Por qué Hillary Clinton nunca ha sido, no es hoy y no puede ser un paladín de las mujeres
Sunsara Taylor
26 de octubre de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us
A todos aquellos que escucharon y aplaudieron porque Hillary Clinton por fin habló con firmeza sobre el aborto durante el reciente debate presidencial contra Trump:
1. ¿Por qué diablos ha llevado tanto tiempo? Hillary ha pasado décadas predicando el mantra defensivo de que el aborto debe ser “seguro, legal y poco frecuente”. Eso de “poco frecuente” se basa en la MENTIRA de que hay algo malo, vergonzoso, hasta “pecaminoso” en al aborto. ¡No! Los fetos NO son bebés, el aborto NO es el asesinato, y las mujeres NO son incubadoras. No hay nada inmoral en el aborto y debe estar disponible cuandoquiera que sea necesario, para las mujeres que lo deseen por cualquier razón, sin vergüenza ni disculpas. Lo que sí es inmoral es obligar a las mujeres a tener hijos contra su voluntad — es una forma de esclavizar a las mujeres. Sin embargo, desde hace décadas, Hillary Clinton —y el Partido Demócrata en su conjunto— ha concedido la autoridad moral a los fascistas cristianos que les privarían a las mujeres del derecho al aborto, ha predicado “respeto” por el movimiento anti-aborto y sus perspectivas y posiciones esclavizantes, ha capitulado una y otra vez mientras que adoptan leyes y restricciones contra el aborto y cierran las clínicas de aborto en todo Estados Unidos, y ha sumado su peso a las montañas de vergüenza que se apilan sobre las mujeres que optan por hacerse un aborto, con la idea que el aborto debe ser “poco frecuente”. Un solo debate en que Hillary habla con firmeza sobre el derecho al aborto sin disculparse o estar a la defensiva no significa borrón y cuenta nueva, no compensa por las décadas de daño durante las cuales ella ha tenido un papel directo en causar ese daño.
2. No importa qué tan diferentes sean sus posiciones políticas sobre el aborto —y sobre las mujeres en general— que las posiciones de Donald Trump y las otras variedades de fascistas estadounidenses, ella nunca se ha opuesto firmemente y nunca se opondrá firmemente a ellos ni ha librado la lucha necesaria para derrotarlos. El historial del Partido Demócrata en las últimas décadas ha sido uno de capitulación y una actitud defensiva frente al implacable asalto jurídico, ideológico y terrorista contra el derecho al aborto y los proveedores de aborto. Hillary y los demócratas quedaron en silencio cuando un hombre armado fascista cristiano asesinó al Dr. George Tiller, un proveedor heroico de abortos tardíos, en su iglesia hace siete años. Quedaron en silencio cuando una clínica en Wyoming fue objeto del vandalismo tan grave en 2014 que no ha podido volver a abrir. Hillary quedó en silencio cuando se adoptó casi todas las más de 200 leyes que cerraron decenas de clínicas de aborto entre 2011 y 2013.
Hay una razón por este silencio. La razón es que no importa qué tan sincera sea su creencia en el derecho de la mujer al aborto, ellos representan y presiden el sistema de capitalismo-imperialismo estadounidense, y sobre todo valoran y desean la conservación y la estabilidad de dicho sistema. Saben que el ala fascista cristiano de la clase dominante y su base social de millones de personas no se detendrán ante nada con el fin de penalizar por completo todas las formas de aborto y control de la natalidad. Saben que la derrota de este movimiento fascista requerirá no sólo unas pocas palabras calmantes de algunos políticos, sino una lucha masiva y feroz por parte de millones de personas en las calles, y en la cultura y en la sociedad en su conjunto. Saben que tal lucha sería profundamente desestabilizadora para su sistema y su imperio. Se compenetraría con los muchos otros ultrajes y crímenes que son partes integrantes del presente sistema e inspiraría a la gente a oponerse resistencia contra estos: el terror y asesinato policial, los aviones sin tripulación y las guerras por el imperio, la destrucción del medio ambiente, y la demonización y deportaciones masivas de inmigrantes. Y saben que sería difícil contener esta lucha y mantenerla dentro de los límites del presente sistema. El patriarcado y la opresión de la mujer están entretejidos en los cimientos y funcionamiento mismos del capitalismo-imperialismo y para realmente poner fin a todo ello —las desenfrenadas violaciones de mujeres en toda la sociedad pero especialmente en el ejército y en las fuerzas policiales y los pasillos del poder; el culto a la maternidad y el avergonzar a las mujeres que se desvían del papel doméstico; el odio y la vergüenza que imponen sobre las mujeres que disfrutan del sexo; la venganza y la humillación hacia las mujeres en la pornografía y los clubes de striptease y la esclavitud sexual proyectadas por toda la sociedad; y más; así como todos los demás crímenes del presente sistema— se requeriría que se arranque de raíz el presente sistema y se construya una sociedad y mundo totalmente nuevos. Se requeriría una revolución concreta.
Por lo tanto, el tipo de lucha masiva de parte de millones de personas en Estados Unidos para derrotar el programa fascista cristiano es un genio que Hillary y los demócratas, en calidad de gobernantes del presente sistema, NO quieren dejar salir de la botella. Temen la agitación que esto causaría —y la dinámica que se puede poner en marcha— aún más que temen el fascismo de Trump y otros.
3. ¿Necesita usted más pruebas de que Hillary Clinton no será ni puede ser la campeona que las mujeres necesitan — ni siquiera con relación a la cuestión del aborto? Basta con mirar a lo que ella hizo el día siguiente después del debate. Se sentó y bromeó junto con Donald Trump —el hombre que se jacta de la agresión sexual en los términos más groseros y humillantes, el hombre que prometió “castigar” a las mujeres que tienen abortos, y que utilizó el último debate para difundir a millones de personas en todo el mundo las mentiras más viles y vergonzosas sobre el aborto— en un foro católico. Rezó con Trump en privado y le dijo: “Donald, no importa lo que pase, tenemos que trabajar juntos después”. Entonces, ella y Trump se sentaron junto a cada lado del cardenal Timothy Dolan. ¿Quién es este “gran unificador” Dolan? ¿Quién era este hombre elegido para unir a los dos candidatos? Timothy Dolan se opone tan brutalmente al derecho de la mujer de decidir por sí misma cuándo y si va a tener un hijo que él no sólo se opone a todo tipo de aborto bajo todas las circunstancias, sino que él personalmente dirigió el movimiento de obispos católicos a nivel nacional para violar la ley y negarse a permitir que las mujeres seculares empleadas en los hospitales y otras instituciones católicos obtengan la cobertura del control de la natalidad en el seguro de salud. En serio. Esta cena, en la que ella quedó bien con Trump y buscó el terreno común con él bajo los términos establecidos por este intolerante arzofascista Dolan, revela más que un minuto de palabras a favor del aborto después de 30 años de la capitulación cobarde. Hillary no es, no puede ser, ni va a ser un paladín de los derechos al aborto. Dejen de engañarse a ustedes mismos.
4. HAY una manera de hacer retroceder el creciente ataque al derecho del aborto para las mujeres — y hay una manera de romper TODAS las cadenas que atan a las mujeres. No va a suceder y no puede suceder por medio de votar por los demócratas. Pero puede suceder por medio de construir una resistencia política masiva contra cada asalto contra el aborto —en la cultura, en las leyes y en el acoso y el terror en la calle— por medio de promover y luchar por la realización del eslogan: ¡Aborto a solicitud y sin pedir disculpas! Y, sobre todo, por medio de vincular esto con el movimiento —y de fortalecer el movimiento— para derrocar el presente sistema de capitalismo-imperialismo a la mayor brevedad posible.
El líder que necesitamos se llama Bob Avakian (BA). Como parte de dirigir la revolución en su conjunto que es necesario para emancipar a toda la humanidad, BA ha luchado durante décadas para denunciar y revelar la salvaje inmoralidad de aquellos que privan el derecho al aborto, las raíces profundas de este patriarcado en los miles de años de las cadenas de la tradición, cómo todo esto está entretejido en el sistema de capitalismo-imperialismo y requerido por el mismo, el tipo de lucha feroz necesaria para hacer retroceder estos ataques y la contribución profundamente liberadora que esto puede —y debe— hacer a la lucha para poner fin a la esclavitud y explotación de todo tipo, en todas partes del mundo por medio de una revolución concreta. Bob Avakian y el Partido que dirige, el Partido Comunista Revolucionario, no tienen miedo de la agitación que se requerirá para hacer retroceder a este ataque fascista porque no tienen ningún interés en la preservación del presente sistema ni en ninguno de los crímenes de lesa humanidad que ese sistema comete a escala mundial cada hora. Más bien, BA —y el movimiento para la revolución que dirige— arden con la determinación de desencadenar la furia de la mujer como una fuerza poderosa para la revolución. Decididos a dirigir a los hombres a hacer suya esta lucha sobre la base de una comprensión profunda de que es imposible romper todas las cadenas menos una. Decididos a crear por medio de la revolución un mundo libre de la explotación y la opresión en todas sus formas.
Si usted está horrorizad@ por la misoginia y crueldad abiertas hacia las mujeres que se ven abiertamente incorporadas en la campaña de Trump, no se conforme con el “menor” pero mal verdaderamente monstruoso de los demócratas. Únase en resistirse a estos crímenes y en aprender, explorar, difundir y ser parte de la revolución concreta para lograr un mundo completamente diferente y mucho mejor. Hágalo hoy. Y comience con esto: CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución.
Se necesitan: Voluntarios para revcom.us y Revolución
Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.