Las y los presos en las mazmorras infernales de Estados Unidos continúan su huelga nacional
12 de octubre de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us
El lanzamiento del pionero libro nuevo de Bob Avakian (en inglés)
¡Ponga este libro en las manos de las y los presos!
He aquí la manera de hacerlo: Una oferta especial de la editorial Insight Press es cuando usted le compre el libro en rústica para sí mismo y compre el mismo libro a un descuento de 50% para una o un preso, se enviará el libro directamente a una o un preso. Costo total de esta oferta: $25.50 más fletes de $5.00.
Contacto: Insight Press
info@insight-press.com
773-329-1699
En el momento de publicar esto en inglés (3 de octubre), una huelga nacional de trabajo en prisiones por todo Estados Unidos que comenzó el 9 de septiembre entra en su cuarta semana. Es difícil confirmar la información debido a la censura y el “lockdown” cuando no dejen que los presos salgan de las celdas, pero han salido informes de que presos han participado en la huelga en prisiones en todo Estados Unidos, incluidas prisiones en Alabama, California, Florida, Texas, Indiana, Luisiana, Michigan, Nueva York, Ohio, Carolina del Sur y Washington.
El Estados Unidos es el líder mundial en la encarcelación en masa con el cinco por ciento de la población mundial y el 25 por ciento de sus presos. Hay más de 2 millones de personas en las prisiones y cárceles de Estados Unidos, y los afroamericanos, los latinos y los amerindios tienen, con creces, las tasas más altas de la encarcelación en masa. El presente sistema encarcela a millones de personas para quienes esta sociedad no tiene ningún futuro, y a quienes el sistema teme por ser una fuerza social inestable y base potencial para la revolución. A muchos les han enviado a prisión por crímenes que no cometieron. Muchos no tenían empleo ni educación decente, viviendo en la pobreza y conducidos a la delincuencia por el funcionamiento de este sistema.
La encarcelación en masa en Estados Unidos es un crimen de lesa humanidad que refuerza con violencia las necesidades e intereses de un sistema de explotación y opresión. Es importante e inspirador cuando los presos encuentran las formas de levantarse y resistirse contra las condiciones brutales e inhumanas que sufren. Lo hacen bajo gran riesgo. Y toda persona de conciencia debe estar a su lado y oponerse a todos los intentos de las autoridades de castigar a estos rebeldes.
En los últimos años, han surgido otras huelgas y protestas poderosas de los presos contra varias cosas como las terribles condiciones en la prisión, la tortura del aislamiento, y el maltrato y deportación de los inmigrantes en los centros de detención. En mayo de este año, una huelga que exigió el fin del trabajo esclavo en las prisiones comenzó en las Instalaciones Correccionales Holman, Staton y Elmore en Alabama, y de ahí se extendió a por lo menos dos otras prisiones.
Ahora, la huelga actual está sacando a la luz el hecho de que además de la dimensión genocida de la encarcelación en masa, y la brutalidad sádica infligida a los presos, cerca de 900.000 presos en Estados Unidos están obligados a trabajar en empleos que pagan, en algunos estados, nada o tan poco como 12 centavos por hora. En Texas, los presos que se niegan a trabajar pierden sus privilegios y los obligan a estar en sus celdas 24 horas al día.
La huelga exige la derogación de esa parte de la Enmienda 13 a la Constitución de Estados Unidos, la que abolió la esclavitud “excepto como castigo de un delito del que el responsable haya quedado debidamente condenado”.
Esta huelga se inició el 9 de septiembre, el aniversario de la famosa Rebelión de Attica de 1971, la más poderosa e importante rebelión de presos en la historia de Estados Unidos. En la Penitenciaría Estatal Attica de Nueva York más de la mitad de los 2.200 presos, principalmente negros pero también blancos y puertorriqueños, se tomaron control de grandes secciones de la prisión, tomando como rehenes a 38 guardias, y declarando: “Somos hombres. No somos bestias, y no tenemos la intención de soportar que nos golpeen y nos traten como tales... Lo que ha ocurrido aquí no es más que el sonido antes de la furia de los oprimidos...” Cuatro días más tarde la policía, los alguaciles, las policías de los parques, y la Guardia Nacional lanzaron un ataque criminal contra la prisión, matando a 39 personas no armadas.
Los organizadores de la huelga actual hicieron un llamamiento a los presos a negarse a hacer sus trabajos de mantener las prisiones, cocinar y realizar empleos que producen beneficios para el sistema penitenciario y las empresas privadas. Un llamamiento para la huelga dijo, “Este es un llamado para poner fin a la esclavitud en Estados Unidos. Este llamado se dirige directamente a los propios esclavos. No presentamos demandas o solicitudes a nuestros captores, sino que nos llamamos a la acción a nosotros mismos. Para todos los presos en todas las instituciones estatales y federales por toda esta tierra, les hacemos un llamado a que dejen de ser un esclavo, que dejen que los cultivos se pudren en los campos de las plantaciones, que vayan a la huelga y dejen de reproducir las instituciones de su propio confinamiento”.
Los presos en docenas de las mazmorras infernales de todo Estados Unidos se habían organizado durante meses, haciendo uso de formas creativas de comunicación, como las redes sociales y el apoyo de familiares y otros en el exterior. [Ver, en inglés: http://revcom.us/a/456/45-years-after-attica-rebellion-resistance-in-americas-hellhole-prisons-en.html]
Estallan protestas, la huelga se extiende
Dos días antes de la huelga, a partir de la noche del 7 de septiembre y durante la madrugada del 8 de septiembre, más de 400 reclusos en la Institución Correccional Holmes de la Florida se levantaron en una serie de protestas que se extendieron por todo el complejo. Los presos trabajaron en conjunto para alterar las formas en que la red deshumanizante de cámaras de vigilancia y puestos de guardias mantiene a los presos bajo vigilancia constante. Cuando los guardias suprimieron un estallido, nuevas protestas estallaron en otros pabellones. Según el periódico el Miami Herald, las autoridades restablecieron el control “después de lanzar botes de productos químicos, haciéndole difícil para que los presos respiraran”.
A continuación, el 9 de septiembre, en el Centro Correccional Kinross en Kincheloe, Michigan, los presos asignados a la cocina no se presentaron para el trabajo. Al día siguiente alrededor de 400 de los 1300 reclusos de la prisión realizaron una marcha de protesta de más de tres horas en un área común frente a las unidades de vivienda de la instalación. Después, cuando las autoridades de la prisión entraron en las unidades de vivienda indicando a los organizadores para que sean sacados, algunos presos comenzaron a dañar las cosas. Según se informa, se enviaron a 150 presos a otra prisión, y Kinross permaneció bajo “lockdown”.
También salió informes de presos que se negaron a ir a trabajar el 9 de septiembre en tres prisiones de la Florida: la Institución Correccional Golfo Annex, la Institución Correccional Mayo y la Institución Correccional Jackson. Y las presas se unieron a la huelga en la Prisión Femenina de California Central en Chowchilla, en la prisión de Fluvanna en Troy, Virginia, y en una prisión en Kansas.
Las autoridades toman represalias
Los funcionarios de las prisiones reaccionaron a la huelga con la brutal venganza. Han puesto en “lockdown” a un número de presos obligándolos a quedarse en las celdas y privándoles acceso al teléfono o forma alguna de comunicarse con el exterior. El miércoles por la tarde, después de seis días de huelga, el Comité Organizador de los Trabajadores Encarcelados (IWOC, por las siglas en inglés) calcula que 15.310 presos estaban bajo “lockdown” en instalaciones en las que se habían confirmado que los presos se organizaron o realizaron una huelga.
A los organizadores les han castigado, puesto en aislamiento, y en algunos casos transferidos a otras instalaciones. Las autoridades penitenciarias han impuesto la censura siniestra, privándoles a los presos acceso a los medios de comunicación para decir la verdad sobre las condiciones y la violencia que han sufrido. Y durante semanas ya, no ha salido casi ninguna información sobre la huelga en los medios convencionales.
Azzurra Crispino, co-presidente para los medios del Comité Organizador de Trabajadores Encarcelados, dijo en Democracy Now! que en Kinross “un equipo de represión de disturbios entró y arrastró a presos de sus duchas y fuera de sus celdas, ataron sus brazos por detrás de la espalda y los echó en el patio y los dejaron allí durante cinco o seis horas bajo la lluvia sin acceso a un baño”.
Un mundo radicalmente diferente y mejor es necesario y posible
Estos actos de valor de los presos plantean los interrogantes más importantes acerca de la naturaleza de un sistema que se declara “el líder del mundo libre” y “el modelo de los derechos humanos”, pero lo considera necesario encerrar a más personas que cualquier otro país, bajo las condiciones más terribles.
Las acciones de estos presos crean una abertura, y un verdadero reto para los que ven que el mundo no tiene por qué ser así: a conectar a las personas con una comprensión científica del problema, y a reclutarlas en la solución.
Cómo la nueva sociedad revolucionaria abordará esta situación se elabora en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, escrita por Bob Avakian y aprobada por el Comité Central del Partido Comunista Revolucionario. “Artículo III. Los derechos del pueblo y la lucha para arrancar de raíz toda explotación y opresión” incluye una sección “Los derechos y libertades legales y civiles”. Presentamos parte de esa sección en esta página, y animamos fuertemente a los lectores a estudiar y promover toda la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte.
Se necesitan: Voluntarios para revcom.us y Revolución
Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.