SÍ que es el fascismo — y que la universidad sea una zona de resistencia

Raymond Lotta | 22 de enero de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Raymond Lotta dio la siguiente presentación ante el Foro Social de Emergencia celebrado en el Instituto de Tecnología de Massachusetts en Cambridge, Massachusetts el 19 de enero. El título del evento fue “En nombre de la humanidad, negarse a aceptar a un Estados Unidos fascista — Un llamado a la acción a los académicos e intelectuales”. Fue inspirado por el Llamado a la Acción de Rechazar Fascismo (refusefascism.org) y fue parte del Mes Nacional de Resistencia.

SÍ que es el fascismo — y que la universidad sea una zona de resistencia

Quisiera agradecer a los organizadores del foro de emergencia de esta noche en MIT por la oportunidad de participar en esta urgente discusión. Me centraré en lo que está en juego: lo que se está desarrollando en la sociedad... lo que hay que reconocer de manera clara e intrépida... y lo que se requiere de nosotros.

Enfrentar el fascismo

Nos encontramos frente a una situación sin precedentes en la historia de Estados Unidos: el fascismo accede al poder. Ahora bien, no uso la palabra fascismo a la ligera o para efectos retóricos. Es algo muy concreto. Parto de una caracterización del fascismo que se publicó en Revolución / revcom.us:

El fascismo es cuando la clase burguesa (capitalista-imperialista) ejerza una dictadura abierta, la que gobierna por medio del uso del abierto terror y la violencia, pisotea lo que se supone son derechos civiles y legales, utiliza el poder del estado y moviliza a grupos organizados de golpeadores fanáticos para cometer atrocidades contra las masas populares, particularmente contra los grupos de personas que identifica como “enemigos”, “indeseables” o “peligros para la sociedad”.

Al mismo tiempo, si bien es probable que se movilice rápidamente para hacer cumplir ciertas medidas represivas para consolidar su gobierno, lo que es posible ver estudiando los ejemplos de la Alemania nazi y de la Italia bajo Mussolini, también es probable que un régimen fascista implemente su programa general por etapas y además, trabaje en varios momentos para asegurar a la población o a ciertos sectores de la población de que evitarán los horrores, siempre que aceptan calladamente y no protestan ni se resisten cuando la situación siembre terror entre otros y los pone en la mira de la represión, la deportación, la “conversión”, la prisión o la ejecución.

Detener el régimen fascista de Trump y Pence

La dura realidad es que en cuestión de horas, el régimen Trump y Pence está por llegar al poder y está trabajando para consolidar el poder en el próximo período. Este régimen es totalmente ilegítimo por lo que representa y la catástrofe que implicará para la humanidad.

Miren, ya han enviado cuestionarios a empleados gubernamentales para determinar quién se dedica a la investigación sobre el cambio climático, o ha hecho trabajo en torno a cuestiones de género e igualdad. Ya hemos visto esta película... con Joseph McCarthy en los años 1950. Pero ahora viene desde los niveles más altos del gobierno. Y aunque retracten parte de esto... la agenda y las amenazas son claras.

Se trata de un presidente que ha jurado reinstituir e redoblar el “parar y registrar”, aunque se ha declarado inconstitucional en Nueva York. Ha jurado perseguir y castigar a las ciudades santuario. Pues es muy bueno, es algo que nos favorece, que el número de ciudades santuario haya crecido y que más universidades se hayan comprometido a proteger a los estudiantes inmigrantes. Pero ¿qué pasa cuando haya un incidente terrorista en alguna parte, y los agentes del FBI acudan a los campus para detener a los estudiantes de ciertos países de origen? Los alcaldes y los directivos tienen que cumplir su palabra. Los profesores y los estudiantes tienen que actuar. Eso implica arriesgarse al arresto y cosas aún peores. Además, se requerirá valor.

Nuestra mejor oportunidad... actuar ya para detenerlo

Pero nuestra mejor oportunidad es la de impedir que este régimen consolide su dominio. Tenemos una ventana de oportunidad y una responsabilidad histórica: impedir que ocurra en los venideros días y semana. Implica emprender una resistencia masiva en toda la sociedad, a una escala y con una intensidad que no se ha visto en Estados Unidos durante décadas y tal vez más tiempo. Nos encontramos en el umbral de un potencial punto de viraje. Cientos de miles de personas convergerán en Washington, D.C. este fin de semana, para protestar y conectarse con otros. Más personas, incluso millones, tienen que ir. Y tienen que permanecer en las calles durante el fin de semana... y la semana siguiente.

Hay que crear una gran crisis política desde abajo, como la de Corea del Sur, donde las manifestaciones masivas en cuestión de meses impusieron un juicio político a la presidenta. Me refiero a una crisis que impela a cada facción importante de la estructura del poder a reaccionar. Que haya luchas intestinas en la cúpula, y que se intensifiquen — en el Congreso, en los organismos militares y de inteligencia. Y que haya incontables motivos (y esqueletos en el armario) que podrían convertirse en órdenes judiciales para bloquear o someter a un juicio político a este régimen. Pero nada de lo anterior pasará a menos que haya una crisis política desde abajo. Es una posibilidad remota, pero es nuestra mejor oportunidad.

Y el lunes, en las universidades que reanudan clases, que se altere la actividad de costumbre: reuniones para discutir cuestiones importantes, sin clases como de costumbre, paros y huelgas, salir a las calles... y si los estudiantes deciden realizar acciones directas no violentas y ocupar edificios, sus profesores tienen que alentarlos y participar. Estamos luchando contra un fascismo cuyo objetivo es consolidarse.

El papel especial de las universidades como puntos de resistencia

Es importante que nos reunamos aquí en MIT porque las universidades tienen un papel crítico que desempeñar en esta emergencia: son instituciones en la sociedad donde el disentimiento y el pensamiento crítico y radical tienen algo de iniciativa. Son espacios que han ayudado a incubar los movimientos sociales, de los derechos civiles a la lucha antibélica, de las mujeres y sobre el medio ambiente. Algunos de ustedes en este salón ayudaron a hacerlo.

Pero ahora lo que está en juego y los retos están creciendo cualitativamente. Debido a lo que este régimen representa Y ADEMÁS debido al hecho de que las universidades estarán en la mira a un nivel mucho mayor: por educar y proteger a los inmigrantes indocumentados... por facilitar estudios que desafían la narrativa oficial de la “grandeza de Estados Unidos” y la enfermiza visión de Trump de hacer que “Estados Unidos vuelva a tener grandeza”, léase “vuelva a ser blanco”... por otorgarles puestos académicos a profesores de los países y las culturas “bajo sospecha”.

Que la universidad se transforme en una zona de resistencia, sin separación de la sociedad sino con apertura a la misma, siendo un ejemplo e inspiración para las acciones de otros, y en unidad con otros en la resistencia de masas. Que las personas no caigan en la lógica de “conservar” lo que tenemos o “mi trabajo”, y todos tienen la responsabilidad de entender adonde lleva tal lógica. Esa es la lógica inaceptable política y moralmente de volverse hacia dentro y darle la espalda a lo que nos exigen en este momento peligroso. Se trata de la lógica, sin importar las intenciones de cualquiera, de la complicidad, de aceptar los horrores que ustedes nunca se imaginaban que fueran posibles pero los que ayudaban a hacer posible — porque no alzaron la frente y no alzaron la voz cuando había tanto en juego a un costo tan alto.

Una pregunta y un reto

Quiero terminar con un reto para todos ustedes que están luchando contra este embate. Aquí nos encontramos: el fascismo está tomando las riendas del poder. ¿Qué tipo de sistema lo ha engendrado? Hace falta cuestionar a un orden social en el que las opciones son el fascismo abierto y todo lo que eso encierra — y un imperio que “funciona democráticamente” y todo lo que eso encierra.

Pero en realidad existe un camino completamente diferente. Se trata de la revolución comunista, la realización de una sociedad y un mundo sin explotación y opresión. Les animo a leer la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte de Bob Avakian. Contiene la visión y el marco de una sociedad en el camino hacia la emancipación de toda la humanidad y la protección del planeta.

Terminaré aquí. ¡A detener a este régimen!

 

 

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