Los Bautistas del Sur no renunciarán a la “maldición de Canaán”:
La santificación de la esclavitud en ese entonces…
y de la supremacía blanca hoy día

30 de junio de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Al entrar en la Convención Bautista del Sur (SBC) la semana pasada, Dwight McKissic, prominente pastor negro en Texas, redactó una resolución de condena al “Nacionalismo Blanco” y a la “Derecha Alternativa” como “impulsos totalitarios, prejuicios xenófobos e ideologías intolerantes que contagian la mente y las acciones de sus discípulos violentos...”.

De manera llamativa, la resolución de McKissic también declaró: “Las raíces de la Supremacía Blanca en un ‘contexto cristiano’ se basan en la llamada teoría de la ‘maldición de Canaán’, una vez enseñada de manera prominente por la SBC en los primeros años, haciéndole eco a la creencia de que Dios por medio de Noé ordenó a los descendientes de África a ser serviles ante los anglos, lo que estableció la justificación teológica para la esclavitud y la segregación. La SBC renuncia oficialmente a la teoría de la ‘maldición de Canaán’ en esta Resolución”.

La Convención Bautista del Sur fue fundada explícitamente en 1845 para defender la esclavitud. En las últimas décadas, los Bautistas del Sur han actuado para cambiar su imagen, tomar posiciones formales contra el racismo y distanciarse de sus raíces esclavistas. Hoy, una quinta parte de los miembros de la SBC son afroamericanos, y los no blancos son el sector de más rápido crecimiento de sus miembros. En medio del alboroto nacional sobre la Bandera de la Confederación, después de la masacre por un supremacista blanco a la gente negra en una clase de estudio de la Biblia en una iglesia de Carolina del Sur en 2015, la SBC instó a los cristianos a no izar la bandera de la Confederación. Al mismo tiempo, los Bautistas del Sur son el hogar de una gran parte de la base más dura fascista y supremacista blanca de Donald Trump. Las declaraciones de algunos funcionarios de la SBC que se interpretaron como críticas a Trump despertaron la ira de las poderosas fuerzas en la SBC.

Cuando se supo que la dirigencia de la SBC planeaba suprimir la resolución de McKissic, sin nunca llevarla a una votación, “se soltó todo un alboroto” en palabras de un comentarista. Thabiti Anyabwile, un pastor negro bautista del sur, tuiteó: “Tenemos que poner las cosas en claro: Vivimos en tiempos en que la equivocación en materia de estas cuestiones fomenta el pecado del racismo, incluso la violencia y la muerte. Cualquier ‘iglesia’ que no puede denunciar a la supremacía blanca sin vacilación y equivocación es una asamblea muerta que niega a Jesús. No hay de otra. … He terminado. Con esta cháchara de Twitter. Con el ‘evangelicalismo’. Con todas las tonterías racistas e indiferentes que pasan por ‘cristianas’”. Otros pastores, entre ellos al menos un pastor blanco de una iglesia integrada, postearon declaraciones de indignación.

Al quedar más al descubierto lo que estaba en juego, el neo-nazi supremacista blanco Richard Spencer tuiteó: “Al parecer, después de todo la Convención Bautista del Sur *no* denunció a la Derecha Alternativa. ¡Interesante suceso!”

La polémica se desenvolvió en espiral en las filas de la SBC, y amenazaba con salirse de control. Al último momento, los funcionarios de la SBC se sintieron obligados a presentar su propia resolución. Su resolución adoptó algunos de los términos de McKissic que se oponían a la supremacía blanca y a la derecha alternativa. Pero evisceró los puntos más afilados de la denuncia explícita contra “impulsos totalitarios, prejuicios xenófobos e ideologías intolerantes...”. Lo más aleccionador es que eliminó la denuncia a la “maldición de Canaán”.

La resolución de la dirigencia de la SBC fue aprobada por unanimidad. Pero las grietas que toda la controversia puso al descubierto reflejan profundas divisiones que se están agudizando, en todos los rincones de la sociedad a medida que el régimen de Trump y Pence maniobra para imponer, según las palabras del Llamamiento de Rechazar el Fascismo, “su visión y plan para una nación unida en torno a la supremacía blanca y una forma política del fundamentalismo cristiano que con razón se puede llamar fascismo cristiano”.

La locura racista de la “Maldición de Canaán” “santificó” en ese entonces la esclavitud y sigue siendo un pilar ideológico de la supremacía blanca hoy. Con un presidente fascista de Estados Unidos, cuando lo que está en juego es en realidad “la violencia y la muerte”, la dirigencia de los Bautistas del Sur se negó a renunciar a ella.

 

 

 

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