Preso político Oscar López Rivera: Sentencia conmutado tras 35 años de tortura

20 de enero de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Oscar Lopez Rivera
Oscar Lopez Rivera
Foto: Wiki Commons

El 17 de enero, el presidente Obama conmutó la sentencia de Oscar López Rivera, un nacionalista puertorriqueño y uno de los líderes de FALN (Fuerzas Armadas de Liberación Nacional) — una organización dedicada a luchar por la independencia de Puerto Rico del imperialismo estadounidense. López Rivera, que tiene 74 años, está cumpliendo una sentencia de 70 años. Es uno de los presos políticos con más años en la cárcel en Estados Unidos — preso en condiciones tortuosas durante más de 35 años, casi la mitad de su vida. Durante décadas se ha luchado para liberar a Oscar López Rivera, al igual que muchos otros presos políticos. No iba a salir hasta 2023, pero bajo la orden de conmutación de Obama, ahora su condena se vencerá el 17 de mayo.

Hace cien años, Estados Unidos tomó la isla de Puerto Rico por la fuerza de armas. Desde ese entonces, lo tiene en un estado colonial – con 13 bases militares en la isla para amenazar el Caribe y Latinoamérica. Esa situación opresiva —que ha robado al pueblo puertorriqueño de su tierra, destruido la agricultura de la isla, y obligado a muchos a emigrar a las ciudades de Estados Unidos— ha provocado una resistencia constante, que incluye movimientos poderosos por la independencia y la liberación nacional. En los años candentes de los 60 y 70, nacieron nuevas organizaciones para luchar por la liberación nacional —basadas en la propia isla, así como en las numerosas comunidades puertorriqueñas en ciudades estadounidenses.

En los años 70 y 80, el gobierno estadounidense cazó, persiguió y arrestó a muchos miembros de las FALN, acusando a muchos de “conspiración sediciosa” de derrocar el gobierno estadounidense.

En mayo de 1981, el gobierno estadounidense persiguió de manera concentrada y arrestó a Oscar López Rivera. Lo declararon culpable y lo condenaron a 55 años en la prisión federal por conspiración sediciosa, el uso de fuerza para cometer robo, el transporte interestatal de armas de fuego, y conspiración de transportar explosivos con intención de destruir propiedad del gobierno. (Más adelante aumentaron la sentencia a 70 años).

En el inicio de su juicio, López Rivera denunció el imperialismo estadounidense y se negó a participar. Dijo, “Ni siquiera se trata de un juicio, sino una corte farsante. Todos los presentes representan el gobierno y el FBI, que ya me tienen enjuiciado… Puerto Rico es una colonia por la conquista militar de Estados Unidos. Su gente vive bajo el dominio militar, bajo el genocidio”.

El gobierno estadounidense declaró que los miembros de FALN que arrestaron, entre ellos López Rivera, eran “criminales” y “terroristas peligrosos”. Pero el cargo de “conspiración sediciosa” en sí revela el verdadero motivo político: Los cargos federales contra esos luchadores los acusan de trabajar juntos para “oponerse por fuerza la autoridad del gobierno de Estados Unidos… con el objetivo de obtener la independencia para Puerto Rico”.

Las leyes contra la conspiración sediciosa declaran un crimen retar el poder del gobierno estadounidense, tratar de derrocarlo u oponérsele por la fuerza, o conspirar para poseer cualquier propiedad de Estados Unidos sin autoridad. Son leyes diseñadas para criminalizar actividades revolucionarias y antigubernamentales. En particular, han usado esas leyes para atacar a los que luchan por la independencia de Puerto Rico.

En la prisión, sometieron especialmente a Oscar López Rivera y otros miembros arrestados del FALN para un castigo extremo, que incluía el aislamiento durante largos períodos, así prohibiéndoles contacto con personas fuera de la prisión. Lo sometieron a experimentos crueles de privación del sueño en la prisión ADX Florence en Colorado. Ha pasado 12 años en el aislamiento en una prisión de máxima seguridad.

En 1999, el presidente Bill Clinton extendió una oferta cruel a López Rivera y otros 13 miembros presos de FALN. Clinton no iba a liberarlos conmutando sus sentencias incondicionalmente. Al contrario, ofreció sacarlos de la prisión pero que cumplieran los restos de sus condenas afuera de las rejas — estableciendo una base legal para una serie de “condiciones”. Los presos “liberados” estarían bajo la supervisión estricta del estado durante el resto de sus sentencias (que en muchos casos sería el resto de sus vidas). La oferta de Clinton insistía en que los presos (personalmente, individualmente y por escrito) “renuncia el uso, el intento de usar, o la promoción del uso de la violencia como condición de su liberación”. También tenían que aceptar las condiciones impuestas a “felones” bajo libertad condicional, bajo el control directo y estricto sobre sus vidas, actividades y viajes — y bajo la amenaza constante de que los regresen a la prisión en cualquier momento.

En efecto, las condiciones por su libertad no les permitía seguir luchando por la causa de la liberación de Puerto Rico. Oscar López Rivera heroicamente rechazó esa oferta vengativa y políticamente represiva.

Jan Susler, la abogada de Oscar López Rivera, tras saber de la conmutación por parte de Obama, dijo que su liberación es un gran triunfo en la lucha continua por la independencia puertorriqueña. “Tenemos que celebrar cada victoria”, ella dijo. “Nos queda mucho trabajo que hacer, y ahora Oscar podrá andar con nosotros, y podremos trabajar hombro a hombro”.

 

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