Correspondencia desde Hamburgo de unos simpatizantes del comunismo nuevo de Bob Avakian
9 de julio de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
Simpatizantes del comunismo nuevo de Bob Avakian reunieron a manifestantes bajo ataque por la policía en Hamburgo, y repartieron a miles de personas volantes que promovían el comunismo nuevo y la declaración de Rechazar el Fascismo: ¡NO! ¡En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista! ¡Expulsar el régimen de Trump y Pence! Crédito: Especial para Revolución
Jueves por la noche — Después de un ataque yihadista asesino el año pasado, Donald Trump había usado de modo desdeñoso la palabra “infierno” para despreciar los barrios marginados de las ciudades de Europa — y la juventud rebelde no lo había olvidado. Un enorme letrero se izaba sobre la multitud reunida en un cálido día de verano a lo largo del puerto Hamburgo en uso durante siglos proclamando desafiantemente a Trump y a los líderes del G-20: “¡Bienvenidos al infierno!”. Los 12.000 manifestantes, con varios miles de anarquistas militantes del “bloque negro” en la vanguardia, habían marchado apenas 300 metros cuando una falange de policías antidisturbios de unas 10 filas de profundidad los bloqueó el paso. En cuestión de minutos, la policía antidisturbios embistió a la multitud con las porras alzadas, tratando de separar y aislar a los que consideraban los militantes más duros. Hamburgo ha desplegado un arsenal de 33 cañones de agua en todo momento ya desde hace varios días, tres de ellos azotando a los manifestantes. Gran parte incluso de la prensa oficial alemana expresó su asombro ante la brutalidad y la gran escala del ataque no provocado.
Mientras miles de manifestantes retrocedían frente a la embestida policial, el equipo de simpatizantes del comunismo nuevo desplegó dos de sus carteles y sirvió como un punto de movilización. Rápidamente reunieron a unos dos cientos de los manifestantes dispersos en una marcha improvisada de casi una hora por las calles secundarias de Hamburgo. Los residentes de las viviendas multifamiliares sociales, incluidos refugiados recién llegados de Siria y el Medio Oriente, saludaron calurosamente a los manifestantes. Uno de los 23 helicópteros policiales que ahora vuelan encima de la ciudad casi 24 horas al día monitoreaba la marcha. A fin de cuentas, la policía antidisturbios movilizó para dispersar la marcha, pero no antes de que la palabra sobre la revolución y el comunismo nuevo hubiera corrido ampliamente en una nueva parte de la ciudad.
El equipo repartió miles de volantes y despertó un amplio respeto y curiosidad por su audaz promoción de la revolución y el comunismo nuevo, no sólo entre muchos de los jóvenes radicales que habían llegado sobre todo de Alemania pero de todo el norte de Europa y aún más allá, sino también entre los periodistas de más de una docena de países. Se realizaron entrevistas con los medios de comunicación nacionales de Rusia y China curiosos sobre el “comunismo nuevo”, y con muchos otros.
Algunos de los medios de comunicación oficiales plantearon preguntas sobre la violencia — tales preguntas en la sombra de la cumbre de los líderes del G-20 cuyas guerras han derramado la sangre a muchos cientos de miles de personas, que encarcelan a millones, que han expulsado de sus hogares a millones, que observan de brazos cruzados mientras miles de personas se ahogan cada año en el mar, así “protegiendo”, a sus ojos, a Europa de África y el Oriente Medio.
Viernes, cuando la cumbre comenzó, la ciudad se estremeció y se paralizó. Una huelga estudiantil muy grande llevó a cientos de estudiantes de las escuelas secundarias y las universidades hasta el borde de la “zona azul” — una gran tierra de nadie que rodeaba la “zona roja” reservada exclusivamente para los asistentes de la cumbre. Los estudiantes, juntos con el equipo, arrancaron con audacia y marcharon por las calles de la ciudad, pasando por las docenas de policías antidisturbios que vigilaban cada intersección principal en la zona azul.
Cuando termine la protesta de masas el sábado, se habrán distribuido más de 20.000 ejemplares de un volante, titulado en alemán, “La humanidad necesita la revolución y el comunismo nuevo”, junto con muchos miles de la declaración de Rechazar el Fascismo: ¡NO! ¡En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista! ¡Expulsar el régimen de Trump y Pence!
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