Carta de un preso sobre entrarle a Bob Avakian
"Ahora que le entro a BA, me encuentro en una encrucijada con la opción de ponerme la necesaria carga del cambio sobre los hombros y entrarle de lleno"
14 de septiembre de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us
California, 23 de agosto de 2016
A quien corresponda del Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas y Presos (Fondo):
Realizar cambios inmediatos en los valores, creencias y principios es una tarea difícil de lograr, aunque la evolución es inevitable. Nosotros, que estamos encarcelados, hemos pasado años resistiéndonos a los cambios que el sistema nos ha conferido como una forma admirable de asimilarnos a la sociedad en general. Porque nosotros, que a menudo venimos de las circunstancias arduas del gueto, somos los que vemos lo peor de las fuerzas del orden y cómo el sistema las usa de manera arbitraria para mantener a la clase baja bocabajo en el suelo.
Debido a la guerra contra nuestra clase, hemos presenciado los crímenes cometidos por las fuerzas del orden que las personas comunes en la sociedad nunca experimentarán. Aquellos a quienes les dicen delincuentes, ¿por cuánto tiempo han dicho que los policías que patrullan sus barrios los matan injustamente? Mucho antes de esta repentina explosión de policías pillados en el acto, en las redes sociales, hemos venido diciendo exactamente la misma mierda que mucha gente empieza a constatar hoy. El presente sistema penitenciario tiene los expedientes de casos de brutalidad policial y tortura por el estado de los que los presos se han quejado desde hace siglos.
Es por eso que muchos de nosotros albergan tanto odio hacia todo este maldito sistema. Yo sé que tengo que cambiar, pero emular a aquellas personas que manifiestan tanto racismo, fascismo e intolerancia — pues, ¡NUNCA LO HARÉ! ¿No nos iría mejor resistiéndonos al sistema que rindiéndonos tímidamente y transando nuestras experiencias y valores? Pues, las atrocidades que la sociedad, por las redes sociales, ha vislumbrado, las veo cada día. ¿Y qué? ¿Ser más como ellos para sobrevivir?
Por ejemplo: de niño, me pilló la policía por una acusación de llevar un arma. Tengan en cuenta que he sido un pandillero desde que tenía doce años de edad. Entiendo que no debí haber tenido un arma o estado en una pandilla etc. Pero me sacaron de mi barrio, del territorio de mi pandilla, para llevarme en auto por el territorio de mis enemigos — nada más para que los policías me pudieran indicar las casas y vehículos de los miembros de la pandilla rival. Después de decirme que no les decepcionara (a los cerdos policías), me devolvieron mi arma y me liberaron en territorio rival. Aunque tenía trece años en ese entonces, entendía que esos hijos de puta eran muy mala gente. Me viene a la mente muchos otros ejemplos en los que estos cerdos pretendieron incitar algo y causar daño orquestando circunstancias las que pudieran haber causado o sí han causado que alguien resultara herido o muerto. Ni hablar de cuántas personas que conozco que esos perpetradores asesinaron o golpearon.
Es imposible olvidar eso. Es imposible olvidar a los hermanos del barrio que conoces que los policías o mataron o tendieron trampas para salir muertos. Supongo que es por eso que nos resistimos al cambio indefinidamente, aunque sabemos que la forma en que vivimos no es exactamente adecuada para nuestro proceso evolutivo, no hay (no había) una alternativa adecuada para emular.
Ahora que le entro a BA, me encuentro en una encrucijada con la opción de ponerme la necesaria carga del cambio sobre los hombros y entrarle plenamente. Ciertos artículos resuenan profundamente y cuentan con la corroboración de mis experiencias. Yo, también, me encuentro ante el reto de evaluar la basura que permití pudrirse en mi mente. Quiero decir, es posible que, sin siquiera saberlo, yo albergara una buena parte de la doctrina de los opresores. El patriarcado es uno del que soy culpable y no quisiera que ningún hijo de puta sometiera a ninguna de las mujeres en mi vida por pensar que nada más podía hacerlo porque nació con un pene.
Estoy bajo una condena perpetua doble por homicidios pandilleros. Yo tenía veinte años cuando me arrestaron por primera vez. Por supuesto, he evolucionado. Se ha evidenciado ese odio a sí mismo expresado en los crímenes cometidos contra las personas que se parecen al hombre en el espejo. Yo ya no quiero ser una persona de dicha calaña. Gracias por su guía. Por favor, manténgase en contacto. De veras creo en el mensaje de Bob Avakian.
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