¿Qué hay detrás del furor sobre Rusia y Trump... y cuáles son los intereses del pueblo?
21 de marzo de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
¿Qué hay detrás del intensificado furor —en el gobierno, los medios de comunicación y la sociedad— sobre las posibles conexiones entre Donald Trump y sus asesores cercanos y Rusia — antes, durante y después de las elecciones? ¿Y qué de los intereses del pueblo?
¿Que está pasando?
Se ha acusado a Rusia de entrometerse en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, entre otras cosas facilitando la publicación de correos electrónicos bochornosos pirateados del Comité Nacional Demócrata, y así afectando el resultado. Puede que sea cierto. También es posible que personas clave en la campaña de Trump se confabularan con Rusia en hacerlo, lo que sería aún más grave y políticamente explosivo. Además (y más grave aún), es posible que los rusos tengan información comprometedora sobre Trump (como afirmó un “dossier” del cual se informó ampliamente) que podría darles palanca en sus tratos con él.
Aun si ninguno de los cargos de interferencia de parte de Rusia o de colaboración de parte de Trump resultan ser verdaderos, parece que existen agudas diferencias en la clase dominante acerca de la actitud y postura de Trump hacia Rusia, las que reflejan o concentran diferencias sobre la estrategia global de Estados Unidos, incluido con respecto a sus alianzas, y con respecto a Europa, China y el Medio Oriente (y, más ampliamente, los países de mayoría musulmana).
Pero ¿qué actitud debe tener el pueblo —especialmente los millones de personas que odian a Trump y lo que representa— acerca de este furor sobre Rusia y Trump?
En primer lugar, tenemos que entender que estos son conflictos entre los gobernantes sobre cómo promover sus intereses imperialistas y mantener su sistema encima de un mundo de explotación y opresión — ¡NO sobre lo que es mejor para la humanidad!
No hay nada en ningún lado de esta batalla dentro de la clase dominante sobre las conexiones y políticas de Trump respecto a Rusia que representa, en modo alguno, en absoluto, los intereses de la humanidad.
Para los siete mil millones de habitantes de la Tierra, ¿qué han sido las consecuencias del orden mundial dominado por Estados Unidos que surgió de la derrota de Alemania y Japón en la II Guerra Mundial? El conjunto de alianzas dirigidas por Estados Unidos que permitió e impuso una era de explotación inhumana sin precedentes, desde las minas de Sudáfrica hasta las maquiladoras de Asia y las plantaciones de América Latina, defendidas por escuadrones de la muerte e invasiones.
¿Qué pasó cuando se fortaleció el imperialismo estadounidense después de la caída de la Unión Soviética en la década de los 1990? Resultó en nuevas alturas de explotación mundial, degradación humana, guerras sin fin y destrucción ambiental.
¿Y qué serían las consecuencias para esos siete mil millones de personas de un orden nuevo de Trump y Pence?
Por otra parte, debemos reconocer que los conflictos sobre estos intereses reaccionarios podrían alimentar o incluso incitar una crisis en la clase dominante, que les podría costar grandes problemas resolver. Tal crisis podría interactuar con la lucha de millones de personas desde abajo para posiblemente conducir a otras fuerzas en la clase dominante a destituir al régimen de Trump y Pence.
Pero a menos que la lucha de los millones de los de abajo sea dirigida y basada en general según el punto de vista de que el régimen de Trump y Pence tiene que largarse por el bien de la humanidad, porque es fascista, pues aunque de alguna manera se destituyera a Trump, no resolvería el problema ante nosotros. De hecho, es posible que nos encontremos aún peor que antes, con un régimen esencialmente fascista que tenga una política exterior distinta para perseguir los intereses imperialistas de los gobernantes.
Sin embargo, si tales conflictos en la cúpula se agudizaran en un momento en que millones de personas ESTÁN en las calles exigiendo la expulsión del régimen porque es fascista, entonces habría una mayor posibilidad del éxito verdadero.
Esto no quiere decir que las personas que ven la necesidad de expulsar al régimen de Trump y Pence, o las que están indignadas por el rumbo vertiginoso de este régimen, deban quedarse de brazos cruzados esperando que maduren esos conflictos dentro de la clase dominante. No es necesario que tales conflictos se intensifiquen primero para que sea posible expulsar al régimen. Puede ser que la lucha que venga de las masas populares, que exija la eliminación del régimen de Trump y Pence debido a su carácter fascista, se desarrolle poderosamente primero. Entonces esto, junto con los conflictos entre los gobernantes sobre cómo el régimen de Trump y Pence hubiera lidiado con tal agitación, y junto con las diferencias sobre la política exterior, podrían obligar a las fuerzas de la clase dominante a decidir que sus intereses requieran la destitución del régimen de Trump y Pence (aunque todavía maniobren dentro de eso, en aras de sus propios intereses).
Al navegar por este territorio volátil, es esencial permanecer arraigados en la realidad básica, y encontrar los medios para llevar a la gente esa realidad básica: la necesidad de expulsar al régimen de Trump y Pence porque es fascista y es un grave peligro para toda la humanidad.
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