos experimentaron más complicaciones neurológicas de la sífilis en comparación con los negros quienes eran más susceptibles al daño cardiovascular, y que el estudio lo demostraría. “El PHS esperaba validar su creencia en un dimorfismo racial específico de la sífilis: que a los blancos la enfermedad hizo el peor daño al sistema neurológico y el cerebro, y que a los negros hizo el peor daño al sistema cardiovascular sin afectar su cerebro relativamente primitivo y ‘subdesarrollado’”, escribió Harriet A. Washington en su libro de 2007, Medical Apartheid—The Dark History of Medical Experimentation on Black Americans from Colonial Times to the Present [El apartheid médico — La oscura historia de los experimentos médicos entre los negros norteamericanos desde la época colonial hasta el presente].
Aunque el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos promocionó el estudio como uno de gran valor científico, no ha producido absolutamente ningún beneficio para la sociedad o la ciencia médica. Pasaron casi 40 años antes de que alguien involucrado en el estudio analizara precisa y honestamente los resultados finales: “no aprendieron nada que pudiera impedir, encontrar ni curar un solo caso de sífilis infecciosa ni acercarnos a nuestra misión fundamental de controlar enfermedades venéreas en Estados Unidos”. Cuando el experimento llegó a la atención de los medios de comunicación en 1972, el presentador de noticias Harry Reasoner lo describió como un experimento que “utilizó a seres humanos como si fueran animales de laboratorio en un estudio ineficaz de larga duración sobre cuánto tiempo se requería para que la sífilis matara a una persona”.
Las fuentes:
“About the USPHS Syphilis Study” [Acerca del estudio de la sífilis del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos]”, la Universidad de Tuskegee
“Tuskegee syphilis experiment” [El experimento sobre la sífilis de Tuskegee], Wikipedia
Medical Apartheid—The Dark History of Medical Experimentation on Black Americans from Colonial Times to the Present[El apartheid médico — La oscura historia de los experimentos médicos entre los negros norteamericanos desde la época colonial hasta el presente], de Harriet A. Washington, capítulo 7: “A Notoriously Syphilis-Soaked Race” — What Really Happened At Tuskegee?” [Una raza notoriamente empapada de sífilis — ¿Qué en realidad sucedió a Tuskegee?]