Con el proyecto de ley para los veteranos, Trump atiza las llamas del “Estados Unidos Ante Todo”

¿Honrar a los guerreros de un imperio empapado de sangre?

30 de junio de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

Imperialismo quiere decir enormes monopolios e instituciones financieras que controlan las economías y sistemas políticos —y la vida de la gente— no solamente en un país sino en todo el mundo. Imperialismo quiere decir explotadores parasíticos que oprimen a centenares de millones de personas, condenándolas a incalculable miseria; financistas parasíticos capaces de hacer pasar hambre a millones simplemente presionando una tecla de una computadora y trasladando de esa manera grandes cantidades de riqueza de un lugar a otro. Imperialismo quiere decir guerra —guerra para suprimir la resistencia y rebelión de los oprimidos, y guerra entre los estados imperialistas rivales—, quiere decir la capacidad de líderes de estos estados de condenar a la humanidad a increíble devastación, quizás hasta la aniquilación total al oprimir un botón.

El imperialismo es el capitalismo en la etapa en que sus contradicciones básicas han alcanzado un nivel extremadamente explosivo. Pero el imperialismo también significa que habrá revolución —el levantamiento de los oprimidos para derrotar a sus explotadores y atormentadores— y que esta revolución será una lucha mundial para barrer a ese monstruo global, el imperialismo.

Bob Avakian, Lo BAsico 1:6

El 23 de junio, Donald Trump declaró que los veteranos que combatieron en el ejército de Estados Unidos eran “guerreros y héroes que han ganado nuestra libertad”, en un gran evento mediático para firmar la VA Accountability and Whistleblower Protection Act (Ley de Rendición de Cuentas y Protección de Denunciantes de la Administración de Veteranos).

El 29 de enero de 2017, 30 de semejantes “héroes”, con el respaldo de aviones no tripulados y helicópteros, descendieron del cielo para atacar a dos casas en la pequeña y empobrecida aldea de al-Ghayil, Yemen. Cuando los habitantes se apresuraron a refugiarse o a defenderse con armas primitivas, las tropas estadounidenses bombardearon indiscriminadamente a toda la aldea, destruyeron chozas de piedra mientras las familias dormían, y balearon a la gente mientras huía, e incluso destruyeron el ganado. Ahmed Abdelilah Ahmed al Dahab, 11, fue el primero en morir: salió de su casa y les preguntó a los estadounidenses: “¿Quiénes son ustedes?” Y lo mataron a balazos. Nawar al-Awlaki, 8, murió de un sangrado después de recibir un disparo en el cuello. Los tres hijos de Mohammed al-Ameri, 4, 5 y 7, murieron cuando su casa fue destruida por un ataque aéreo.

Esa masacre servía a los objetivos de Estados Unidos en el Medio Oriente rico en petróleo y de importancia militar estratégica. Pero era emblemático de lo que hace el ejército estadounidense en todo el mundo. El Estados Unidos temprano se construyó sobre el genocidio de los pueblos indígenas, llevado a cabo por las fuerzas armadas estadounidenses. Y desde ese entonces las fuerzas armadas estadounidenses han estado cometiendo crímenes contra la humanidad. En mayo del presente, las fuerzas armadas estadounidenses masacraron a más de 100 civiles, incluidos 42 niños, en el pueblo de Al Mayadeen, en el este de Siria. Las fuerzas armadas estadounidenses, a quienes Trump llama “los héroes que han ganado nuestra libertad”, mataron a tres millones de personas en Indochina en los años 1960 y 1970 para borrar las justas luchas de liberación. (Véase “De un veterano de la guerra de Vietnam: Éramos asesinos de bebés de parte del imperialismo estadounidense”). En estos momentos, las fuerzas armadas estadounidenses amenazan al planeta con un holocausto nuclear como parte de su rivalidad con otras potencias reaccionarias. Y Trump está muy empeñado en hacerlo, y ya está dando grandes pasos para impulsar todo esto con esteroides.

¿“Guerreros y héroes que han ganado nuestra libertad”?

La realidad está en lo que dice Bob Avakian en Lo BAsico 1:5:

Hoy en día se oye con frecuencia, de la boca de funcionarios del gobierno y otros, que solamente el 1 por ciento de la población está en las fuerzas armadas estadounidenses pero que este 1 por ciento está combatiendo por la libertad del otro 99 por ciento. No obstante, he aquí la verdad: en realidad, ese 1 por ciento, en las fuerzas armadas, está combatiendo por el otro 1 por ciento: los grandes capitalistas imperialistas que manejan este país —que controlan la economía, el sistema político, las fuerzas armadas, los medios de comunicación y otras instituciones importantes— y que dominan grandes partes del mundo, desatando caos y causando gran sufrimiento literalmente para miles de millones de personas. En realidad, ese 1 por ciento en las fuerzas armadas está matando y a veces muriendo por la “libertad” de esos capitalistas imperialistas — su libertad de explotar, oprimir y saquear.

“Apoyar a las tropas” es ser cómplice de la imposición de un mundo de horrores y de la perpetuación del mundo tal cual es. Basta de toda forma, expresión o muestra de toda esta maldita porquería de “Estados Unidos Ante Todo”. Todo lo contrario. La gente tiene que partir desde los intereses de la gran mayoría de los siete mil millones de habitantes del mundo, y desde la profunda necesidad de un mundo completamente nuevo y mucho mejor.

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