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Salvavidas españoles: cuando salvar vidas se convierte en un acto político ilegal

14 de abril de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

7 de abril de 2017. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. Hace un tiempo algunos salvavidas españoles vigilaban una prístina playa en el Mediterráneo, no muy lejos de Barcelona. Pero el simple hecho de sentarse a ver las noticias de gente que se ahogaba a 15 metros de las costas griegas les pareció tan indignante e inaceptable, ya que estas muertes se podían prevenir, que en septiembre de 2015 decidieron actuar y partir para la isla griega de Lesbos. Al principio sus únicas herramientas para salvar vidas fueron trajes de baño y aletas.

Helping migrants and refugees on a dingy as they arrive at the northeastern Greek island of Lesbos, after crossing the Aegean sea, March 2016. Algunos de los muchos voluntarios que ayudan a los migrantes y refugiados en la isla Lesbos del noreste de Grecia, después de cruzar el mar Ageo, en marzo de 2016. (Foto: AP)

Otros salvavidas de varios países de Europa se les unieron y trabajaron al lado de los pescadores griegos para darles cuidados médicos y necesidades básicas a los que podían salvar. Pero los gobiernos de Europa empezaron a implementar nuevas medidas para crear una fortaleza Europa e impedir la entrada de refugiados, que huían de la miseria y la guerra que estos mismos países ayudaron a crear. Luego empezó un aumento de la represión en Grecia.

En enero de 2016 dos salvavidas de Dinamarca y tres bomberos de España fueron arrestados en una campaña de hostigamiento, lanzada por las autoridades griegas, contra los muchos voluntarios en Lesbos. “Se ha abierto una investigación preliminar”, dijo una vocera de la guardia costera, añadiendo que posiblemente se acusaría a los sospechosos por “intentar facilitar la entrada de inmigrantes ilegales”. La acusación por tráfico de personas puede significar diez años en prisión. 

Liberados después de unos días en la cárcel, los salvavidas acusados dijeron que los habían tratado como “terroristas”, que los habían encerrado en una pequeña y sucia celda. Otros salvavidas fueron arrestados y detenidos brevemente bajo falsos cargos de robo de chalecos salvavidas que dejaban atrás los refugiados. Tenían la intención de utilizar los chalecos para improvisar camas para los refugiados. Con regularidad la policía emite multas para los vehículos de los salvavidas, ya que tienen que estacionarlos mientras salvan gente.

Como Europa cerró la ruta Turquía-Grecia y canceló las operaciones de búsqueda y rescate, exacerbando lo que ya era una catástrofe humana para los inmigrantes que huían de la guerra y el terror en sus propios países, los salvavidas españoles se dieron cuenta que tenían que ampliar sus actividades de rescate. Cambiaron su centro de atenciones a la costa de Libia, donde espantosas condiciones han creado un aumento del flujo de inmigrantes. Crearon una organización sin ánimo de lucro llamada Proactiva Open Arms y recibieron generosas contribuciones de donantes individuales. Un empresario italiano donó un lujoso velero de 30 metros, el Astral, que rápidamente fue reacondicionado para operaciones de rescate.

En una ocasión la tripulación del Astral trabajó frenéticamente desde el alba hasta el atardecer. Rescató botes inflables sobrecargados y un agujereado bote de madera con cientos de personas a bordo y los remolcaron a un puerto italiano, salvando 1.000 personas que huían de la opresión, entre ellas niños y sus padres. Cuatro mujeres dieron a luz mientras remolcaban las embarcaciones hacia el puerto. La tripulación relató conmovedores momentos cuando los que sobrevivieron caminaban delicadamente de puntillas sobre los cuerpos sin vida de aquellos que no lo habían logrado (Dailymail.co.uk, 5 de octubre de 2016).

Según el vocero de la ONU, William Spindler, el número de personas que huían por el Mediterráneo disminuyó significativamente en 2016 (1.015.078 en 2015, y 327.800 de enero a octubre de 2016). Sin embargo, el índice de muertes aumentó vertiginosamente de uno de cada 269 refugiados en 2015, a uno de cada 88 en 2016. En la travesía por el mar entre Libia e Italia, el índice ascendió a una muerte por cada 47 sobrevivientes. La ruta Libia-Italia es particularmente peligrosa. Hay una carencia deliberada de sólidos mecanismos de búsqueda y rescate por parte de los gobiernos europeos, y los traficantes de seres humanos usan botes inflables baratos que muchas veces no duran todo el trayecto, o botes de madera repletos de gente y vulnerables a naufragar en las olas.

A pesar del pequeño tamaño de la embarcación de rescate Astral y de los pocos organizadores de tiempo completo y voluntarios ocasionales, estos heroicos salvavidas contribuyen con una parte del trabajo humanitario más importante en el Mediterráneo al lado de otras oenegés como SeaWatch, Médicins Sans Frontiers [Médicos Sin Fronteras] y SOSMéditerranée. Han salvado a más de 140.000 personas y continúan su crucial trabajo en una de las rutas más peligrosas hacia Europa. Su misión: “No queremos perder ni una vida más en el mar, ni que el mar acalle las injusticias que allí suceden”.

Sin embargo, los gobiernos europeos cuentan precisamente con esos miles de personas ahogadas en el mar para impedir la llegada de estas víctimas del rapaz e injusto funcionamiento del sistema capitalista-imperialista. Fabrice Leggeri, que encabeza Frontex (el organismo a cargo de las fronteras externas de la Unión Europea), ha condenado las operaciones de rescate de las oenegés, alegando que salvar vidas es un “factor que atrae” la llegada de más personas a Europa. Acusó a las oenegés de darle prioridad a las operaciones de rescate en vez de cooperar con la policía contra los inmigrantes. Que esto venga de un organismo policial equivale a una amenaza. Médicos Sin Fronteras calificó los cargos de “extremadamente serios y peligrosos”, indicando que seguir esta normativa significaría dejar que la gente muera ahogada (The Guardian, 21 de febrero y 5 de abril de 2017). Salvar vidas significa ir en contra de estos gobiernos y, además, ponerle fin al sistema que ha producido estas condiciones y se ceba de las condiciones que tantas personas del mundo entero consideran intolerables.

 

El 17 de marzo de 2017, el Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar (SNUMQG) anunció su transformación en una herramienta más completa para la revolución basada en la nueva síntesis del comunismo de Bob Avakian. Lea el editorial del SNUMQG aquí: “Editorial: Introducción a un SNUMQG transformado".

 

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