30 de abril de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
Con motivo del 25º aniversario de la Rebelión de Los Ángeles:
¡Se justifica y se necesita la rebelión, así como pasar de la rebelión a la revolución!
Carl Dix
Hace 25 años, Los Ángeles estalló en una rebelión después de que un jurado exoneró a los policías angelinos que fueron grabados en vídeo golpeando salvajemente a Rodney King. Con ese veredicto, el sistema daba a entender que no importaba que todos hubieran visto en la televisión a los cerdos policías que se amontonaron para darle una paliza a un hombre negro, pues los dejó salir impunes. También que el pueblo negro no merecía nada y que no recibiría nada aparte de la bota de un puerco policía plantada en el pescuezo, una celda de prisión o una tumba a temprana edad.
Pero las masas populares en Los Ángeles dijeron, Para nada, esta vez no. La gente negra se alzó en rebelión, y se les unieron personas de todas las nacionalidades. Como dijo Bob Avakian (BA) inmediatamente después de la rebelión: “Esta fue la más hermosa, más heroica y más fuerte rebelión de las masas populares que se haya visto en Estados Unidos en muchos, muchísimos años. Estremeció a todo Estados Unidos y al mundo entero; llenó de temor y pánico a los opresores, y de alegría y esperanza a los oprimidos”.
Los gobernantes estadounidenses andaban muy presumidos por haber llovido muerte y destrucción sobre Irak en su guerra contra ese país en 1991, consideraban que habían mandado un mensaje al mundo de que era el jefe de la manada y nadie les podía contrariar. Pero la Rebelión de Los Ángeles mostró al mundo que los de abajo de la sociedad no estaban del humor de unirse a la celebración de la hegemonía mundial estadounidense. Al levantarse en rebelión, las masas en Los Ángeles le declararon al mundo que se negaban a aceptar la brutalidad y la indignidad que el presente sistema les imponía. Además, la gente en otras ciudades en todo Estados Unidos oía este grito y se tomaron las calles en solidaridad: estallaron rebeliones en ciudades como Las Vegas, Oakland y Seattle, y se sostuvieron protestas contra la brutalidad policial en muchas otras ciudades.
En medio de levantarse furiosos contra el veredicto ultrajante en el caso de Rodney King, los jóvenes negros forjaron una tregua que puso fin a décadas de peleas y matanzas entre las pandillas callejeras de Los Ángeles. La primera noche de la rebelión, apareció pintas en los muros que decían: “Bloods, Crips y mexicanos juntos esta noche”. Durante y después de la rebelión, se veían muchas escenas de pandilleros rivales, que habían sido enemigos jurados, que andaban juntos y se abrazaban.
El sistema había impuesto condiciones en las zonas urbanas marginadas que no les ofrecían a estos jóvenes ninguna esperanza para el futuro. Inundaba las comunidades de drogas y soltaba a sus cerdos policías para encerrarlos tras rejas bajo la Guerra contra la Droga, que en realidad no era más que una guerra contra el pueblo. Dejó a estos jóvenes sin un sentido en la vida excepto el de formar pandillas callejeras cuyos códigos de venganza los tenían peleando y matando a otros jóvenes oprimidos igualitos a ellos.
Como dijo BA en la película en inglés Habla BA: REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS, les costaba trabajo forjar esa tregua. Para darse esos abrazos, los jóvenes tuvieron que superar enemistades sanguinarias de muchos años y la sed de venganza que esas matanzas generaban. Además, tuvieron que batallar muy duro para mantener la tregua ante la agresión de los cerdos policías, que los atacaban cuando se juntaban para pasar un día en el parque en celebración de la tregua.
Los jóvenes trabajaron heroicamente para mantener la tregua en pie, pero en última instancia no lo lograron. Además de los ataques oficiales, se encontraron ante la realidad de que el presente sistema capitalista-imperialista no les ofrece ningún futuro a los millones de jóvenes encerrados en los ghettos y barrios en todo Estados Unidos.
Con motivo del 25º aniversario, hay que recordar los esfuerzos heroicos de los jóvenes angelinos, y hay que sacar tres lecciones: 1) que era, y es, justo, necesario y hermoso cuando la gente se levanta en rebelión contra la injusticia. Esto hace que los oprimidos puedan levantar la cabeza, empezar a ver más allá del fango de la existencia cotidiana y empezar a organizarse para la revolución, mientras también abre espacios para transformar el modo de pensar de la sociedad entera; 2) que sólo se puede hacer que los jóvenes dejen de la vida pandillera y superen todas las divisiones entre las masas, como una parte de construir un movimiento PARA la revolución, y no sólo hacerlo por un período breve después del que vuelvan a lo mismo. Ahora esto urge más que nunca, y nuestro Partido se ha puesto a hacerlo ya, especialmente en Chicago ante las amenazas de Donald Trump de mandar a los federales para “componer” la violencia ahí; y 3) que necesitamos más que rebeliones: necesitamos una revolución, y para hacer esa revolución, hay luchar con las personas para que se transformen a sí mismas al mismo tiempo que movilizarlas para sumarse a la lucha contra el poder. Y que hay una dirección para esta revolución en BA, un líder que ha desarrollado la estrategia para hacer una revolución así, y que ha desarrollado una visión del mundo el que esa revolución podría hacer nacer. La cosa más apremiante ante esta nueva generación enredada en la vida pandillera, y ante su vanguardia revolucionaria, es la de efectivamente SACARLOS de esa vida, y de que se conecten con la revolución
Se necesitan: Voluntarios para revcom.us y Revolución
Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.