Inmigrantes iraquíes y sus partidarios bloquean autobuses, se toman las calles para parar viles redadas de la Migra
21 de junio de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
El horror y la indignación en la comunidad iraquí de Detroit surgieron inmediatamente. Durante el fin de semana del 10 de junio, agentes del ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) arrestaron en redadas del tipo de Unidades de Operaciones Tácticas a al menos 114 inmigrantes iraquíes, casi todos cristianos caldeos, miembros de una rama de la Iglesia Católica con raíces ancianas en Irak y Siria. Unos 100 familiares y simpatizantes respondieron rápidamente, reuniéndose fuera del centro del ICE de Detroit el domingo por la tarde, aterrorizados de que sus esposos, padres, abuelos u otros seres queridos resultaran deportados —y probablemente condenados a muerte— si los regresaran a Irak. Cuando un autobús intentó arrancarse en medio de la noche camino al centro de detención en Youngstown, Ohio, los manifestantes lo bloquearon. Sólo después de que la policía desalojó a empujones repetidamente a los manifestantes pudo pasar el autobús.
Las protestas han continuado diariamente desde entonces, la gente saliendo a la Avenida Michigan y gritando, “Alto a las deportaciones — Devuelvan a casa a nuestras familias,” y celebrando conferencias de prensa. Se esperaba que dos representantes estadounidenses fueran a asistir a una gran manifestación convocada para la tarde del viernes 16 de junio en el Centro de Inmigración en el centro de Detroit.
A la hora de esta edición, se informa que han detenido a al menos doscientos inmigrantes iraquíes, amenazándolos con la deportación, en una serie de ataques dirigidos por los rabiosos agentes trumpistas de ICE. El foco de su ataque fue Detroit, hogar de unos 150.000 caldeos, la mayor población fuera del Oriente Medio. Una gran mayoría llegó aquí como refugiados en las últimas décadas, huyendo de la guerra, el despotismo y la privación. Y después de la invasión y ocupación estadounidense de Irak en 2003, los caldeos iraquíes también han estado huyendo de la persecución como cristianos minoritarios sistemáticamente atacados y asesinados por el Estados Islámico y otros grupos yihadistas. En Nashville, Tennessee, que tiene la mayor población de kurdos iraquíes en los Estados Unidos, arrestaron a 30 kurdos iraquíes.
Ninguno de los arrestados era indocumentado y ninguno había violado la ley. Los arrestaron para deportarlos porque en algún momento de su pasado —décadas atrás en la mayoría de los casos— se los habían condenado y castigado por un delito. Habían recibido órdenes de expulsión en ese momento, pero no los deportaron, debido a las guerras y la persecución de los cristianos, y sólo les exigieron que se registraran con regularidad. Un gran número de estos iraquíes eran niños cuando llegaron aquí como refugiados. Luego, habiendo tenido problemas con la ley cuando eran mucho más jóvenes, cumplieron sus condenas y luego regresaron a su vida, trabajando, casándose, criando hijos.
Sin embargo, con una mentira repugnante y potencialmente fatal, los funcionarios del ICE justifican su asalto masivo diciendo que están “lidiando con la amenaza muy concreta a la seguridad pública que representan los extranjeros criminales arrestados”. Piense en esto: desde el punto de vista de este sistema legal burgués —ahora llevado a nuevas alturas por el régimen fascista de Trump y Pence y sus rufianes del ICE y la Patrulla Fronteriza— uno de los principios más fundamentales de la ley no se aplica a los inmigrantes: Según ellos, los inmigrantes condenados por un delito, que han cumplido su condena, son criminales por el resto de la vida. Y en esta sociedad racista, a los negros y otros oprimidos los tratan de la misma manera.
Arrestaron a un hombre que había sido condenado por el uso de la marihuana como adolescente hace décadas. Y arrestaron el domingo por la mañana a un hombre de 55 años que inmigró con su familia en 1977 — hace 40 años. Tiene una esposa e hijos aquí, pero ningún pariente en Irak. No habla el árabe iraquí y no conoce la cultura. ¿Cómo va a sobrevivir? “Donald Trump esencialmente ha condenado a estos cristianos a una pena de muerte”, dijo el fundador de la Fundación Humanitaria de Minorías que ayuda a las minorías iraquíes. Es uno de varios grupos, incluida la ACLU, que se preparan o ya han presentado demandas para detener estas deportaciones, uno de sus argumentos siendo el hecho de que es una violación del derecho internacional deportar y devolver a personas a una zona de guerra.
Según los funcionarios del ICE, estas redadas fueron el resultado de un acuerdo alcanzado entre el régimen de Trump y Pence y el gobierno iraquí. Estados Unidos consintió sacar a Irak de la lista de siete países predominantemente musulmanes bajo la prohibición de viajar de Trump, e Irak ahora aceptará el regreso de iraquíes bajo órdenes de deportación. Pero más aún, parece que el régimen de Trump y Pence ya ha desatado a sus agentes de inmigración para ir a por los inmigrantes de los siete países del Oriente Medio enumerados en su prohibición original de viajar a los musulmanes. En abril, los agentes del ICE aterrorizaron a la gente en la comunidad de inmigrantes somalíes en Atlanta, Georgia, utilizando el mismo método, deteniendo a cualquier persona de Somalia que alguna vez en el pasado se consideraba “sujeto a la deportación”.
E ICE sólo ha comenzado estas redadas criminales. Han anunciado que tienen una lista de 1.444 iraquíes “sujetos a la deportación” y que tienen la intención de detener y deportarlos; y tienen una lista similar de 4.801 somalíes.
Un activista y fundador de una escuela local para cientos de niños refugiados en Detroit abrió la escuela inmediatamente para que las familias obtuvieran representación legal, y ha llamado a la acción. “Realmente no puedo poner en palabras lo que vi hoy”, dijo. “Hoy, me da vergüenza ser un estadounidense”. Con verdadero coraje, estos inmigrantes y sus partidarios se atreven a oponerse a los crecientes crímenes del régimen de Trump y Pence y sus secuaces. La gente en todas partes tiene que unirse a ellos. No se puede permitir que estas redadas se conviertan en el “nuevo normal”. ¡Hay que oponerles resistencia — y ponerles fin!
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