No hay ningún "lugar intermedio razonable" entre una turba de linchamiento y la justicia racial
¿DE QUÉ LADO ESTÁS?
Carl Dix, Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos
20 de noviembre de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us
¡A protestar contra la supremacía blanca y la Amérikkka trumpista!
Domingo 20 de noviembre, 2 pm
111th y Kedzie, Mount Greenwood, Chicago
El 5 de noviembre, un policía fuera de servicio baleó y mató a Joshua Beal, un hombre negro, en Mount Greenwood, Chicago. Esa noche, y en al menos otras dos ocasiones, los habitantes blancos del vecindario se reunieron para hacer burlas, insultos y amenazas a la familia adolorida de Beal y a otros que estaban con ésta. Algunos sostenían bates de béisbol. Otros portaban armas de fuego. Muchos lanzaron la palabra N. Cientos y cientos de blancos rabiosos. Sus carteles decían: “¡Vuelvan a África!” y “Ustedes son animales. #Váyanse a casa”. Amenazaron con fracturarle las piernas a un sacerdote católico blanco que se les opuso, y con arrastrarlo desde la parte trasera de un camión. Lo único que diferenció a esa chusma de una turba de linchamiento del Sur de los tiempos de antaño fueron los coros: “¡Trump! ¡Trump! Trump!” y “¡CPD! ¡CPD!” [Departamento de Policía de Chicago].
Se trata de una señal peligrosa del momento. De fea reacción contra la lucha justa de los últimos años por detener el asesinato de la gente negra y latina por la policía. Del fascismo creciente que Trump azuzó, aprovechó para llegar al poder y que ahora trabaja con la velocidad de un rayo para empotrar en las estructuras gobernantes del imperio más peligroso de la historia humana.
No obstante, crecen las voces que se niegan a reconocerlo por lo que concretamente es. Algunos dicen buscar un “terreno común” entre las personas de ambos bandos, lo que está mal. Francamente, es mortal. No existe NINGÚN “lugar intermedio razonable” entre una turba de linchamiento y la justicia racial.
Pero, dado que parece haber tanta confusión, déjenme desmenuzar algunas mentiras que subyacen a esta confusión y explicar la verdad.
Mentira #1: El problema es que las tensiones raciales estallaron entre los manifestantes principalmente negros y los habitantes principalmente blancos. Ambos bandos se encabronaron, ambos utilizaron un lenguaje cargado, ambos necesitan tomar el tiempo para entenderse mejor los unos a los otros.
La verdad: El problema es que la policía mató a Joshua Beal y luego una turba de habitantes blancos salió y efectivamente celebró ese asesinato. Aplaudieron cuando llegaron al lugar en que ocurrió el asesinato, y luego amenazaron y acosaron a la familia adolorida y a los que habían acudido en su apoyo. Todos necesitan oponerse de la injusticia del asesinato policial y a los que lo celebran.
Mentira #2: Que no nos “apresuremos a juzgar” el asesinato policial de Joshua Beal, tal vez estuviera justificado.
La verdad: La policía mató a sangre fría a Joshua Beal porque era negro. Joshua Beal conducía con su familia para un funeral. A medida que pasaban por el vecindario blanco de Mount Greenwood, un policía blanco fuera de servicio sacó del camino a miembros de su caravana. Ese policía agitó un arma en la cara de una mujer de 17 años de la familia de Joshua Beal. Éste y otros se bajaron de sus coches por una preocupación muy legítima. Otro policía fuera de servicio se detuvo, evaluó la situación y le pegó 13 disparos a Joshua Beal y así lo mató en el acto. ¿Sinceramente se puede creer que, en el caso de que la situación resultara al revés, o sea, el que una familia blanca se hubiera defendido contra un pistolero negro a la orilla del camino, que un policía se habría detenido y baleado a la familia blanca?
Mentira #3: Los insultos racistas lanzados contra los manifestantes estaban mal, pero también estaba mal el que los manifestantes les hayan dicho a los policías “cerdos” y los hayan comparado con el Ku Klux Klan.
La verdad: No existe ninguna justificación en ninguna circunstancia para lanzar nunca insultos racistas o burlarse de una familia de una persona la que ha sido asesinada por el estado. Al contrario. ¡No sólo es justo, sino es necesario, expresar la indignación contra tales actos de terrorismo racista respaldado por el estado! Además, ¡los policías que matan a nuestra juventud una y otra vez a sangre fría sí son cerdos! Además, éstos desempeñan exactamente el mismo papel que el Ku Klux Klan de antaño. Durante el apogeo del terror de las turbas de linchamiento del viejo Sur estadounidense, todo negro vivía bajo una pena de muerte activa. Puede que se aplique o no, pero siempre se podría hacer. Y todos sabían que los blancos que linchaban casi nunca tuvieran que rendir cuentas. Aunque los uniformes han cambiado, lo que pasa hoy no es distinto. Toda persona negra en Estados Unidos vive bajo una pena de muerte activa. Puede que se aplique o no, pero todos saben que casi nunca levantan cargos contra un policía que mata a una persona negra, y mucho menos lo meterán a la cárcel. De hecho, es mucho más probable que dichos policías se jubilen con una pensión completa o, para colmo, reciban un ascenso y vuelvan a patrullar las calles, que vayan a dar a la cárcel.
Mentira #4: Claro, hay unos pocos policías malos, pero no todos.
La verdad: El problema no es que haya “unos pocos policías malos”. El problema es todo el maldito sistema. Y Chicago es una concentración de esta pesadilla.
Cada vez que la policía mata, todo el sistema de INjusticia se pone manos a la obra para encubrirlo, justificarlo, satanizar a la persona que ha matado y asegúrese de que el asesino de uniforme azul salga libre. Piense en Laquan McDonald, 17. Un cerdo policía le pegó 16 tiros y luego mintió al respecto. Pero para colmo, mintieron los demás cerdos policías que estaban en el lugar de los hechos. Y se robaron las cintas de video de los negocios del vecindario para que la verdad no saliera. Todos, hasta la oficina del alcalde, lo encubrieron y mintieron al respecto. Aunque todo salió a la luz, ¡todavía no han metido al policía a la cárcel! O piensen en el Cerdo Policía Gildardo Sierra. Con la ayuda de otro asiduo y extenso encubrimiento, él salió impune por el asesinato de Darius Pinex, y para colmo volvió al trabajo y seis meses más tarde mató a Flint Farmer. Y justamente hoy el Chicago Tribune ha informado que Robert Rialmo, el CERDO policía que mató tanto a Quintonio LeGrier, 19, como a Bettie Jones, 55, en 2015 el día después de la Navidad, ha estado de vuelta en las calles desde julio del presente. Sólo para nombrar unos pocos.
Mentira #5: La policía les dijo a los manifestantes que no pudiera garantizar su seguridad y les presionó para subirse a un autobús o a las patrullas de la policía a fin de salir Mount Greenwood.
La verdad: La policía no quería proteger a los manifestantes, debido a que no es neutral. Son los agentes armados de un estado y un sistema que tiene la supremacía blanca entretejida en su propio tejido y base. Piense en lo siguiente: Si cientos de negros furiosos hubieran salido a las calles a chillar, agitar bates de béisbol, lanzar amenazas y jactarse de estar armados, ¿piensen por un segundo que la policía se hubiera encogido los hombros y hubiera dicho: “No podemos hacer nada para detenerlos”? Para nada, carajos. Todos saben que habrían traído cañones de sonido, tanques, granadas de aturdimiento, gases lacrimógenos, balas de goma, pistolas eléctricas Taser, coches celulares y detenciones en masa.
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Hay un motivo para todo lo anterior. Como dijo Bob Avakian, el presidente del Partido Comunista Revolucionario: “El papel de la policía no es de servir y proteger a la gente, es para servir y proteger el sistema que gobierna sobre la gente. De reforzar las relaciones de explotación y opresión, las condiciones de pobreza, miseria y degradación que el sistema ha impuesto sobre la gente y está determinado a mantenerla allí. La ley y el orden que representa la policía con toda su brutalidad y asesinato es la ley y el orden que refuerza toda esta opresión y locura” (Lo BAsico 1:24).
Es muy positivo que unas personas blancas de Mount Greenwood se oponen a este violento racismo. ¡Hay que darles la bienvenida y alentarlas fuertemente! Pero que se haga sobre la base de firmemente repudiar y trazar una clara línea de demarcación contra el asesinato policial de Joshua Beal así como la chusma de linchamiento en la calle. Y es cien por ciento imprescindible que todos los que se preocupan por la justicia, de todas partes de Estados Unidos y sin importar su origen social, alcen la voz contra esta escandalosa injusticia.
Ya es hora de la claridad y el valor. ¿DE QUÉ LADO ESTÁS?
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